Este documento proporciona información sobre la ubicación, clima, relieve e hidrografía del departamento de Santander en Colombia. Brevemente describe que Santander limita con varios departamentos y su capital es Bucaramanga. Explica que el clima varía según la altitud con temperaturas cálidas en el valle del Magdalena y más frías en la cordillera. Finalmente, señala que el relieve se compone principalmente de la cordillera Oriental y el valle del río Magdalena, y que los principales ríos son el Magdalena y Sog
1. UBICACIÓN
Santander es uno de los 32 departamentos de Colombia, situado en el nororiente del
país en la región Andina, su capital es Bucaramanga. Limita al norte con los
departamentos de Norte de Santander, Cesar y Bolívar, al occidente con Antioquia, al
sur con Boyacá y al oriente con Boyacá y Norte de Santander.
El nombre oficial es Departamento de Santander y recibe su nombre en honor al
héroe de la independencia de la Nueva Granada Francisco de Paula Santander.
Santander se ubica en el sector noroccidental de los Andes colombianos. Está
conformado por 87 municipios los cuales se agrupan en seis provincias reorganizadas
en ocho núcleos de desarrollo provincial denominados Área Metropolitana con su
capital en Bucaramanga, Comunero con su capital en Socorro, García Rovira con su
capital en Málaga, Guanentá con su capital en San Gil, Mares con su capital en
Barrancabermeja, Soto Norte con su capital en Matanza y Vélez con su capital en
Vélez.
CLIMA DE SANTANDER
El clima del departamento de Santander se ve afectado por la diversidad de
altitud, la cual proporciona pisos térmicos y paisajes diferentes. En el valle del
bajo Magdalena, las temperaturas promedio son del orden de 29°C y lluvias
abundantes, registrándose hasta 3.800 mm... anuales; en el flanco de la
cordillera disminuye la temperatura, las lluvias son de 1.500 a 2.000 mm en
promedio anual; con excepción del sur y especialmente del cañón del
Chicamocha donde la precipitación es menor de 500 mm..., y altas
temperaturas que alcanzan valores hasta de 32°C; el área de los páramos
registra temperaturas inferiores a 7°C y escasa precipitación. Sus tierras se
distribuyen en los pisos térmicos cálidos, templados y bioclimática páramo.
El clima varía según el pueblo, e incluso según el corregimiento o la vereda,
pues hay variedad de pisos térmicos debido a que la cordillera Oriental de
los Andes permite tal asunto. Es asi como en Cepitá que queda al fondo del
cañón del Chicamocha, hace un calor espectacular en el pueblo, pero en las
veredas hará otra temperatura. Igual sucede en el área metropolitana de
Bucaramanga: Bucaramanga tiene temperaturas que varían entre los 28 a
35 grados centígrados, pero en el municipio de Girón que queda a 15
minutos en carro y a sólo 5 kms de distancia, suele subir a los 40 grados
centígrados, y Piedecuesta, también en el area metropolitana de
Bucaramanga, tiene sólo 18 grados centígrados.
RELIEVE
En el relieve del territorio del departamento de Santander se distingue dos
grandes unidades fisiográficas denominadas Valle Medio del Magdalena y la
cordillera Oriental. El valle del Magdalena, al occidente del departamento, se
2. caracteriza por un modelado plano y suavemente ondulado; en las márgenes
del río Magdalena predomina la vegetación selvática y al oriente de éstas, se
encuentra una faja de bosque ecuatorial.
Por su parte, la cordillera Oriental ocupa la mayor parte del departamento en
dirección general suroeste - noreste. El relieve es quebrado y de pendientes
fuertes con alturas superiores a los 3.000 m sobre el nivel del mar, como en la
cordillera de los Yariguíes o de los Cobardes (constituye la divisoria de aguas
entre los ríos Suárez al oriente y Magdalena al occidente); otros accidentes
orográficos son los páramos, que le sirven de límite, por el oriente con Boyacá
sobresalen los páramos de Chontales, Consuelo y Cruz Colorada; por el norte,
con Norte de Santander están los de Carcasí, Almorzadero y Santurbán.
