Lo que piensa Sabater sobre la educación y un tema de reflexión para los maestros en estas nuevas pedagogías

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Para el pensador español Fernando
Savater, la gran encrucijada de la educación
actual es enfrentar la deshumanización de la
sociedad. Hay que educar desde la humildad,
para despertar la vocación de aprender, de
ser un ciudadano del mundo y tener criterios.
Cuando uno escucha hablar a Fernando Savater
entiende porqué sus libros Ética para Amador
y Política para Amador forman parte de los
documentos que estudian los jóvenes en los
colegios. Ante su particular forma de ver el
mundo con un claro enfoque humanista, expresado
mediante una profusa habilidad verbal para explicar
sus conceptos y traer ejemplos de la cotidianidad,
los auditorios quedan eclipsados con innumerables
planteamientos que apuntan, casi todos, a una
sola realidad de las sociedades: la educación.
Y no es porque Savater sea el más experto en el
tema. De hecho, reconoce que sabe muy poco de
las modernas tendencias educativas y pedagógicas.
Lo que sucede más bien es que cuando habla de
su especialidad, la ética, trasciende el discurso
filosófico para aterrizarlo en la realidad concreta
del mundo y esto, necesariamente, despierta
reflexiones sobre cómo fuimos educados, cómo
estamos educando y qué nos espera en educación.
Así transcurrió la charla que dio en Bogotá,
durante el Congreso Nacional de Educación
organizado por el Colegio Abraham Lincoln, donde
su ponencia ‘La formación ética y humanística’
fue la más esperada y aplaudida del evento.
Educación en
el Siglo XXI
Tomado de Eleducador.com
Todos los derechos reservados
2005
Por: Marcela Manrique
mpmanrique@cable.net.co
Misión:
construir un sentido ético en los jóvenes
En su intervención, el pensador español
planteó la necesidad de reflexionar sobre
el eclipse por el cual atraviesa la familia
contemporánea, originada en la evidente
deshumanización de la sociedad que se viene
acentuando a partir de la globalización,
fenómeno que fue previsto por este filósofo
desde la primera mitad de la década pasada.
Savater expresó que tal encrucijada de
deshumanización ha debilitado la noción
de la ética en los diferentes aspectos de la
actividad humana, fortaleciendo los esquemas
de antivalores, las tendencias totalitaristas
y la creciente falta de oportunidades y
acceso a derechos como la educación.
Hizo énfasis en entender la educación como
un concepto más amplio y que trasciende
la escolaridad y la evolución académica del
joven, ya que para él “la educación es la
antifatalidad por excelencia, la posibilidad
de ser libre y de aprender”. También fue muy
enfático al hablar de la actitud humilde del
educador: “como el que aprende es el alumno,
el maestro debe intentar siempre despertar en
él la vocación de aprender, de ser un ciudadano
del mundo y una persona con criterios claros”.
En su concepto, un maestro debe poseer
ciertas actitudes que le faciliten su obligación
de transmitir valores humanos: paciencia,
generosidad, constancia y humildad. “Uno
no puede querer ser imprescindible, hay
que educar para que no lo necesiten; los
educadores estamos para ser olvidados.
También tenemos que entender y aceptar
la ignorancia, a partir de reconocer que
nosotros somos medio ignorantes”, manifestó.

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Naturalmente, la posición del educador, sea
el maestro o el padre del joven, no siempre
es agradable para el educando. “No queramos
ser como un presentador de televisión, siempre
sonriente para que el público lo reciba bien. Todo
educador debe frustrar alguna expectativa del
educando; entonces, no siempre es simpático.
Todos crecemos como la hiedra, sobre una base,
agarrándonos de algo que nos ofrece resistencia”.
La educación debería ser, entonces, una
relación en la que el educando interactúa
con el educador, quien tiene la autoridad de
indicarle por dónde acceder al conocimiento
para que él lo elabore. Pero la autoridad no
es gratuita; se gana con la coherencia entre
el discurso y las acciones. “Los profesores de
ética son como los postes de señalización en
una vía, ellos indican algo, pero uno nunca los
ve que sigan el camino y se echen a correr. Por
esa misma razón, uno escribe lo que debería
ser, pero no siempre sigue lo que debería ser”,
dijo al referirse a la enseñanza y los libros de
ética, incluyendo los que él mismo ha escrito.
