1. El pan que no usas es el pan del hambriento. El vestido colgado en tu armario es el vestido del que está desnudo. Los zapatos que no te pones son los zapatos de quien está descalzo. El dinero que tienes guardado es el dinero de los pobres. El bien que dejas de hacer son injusticias que cometes. (San Basilio) Lucas 12, 13-21 // 18 Tiempo Ordinario –C Autora: Asun Gutiérrez.
2. Uno de la multitud le dijo: –Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia. Jesús le respondió: –Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes? Jesús se niega a ejercer de juez. Como en otras ocasiones, se distancia del caso concreto y va al fondo de la cuestión. Aprovecha la ocasión para referirse a la actitud que sus seguidores deben mantener frente a las posesiones materiales.
3. Y añadió: –Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas. Jesús está convencido de que la felicidad no depende de los bienes materiales, por muchos que se tengan. Jesús nos previene ante el deseo de acaparar, usurpar, acumular posesiones y privilegios... porque esa actitud esclaviza, aleja del amor generoso y gratuito del Padre y rompe la solidaridad entre los hermanos. El espíritu del Reino es abandonar el futuro en manos de Dios y compartir lo que se tiene, especialmente con quienes más necesitan.
4. Les dijo entonces una parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: ¿Qué voy a hacer? No tengo donde almacenar mi cosecha”. Después pensó: Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”. En el diálogo que mantiene este hombre consigo mismo desvela sus prioridades e intereses en la vida. Invierte en un porvenir egoísta, piensa en tener sólo para él. No hubiera desentonado en nuestra sociedad consumista, donde una de las mayores idolatrías, también entre los cristianos, es el dinero. ¿En qué valores invierto? ¿Qué es lo que realmente enriquece a una persona?
5. Pero Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?”. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios.” El dinero y todos los bienes materiales tienen valor si valen para la vida definitiva, que ya ha comenzado. Jesús nos invita a plantearnos que el verdadero tesoro para nuestras vidas no proviene de las posesiones materiales que consigamos y acumulemos, sino de lo que seamos capaces de dar y recibir como don. ¿Quién es rico ante Dios?
6. Envía tu Luz Envía tu luz a esta tierra injusta para que se reparta el pan al pobre. Abre nuestros ojos para ver la verdad. Abre nuestros oídos para oír el dolor. Haz que seamos personas de Paz, que llevemos la paz con nosotros. Aparta de nosotros el ansia de consumir y ayúdanos a saber compartir. Que demos la mano a quien lo necesite.Amén. Juanjo Elezkano