1. 5. LA BAJA EDAD MEDIA. LA CRISIS DE LOS SIGLOS XIV Y XV.
5.1. La organización política. Las instituciones.
En Castilla a pesar de la importancia del poder señorial, se produjo un fortalecimiento de la autoridad real.
A ello contribuyó la difusión de teorías basadas en el derecho romano: frente al concepto feudal del rey como
señor de vasallos, que implicaba una reciprocidad de compromisos y obligaciones entre uno y otro, se impuso
la doctrina del rey como soberano de súbditos: el reino estaba subordinado a la autoridad ilimitada del rey que
solo era responsable ante Dios, sin que hubiera ya ningún poder universal o superior como el imperio o el
papado. El rey era el único que tenía autoridad para derogar o aprobar leyes y legisló directamente a través de
Pragmáticas Sanciones relegando a las Cortes: "lo que place al rey tiene vigor de ley".
El inicio del reforzamiento de la autoridad real lleva a un conflicto entre el rey y la nobleza que provocará
guerras civiles y se prolongará hasta el reinado de los Reyes Católicos.
El reforzamiento de la autoridad real se lleva a cabo mediante el desarrollo de una serie de instituciones,
entre las que hay que distinguir las de la administración central y local:
a) Administración central:
• La Corte: incluía una serie de cargos y oficiales al servicio del rey, como el mayordomo (encargado
de administrar el patrimonio real), el Chanciller (burocracia) y el condestable (fuerza militar). No
tenía capital fija sino que se desplazaba con el rey. Una función que se especializó fue la Hacienda,
creándose nuevos impuestos como la alcabala (que grababa el comercio), el montazgo, el diezmo de
los puertos, etc., que permitieron aumentar los recursos de la monarquía y por tanto su poder.
• Consejo Real: creado en 1385, a partir de la antigua curia real. Era un órgano técnico formado por
legalistas que asesoraba al rey en sus decisiones. En 1459: 8 letrados, 2 prelados y 2 nobles.
• Audiencia o Chancillería: creada en 1371. Órgano supremo de justicia, solo supeditado al rey. Fijó
su sede en Valladolid.
• Cortes: De carácter consultivo, aprobaban impuestos. En 1301 se produjo la unión de las Cortes de
Castilla y León. Estaban formadas por representantes de la nobleza, el clero y las ciudades, aunque
desde el siglo XV la nobleza y el clero no asistían y solo se convocaban a representantes de 17
ciudades.
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2. b) Administración local: en la que se produjo un control progresivo de la monarquía a través de regidores y
corregidores:
• Concejos, era la asamblea de todos los ciudadanos, al principio podían participar todos. A partir del
S.XII cuando aumentó el número de vecinos pasó a ser grupo restringido formado por las personas
más influyentes.
• Regidores: al final de la Edad Media, sustituyeron a los concejos en la administración y gobierno de
las ciudades, eran nombrados por el rey con carácter vitalicio entre los miembros de la nobleza local o
la alta burguesía.
• Corregidores: oficiales reales nombrados también por la corona (época de los Reyes Católicos),
representan al rey en los principales municipios, este delegado regio acabó controlando el gobierno de
la ciudad.
En Aragón la estructura política es diferente a la de Castilla y se caracteriza por dos cuestiones:
• Confederación de reinos con distintas instituciones y leyes, lo que debilita el poder real (Aragón,
Cataluña, Valencia, Mallorca).
• Pactismo entre el rey y sus vasallos: "lo que a todos concierne por todos debe ser aprobado". El
origen de este sistema está en la diversidad anterior y en la necesidad de la Corona de recursos para
financiar su política exterior. Los monarcas se ven obligados a pedir ayuda económica a las Cortes,
formadas por la nobleza, el clero y el patriciado urbano, y estas a cambio exigen respeto para sus leyes
y ser convocadas para cuestiones importantes, de forma que controlan y limitan la autoridad del rey.
