El documento describe la Ilustración en España durante el siglo XVIII. La Ilustración buscaba "iluminar" la sociedad mediante la difusión de la ciencia, las artes y el pensamiento racional. Los ilustrados españoles, como Feijoo y Campomanes, analizaron los problemas de España y propusieron reformas para superar el atraso, aunque su introducción fue lenta debido a la resistencia de la Iglesia y la aristocracia. Una de sus preocupaciones clave fue la educación y la necesidad de una enseñanza útil y
1. Alexandra Sofía Vatamaniuc 2ºA BTO
TERMINO 4 – LA ILUSTRACCIÓN
El reinado de Carlos III (1759-1788) fue decisivo para el desarrollo de las políticas reformistas
pues supuso la instauración en España del deportismo ilustrado, un sistema dirigido por equipos
reformistas; era racional y antitradicionalista, es decir, ilustrado, y por otro lado inmovilista y
antidemocrático, ya que no pretendía cambiar la estructura jerárquica de la sociedad ni alterar el
sistema político absolutista.
La ilustración es una corriente de pensamiento que se extiende en la Europa del siglo XVIII, en el
seno de una minoría de clases medias urbanas, de la nobleza y el clero. Su objetivo era
“iluminar” a la sociedad europea de la época mediante la difusión de la ciencia, la técnica,
las artes y el pensamiento. Los siguientes rasgos comunes que les caracterizaron son: su
confianza en la razón como método universal para alcanzar el conocimiento, su defensa de la
libertad de pensamiento y la tolerancia tanto en las cuestiones científicas como religiosas , su idea de
progreso y crítica, más o menos moderada a la organización social vigente, sistema feudal y al poder
absoluto.
En España la introducción de estas ideas fue lenta y tardía, a causa de la falta de una pujante
burguesía y la resistencia de sectores eclesiásticos y aristocráticos. Los ilustrados fueron un grupo
reducido de intelectuales (Feijoo, Campomanes, Jovellanos, Aranda, Olavide, Floridablanca…) que
analizaron la problemática de la nación y propusieron reformas para superar el atraso del país. De
su círculo surgirá el pensamiento liberal que triunfará en el siglo XIX. Critican a la Iglesia, pero
aspiran a una práctica religiosa más rigorista y defienden la capacidad del rey para intervenir en
asuntos eclesiásticos (regalismo). Por otro lado, confían en el impulso reformista de la monarquía.
Entre las preocupaciones de los ilustrados está la educación, pues sólo la cultura podía sacar al
país del atraso. En este terreno se enfrentaron a la Iglesia, que controlaba la educación, y
defendieron la necesidad de una enseñanza útil y practica, abierta a las nuevas ciencias y a las
novedades del extranjero. Los canales oficiales de difusión fueron las academias, las nuevas
instituciones de enseñanza superior, las sociedades económicas de amigo del país y lo consulados.
El atraso económico también les preocupó, y censuraron el fuerte predominio de la propiedad
aristocrática y eclesiástica, el excesivo control estatal de las actividades económicas y el
desconocimiento de los nuevos avances tecnológicos que se divulgaban por Europa. Por último
los ilustrados criticaron los privilegios de la nobleza o el elevado número de eclesiásticos y
defendieron la dignidad de los oficios mecánicos.