Además, en el flanco occidental de la cordillera, se encuentra una serie de
terrazas, de ambiente muy seco, la más extensa e importante es la mesa de
Los Santos o Jéridas; todas estas mesetas se presentan en forma
escalonada, muy erosionadas y cortadas abruptamente ante el cañón del
Chicamocha; éste último constituye uno de los rasgos morfológicos más
notables del relieve santandereano que se encuentra en sentido oriente -
occidente, por ser el cauce más profundo del país, a lo largo de abruptos
desfiladeros carentes de capa vegetal y en continuo proceso de erosión
que configuran un espectacular paisaje.
HIDROGRAFÍA.
La red hidrográfica del departamento de Santander está conformada por
numerosos ríos, quebradas y corrientes menores, entre ellos se destacan por
su importancia los ríos Magdalena, Carare, Lebrija, Opón, Sogamoso (formado
por la confluencia del Chicamocha y del Suárez), Cáchira, Chucurí, Ermitaño,
Fonce, Guaca, Guayabito, Horta, La Colorada, Nevado, Onzaga, Paturia, San
Juan y Servitá. Existen también varias ciénagas localizadas en las
proximidades del río Magdalena; entre ellas las más notables son Colorada,
Doncella, El Llanito, Opón, Paredes, Rabón, Redonda, San Silvestre y
Yariquíes, Chucurí .
Lagunas como: La Charca, La Grande, La Negra, La Cruz y de Ortices.
Cascadas como: Betulia, El Duende, Uchata, Santa Fé, El Medio, Chirigua, San
Cara, Barrueto, Curití, Tequía, Cachalú y muso, La Bramadora y La Laja.
Cultura
• Artesanías:, cerámica, madera, piedra, lana. Fique, etc.
• Culinaria Típica: hormigas culonas, mute, tamales, arepas, cabrito, pepitoria,
chicha,Carne Oreada, etc.
• Música Autóctona: guabina, torbellino, bambuco, pasillo, etc.
• Instrumento Musical: tiple y requinto
• Festivales: festival de La Guabina y el Tiple en Vélez, ver: Folclore Veleño
3. Los símbolos de Santander incluyen su bandera, su escudo, su himno y la hormiga
culona.
HISTORIA GUANE
En Santander Colombia, desde los confines de Vélez hasta los de Bucaramanga, en
lo que pudiera llamarse el corazón del territorio; se extendía el pueblo de los
Guanes, raíz gloriosa de la raza santandereana. De gentil trato, estatura media,
color blanco, ademán y mirar franco, nariz afilada y boca pequeña; eran de fuerte
constitución desarrollada por el trabajo agrícola y el entrenamiento militar. "Tienen
disposición y gallardía, es gente blanca, limpia, de linda y de agraciada
compostura" afirmaban los españoles, que al referirse a la mujer Guane, decían:
"Eran a las demás aventajadas en disposición y hermosura, aire, donaire, gracia y
atavió".
Cazadores y pescadores, también cultivaban la tierra, especialmente con maíz base
de su alimentación y de donde producían la famosa "chicha" y la deliciosa arepa
santandereana. Adoraban las fuerzas de la naturaleza y creían en la inmortalidad.
Era una raza austera, de hábitos sedentarios, con una organización estable y que
aun hoy, desaparecido el tipo primitivo sigue predominando en la idiosincrasia del
pueblo santandereano; sobrio, honrado, serio y trabajador.
En Expedición Guane rescatamos el orgullo y altivez de nuestros antepasados que
con sus tradiciones y costumbres forjaron el gran pueblo de Santander.
HISTORIA DE LOS COMUNEROS
“El 16 de marzo de 1781, dice don Salvador Plata, fue cuando una mujer seguida de pocos
hombres, arrancó del lugar en que se había fijado e hizo pedazos la tabla que contenía los
reglamentos para el establecimiento de la sisa. (Llamábase armada de barlovento este
impuesto, que algunos denominaban sisa o alcabala nueva).
“El segundo levantamiento en Simacota ocurrió el diez y siete de marzo, contra el
Administrador de Tabaco don Diego Berenguer y los guardas de la renta”. ( El movimiento
comunal de 1781 en el Nuevo Reino de Granada- Pablo E. Cárdenas- Tercer mundo-
Tomo I- segunda edición 1980- Bogotá).
