El tren bala, también conocido como tren de alta velocidad, alcanza velocidades superiores a 200 km/h en líneas existentes y 250 km/h en líneas diseñadas específicamente para su uso. Su elevada velocidad le permite competir con el transporte aéreo para distancias medias. España comenzó las pruebas de alta velocidad en los años 1960 y en 1992 inauguró su primera línea de alta velocidad de 1.435 mm de ancho para trenes TGV fabricados por Gec Alsthom. Actualmente, España tiene la
1. EL TREN BALA
se denomina tren de alta
velocidad (TAV), tren rápido o tren
balaa aquel que alcanza velocidades
superiores a 200 km/h sobre líneas
existentes actualizadas, y 250 km/h
sobre líneas específicamente diseñadas
para tal efecto, según la UIC (Unión
Internacional de Ferrocarriles).1
Su elevada velocidad les permite
competir con el transporte aéreo para distancias medias, del orden de los cientos
de km.
En todos los casos se trata de vehículos y vías férreas desarrolladas de forma
conjunta, dado que las velocidades alcanzadas requieren de técnicas
específicas.
El tren de alta velocidad está considerado como el medio de transporte más
seguro del mundo, por delante del avión.2 En los últimos 40 años solo ha habido
cinco accidentes con víctimas mortales, siendo el más grave el accidente de
Eschede.
En los años 1960 se comenzó en España a hacer pruebas de alta velocidad,
superando los 200 km/h con un Talgo propulsado por una locomotora de la Serie
352 de Renfe y años más tarde con el prototipo de la Serie 443 de
Renfe (el Platanito). No se empezó a estudiar como una propuesta real hasta el
año 1986, cuando el Ministerio de Transporte preparó el Plan de Transporte
Ferroviario (PTF). Ya en 1992 se inauguró la primera línea de alta velocidad en
España con un ancho de vía de 1.435 mm, para la cual se adquirieron 18 trenes
TGV (Tren a Gran Velocidad) fabricados por Gec Alsthom en ATEINSA (Serie
100 de Renfe), tren que puede alcanzar una velocidad máxima de 300 km/h.
En la actualidad, España cuenta con una red de alta velocidad en expansión y
una gran cantidad de modelos de trenes de alta velocidad, con diferentes
tecnologías y soluciones de desarrollo propio, como el tren de muy alta
velocidad Talgo AVRIL, o las aportadas por CAF para resolver problemas de
diferentes anchos de vías o diferentes sistemas de señalización, además de
llevar a la implantación comercial de velocidades cada vez más altas. El
Gobierno Español cuenta tras la inauguración a finales de 2010 de la LAV
Madrid-Valencia, con la segunda mayor red de alta velocidad ferroviaria
existente, llegando a los 2.230 km, superando a países con alta tradición en esta
tecnología, como Japón o Francia, e inmediatamente por debajo de China.