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Dr. David Vegue CorbachoDr. David Vegue Corbacho
Don y MisterioDon y Misterio
de lade la
Libertad humanaLibertad humana
según el Catecismo desegún el Catecismo de
la Iglesiala Iglesia
CatólicaCatólica
ContenidoContenido
La libertad del hombreLa libertad del hombre
La moralidad de los actos humanosLa moralidad de los actos humanos
y la moralidad de las pasionesy la moralidad de las pasiones
La conciencia moralLa conciencia moral
Catecismo de la IglesiaCatecismo de la Iglesia
CatólicaCatólica
Tercera parte: La vida enTercera parte: La vida en
CristoCristo
PRIMERA SECCIÓNPRIMERA SECCIÓN
La vocación del hombre: la vida en el espírituLa vocación del hombre: la vida en el espíritu
CAPÍTULO PRIMEROCAPÍTULO PRIMERO
La dignidad de la persona humanaLa dignidad de la persona humana
Artículo 3.Artículo 3.
La Libertad del hombreLa Libertad del hombre
I. Libertad y responsabilidadI. Libertad y responsabilidad
II. La libertad humana en laII. La libertad humana en la
economía de la Salvacióneconomía de la Salvación
I. Libertad y responsabilidadI. Libertad y responsabilidad
N. 1731. La libertad es el poder,N. 1731. La libertad es el poder,
radicado en la razón y en la voluntad,radicado en la razón y en la voluntad,
de obrar o de no obrar,de obrar o de no obrar,
de hacer esto o aquello,de hacer esto o aquello,
de ejecutar así por síde ejecutar así por sí
mismo accionesmismo acciones
deliberadas.deliberadas.
La libertad es en el hombreLa libertad es en el hombre
una fuerza de crecimiento yuna fuerza de crecimiento y
de maduración en la verdadde maduración en la verdad
y la bondad, que alcanza suy la bondad, que alcanza su
perfección cuando estáperfección cuando está
ordenada a Dios.ordenada a Dios.
N. 1732. Hasta que no llega a encontrarseN. 1732. Hasta que no llega a encontrarse
definitivamente con su bien último, que es Dios,definitivamente con su bien último, que es Dios,
la libertad implica la posibilidad de elegirla libertad implica la posibilidad de elegir
entre el bien y el mal, de crecer enentre el bien y el mal, de crecer en
perfección o de pecar.perfección o de pecar.
N. 1733. En la medida en que el hombre haceN. 1733. En la medida en que el hombre hace
más el bien, se va haciendo también más libre.más el bien, se va haciendo también más libre.
La elección de la desobediencia y del malLa elección de la desobediencia y del mal
es un abuso de la libertad y conduce aes un abuso de la libertad y conduce a
«la esclavitud del pecado» (cf Rm 6,«la esclavitud del pecado» (cf Rm 6,
17).17).
N. 1734. La libertad hace al hombreN. 1734. La libertad hace al hombre
responsable de sus actos voluntarios.responsable de sus actos voluntarios.
La virtud, el conocimiento del bien y la ascesisLa virtud, el conocimiento del bien y la ascesis
acrecientan la voluntad sobre los propios actos.acrecientan la voluntad sobre los propios actos.
N. 1735. La imputabilidad y la responsabilidadN. 1735. La imputabilidad y la responsabilidad
de una acción disminuyen o se suprimende una acción disminuyen o se suprimen
si hay ignorancia, inadvertencia, violencia, temor,si hay ignorancia, inadvertencia, violencia, temor,
hábitos, afecciones desordenadashábitos, afecciones desordenadas
y otros factores psíquicos oy otros factores psíquicos o
sociales.sociales.
N. 1736. Todo acto directamente querido es imputableN. 1736. Todo acto directamente querido es imputable
a su autor: pecado de Adán y Eva, de Caín, dea su autor: pecado de Adán y Eva, de Caín, de
David.David.
Un acto puede ser indirectamente voluntario cuandoUn acto puede ser indirectamente voluntario cuando
hubo negligencia de lo que se debe conocer o hacer:hubo negligencia de lo que se debe conocer o hacer:
accidente por ignorancia del código de circulación.accidente por ignorancia del código de circulación.