Conocer nuestra Historia es esencial si queremos entender nuestro presente y las
perspectivas del futuro de nuestra sociedad. Ya, muchas veces hemos venido afirmando la
necesidad del conocimiento de la Historia; sin embargo, para las castas dominantes y
quienes no comprenden el fenómeno educativo, el estudio de la Historia los tiene sin
cuidado. Lo han quitado de la enseñanza escolar y académica.
El movimiento comunero de 1781 es un acontecimiento que fundamenta el comienzo de la
Independencia que viene luego a los treinta años, la que posee sus propias viscicitudes
hasta cuando con las guerras de Independencia se sella ésta.
4. El movimiento comunero, liderado por Berbeo y José Antonio Galán, es el reflejo de las
luchas de ese entonces por la liberación del dominio del imperio español que llevaba ya
trescientos años durante los cuales pusieron fin, criminalmente, a nuestras culturas y
saquearon nuestra América en provecho de la potencia europea y del capitalismo mundial.
El movimiento comunero fue, a la vez, una especie de continuidad del levantamiento
rebelde del Inca Tupac Amaru en Perú; en efecto, en Silos, Santander, se publicó el
manifiesto del Inca en el cual declaraba la restauración del imperio de sus antepasados y
una lucha sin cuartel para desalojar de este continente al invasor europeo.
Pero los dos movimientos tenían características diferentes ya que la situación de los
indígenas de Perú no era igual o similar siquiera a los mestizos de la Nueva Granada; en
efecto, los indígenas peruanos poseían su propia organización y es ella la que posibilita el
levantamiento aunque fuese vencido por circunstancias que no son del caso analizar en
este momento, pero que ya lo hemos hecho en otras oportunidades.
Lo que hoy estamos es recordando la gesta comunera para que las generaciones
presentes sepan que nosotros no olvidamos los acontecimientos que han sido la estructura
de nuestra historia y de nuestro ser social.
El movimiento comunero fue una particularidad de los pueblos latinoamericanos:
políticamente fue un levantamiento de carácter conservador pero históricamente
revolucionario. Nos explicamos: la consigna de los comuneros fue “viva el Rey, abajo el
mal gobierno”, con lo cual aceptaban la legitimidad de la dominación española; el
movimiento pretendía obtener la suspensión de algunos impuestos y la rebaja de otros,
pero en todo caso que se les tratara dignamente; la supresión de impuestos y la rebaja de
otros, implicaba la posibilidad de aumentar el acumulado económico de quienes en las
regiones en donde se produce el movimiento se dedicaban a la confección de productos
de carácter mercantil; es en este aspecto que el movimiento es históricamente
revolucionario ya que con ese acumulado se posibilitaba adquirir poder económico que
generaría poder político y en esa forma constituir una clase social que rompiera las
estructuras feudales y colonialistas de la Metrópoli española.
En cambio, el movimiento de Tupac Amaru era políticamente revolucionario pero
históricamente conservador: en efecto, el Inca pretendía expulsar al español de América
para restaurar el imperio incaico y esto último era históricamente conservador porque la
Historia no se puede devolver; pretender la restauración del imperio incaica era volver al
pasado; por ello el movimiento era conservador.
Sin embargo los dos movimientos marcan el paso a etapas superiores de la Historia de
nuestros pueblos y por ello los recordamos hoy quienes participamos del hacer histórico y
lo exponemos a las sociedades latinoamericanas para que conozcan su Historia y así
puedan construir las sociedades del futuro sobre estructuras de libertad y dignidad.
MAS HISTORIA GUANE
DE LA CONQUISTA ESPAÑOLA
El primer conquistador que penetró en territorio de los Guanes fue AMBROSIO
ALFINGER, por orden del Emperador Carlos V, que a principios de 1528 celebró un
tratado con los alemanes concediéndoles la conquista de las tierras comprendidas desde
el límite de la gobernación de Santa Marta hasta Marcapana, hoy Venezuela.
5. Es extraña esta concesión a los alemanes porque los españoles se creían dueños
absolutos de todas las tierras comprendidas más allá del descubrimiento de Colón; en
ese entonces Alfinger era agente en Santo Domingo de los grandes banqueros Welter y
recibió de la Corona el nombramiento de Gobernador de las tierras cedidas a los
alemanes.
Nació Alfinger en Thalfinger, población cercana a ULM (Alemania); el nuevo
gobernador pronto empacó maletas ilusionado por las noticias que se tenían de que los
indígenas se bañaban en oro; con este pensamiento se hizo a la vela el 24 de febrero de
1529 llegando a Coro, en Venezuela, fundando en junio, de ese mismo año la población
de Maracaibo.
