Vision panoramica del di en sead bajo diferentes enfoques teóricos
Las TIC y su impacto positivo en la educación superior y la investigación
1. Universidad Nacional Abierta
Dirección de Investigaciones y Postgrado
Maestría en Educación Abierta y a Distancia
Filosofía de las Ciencias (801)
Unidad IV – Prof. Jesús Peña
LAS TIC Y SU IMPACTO POSITIVO EN LA
EDUCACIÓN SUPERIOR E INVESTIGACIÓN
-reflexión-
Rincón, Lola. cefalola@gmail.com
Mayo, 2013
2. Ficha de Textos utilizados
Akyeampong, D. (1998). La educación superior y la investigación: desafíos y
oportunidades. Disponible en:
Buarque, C. (2005) Universidad sin fronteras. Seminario Internacional “La
universidad hoy: desafíos y oportunidades”. Disponible en:
Esté, A. (1983). Una escuela para la Gente; Una universidad para Venezuela.
Disponible en:
Ugalde, L. (2011). La universidad necesaria para el siglo XXI. Disponible en:
http://www.ucab.edu.ve/tl_files/Home-Images/noticias/Luis%20Ugalde.pdf
Si en algo estamos de acuerdo, -y digo estamos porque me sumo a lo
expresado por los autores consultados-, es en la necesidad de renovar a la
institución universitaria, en función de los acelerados cambios sociales que se han
verificado en los últimos tiempos. Una renovación urgente, que quizás se ha
pospuesto desde adentro, por esa singular endogamia a la que apunta Ugalde
(2011). Es cierto que la universidad tiene sus propias características que la hacen
una institución dentro de la sociedad, pero nunca se debe olvidar que está
pensada por, para y en función de la sociedad. En tal sentido, la discusión debe
ventilarse hacia otros sectores de la vida nacional, abriendo caminos para la
genuina integración de la universidad con su entorno (Esté, 1983).
Interesa también dentro de la reflexión, -y muy particularmente-, el papel de las
universidades como agentes creadores del conocimiento. Resulta paradójico que,
siendo la investigación una actividad inherente a la universidad, para lo que la
sociedad le ha confiado sus mejores hombres, es esa misma sociedad, a través
de la administración gubernamental, quien le resta esa libertad a la universidad
para que investigue. La actividad investigativa que redundó enormes beneficios a
toda la sociedad está siendo sujeta, o más bien controlada, por otros intereses
alejados del saber (Akyeampong, 1998).
Mención especial en esta reflexión, merecen las ideas de Ugalde (2011)
relativas a los mitos y dogmas que tenemos alrededor de la institución
universitaria, los cuales han impedido la discusión libre y creativa sobre los
asuntos propios de la universidad, todo ello aunado al momento político que
3. vivimos los venezolanos, por encontrarnos inmersos en una “lucha del poder por el
control” (ob. cit), donde cada parte de la sociedad se asume dueña de la
universidad, negando la necesaria y hasta lógica diversidad plural de pensamiento
que debe coexistir en sus predios. Los mitos, dogmas y medias verdades siguen
allí, monolíticamente. Cada vez que se empieza una discusión sobre ellos, salen a
colación todas nuestras culpas por haber dejado que las cosas llegaran a este
punto.
Entre esos mitos y dogmas tenemos: a) “la universidad venezolana debe ser
gratuita para todos”. Basta que alguien mencione esta frase para muchos
argumenten el derecho al estudio, las políticas de inclusión y otras objeciones que
suenan a campaña política, sin percatarse del monumental costo que significaría
esto para el estado, por más omnipotente que éste sea; b) “todo profesor es, o
debe ser, un investigador”. Más de un docente tiembla cuando alguien le espeta
estas palabras en la cara, a sabiendas de que ser investigador es algo bastante
más complejo para lo cual hay que especializarse, pues los egresados en
educación no reciben la formación para ello; c) “sólo el Estado debe y puede pagar
la educación de calidad que requieren los venezolanos”. Unos cuantos fanáticos
todavía creen que esto es posible gracias “al petróleo”, cuando la realidad es que
esto haría caer al estado en la bancarrota por la imposibilidad de cubrir los costos
del sistema educativo nacional (Esté, 1983) –considérese en este punto, que sólo
a nivel universitario se está hablando de más de dos millones de estudiantes-; d)
“la universidad debe ser sin restricciones para la entrada”. Muchos dejan de lado
que, si esto se aplica en toda su contundencia, la densidad poblacional, que
generaría una enorme carga académica-administrativa, amenazaría la calidad
educativa que tanto se demanda, convirtiéndose tal vez y por defecto en una
fábrica de títulos.
