El documento discute la enseñanza situada según los pensamientos de varios filósofos como Sócrates, Platón y Dewey. Argumenta que el currículo y la enseñanza deben centrarse en las necesidades, intereses y experiencias de los estudiantes para que la experiencia escolar se relacione más con su vida real y los prepare mejor para ser ciudadanos. También propone que el aprendizaje debe organizarse en torno a proyectos y situaciones que permitan el continuo crecimiento individual.