Después de casi un año de permanencia en Coro, emprendió, el primero (1º) de
septiembre de 1531, el proyecto de llegar a los confines de Guane en compañía de
Pedro Gutiérrez, soldado que impulsó a Alfinger a esta conquista, como también el
valeroso capitán Bartolomé Hernández de León, que más tarde sería alcalde de Guane;
en compañía de 40 jinetes, 120 hombres y muchos indios esclavos y después de
muchas penurias y de encarnizadas luchas con los naturales que iban encontrando a su
paso, llegaron al valle del Río de Oro, cruzaron sus aguas y ascendieron a la meseta de
Bucaramanga, en los dominios de Guane.
La opinión más común y aceptada es que el reino de los Guanes cobijaba también el
oriente de toda la meseta de Bucaramanga, ejerciendo dominio sobre Floridablanca,
Piedecuesta y Lebrija. En su periplo por querer dominar las tierras del dominio Guane,
encuentran inicialmente la belicosidad de los Yariguíes, que en encarnizadas batallas
quedan muertos varios indígenas por la diferencia en armamentos de los
expedicionarios al frente de los naturales; siguen su camino llegando a la laguna, que
después se llamó de San Mateo; en este valle encontraron muchos caracoles y moluscos
que hicieron las delicias de los expedicionarios, dándose a la llanura el nombre de “Valle
de los Caracoles”.
Por las penurias de este viaje sin
sentido, Alfinger ordenó a uno de sus
más valientes capitanes, Estéban Martín,
fue a inspeccionar un pequeño caserío
de indios que habían divisado desde
uno de los montes cercanos, con el fin
de conseguir provisiones; el capitán se
dirige al pueblo llamado “Elmene”, los
naturales corren a defender sus tierras
desatándose una carnicería que, como
siempre, la ganan los invasores.
Alfinger, al enterarse de la abundancia
de los frutos hallados en Elmene,
resuelve girar hacia esta región; los
indios, al enterarse, prendieron fuego a los bohíos antes de huir, lo que obliga a los
expedicionarios a refugiarse allí con bastante incomodidad, permaneciendo cinco días,
reanudando la marcha escalando la cordillera, hasta llegar a las altas cumbres del
páramo; el frío mortal y la soledad de esos terrenos dificultaron el paso de Alfinger y
de sus huestes causando la muerte a muchos de los indios cargueros y a no pocos
soldados.
Después de muchas y penosas jornadas llegaron a Servitá en los dominios de Los
Laches; allí descansaron unos días después de haber perecido muchos indígenas que
llevaban como esclavos, como también muchos de los expedicionarios. En su
desesperación por lo agreste del terreno, Alfinger resuelve regresar a Coro, en
Venezuela, poniendo fin a la idea de querer dominar a los Guanes y decidido a
atravesar el Páramo del Almorzadero, llegando al valle que después se llamó del Espíritu
Santo, donde más tarde sería fundada la ciudad de Pamplona, desciende por las orillas
6. del río, donde hoy se encuentra la ciudad de Chinácota, guiándose siempre en busca del
lugar de dónde habían salido a esta heroica, pero loca expedición.
Pero los enfurecidos Chitareros impidieron el paso del ya mermado pero intrépido
grupo de Alfinger y después de una encarnizada lucha lograron clavar una de sus
flechas en el cuello del jefe enemigo, Alfinger, quién murió días después; sus
compañeros, afligidos por la muerte del caudillo sepultaron piadosamente su cadáver
junto a un frondoso árbol, colocando el epitafio siguiente:
“En Alfinger fue nacido
una ciudad de Alemania.
Tierra bárbara y extraña
tiene mi cuerpo escondido
en medio de esta montaña.
Muerto de crueles manos
de los placeres humanos
no llevó mejor placer
que morir donde ha de ser
habitación de cristianos.”.
Es muy difícil hacer un juicio imparcial y justiciero de este varón, a quien muchos
historiadores llaman “el cruel de los crueles”, culpándolo de atrocidades con los indios,
pero es justo reconocer que fue un hombre de una intrepidez asombrosa; a su actitud
cruel, causa común a todos los conquistadores unió rasgos de verdadera nobleza, que
para concluir, podemos decir que, “persona bien nacida y eminente, y cuya dirección y
valentía se puede bien decir, ser excelente”.
