Los sectores adinerados pusieron sus intereses por delante y jugaron un papel desestabilizador contra sus propias milicias, mientras que la estructura militar se encontraba politizada y carecía de técnicas de combate, lo que llevó a una grave crisis. Los grupos de resistencia estaban compuestos principalmente por sectores marginados económica y políticamente, pero lograron oponerse al ejército rival. La falta de unidad nacional fue determinante para que Perú no pudiera hacer frente a las embestidas de Chile.