A través de la historia, podemos ver cómo se fue desvirtuando la iglesia primitiva original, en la búsqueda de los hombres que con un propósito noble quisieron preservar la sana doctrina; hasta llegar a lo que hoy conocemos como Iglesia Católica Apostólica Romana, de la cual en este espacio podremos conocer en principio algunos personajes importantes y los diferentes dogmas de la misma.
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Posteriormente, Roma asumió la supremacía debido a ciertas
condiciones históricas1
y llegó a tener mucho poder y presencia como
iglesia, especialmente por la forma en que resistió la persecución de
Nerón; en la que los cristianos romanos salieron muy afectados y
muchos murieron, pero con la cabeza en alto, ganando así, la
admiración de toda la comunidad cristiana, pues no negaron la fe.
3. La atracción de la iglesia romana tiene mucho que ver con su pretensión
de ser la iglesia original, o sea la que Jesús mismo edificó. No obstante,
la iglesia no se estableció primero en Roma, sino en Jerusalén, y la
leyenda de Pedro llegando a Roma para asumir su posición como
obispo universal sobre la iglesia carece tanto de base histórica como
bíblica.
El hecho de batallar contra las falsas doctrinas se hacía muy dificultoso
puesto que aún no tenían el Nuevo Testamento recopilado en un solo
documento (esto se dio recién a finales del segundo siglo) ellos
pensaron que tenían que hacer algo y comenzaron a hablar de la
sucesión apostólica; es decir, la sucesión de autoridad que había sido
puesta en el obispo, y de lo cual resultó en una cadena cuando el obispo
de Roma fue elevado al título de “Obispo Universal” el mismo que
decían que había sido el título de Pedro el apóstol.
4. La tradición del papado creció a través de los siglos, mientras ciertos
papas hicieron lo posible para exaltar su posición:
a. Inocencio I (402-417) afirmó que la iglesia de Roma era el
guardián de toda tradición apostólica y la fundación de la iglesia
occidental. Él fue muy directo al decir ‘la iglesia occidental’,
puesto que hubo un rompimiento muy temprano entre la iglesia
occidental y la oriental que llegó a ser oficial, entre el patriarca de
Constantinopla y el obispo de Roma.
b. León I (440-461) declaró que Pedro tenía supremacía entre los
apóstoles, y que dicha supremacía se había pasado a todos los
demás obispos de Roma, formando así una cadena perpetua de
los “obispos supremos”.
c. Gelasio I (492-496) dijo que aún el gobierno civil tenía que
someterse a la autoridad papal, pues los reyes de los hombres
también iban a ser juzgados ante Dios. En ese entonces, Roma
estaba teniendo muchos problemas con los paganos, los hunos,
los visigodos que llegaron allá para saquear la ciudad y lograr su
caída.
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Tales como el momento en que Constantino decidió trasladarse a Bizancio1
, dejando a un
amigo suyo como edicto en Roma, quien llegó a tener mucho poder político. Pero, como la
iglesia no había comenzado en Roma, no tenía la jerarquía que existía en la capital del imperio.
Sin embargo, esto también comenzó con los propósitos nobles de distinguirse de los herejes y
también combatir la doctrina.
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5. El verdadero poder del papado pudo desarrollarse rápidamente
mientras estaba menguando la influencia del viejo imperio romano, ¿por
qué? Porque estaban ocurriendo algunas unas situaciones muy
interesantes; como el hecho de que durante el tiempo en que
Constantino quiso vivir en Bizancio, no hubo emperador en Roma. Y tras
su muerte sus tres hijos se repartieron el imperio en tres partes.
Posteriormente, uno de ellos murió y los otros dos dividieron el gran
imperio entre el occidente y el oriente, pero casualmente el del oriente
cayó bajo la influencia de los gnósticos que eran muy fuertes y el del
occidente cayó bajo la influencia de los del occidente y así comenzaron
a promover cosas muy interesantes y conflictivas dentro del imperio,
llegando a tener mucho poder en los dos reinos; sin embargo, después
de la muerte de Constantino, fue el obispo de Roma quien ganó mayor
reconocimiento a causa de dicho poderío.
a. Veamos también algo interesante respecto de Constantino de
quien se dice que es “el emperador cristiano”, esto está lejos de la
verdad, pues él quiso utilizar a la comunidad cristiana como un
poder político para unificar su imperio, pero no se bautizó hasta
poco antes de su muerte; es decir, no tuvo mucha convicción
cristiana, solo quiso honrar a los cristianos porque pensó que el
Dios de ellos, le había ayudado a vencer en su batalla para
asumir el poder. De esta visión proviene un signo que se ve en
las iglesias romanas, como una “r” delgadita que es una rho
griega y la “c” que es una Ch, correspondientes a una señal
divina, según Constantino, éstas son las dos primeras letras del
nombre de Cristo (χριστος) en griego.