MARTIN GALEANO CONQUISTA LA PROVINCIA DE GUANE
Ambrosio Alfinger fue ciertamente el primero que con sus huestes puso el pie en
las tierras de los Guanes; pero la historia, con toda verdad, consagra el nombre del
Capitán MARTIN GALEANO, como el verdadero descubridor de los dominios del gran
Cacique GUANENTÁ; después de la cruel muerte infligida a su jefe Alfinger por los
Chitareros, Martín decide salir a la conquista de los Guanes y el 21 de enero de 1540
inicia su marcha llegando tres días después al pueblo de POASAQUE donde encuentran
al Cacique CORBARAQUE; Galeano finge amistad con los naturales, para así
apoderarse de sus tierras, condicionando la amistad al vasallaje al Rey y a la entrega
de los tesoros de aquellos, logrando hacer con ellos mutuas promesas de paz, siendo
las condiciones siempre desiguales, con la balanza pegada al suelo para los indios, que
perdían su libertad y juraban obediencia a un señor de ultramar, conocido solamente
por las humillantes cargas que les imponían sus representantes.
Galeano, siempre en camino hacia la tierra de los Guanes,
se encuentra con el Cacique BABASQUEZA y más adelante
con el Cacique POIMA que, como el primero, lo recibe
amistosamente y obsequia a los invasores con el fruto de sus
campos y le brinda el vino generoso de los Guanes; en todas
las tierras iban tomando posesión a nombre del Rey y les
ofrecía buen trato a los naturales si se sometían; de lo
contrario, se les amenazaba con arrasar sus pertenencias y
llevarlos a la muerte. Galeano, con sus infantes, desciendo
luego por el cauce del Río Mochuelo (hoy llamado el Fonce),
encontrándose con un poderoso y rico Cacique llamado
MACAREGUA, jefe de una poderosa tribu que, ante la noticia
de la llegada de los españoles, se habían convertido en un poderoso ejército, que bien
ordenados y ardidos de furor no retrocedieron ante sus atacantes, sino que les hicieron
frente logrando dar muerte al español Pedro Vásquez, que presuntuoso se adelantó a lo
7. demás con el ánimo de ensartar en su lanza a uno de los más valientes indígenas; los
indios arrastraron su cadáver y lo llevaron, como señal de triunfo hasta la puerta de la
mansión del cacique.
El sacrificio de Vásquez enardeció a los españoles trabándose entonces una de las
más terribles batallas, en las cuales las armas españolas obtuvieron la victoria; en el
campo de combate quedaron muchos indios muertos y muchísimos heridos, y como
botín para los intrusos mucho, pero mucho oro, tanto que les permitió herrar sus
caballos con “oro bajo”; de todas maneras la belicosidad de los naturales al mando de
MACAREGUA y de las gentes de las tribus vecinas hizo que los conquistadores se vieran
obligados a cambiar de ruta. Galeano y su gente se dirigen entonces hacia el suroeste
llegando a un pueblo de nombre GUANENTA; toda la confederación de cacicazgos de
Guane estaba enterada de la invasión de los españoles, y los indios, justamente
enfurecidos, lucharon con enloquecido arrojo comandados por el CACIQUE GUANE o
GUANENTÁ; los Guanes tocaban sus trompetas de caracoles, levantaron una espantosa
gritería y además de disparar sus dardos y flechas envenenadas, arrojaban grandes
piedras hacia la hoya del río, para impedir el avance español.
Estos, al ver el ardor de los indígenas, tan bien atrincherados, se unieron en un solo
escuadrón y resolvieron hacer a los naturales, muy inferiores en armas y en estrategia
militar, una artera jugada: dejaron en el frente de batalla unos pocos soldados con
algunos indios amigos, y el resto de los arcabuceros y con toda la caballería dieron la
vuelta y sorprendieron a los indios por la espalda, atacándolos con tanta crueldad que
quedaron tantos muertos y heridos que fueron pocos los que escaparon; Luego los
vencedores recogieron todo el botín, particularmente varias piezas de oro que traían los
muertos. Allí cayó el gran CACIQUE GUANENTÁ, quien ofrendó su vida en defensa de
los suyos, marchando con ellos a la vanguardia para infundirles valor y como el más
esforzado y mayormente preocupado por el bien y el honor de su raza.
