El documento habla sobre el servicio en la Iglesia del Nuevo Testamento. Desde sus comienzos, la Iglesia unió la predicación del evangelio con el servicio a los necesitados dentro y fuera de ella. Más tarde, la Iglesia se organizó nombrando siete diáconos para ayudar a los necesitados. Pablo enseñó a las iglesias gentiles a recordar a los pobres y a ayudar a congregaciones que pasaban necesidad. El servicio a los demás es una manifestación de nuestra fe.
3. El servicio dentro de la Iglesia.
El servicio fuera de la Iglesia.
El servicio entre congregaciones.
El servicio como forma de vida:
El servicio enseñado por Pablo.
El servicio enseñado por Santiago.
Jesús nos comisionó a
predicar el Evangelio en todo
el mundo, haciendo
discípulos y bautizándolos.
Siguiendo el ejemplo de
Jesús, desde sus mismos
comienzos la Iglesia unió la
predicación del evangelio con
el servicio a los necesitados
dentro y fuera de ella.
4. Bajo la dirección del Espíritu Santo, la
Iglesia creció exponencialmente. Los
nuevos creyentes eran “de un corazón y un
alma” (Hechos 4:32).
El que tenía mucho, compartía con el que
no tenía, hasta que no hubo entre ellos
ningún necesitado.
Con el tiempo, el problema del reparto
entre los necesitados obligó a la Iglesia a
organizarse, nombrando siete diáconos
para que realizasen esa tarea.
Aunque el sistema de tener todo en común
no perduró más allá de la comunidad de
Jerusalén, sirvió como base para que la
Iglesia se preocupase por los necesitados.
5. La ciudad de Jope fue grandemente bendecida
por el ministerio de una mujer cristiana: Dorcas.
Ella arreglaba y preparaba ropa para aquellos
que la necesitaban. A esto añadía obras de
caridad en forma de limosnas para satisfacer las
necesidades de los pobres.
No limitó su ministerio a los miembros de su
iglesia, sino que beneficiaba con él a todo aquel
que lo necesitara.
Cuando llamaron a Pedro, tras la muerte de
Dorcas, le mostraron cómo eran ayudadas por ella
las viudas y los pobres.
Ayudar a otros desinteresadamente no es fácil.
Aunque una vida de servicio requiere abnegación
por nuestra parte, el impacto en los demás puede
tener consecuencias eternas.
6. Cuando el Evangelio comenzó a predicarse y
ser aceptado ampliamente entre los gentiles,
surgieron algunas discrepancias. Se convocó
un Concilio para resolverlas (Hechos 15).
Junto a las propuestas doctrinales, se le pidió
a Pablo que enseñase entre los gentiles a que
recordaran a los pobres (Gálatas 2:10).
Cuando la iglesia en Jerusalén tuvo
problemas a causa de una hambruna,
Pablo propuso una recaudación especial
entre las iglesias gentiles para ayudarles.
Esto nos enseña que las congregaciones
locales no deben centrarse solo en sus
propias necesidades, sino que deben
también ayudar a suplir las necesidades
de otras congregaciones.
8. En Romanos 12, Pablo
muestra cómo debe ser
la vida de aquellos que
están dispuestos a
presentarse como
“sacrificio vivo” (v. 1), y
cómo deben relacionarse
con los demás:
Si tienes el don de servir, sirve (v. 7)
Si tienes el don de repartir, hazlo con liberalidad (v. 8)
Sé misericordioso, pero con alegría (v. 8)
Ama sin fingimiento (v. 9)
Aborrece lo malo y haz lo bueno (v. 9)
Ama con amor fraternal (v. 10)
Da la honra a los demás (v. 10)
Sé diligente, no perezoso (v. 11)
Comparte para las necesidades de los santos (v. 13)
Practica la hospitalidad (v. 13)
Gózate con el que se goza y llora con el que llora (v. 15)
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer (v. 20)
9. Santiago, hermano de Jesús y una de las columnas de
la Iglesia (Gálatas 2:9), era considerado un hombre
santo y justo por todos los habitantes de Jerusalén.
En su epístola, nos muestra cómo debemos servir a
los demás:
Poniendo en práctica nuestra fe (1:22)
Ayudando a los necesitados (1:27)
Evitando el trato desigual entre las
personas (2:1-4)
Vistiendo al desnudo y dando de comer
al hambriento (2:15-16)
Actuando con justicia (5:4)
Nuestro servicio a los demás es una
manifestación visible de nuestra fe (2:14-17).
10. “Cristo conservará los nombres de todos
aquellos que consideran que no hay
sacrificio demasiado costoso para serle
ofrecido sobre el altar de la fe y el amor…
Cuando el egoísta y el orgulloso sean
olvidados, ellos serán recordados; sus
nombres serán inmortalizados. A fin de
que nosotros seamos felices, debemos vivir
para hacer felices a otros. Será para
nuestro beneficio ceder nuestras
posesiones, nuestros talentos y nuestros
afectos en devoción agradecida a Cristo, y
encontrar así felicidad aquí y en la gloria
inmortal del más allá”
E.G.W. (Testimonios para la iglesia, tomo 3, pg. 277)
11. Te invitamos a bajar
y estudiar cada una
de las 13 lecciones de
esta serie:
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