1. Álvaro Sánchez Acebedo
La obsesión de Alemania
A lo largo de la historia de la humanidad los hechos se vuelven a repetir en similares
circunstancias por que el comportamiento y las acciones humanas siguen siendo las
mismas. Cambia el contexto y la época y con ello se adaptan las personas al presente
que vive en esos momentos, pero la persona sigue siendo la misma: sus emociones,
reacciones, actos, actitudes y aptitudes permanecen invariables ante los hechos que
va experimentando y sintiendo en el periodo de tiempo de la historia que le ha tocado
vivir.
La obsesiva política económica de Alemania por controlar el déficit y su política de
austeridad recortando el gasto ahogando las inversiones, tiene una explicación lógica
y no es fruto del azar o de la profunda recesión y crisis económica que estamos
viviendo. Hay que estudiar y analizar el pasado de la historia reciente para entender
y encontrar posibles respuestas para el presente. No es que Ángela Merkel (con
mentalidad astro-húngara y prusiana ya que nació y se educó en la Alemania
Oriental) de la noche a la mañana, se le haya ocurrido la genial idea de echar un pulso
a toda Europa y a medio Mundo con su política de austeridad y recortes, que están
sufriendo principalmente los países del sur la Unión Europea. Su conducta tiene una
explicación. ¿Cómo vamos a entender el presente si nos olvidamos del pasado?. Con
esto no quiero defender a ultranza el comportamiento de Alemania, sino dar una
explicación a lo que está ocurriendo.
Nos tenemos que retroceder hasta la finalización de la primera Guerra Mundial en la
que Alemania fue la gran derrotada. En el Tratado de Versalles se le impusieron unas
muy duras sanciones económicas en concepto de reparación de daños y perjuicios: su
flota mercante fue restringida, la entrega a los países aliados la mitad de su
producción química, farmacéutica y otros productos industriales, la entrega anual de
44 toneladas de carbón al año y 371.000 cabezas de ganado. Todo esto durante cinco
años. Pero verdaderamente la dura sanción económica que la impusieron fue el
pago en concepto de indemnización de nada menos que 132.000 millones de marcos,
el 6 % de su PIB. Cantidad que terminó de de pagar - incluidos los intereses - hace
dos años, en 2010. Casi un siglo después de la finalización del conflicto que fue en
1918.
Alemania llegó a tener seis millones de parados y los acreedores no les perdonaron ni
un sólo marco. En aquella época los rescates financieros ni existían, era ciencia
ficción por lo que para no suspender pagos Alemania tuvo que imprimir grandes
cantidades de dinero, pero eran papel mojado ya que el ministerio de finanzas no lo
podía respaldar. La clase media fue la más castigada con lo que fueron los nuevos
pobres de la sociedad alemana.
2. Álvaro Sánchez Acebedo
No hay que extrañarse que Alemania tenga tanto temor al paro y a una inflación
desmesurada y es por que la historia se vuelve a repetir por distintas circunstancias
pero si con las mismas consecuencias. Alemania ya tuvo que pasar por ello y sabe lo
que es, aprendió muy bien la lección, por estas razones en el fondo no desea que por
una vez en la historia, no vuelva a suceder en los países del sur de Europa y que
afecte no sólo a un país sino a varios: España, Italia, Grecia y Portugal. Por tanto hay
que tener presente que un rescate financiero para cualquier economía nacional,
supondría unos ajustes más duros - impuestos por terceros países - de los que estamos
conociendo hasta ahora.