Nuestro gran poeta curiteño y guanentino, Ismael Enrique Arciniegas, idealizó con
brillante pluma y viva imaginación el fin glorioso de este gran señor:
“Después de tres combates iba en derrota. El día
brillaba en Macaregua como una llamarada
y contra pedregones, en la árida hondonada
el Chicamocha, en blancas espumas se rompía.
Guanentá con su gente el peñascal subía
haciendo rodar piedras, la ira en su mirada;
Galeano y sus soldados siguieron la jornada
por entre los barrancos de la agria serranía.
Ante los arcabuces, su fila ya deshecha
subió el Cacique a un risco bañado en resplandores;
Y cuando ya en su aljaba faltó la última flecha,
su airón de rojas plumas despedazó bravío
el arco de macana lanzó a los invasores
y de un salto, sobre ellos, precipitose al río”.
Terminada la hetacombe, el grupo de Galeano y sus caballeros marcharon a otro
pueblo llamado BUTAREGUA, de fértiles tierras y con agua abundante y tan bien
repartidas en acequias, que llamó mucho la atención de los hispanos. Los indios
butareguas no esperaron a los españoles, pues ya sabían de la crueldad que habían
mostrado con sus vecinos de Guanentá; abandonaron sus chozas y se fortificaron en la
parte alta, en las cuevas y salientes de la peña de Butaregua. Los españoles, con táctica
malévola, simularon subir hacia ellos, y estando ya cerca de la parte alta, se
devolvieron, haciendo creer a los indios que lo hacían por temor a ellos.
Así lograron que éstos descendieran en su persecución hacia la parte baja, donde era
más fácil combatirlos; Galeano y sus acompañantes los embistieron sacrificando muchos
8. indígenas: los pobres indios, viendo los estragos sufridos entraron en concierto de
obligada paz con Galeano, quien les prometió dejarlos en usufructo de sus ricas tierras.
Este pacto de amistad fue pronto conocido por los cacicazgos vecinos, que recibieron
muy bien a los invasores. Debemos anotar que ninguno de los historiadores mencionan
víctimas españolas en estas batallas, a no ser la de Pedro Vásquez; pero sí cuentan de
los numerosos indios que murieron en defensa de sus tierras y de sus derechos
naturales y sacrosantos, entre ellos el inmortal Cacique Guanentá y señor de las
tierras de Guane.
ENCUENTRO CON EL VALEROSO CHANCHÓN
Prosiguieron de Bócore hacia arriba, pero no con el mismo éxito obtenido en los
pueblos últimamente recorridos. Los indios de CHAGUETE y BOCORE no opusieron
resistencia, sino que prometieron sumisión dando muestras de generosa amistad. Los
YANACONAS anunciaron a los conquistadores que se acercaban a un gran pueblo de un
poderoso y temido Cacique: CHANCHON.
Galeano envió una embajada de veinte soldados y seis de caballería, para anunciar a los
chanchotes que llegaban en son de paz y amistad; muy diferente parecer tuvo por
entonces Chanchón, pues no sólo no vino de su voluntad, como los demás, a tratar de
paz con los españoles, sino que despreció la embajada con arrogancia, atacando a los
expedicionarios con palos y piedras, respondiendo los españoles con demasiada
crueldad con espadas y lanzas no escapando ninguno, capturando al Cacique, que
maniatado hizo compañía a los demás llevándolo hasta la presencia de Galeano,
apaciguándose por el momento como un león enjaulado, el valeroso e imponente
Cacique.
Los españoles, ante las promesas y obsequios de todos los caciques anteriores y
ante el prudente silencio de Chanchón, creyeron tener ya completamente dominada
toda la provincia de los Guanes.
