México depende de varios recursos naturales renovables y no renovables para su economía, incluyendo la agricultura, ganadería, minería, pesca y silvicultura. Los recursos renovables como la agricultura, ganadería, pesca y silvicultura pueden regenerarse si se usan de manera sostenible, mientras que los recursos no renovables como los metales y minerales son finitos y se agotarán eventualmente si se sobreexplotan.