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• El colegio debe educar, ¿y los padres?
• El tema del colegio está muy presente en la vida
familiar. Tanto es así, que muchas veces las
expectativas que los padres tienen sobre los
mismos exceden los objetivos que puede
proponerse una institución educativa. Esta
decepción muchas veces se manifiesta en
reclamos que, injustamente, ponen en manos de
directivos o maestros, tareas que son propias de
los padres. Para utilizar una frase que me gusta
mucho: se tercerizan las responsabilidades.
3. • Ahora bien: a la hora de elegir un colegio,
¿cuáles son las motivaciones que tienen en
general los padres?. Algunos, simplemente lo
eligen por la distancia, muchos se fijan en las
ventajas y desventajas económicas (tanto de
un colegio privado como del estado) otros por
su nivel académico y otros porque creen que
el mismo puede ayudarlos a complementar la
educación que se les da en casa. No faltan
aquellos que piensan que pago un colegio
para que eduquen a mi hijo. Colegio pago =
niño educado.
4. • Hay algo que está muy claro: nadie podrá
reemplazar a quiénes son los primeros
educadores, o sea, los padres. Por eso hay que
tener un delicado equilibrio para saber que le
corresponde a cada uno, de manera que la
educación de los chicos vaya por la vía de
complementar esfuerzos y no de demandar lo
imposible, o de la permanente protesta.
5. • Creo que de un colegio, como lo han dicho todos
los grandes educadores de la historia, debo
buscar lo que como padres no puedo darle en el
ámbito de mi hogar. Dicen que no hay nada peor
que una madre explicando matemática o un
padre tomando la lección de geografía. Para ello
existen profesionales en quiénes, en primera
instancia, debo confiar. Esto significa que a la
hora de elegir una institución debo conocer su
ideario, su estilo formativo y su historia. Este, una
vez conocido, me permitirá, no sólo elegir un
establecimiento en donde mi hijo pase la gran
mayoría de sus horas diarias, sino un lugar, que
me inspire confianza, en donde yo busco
complementar la educación de mi hijo. Un lugar
en donde, de alguna manera, estoy delegando
parte de mi paternidad.
6. • Delegar parte de mi paternidad, no es poner mi
responsabilidad en el otro sino, acompañarse
mutuamente en un momento vital del
crecimiento de nuestros hijos, familia y colegio.
Por eso decimos con énfasis que los colegios
complementan la educación de los padres, y que
los padres deben elegir con criterio el lugar en
donde sus hijos desarrollarán gran parte de su
formación personal. Ahora bien, los padres
también deben acompañar esta educación, fuera
del colegio y dentro del hogar.
7. • Muchos padres que se presentan muy seguros y
exigentes a hacer reclamos ante los profesores luego en
sus casas no mantienen esta coherencia y muchas
veces pasa lo que tan bien describe el Dr Jaim
Etcheverry en su libro “La Tragedia Educativa”, página
60: “La escuela, que puede y debe ejercer una función
de liderazgo, está condenada a perder frente a una
sociedad que a cada instante la desautoriza. Si la
sociedad deshace prolijamente lo que pretende que la
escuela construya, no puede esperarse que la
educación represente una gran diferencia”. Este
comentario del Dr Etcheverry es perfectamente
adaptable a los padres que deben sostener con
conductas coherentes lo que de alguna manera
reclaman en las instituciones educativas.
8. • Cuando colegios y familia están de acuerdo un
solo proyecto educativo, fundado en la
formación integral de la persona, la
posibilidad de cumplir estos objetivos es
posible. De lo contrario, siempre se vivirá en la
dualidad entre lo que se pretende y lo que
realmente es posible. Nos parece que el mejor
de los proyectos, que es el proyecto de vida,
sólo es posible construirlo cuando se toma a la
persona en su totalidad y se la acompaña con
uniformidad de criterio. En esto no puede
haber cortocircuitos, porque los únicos
perjudicados son los alumnos, nuestros hijos.