Cumplido ya el objetivo que se habían
propuesto, Galeano y sus
acompañantes resolvieron regresar a
Vélez por la banda izquierda del
Saravita (Suárez). Fray Pedro Simón
cuenta que a su regreso de Guane,
fueron “tan bien recibidos por el buen
suceso de dejar la tierra de Guane en
paz, sin haber perdido más que un
soldado, ni peligrado ninguno”. Es triste
recordar que únicamente el español
Pedro Vásquez fue muerto, y en
cambio, fueron muchos los indígenas
sacrificados bajo las lanzas y los
caballos de los invasores. Los indígenas
nunca en su vida habían visto un
caballo y mucho menos alguien
montado en él, de modo que la
sorpresa fue mayúscula, de tal modo
que algunos los consideraban “dioses” y
no tenían, por supuesto, la idea de cómo liberarse de ellos; esta circunstancia y la gran
diferencia en armamento fue la consecuencia de la mortandad de los naturales en
relación con la de los españoles.
Lo que no se imaginó Galeano fue que al dejar vivo y libre de movimientos al Cacique
Chanchón, él vengaría, y en qué forma la humillación y muerte de sus hermanos.
Cuando Galeano marcha hacia Vélez, deja al encomendero Alonso Guasón al mando de
la encomienda constituida con Chanchón y sus subordinados; Chanchón finge amistad
9. con el encomendero y logra escapar a sus antiguas tierras, que para ese entonces se
habían encomendado a Jerónimo de Aguayo, quien la administraba desde Vélez; Aguayo
no quedó satisfecho con el tributo que pagaba el monarca indio y sus vasallos, y
resolvió enviar a tres soldados, para que de todas maneras, cobraran mayor impuesto
al Cacique.
El jefe indio los recibió con aparente
mansedumbre y los alojó en una de sus viviendas
y luego, sin que éstos lo advirtieran, reunió a
cuatrocientos de sus vasallos, que se lanzaron de
noche sobre los tres españoles, cuando éstos se
creían más seguros.; naturalmente todos cayeron
ultimados por los indígenas; el orgullo español se
sintió profundamente herido al conocer, por medio
de uno de los yanacones, que pudo escapar del
asalto, la muerte de los tres soldados.
En Vélez, a Galeano le causó gran revuelo esta
noticia, angustiosa para los hispanos, pero
satisfactoria, sin atreverse a manifestarlo, para
quienes tenían que soportar la dura carga de los
tributos reales y envió otro grupo mas numeroso
de soldados, al mando del Capitán Juan de Rivera, quien hizo la guerra lo mejor que
pudo con más excesos de rigor, que blandura; Chanchón y los caciques del territorio de
los Guanes continuaron en su rebeldía contra los españoles y se negaron a pagar los
tributos que se les exigían.
CACHER, nombre propio del gran Cacique Chanchón, previó la venganza española:
reunió a todos los Caciques vecinos con huestes numerosas para tratar de resistir la
furia de los españoles y aún alejarlos definitivamente del territorio Guane; el Capitán de
Rivera envía un fuerte destacamento al mando de Pedro de Ursúa y al hallar a los indios
listos para defenderse con un ejército de miles de guerreros, se lanza enfurecido sobre
ellos, y con la superioridad incomparable de sus armas, y la majestuosidad de sus
caballos, logra derrotarlos.
Los vencedores, orgullosos de su innoble victoria, se precipitaron sobre los pobres
indios y efectuaron la matanza más grande y vergonzosa de toda la historia de la
Conquista, en donde murieron cientos de miles de indios en la porfiada lucha,
recibiendo la quebrada, frente a la cual se libró tan encarnizada batalla, el nombre de
“LA QUEBRADA DE LOS CINCO MIL”, nombre que aún conserva, como un homenaje
a estos antepasados nuestros. (Esta quebrada está localizada entre El Palmar y El
Socorro).
El historiador Rodríguez Plata escribe que Chanchón sobrevivió a esta masacre, que el
aguerrido monarca continuó defendiendo a los Guanes y llegó a enfrentarse, en
posteriores ocasiones, cuatro veces con los españoles. Estos, al fin, lograron
sorprenderlo en una emboscada y dar fin a la sublevación de los Guanes, después de
nueve años de lucha, matando a los jefes indígenas y a su máximo conductor, CACHER
o CHANCHON.
De esta forma, la sangre de los CHALALAES, MACAREGUAS, BUTAREGUAS,
GUANENTINOS, CHUAGUETES, TAMACARAS y CHANCHONES, corrió hasta
convertir en ríos de sangre el Saravita; saltó hasta enrojecer la “Quebrada de los Cinco
Mil” y voló hasta confundirse con la sangre de nuestros patriotas, para teñir de rojo
nuestro pabellón nacional.