Se dice que este símbolo llamado Crismón o Lábaro no fue
una creación de Constantino puesto que dos siglos antes en la ciudad
de Pompeya ya se vislumbraba el mismo.
Otro dato histórico interesante es que la primera moneda que
Constantino mandó a acuñar tenía de un lado una cruz, que era
vista como símbolo del cristianismo, en el reverso podía tener el
busto del emperador con la insignia de la religión oficial del
ejército romano ‘Sol invictus’ (Sol invencible) de la cual él era el
titular, con el título de ‘Pontífice máximo’.
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En esta imagen de una de las monedas de Constantino, podemos
observar la cruz cristiana de la cual estábamos hablando anteriormente.
Cuando el emperador ya no podía cumplir con algunos de sus
deberes, el obispo de Roma le ofrecía sus servicios,
estableciéndose así en el poder tanto político como religioso. Un
ejemplo destacado de tal servicio se vio en la persona de
Gregorio I (590-604) también llamado “El Grande”, quien ganó
para sí gran reconocimiento porque defendió la ciudad de Roma,
firmó el tratado de paz con el enemigo, y administró los fondos
públicos de esa ciudad. Llegando a ser el hombre más poderoso
de toda Italia, ganando el respeto de la mayoría, mas rehusó
aceptar el título de “Obispo Universal”. Pero finalmente, ese
“honor” fue reservado para uno de sus sucesores, Bonifacio III, un
obispo que no sobresalió (salvo que aceptó por primera vez el
título de referencia, no es cierto entonces que Pedro llevara dicho
título), pues ocupó esa posición por sólo un año (606-607).
6. La autoridad absoluta del papa, respecto a todo asunto de la fe y la
moralidad, se estableció oficialmente hace menos de ciento cincuenta
años. En el Concilio del Vaticano I (1870), en el que Pío IX dio definición
a la doctrina de la infalibilidad papal, antes de esto no hubo doctrina
oficial. Esta doctrina afirma que el papa no puede errar cuando “habla ex
cathedra, (la palabra catedral quiere decir la iglesia del obispo) cuando
está funcionando como pastor y maestro de todos los cristianos,
ejerciendo así completa autoridad apostólica”. Aunque el papa tal vez
sea un hombre inmoral (y ha habido algunos casos), a pesar de esa
situación, siempre es infalible cuando ocupa el trono, en posición del
Vicario de Cristo y Pastor Universal. El alma de tal papa puede estar
en el infierno, pero todas sus palabras son verdaderas e infalibles
siempre y cuando éstas hayan sido pronunciadas ex cathedra.
7. Desde el Siglo VIII, los papas han afirmado no sólo su autoridad
espiritual, sino también poder político y financiero. Han usado las
falsificadas (probadas así por varios expertos) “Donaciones de
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Imagen tomada de la página Web: www.tesorillo.com
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Constantino”, éstas se crearon después de la muerte de Constantino
para ganar mucho poder económico en las regiones de Roma, ya que
todo el mundo sabía que el emperador estaba muy agradecido con los
cristianos (esto es una verdad histórica); por ello, daba muchos favores
a los cristianos; sin embargo, nunca declaró que la iglesia cristiana
era la religión oficial del imperio, lo que sí hizo fue legalizar el
cristianismo dándole una posición igual que la que gozaban las otras
religiones reconocidas del paganismo, porque antes el cristianismo era
una religión ilegal dentro del imperio romano. Estas “Donaciones de
Constantino” fueron siete documentos escritos por algunos obispos, a
través de ellas los papas recibieron “provincias, distritos y ciudades de
Italia y de las regiones occidentales”, de esta forma gozaban de muchos
privilegios, hoy en día los eruditos admiten esto como algo cierto de la
historia.
No fue hasta 1929, que el papa tuvo que aceptar una reducción
considerable de su poder temporal, pues Benito Mussolini no le iba a
permitir esta clase de poder fuera del Vaticano. No obstante, ese
pequeño Estado Político todavía ejerce bastante influencia en los
asuntos políticos del mundo, y ha establecido reconocimiento
diplomático con treinta y siete naciones.