Entre las instituciones hay que distinguir la administración central y local.
a) Administración central:
• Virreinatos: el virrey representa la autoridad real en los diferentes territorios que integran la Corona
de Aragón.
• Cortes: contrapeso de la autoridad real, integradas por nobleza, clero y alta burguesía. Las Cortes de
Aragón, Cataluña y Valencia son independientes y no llegaron a unirse.
• Justicia mayor: solo en el reino de Aragón. Cargo controlado por la nobleza y designado por las
Cortes que se convirtió en intérprete supremo de los fueros y árbitro entre la nobleza y el rey.
• Diputaciones: creadas con carácter temporal para organizar y recaudar los tributos concedidos al rey
por las Cortes, adquieren después carácter permanente:
o Diputación del General de Cataluña o Generalitat: comisión de las Cortes catalanas formada
por 6 miembros, 2 de cada estamento renovables cada 3 años. Tenía un carácter fiscal y también
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3. vigilaba el cumplimiento de las leyes por parte de la corona y el orden público. Se convirtió en el
máximo órgano de representación política de Cataluña.
o Diputación del Reino de Aragón: creada a semejanza de la Generalitat, tenía también
competencias fiscales y políticas. Se componía de 8 miembros, 2 por cada brazo (clero, ricos
hombres, caballeros, y estado llano)
o Diputación del Reino de Valencia o Generalitat, con competencias solo fiscales.
b) Administración local: los municipios estaban bajo el control de oligarquías urbanas. En ellos había un
delegado real, que fue perdiendo poder, unos magistrados, con funciones ejecutivas, y una asamblea o
consejo, órgano asesor compuesto por un número limitado de miembros, como el Consell de Cent en
Barcelona, era renovable y se ocupaba de la recaudación de impuestos, el control de los precios, la
conservación de caminos, playas de atraque de barcos…
5.2. Crisis demográfica, económica y política.
Después de tres siglos de crecimiento económico (XI-XIII) en el siglo XIV se produjo una crisis general
caracterizada por el hambre, las epidemias de peste negra, las guerras (la llamada trilogía medieval) y los
conflictos sociales.
a) Crisis económica. La principal actividad económica era la agricultura. Se trataba de una agricultura
tradicional (arado romano, buey, barbecho) de baja productividad. La crisis agraria de la primera mitad del
siglo se debió a una disminución de la producción triguera (el trigo constituía la base de la alimentación), ya
que los señores preferían cultivar productos comerciales (vino, aceite…). Estas sociedades medievales no
podían aguantar años de malas cosechas: no había reservas y no se podía importar de otros lugares debido a
las dificultades de comunicación y al elevado precio del transporte. Además las malas condiciones
climatológicas ( temporales, lluvias abundantes, heladas ) provocaron a mediados del siglo XIV años de malas
cosechas y crisis de subsistencias: escasez, subida de precios, hambre, despoblados, debilidad de la población
y aumento de la mortalidad.
b) Crisis demográfica. A los problemas anteriores se sumó a mediados del siglo XIV la Peste Negra,
epidemia procedente de Asia que llegó a Mallorca en 1348 y de allí se extendió al levante y al interior
provocando la muerte de entre un 20 % y un 40% de la población. Los territorios más afectados fueron
Navarra y la Corona de Aragón, sobre todo Cataluña. A mediados del siglo XV, en todos los lugares la
población recuperó los niveles anteriores a la crisis, salvo en Cataluña, que perdió casi la mitad de la
población. Sus consecuencias fueron la reducción de los núcleos rurales habitados a la cuarta parte y el
crecimiento de las ciudades, ya que las personas consideraban que eran más seguras y emigraron del campo a
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4. la ciudad. El hecho de que Castilla no sufriera una pérdida importante de población, supone su preponderancia
económica y demográfica (su población era de 4 millones de habitantes, frente a los 800.000 de Aragón y los
100.000 de Navarra). Es necesario hablar también de la ruina de muchos pequeños propietarios agrícolas, del
abandono de muchas tierras de cultivo y, como consecuencia, el incremento de la ganadería organizada en
torno a la Mesta (organización de ganaderos que llegó a acumular un inmenso poder económico y político que
reguló la actividad ganadera de los grandes rebaños de ovejas propiedad de la nobleza dedicados a la
exportación de la lana) y la disminución de las rentas de la nobleza.