N. 1737. El efecto malo de una acción es imputableN. 1737. El efecto malo de una acción es imputable
cuando es previsible y el que actúa tiene la posibilidadcuando es previsible y el que actúa tiene la posibilidad
de evitarlo:de evitarlo: homicidio cometido por un conductorhomicidio cometido por un conductor
en estado de embriaguez.en estado de embriaguez.
N. 1738. El derecho al ejercicioN. 1738. El derecho al ejercicio
de la libertad es unade la libertad es una
exigencia inseparable deexigencia inseparable de
la dignidad dela dignidad de
la persona humana,la persona humana,
creada a imagencreada a imagen
y semejanza de Dios.y semejanza de Dios.
II. La libertad humana en la economía de la SalvaciónII. La libertad humana en la economía de la Salvación
N. 1739. La libertad del hombre es finita y falible.N. 1739. La libertad del hombre es finita y falible.
De hecho libremente pecó rechazando el amor de Dios,De hecho libremente pecó rechazando el amor de Dios,
se engañó a sí mismo y se hizo esclavo del pecado.se engañó a sí mismo y se hizo esclavo del pecado.
N. 1740. Al apartarseN. 1740. Al apartarse
de la ley moral,de la ley moral,
el hombre atenta contrael hombre atenta contra
su propia libertad,su propia libertad,
se encadena a sí mismo,se encadena a sí mismo,
rompe la fraternidad conrompe la fraternidad con
sus semejantes y sesus semejantes y se
rebela contra la verdadrebela contra la verdad
divina.divina.
N. 1741. Cristo obtuvo la salvaciónN. 1741. Cristo obtuvo la salvación
para todos los hombres por su Cruzpara todos los hombres por su Cruz
gloriosa.gloriosa. «Donde está el Espíritu, allí está la«Donde está el Espíritu, allí está la
libertad»libertad» (2 Cor 3, 17).(2 Cor 3, 17).
Desde entonces nos gloriamos de laDesde entonces nos gloriamos de la
«libertad de los hijos de Dios»«libertad de los hijos de Dios»
(Rm 8, 21).(Rm 8, 21).
N. 1742. A medida que somos más dócilesN. 1742. A medida que somos más dóciles
a los impulsos de la Gracia, se acrecientan nuestraa los impulsos de la Gracia, se acrecientan nuestra
íntima verdad y nuestra seguridad en las pruebas.íntima verdad y nuestra seguridad en las pruebas.
El Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritualEl Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual
para hacer de nosotros colaboradores librespara hacer de nosotros colaboradores libres
de su obra en la Iglesia y en el mundo.de su obra en la Iglesia y en el mundo.
Aparta de nosotros los males, para queAparta de nosotros los males, para que
podamos libremente cumplir su voluntad.podamos libremente cumplir su voluntad.
Artículo 4.Artículo 4.
La moralidad de los actosLa moralidad de los actos
humanoshumanos
I. Las fuentes de la moralidadI. Las fuentes de la moralidad
II. Los actos buenos y los actos malosII. Los actos buenos y los actos malos
N. 1749. La libertad hace del hombreN. 1749. La libertad hace del hombre
un sujeto moral yun sujeto moral y
responsable.responsable.
Los actos humanos o los librementeLos actos humanos o los libremente
realizados tras un juicio derealizados tras un juicio de
conciencia, sonconciencia, son
calificables moralmente comocalificables moralmente como
buenos o malos.buenos o malos.
I. Las fuentes de la moralidadI. Las fuentes de la moralidad
N. 1750. Los tres elementos que constituyen laN. 1750. Los tres elementos que constituyen la
moralidad o inmoralidad de un acto humano son:moralidad o inmoralidad de un acto humano son:
1) el objeto, medio o acto elegido;1) el objeto, medio o acto elegido;
2) el fin o intención que se tiene;2) el fin o intención que se tiene;
3) las circunstancias de la acción.3) las circunstancias de la acción.
N. 1751. El objeto es la materiaN. 1751. El objeto es la materia
de un actode un acto
humano.humano.
Es el medio que seEs el medio que se
eligeelige
o lo que se hace para alcanzaro lo que se hace para alcanzar
el fin deseado.el fin deseado.
La conciencia reconoceLa conciencia reconoce
la bondad o maldad naturalla bondad o maldad natural
del objeto, medio o acto elegidodel objeto, medio o acto elegido
y aconseja a la voluntady aconseja a la voluntad
elegirlo.elegirlo.