Antes y ahora
“La educación antes era enseñarle a uno a llevar
puesta la silla de montar, para que alguien se
montase encima. Ahora, hay que intentar que por
sentido de justicia, la gente no se monte en otra
y que le repugne que esto suceda, por su propia
dignidad, por sí mismo”, fueron las palabras
que utilizó Savater para concluir la necesidad
de una educación humanista en la actualidad.
Ante las condiciones económicas y sociales
del planeta, donde hay muchas desigualdades,
injusticias y poca conciencia de ello, la
educación en valores sería el camino para no
deshumanizarnos más. Y no es que los seres
humanos quieran ser inconscientes o que hayan
nacido dispuestos biológicamente para serlo; la
competitividad tan altamente apreciada hoy y
que ha permeado la escuela, la conformación de
la familia —matrimonios divorciados, segundas
uniones, padres solteros y parejas homosexuales—
La escasa presencia de los padres en el hogar y
la influencia de los medios de comunicación,
producen inconsciencia entre las personas.
Es, en términos generales, el estilo de vida
actual lo que nos conduce a la inconsciencia;
de ahí la importancia de educar en valores que
permanezcan en la persona, independientemente
de los hechos posteriores de su vida, como trabajo,
posición social, ubicación geográfica, etcétera.
Y no toda la obligación de educar en valores
recae sobre la escuela. Por el contrario, esta
debe iniciar en casa: “A la escuela deben llegar
‘domados’ los niños. Con ciertos principios que
le permitan convivir en comunidad. Los padres
tienen una responsabilidad afectiva. Es decir, una
responsabilidad pedagógica basada en el afecto”.

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Entonces puntualizó en la diferencia que hay entre
la educación del hogar y la enseñanza académica:
“lo importante de la escuela es que por primera
vez el niño va a ver personas que se ocupan de
él porque tienen la responsabilidad de hacerlo,
no le dan afecto, pero lo importante para el niño
es que haya quién se ocupe de él”. Así, según
Savater, los niños empiezan a entender que a
pesar de que no haya afecto de por medio, existen
estructuras sociales que le aceptan y le cuidan,
y en las cuales se actúa de una forma particular.
Sería como el inicio de la ciudadanía del niño.
Reflexiones
Una intervención de Savater deja temas
en el aire para posteriores reflexiones.
A continuación, algunas de ellas.
Educación e Internet
“Educar por Internet me suena como hacer el
amor por correspondencia. Para humanizar al otro
se requiere el cuerpo a cuerpo. El Internet y la
correspondencia son cosas que están muy bien,
lo que pasa es que se deben utilizar para lo que
sirven… La educación en el sentido tradicional,
por decirlo de algún modo, es más necesaria ahora
que nunca. Una persona educada puede sacar un
gran provecho de Internet porque se le ocurrirán
cosas que estudiar, irá buscando sus temas, se
pondrá en contacto con otras personas. Pero una
persona que sea un ignorante irá cayendo de un
pozo de publicidad a otro pozo de publicidad…
El bolígrafo es un instrumento muy bueno para
escribir y el teléfono muy bueno para hablar; el
asunto es que no sustituyen la presencia humana,
ni la indicación humana dentro de la educación”.
Educación como revolución
“En líneas generales, creo que cuando se arma
la rebelión no se trata simplemente de lanzarse
sobre el primero que vi y estrangularle. Es
simplemente el no aceptar como normal esas
cosas que no lo son; es decir, el hecho de que
se vea adverso que en una sociedad donde
podríamos vivir con una riqueza repartida
haya personas en la miseria, y que mientras
se desarrollan extraordinariamente las
tecnologías no se desarrollan las ayudas y las
protecciones sociales; no todo eso lo podemos
ver como normal o como irremediable porque
no lo es. La educación no debe ser ver como
irremediables cosas como las deficiencias
sociales, que puedan enmendarse y arreglarse”.