c) Crisis política y social. La crisis política se produjo por el intento de la monarquía de fortalecer el
poder real y por la oposición de la nobleza a que eso ocurriera. Provocó luchas civiles: enfrentamiento
entre Pedro I, que trató de afianzar el poder real y Enrique de Trastámara, cuyo triunfo supuso el aumento de
poder de la nobleza; ejecución de don Alvaro de Luna, favorito de Juan II y defensor de la autoridad real;
enfrentamiento con Enrique IV, cuya efigie fue destronada en la Farsa de Ávila por varios nobles que
consiguieron que declarara sucesora a su hermana Isabel (la futura Isabel la Católica) en lugar de a su hija
Juana, acusada de ser ilegítima. Esta oposición terminó a finales del siglo XV cuando la nobleza comprobó
que la autoridad real servía para aumentar su poder y privilegios. Por otro lado, la crisis social se produjo
por el intento de la nobleza por conservar y aumentar su poder económico y social (reacción señorial).
La mortandad provocada por la peste negra y los movimientos de la población del campo a la ciudad, supone
para los señores una disminución de sus vasallos y sus rentas. Tratan de recuperar sus pérdidas a costa de los
reyes (débiles a veces por guerras civiles o minorías de edad) o de los campesinos (ejerciendo una mayor
presión sobre ellos, rentas más altas, imposibilidad de dejar la tierra como siervos).
Esta situación provocó tensiones sociales como:
• rebeliones campesinas de carácter antiseñorial (las guerras irmandiñas en Galicia o el movimiento
remensa en Cataluña)
• conflictos urbanos:
o enfrentamiento entre los estamentos urbanos más bajos y las oligarquías, como en Barcelona entre
La Biga --oligarquía urbana-- y la Busca --artesanos y comerciantes--,
o rivalidad entre bandos de la nobleza por el control de las instituciones municipales,
o pogroms contra los judíos a los que el pueblo odiaba especialmente en tiempos de crisis por su
prosperidad económica, en estos ataques muchos judíos murieron y sus propiedades fueron
destruidas.
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5. 5.3. La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo.
El origen de la expansión aragonesa por el Mediterráneo está en los intereses comerciales y dinásticos. Desde
el siglo XIII los monarcas aragoneses emprendieron una importante expansión por el Mediterráneo: Baleares
(1229), Sicilia (1282), Cerdeña (1324) y el reino de Nápoles (1443). En concreto Nápoles fue ocupada por el
rey Alfonso V, que se quedó a vivir allí rodeado de una corte renacentista. A su muerte, el reino pasó a un
hijo, que se separó de Aragón. Durante un breve período de tiempo Aragón dominó también los ducados
griegos de Atenas y Neopatria, conquistados a principios de siglo por tropas mercenarias catalanas --los
almogávares, en árabe "los que entran en tierra enemiga"-- que habían acudido allí para ayudar al emperador
bizantino contra los turcos, liderados por su capitán Roger de Llúria.
La expansión aragonesa por el Mediterráneo Occidental chocó con los intereses del rey de Francia y del Papa,
iniciándose un conflicto que se prolongará durante el reinado de los Reyes Católicos y los primeros reyes de la
casa de Austria hasta el reinado de Felipe IV.
