2. El crecimiento y la maduración somática, psicológica y social es lo que
constituye el desarrollo, característica de la infancia.
Este desarrollo depende de factores intrínsecos (dotación genética del
individuo) y de factores extrínsecos (alimentación, ambiente,
enfermedades, etc.).
La capacidad de diversos factores exógenos para modificar el patrón de
crecimiento determinado genéticamente, ha sido demostrado en
numerosos estudios clínicos y experimentales. La influencia de la
nutrición ha sido el factor mejor estudiado.
Factores como los condicionantes genéticos, la vida intrauterina y el
mismo acto de nacer, que van a marcar el rumbo definitivo del nuevo ser.
Aunque esta impronta puede estar presente a lo largo de toda la vida, su
expresión máxima tiene lugar en la infancia.
3. Factores que favorecen el crecimiento de los niños
tenemos que tener en cuenta el factor del sueño, un descanso adecuado
favorece un notable crecimiento, según los endocrinos, la hormona del
crecimiento se segrega durante todo el día pero el 80% de esta
secreción es producida sobre todo mientras el niño duerme. Por este
motivo un adecuado descanso y unas horas de sueño interrumpidas
favorecen el crecimiento.
La nutrición ya sabemos que es otro de los factores fundamentales, la
prueba está en los españoles, la talla media ha aumentado en los últimos
treinta años y esto se debe a una mejor alimentación. Siempre hacemos
hincapié en una dieta adecuada que permite desarrollar el organismo en
todos los sentidos ya sea salud, crecimiento, desarrollo intelectual, etc.
4. Practica deportiva en el crecimiento y desarrollo en la infancia
El deporte favorece el desarrollo del sistema pulmonar y cardiovascular, contribuye al
bienestar emocional y a la integración social de los menores.
Nuevos estudios e investigaciones corroboran lo que no se cansan de decir los
médicos: el deporte es beneficioso para la salud, protege contra el desarrollo de
enfermedades cardiovasculares, obesidad, hipertensión e, incluso, diversos tipos de
cáncer. Entonces, ¿por qué -a pesar de tener esta información- muchos adultos siguen
padeciendo obesidad y dejan a un lado los hábitos de vida saludables?
Una buena parte de la respuesta a esta pregunta está relacionada con los hábitos
adquiridos durante la infancia. Así, niños que nunca practicaron con disciplina una
actividad física tienen más probabilidades de convertirse en adultos sedentarios. El
deporte es un hábito que, como cualquier otro, hay que inculcar desde edades
tempranas; eso sí, con los estímulos y la supervisión adecuadas.