Textos escolares
“El texto escolar sigue siendo una herramienta
básica para la educación, si está bien pensado
y detallado… Tengo un amigo que trabaja en
computadoras y dice que si el libro se hubiera
inventado después del ordenador todo el mundo
lo hubiera considerado como un gran progreso…
Está muy bien pensado como instrumento de
transmisión de cultura y de almacenamiento,
etcétera… Siempre que el texto no se convierta
en un fetiche inamovible, siempre que sea un
instrumento, creo que puede estar muy bien”.
Conciencia global y local
“A veces nos llegan noticias que nos preocupan
y que no sabemos cómo remediar. Por ejemplo,
la cantidad de gente angustiada por el tsunami
que ocurrió en el Índico. Con esto hace cuatro
siglos la gente no se hubiera preocupado,
porque nunca habría sabido que pasó, le habría
llegado la noticia un año después. El problema
es que nosotros lo sabemos el mismo día en que
está ocurriendo, por una parte nos sentimos
consternados y por otra parte no sabemos qué
hacer, cómo ayudar, salvo que dar dinero…

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Esa constancia de que lo que ocurre afuera nos
concierne, nos crea unas situaciones de desafecto
porque no sabemos cómo remediar las cosas…
Es por eso que hay que tener un conocimiento
de lo global, mundial, pero también hay que
actuar localmente… Es decir, no vivamos
pendientes de intentar remediar las desgracias
muy lejanas cuando siempre tenemos suficientes
próximas como para poder trabajar en ellas”.
Homologar en valores
“Sería muy bueno que la humanidad se
homologase en una serie de cosas. Que se
educara a los niños, que la mujer llegara a ser
igual jurídica y laboralmente que el hombre en
todas partes, que las personas se preocuparan
de que no hubiese miserables ni ignorantes
alrededor… Sería excelente que todos los
seres humanos pensaran así… Me encantaría
que el ser humano estuviese homologado
en una serie de valores importantes”.
Alcances de la educación
“La educación es un instrumento importante
y valioso pero no es omnipotente, tampoco
pensemos que puede resolverlo todo. Creo que
no hay ningún logro importante en la humanidad
que no se consiga con educación, pero no que
basta la educación para resolver todos los
problemas de la humanidad… La educación
puede remediar muchas cosas y es la vía para
acompañar todas las mejoras sociales, pero por
sí misma no podemos aspirar a que nos resuelva
todo. Por ejemplo, el nazismo surgió en un país
como Alemania que no era atrasado, ni inculto,
sino un país tecnológicamente desarrollado
y ahí surgió una ideología perversa… Donde
podría surgir lo mejor surge también lo peor, yo
quiero ser optimista respecto a la educación,
pero tampoco seamos idealistas ilusorios”.
Humanismo transversal
“Un maestro de geografía debe conocer bien su
materia… O sea, uno puede transmitir humanidad
por sí mismo, pero conocimientos tiene que
tenerlos, no los puede inventar, de modo que la
gama de las cosas que exige la educación es tan
amplia como la educación misma… La educación
tiene que enseñar que todos compartimos un
destino semejante y también las condiciones y las
circunstancias de ese destino inconcreto para cada
uno de nosotros”.
Autoridad
“La buena educación es la educación en que la
persona tiene autoridad de ayudar a crecer a los
otros, no que haya tiranía que es la que mantiene
siempre al otro como menor… Si se está ayudando
desde el principio, no se tendrá que recurrir a
coacciones”.
Educación política
“Hay que educar para convivir, para ser ciudadano,
para tener capacidades criticas y así intervenir en
la sociedad en que se vive… Desde un principio
estamos condenados a la política, nunca podremos
vivir fuera de ella, y vivir en la política es saber
que tendremos que convivir con lo que no nos
guste; no hay nadie que conviva solamente con
opciones políticas que le parezcan bien, salvo en
los autoritarismos. La vida en la política es saber
que unas cosas están bien y otras que no, y saber
que hay cosas por mejorar y otras por defender y
aceptar”.