8. He aquí algunas doctrinas que han servido como puntos divisionistas
entre los que respetan y siguen la Palabra de Dios:
a. La veneración de los “santos” (Agustín3
el gran teólogo que
vivió en el cierre del quinto siglo y comienzos del sexto, hizo la
distinción entre la adoración reservada sólo para Dios, y el honor
‘veneración’ dado a los mártires y otras personas de grandes
hazañas): vea Hch. 10:24-26: “Un día después llegó a Cesarea.
Cornelio estaba esperándolo con los parientes y amigos íntimos
que había reunido. Al llegar Pedro a la casa, Cornelio salió a
recibirlo y, postrándose delante de él, le rindió homenaje. Pero
Pedro hizo que se levantara, y le dijo: —Ponte de pie, que sólo
soy un hombre como tú”; aquí vemos al apóstol Pedro quien
supuestamente fue el primer papa, que no le permite a Cornelio
que se postre ante él, porque él era también un hombre y ese tipo
de adoración está reservada a Dios solamente. En Gá. 1:8 dice:
“Pero aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara
un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga
bajo maldición!” Este pasaje es también muy claro al referirse al
lugar que ocupa aquel que proclama una doctrina diferente al
verdadero evangelio, sin importar si es un apóstol o un ángel,
caerá bajo maldición. Y en Ap. 22:8,9 vemos que el mismo
apóstol Juan quiso adorar a un ángel y este le dijo que no lo
hiciera: “Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que
es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. Yo, Juan,
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Agustín fue contemporáneo de Jerónimo quien fuera el traductor de la Vulgata del hebreo y el griego al
latín.
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hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y
en la perseverancia que tenemos en unión con Jesús, estaba en
la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio
de Jesús”.
Como vemos la Biblia nunca hace una diferenciación entre
adoración y veneración.
b. La exaltación de la Virgen María. A ella se le aplicó la
designación “Madre de Dios” en el quinto siglo, y su importancia
ha estado creciendo desde aquel tiempo hasta el día de hoy.
Poco a poco, ella ha tomado una posición en la iglesia romana
que tiende a distraer del poder salvador de Jesús.
c. La doctrina de la “concepción inmaculada” afirma que María
nació “libre de la contaminación del pecado original”. En 1854, Pío
IX declaró que María nació en pureza, haciéndole apta para ser la
“Madre de Dios”. Lo único es que si María tenía que ser “pura”
para poder dar a luz al Hijo de Dios (también libre de pecado),
¿por qué no tendría que nacer en pureza la madre de María para
ser digna del honor de dar a luz a la “Madre de Dios”? andando
con la lógica del papado, se tendría que “purificar” cada
generación hasta llegar a Eva, y tal proceso echaría por tierra
de una vez esta doctrina del pecado original. Al fin y al cabo, la
doctrina del pecado original y la de la concepción
inmaculada son mutuamente exclusivas. Esta última no debe
confundirse con el nacimiento virginal de Jesús, el cual es una
doctrina correcta y bíblica.
d. “Asunción de María”, este es un dogma más reciente –y uno de
los pocos establecidos por un decreto ex cathedra-. Esta doctrina
afirma que no sólo el alma, sino también el cuerpo, de María
entraron en el cielo, pues al igual que su Hijo su cuerpo no
vería descomposición. Esta enseñanza fue aceptada
oficialmente por el decreto de Pío XII en 1950.
e. En 1864, Pío IX escribió un documento que identificaba ciertos
“errores”, entre ellos la separación de la iglesia del Estado, la
libertad religiosa, y la libertad de las escuelas públicas de la
autoridad eclesiástica. Así fue que la iglesia fue perdiendo mucha
influencia y privilegios, pues antes de todas estas reformas, la
iglesia católica tenía poder sobre el registro civil, siendo ellos
quienes podían decidir las personas que eran legítimas y cuáles
no, también tenía poder sobre el matrimonio, sobre los
cementerios decidiendo quienes podían o no ser enterrados.
f. El catolicismo patrocina muchas organizaciones seculares para
alcanzar sus metas.
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Ahora, puesto que no es cierto que la Iglesia Católica Apostólica
romana sea la original ni es cierto que sea apostólica, pues no se
formó hasta mucho después de la muerte de los apóstoles, ni
tampoco es cierto que sea universal, y muchas otras de estas
cosas que hemos presentado aquí y que sin embargo sirven para
dividir. Entonces debemos tener presente que si vamos a cumplir
con lo que el Señor quiere que hagamos, vamos a tener que
basarnos únicamente en la Biblia que contiene la verdadera
Palabra de Dios.