Siguiendo esta expansión política se desarrolló un activo comercio internacional, en el que Cataluña --y en
particular el puerto de Barcelona-- desempeñó un papel de primer orden, equiparable al de las tradicionales
repúblicas mercantiles de Pisa, Génova o Venecia. Barcelona exportaba hierro y sobre todo tejidos, e
importaba cereales de Cerdeña y Sicilia, pieles y cueros de Berbería y especias de Bizancio, Siria y Egipto.
También mantenía una ruta que cruzaba el estrecho de Gibraltar y llegaba hasta Flandes por el Atlántico.
Además, en Barcelona se introdujeron por primera vez en la península nuevas técnicas y procedimientos
comerciales: la letra de cambio, se crearon compañías comerciales, un tribunal con jurisdicción sobre causas
marítimas y pleitos comerciales, el Consulado del Mar; lonjas de contratación como la de Mallorca o
Valencia; una banca pública municipal, La Taula de Canvi y se establecieron cónsules o delegados en las
principales plazas comerciales.
La etapa de máximo esplendor del comercio catalán fue el siglo XIV. Pero la profunda crisis de Cataluña en el
siglo XV afectó a la actividad comercial y Valencia sustituyó a Barcelona como principal puerto mercantil de
la Corona de Aragón. En cualquier caso el avance turco y la caída del Imperio Bizantino en 1453 aceleraron la
decadencia del comercio mediterráneo, al mismo tiempo que emergían las nuevas rutas atlánticas.
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6. 5.4. Las rutas atlánticas: Castellanos y portugueses. Las Islas Canarias.
Desde el siglo XIII el Atlántico cobra un interés especial para castellanos y portugueses, tanto por motivos
políticos, comerciales y económicos. Esta rivalidad entre ambos reinos se resolvería en el reinado de los Reyes
Católicos con el descubrimiento de América. La expansión de Castilla por el Atlántico se realizó en dos
etapas: en primer lugar el dominio del Estrecho de Gibraltar y en segundo lugar la conquista de Canarias.
• Dominio del Estrecho: la reconquista se había paralizado en el siglo XIII en los límites del Reino de
Granada. Después el objetivo fue la zona del Estrecho tanto por motivos económicos --proteger la
ruta comercial entre Italia y Flandes por mar, más segura que por tierra-- como estratégicos --
controlar la vía de penetración de posibles invasiones musulmanas desde el Norte de África y evitar la
llegada de refuerzos para el Reino de Granada--. En 1292, Sancho IV conquistó Tarifa y en 1462
Enrique IV Gibraltar.
• Conquista de Canarias. La conquista de Canarias se enmarca en la expansión por el Atlántico sur de
castellanos y portugueses en la Baja Edad Media. Entre los factores que facilitaron e hicieron posible
esta expansión destacan los avances técnicos en la navegación: los portulanos (cartas marítimas con
detalle de las costas), la brújula y el astrolabio (permitían la navegación en alta mar con cierta
seguridad) y la carabela (más ligera y rápida). Sin embargo, los problemas políticos internos de
Castilla frenaron su expansión y de ello se benefició Portugal que ocupó Ceuta, Tánger, Madeira, las
Azores y enclaves en la costa africana hasta el cabo de Buena Esperanza para abrir una ruta comercial
hasta las Indias. Las islas Canarias estaban en esta zona de expansión portuguesa, pero fueron
ocupadas por Castilla. En su conquista se pueden distinguir dos fases:
o Desde 1402 a 1474 se ocuparon Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro por
iniciativa de la nobleza que las incorpora al régimen señorial. La primera expedición fue de
un noble normando, Jean de Béthencourt, que se ofreció como vasallo del rey de Castilla
o Desde 1475 a 1496, la monarquía interviene directamente en la conquista de las islas restantes
que se mantienen como tierras de realengo.
El archipiélago canario fue motivo de rivalidad entre Castilla y Portugal. Los portugueses intentaron por todos
los medios obtener el control de las islas, el conflicto se resolvió en los tratados de Alcaçobas-Toledo en 1479
durante el reinado de los Reyes Católicos.
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