2. Hipersensibilidad sistémica tipo I que ocurre en
individuos con características inmunológicas especiales
y que resulta en manifestaciones mucocutáneas,
cardiovasculares y respiratorias que pueden poner en
riesgo la vida.
Es una reacción mediada por anticuerpos anti IgE e IgG.
Debe ocurrir una sensibilización previa al alérgeno, lo
que produce inmunoglobulinas específicas para el
antígeno; la exposición posterior al alérgeno genera la
reacción anafiláctica.
Sin embargo muchos de los cuadros de anafilaxias
suceden sin antecedentes de exposición previa a algún
alérgeno.
3. Las reacciones pueden dividirse en cuatro categorías:
Mucocutaneas
Respiratorias
Cardiovasculares
Gastrointestinales
Los pacientes que presentan reacciones que van más
allá de las manifestaciones mucocutaneas se
consideran en compromiso severo;
desafortunadamente en algunos pacientes pueden
presentarse reacciones cardiovasculares y/o
respiratorias antes de que se presenten las
manifestaciones cutáneas.
4.
5. Ya que el shock anafiláctico puede generar en un colapso
cardiovascular, es importante que el equipo de salud esté atento y
preparado ante cualquier signo de deterioro que requiera apoyo
vital, por lo tanto una evaluación inicial y reevaluación constantes
del paciente haciendo énfasis en el ABC son fundamentales.
Existen dos pruebas de laboratorio que son útiles en la
confirmación de la reacción anafiláctica, los cuales deben ser
obtenidos a los pocos minutos de haberse iniciado la reacción
alérgica para que sean de utilidad clínica:
triptasa sérica
lN-metilhistamina urinaria
Sin embargo, es importante recordar que en los primeros minutos
de manejo del paciente debe prevalecer la estabilización
respiratoria y cardiovascular frente a la toma de exámenes de
laboratorio.
6. El tratamiento de primera línea en el shock anafiláctico
es la administración de adrenalina; existen otros
tratamientos pero hasta el momento no se ha
demostrado que tengan mayores efectos que la
adrenalina en el manejo de los signos y síntomas.
Una vez se sospecha que el paciente está presentando
una reacción anafiláctica es necesario administrar de
manera inmediata adrenalina. No existen
contraindicaciones absolutas para utilizar adrenalina en
el contexto del shock anafiláctico, y la demora en la
administración de ella genera complicaciones en el
manejo del paciente.
7. Adenalina vía intramuscular en dosis de 0.3 a 0.5 mg de una
solución de 1:1.000, si es necesario se puede repetir cada 15 a 20
minutos en todo paciente que presente reacciones sistémicas
como hipotensión, edema de la vía aérea o dificultad respiratoria.
En caso de que las manifestaciones sean tan severas que el
paciente se presente en colapso cardiovascular administrar
adrenalina 0.1 mg EV (1:10.000) en 5 minutos.
El inicio de un goteo de adrenalina de 1 a 4 µg/min puede evitar
la necesidad de administrar dosis adicionales de adrenalina.
Monitoría completa (SaO2, EKG, T/A) ya que las dosis altas de
adrenalina pueden precipitar arritmias cardiacas.
Los pacientes que toman β-bloqueadores tienen mayor
incidencia de reacciones anafilácticas, y pueden presentar una
respuesta paradójica a la adrenalina. Considerar utilización de
glucagón así como bromuro de ipratropio en este tipo de
pacientes.
8.
9. Cabe destacar que el manejo odontológico del
shock anafiláctico solo se debe limitar a la
administración inicial de adrenalina para permitir
que el paciente se mantenga con sus signos vitales
presentes mientras es trasladado a una unidad
médica de urgencias.
El manejo posterior es de competencia médica.
10. Shock Anafilactico: Fisiopatologia, Reconocimiento y Tratamiento. Casas
I. [acceso el 29/05/2013]. Disponible en
http://es.scribd.com/doc/16791447