LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
MUDÉJARES Y MORISCOS (TERMINO HISTORIA SELECTIVIDAD)
1. TERMINO 6- MUDÉJARES Y MORISCOS
El término mudéjar se utiliza para definir a aquel musulmán que vive en territorio cristiano tras la
conquista.
Conservaron su religión, costumbres, lengua e instituciones, pagaron diezmos a la Iglesia e
impuestos al rey. Vivieron en barrios o aljamas separadas (morerías) y se dedicaron en su mayor
parte a la agricultura y a la artesanía. Fueron numerosos en Toledo, Murcia, valle medio del Ebro,
Valencia. Su influencia en la agricultura, artesanía, arte, gastronomía y costumbres ha sido
fundamental en aquellos lugares en que habitaron.
Al final de la Edad Media fue consolidándose una tendencia discriminadora hacia las minorías
religiosas no cristianas que culminó con la política de unidad religiosa de los Reyes Católicos. Así
tras la conquista de Granada en 1492, aunque en las capitulaciones se les garantizaba la libertad
de culto y la conservación de sus mezquitas, se impuso una política restrictiva que forzaba a las
conversiones al cristianismo; como resultado se produjo una revuelta de mudéjares en el Albaicín,
Alpujarras y Serranía de Ronda que fue sofocada y en 1502 se les obligaba a la conversión o la
expulsión.
Tras una efímera promesa de tolerancia después de la conquista de Granada, la Real Cédula
de 1502 obligaba a los mudéjares castellanos a bautizarse o a ser desterrados. Desaparecían así los
mudéjares y pasaban a ser moriscos o musulmanes convertidos al cristianismo. Estos moriscos,
pese a ser oficialmente cristianos, mantuvieron su lengua, sus costumbres y vestimentas e, incluso
su religión, en privado. Unos años después (1526), durante el reinado de Carlos I, la medida de
conversión se aplicó también en Aragón y Valencia. El temor a que pudiesen prestar su ayuda a
una hipotética invasión turca o de los piratas berberiscos, y también el hecho de que se
convirtieran el objetivo de la Inquisición, puesto que se les consideraba falsos conversos, fue el
pretexto para su expulsión definitiva en 1609-1614, durante el reinado de Felipe III. En conjunto,
se les consideraron difícilmente adaptables a la sociedad cristiana. La medida afectó
principalmente a los reinos de Aragón y Valencia de donde se calcula que salieron unos 150.000
moriscos que suponían una mano de obra agrícola muy cualificada e importante, además de dejar
numerosos pueblos vacíos que fue necesario repoblar y acentuar la crisis demográfica y
económica del s. XVII
Los moriscos que salieron de la Península se dirigieron generalmente hacia el Norte de África.