Entrar ahora a exponer las causas por las que la universidad está detenida en
el tiempo, es seguir jugando al desastre institucional. La reflexión por ende, apunta
a que veamos hacia el futuro sin apasionamientos, conscientes de la situación
política y económica en la que vive la sociedad venezolana. Por esta razón, mi
4. reflexión se alinea con lo que podrían significar las tecnologías de la información y
la comunicación, poderosas herramientas en las que conseguiría apoyarse la
universidad y así, poco a poco, salir de su marasmo.
Buarque (2005) invita a la universidad a salir de sus fronteras. Al menos dos de
ellas, -la geográfica y la del campus-, se romperían instantáneamente dotando a
las universidades de equipos y actualizadas plataformas tecnológicas. Los demás
límites, –el social, el de las disciplinas, el del diploma, el epistemológico y el del
método-, se verían notoriamente minimizados con sólo impulsar las tecnologías de
la información y la comunicación. Las TIC significarían un avance para los
estudiantes desde todo punto de vista, tanto para los más favorecidos
económicamente como para los que no tienen los recursos, lo que implicaría un
punto a favor de estrechar la brecha social. También se constituirían en un puente
para vincular las disciplinas históricamente divorciadas, permitiría la
profesionalización y la capacitación constante a los ya egresados, impulsaría la
apertura epistemológica y se alzaría como abanderada a la hora de hacer los
métodos pedagógicos más participativos y colaborativos, en donde docentes y
estudiantes irían de la mano en la búsqueda del saber.
Akyeampong (1998) también toca el punto cuando comenta sobre la función de
las TIC y especialmente sobre la universidad virtual. En sus palabras, esta
universidad “... fomenta la colaboración entre universidades y docentes que se
encuentran en lugares alejados, permite que los estudiantes accedan fácilmente a
bibliotecas de primera clase de distintas instituciones y constituye un medio
excelente para reducir costes”.
Más adelante, el citado autor se refiere a la dimensión internacional de la
enseñanza superior y la investigación. En este aspecto insiste en la necesidad de
vincular a los países en desarrollo con los más desarrollados, dotando de
infraestructura en educación superior e investigación a los primeros. Esto sería
posible si, en lugar de invertir en infraestructura física se pensara en
infraestructura tecnológica, pues a la larga reduce costos al sistema y se convierte
en una manera de potenciar el recurso humano. Los investigadores universitarios
5. se verían enormemente favorecidos si contaran con unidades de investigación
tecnológicamente dotadas, no sólo para dedicarse a la investigación aplicada sino
para apoyar la básica, orientada a generar conocimiento.
Esté (1983) también sugiere, a partir de conceptos más amplios, una manera de
fomentar la educación abierta, cuando expresa la importancia de que la escuela se
relacione con su entorno. En sus palabras: “Si decimos que una escuela, un liceo
o una universidad son Centros Generadores de Cultura, es porque en ellos puede
darse la confluencia de todos los componentes de la actividad de la gente que en
otros ambientes aparecen parcialmente y que en estos sitios, en las escuelas,
podría tener su mejor lugar, su propio lugar al ser integrados” (p. 40). A este
entorno del que habla el autor, que bien puede ser local o internacional, se
accedería mucho más fácilmente, si las instituciones educativas contaran con el
apoyo de las TIC, que actuarían como ventanas al mundo donde ocurre la
actividad social.
Por último, tenemos a Ugalde (2011) y su propuesta de universidad abierta, al
menos en cinco aspectos: 1) abierta a la escuela; 2) abierta a las empresas; 3)
abierta y en interacción con otras universidades del mundo; 4) abierta y en
interacción con los sectores pobres y excluidos; 5) abierta y flexible a la formación
continua. Creo que no redundo al decir que esta apertura podría resultar mucho
más viable si se cuenta con el apoyo de las TIC en las instituciones educativas.
Esta reflexión, finalmente, no pretende ser otra cosa que una visión personal
sobre lo que significaría poder contar con un sistema educativo e investigativo
apoyado en las TIC. Estoy convencida que la solución a muchos de los problemas
de la educación superior está en aplicar programas de dotación de infraestructura
tecnológica en las escuelas. Creo que no es una utopía, porque países más
pequeños y con menos recursos lo han logrado (como Uruguay), así que todo está
en tener la voluntad y proponerse a cambiar la actual situación. Por la vía que
vamos, mientras el discurso político se radicaliza, la educación sigue estando de
última en la cola de las necesidades de la sociedad venezolana.