La contaminación de las aguas residuales de una planta de sacrificio bovino incluye una alta carga orgánica, grasas y aceites, sólidos en suspensión, y metales pesados como bario, cadmio, cromo, plomo e hierro, que pueden afectar el pH y los niveles de DBO y DQO. La cantidad de aguas residuales depende del tamaño de la planta y su grado de reutilización del agua.