N. 1752. El fin es el objetivo buscado en la acción.N. 1752. El fin es el objetivo buscado en la acción.
La intención es el movimiento de la voluntadLa intención es el movimiento de la voluntad
hacia un fin, querer y mirar hacia una meta.hacia un fin, querer y mirar hacia una meta.
N. 1753. Una intención buena (ayudar al prójimo)N. 1753. Una intención buena (ayudar al prójimo)
no hace bueno un comportamiento en sí mismono hace bueno un comportamiento en sí mismo
desordenado (como la mentira y la maledicencia).desordenado (como la mentira y la maledicencia).
El fin no justifica los medios.El fin no justifica los medios.
Pero una intención malaPero una intención mala
(la vanagloria) convierte(la vanagloria) convierte
en malo un acto buenoen malo un acto bueno
(la limosna;(la limosna; cf Mt 6, 2 4‑cf Mt 6, 2 4‑ ).).
N. 1754. Las circunstancias son lasN. 1754. Las circunstancias son las condiciones decondiciones de
tiempo, espacio, compañía, modo, materia (cantidadtiempo, espacio, compañía, modo, materia (cantidad
y cualidad del acto), características del sujeto yy cualidad del acto), características del sujeto y
consecuencias directas e indirectas del hecho.consecuencias directas e indirectas del hecho.
Contribuyen a agravar o a disminuir la bondad oContribuyen a agravar o a disminuir la bondad o
malicia moral de los actos humanosmalicia moral de los actos humanos (la cantidad(la cantidad
de dinero robado)de dinero robado), así como la responsabilidad, así como la responsabilidad
del que obradel que obra (defensa propia).(defensa propia).
II. Los actos buenos y los actos malosII. Los actos buenos y los actos malos
N. 1755. El acto moralmente bueno supone a la vezN. 1755. El acto moralmente bueno supone a la vez
la bondad del objeto, del fin y de lasla bondad del objeto, del fin y de las
circunstancias.circunstancias.
Hay comportamientos concretos (fornicación, infidelidad,Hay comportamientos concretos (fornicación, infidelidad,
aborto, homosexualidad, masturbación) que siempreaborto, homosexualidad, masturbación) que siempre
son un error elegirlos, porque su elección comportason un error elegirlos, porque su elección comporta
un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral.un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral.
N. 1756. Es erróneo juzgar la moralidadN. 1756. Es erróneo juzgar la moralidad
de los actos considerando sólo la intenciónde los actos considerando sólo la intención
o las circunstancias (ambiente, presión social,o las circunstancias (ambiente, presión social,
coacción o necesidad de obrar, etc).coacción o necesidad de obrar, etc).
Hay actos que, por sí y en sí mismos,Hay actos que, por sí y en sí mismos,
son siempre gravemente ilícitos por razónson siempre gravemente ilícitos por razón
de su objeto (blasfemia, perjurio, homicidio,de su objeto (blasfemia, perjurio, homicidio,
adulterio).adulterio).
Artículo 5.Artículo 5.
La moralidad de las pasionesLa moralidad de las pasiones
I. Las pasionesI. Las pasiones
II. Pasiones y vida moralII. Pasiones y vida moral
N. 1762. La persona humanaN. 1762. La persona humana
se ordena a la bienaventuranzase ordena a la bienaventuranza
por medio de sus actos deliberados.por medio de sus actos deliberados.
Las pasiones o sentimientosLas pasiones o sentimientos
que experimenta puedenque experimenta pueden
disponerla y contribuir a ello.disponerla y contribuir a ello.
I. Las pasionesI. Las pasiones
N. 1763. El términoN. 1763. El término «pasión»«pasión»
pertenece al patrimonio delpertenece al patrimonio del
pensamiento cristiano.pensamiento cristiano.
Las pasiones designan lasLas pasiones designan las
emociones, tendencias fuertesemociones, tendencias fuertes
o impulsos de la sensibilidado impulsos de la sensibilidad
que inclinan a la voluntadque inclinan a la voluntad
a obrar o a no obrar en razóna obrar o a no obrar en razón
de lo que es sentidode lo que es sentido
como bueno o malo.como bueno o malo.
N. 1764. Son componentes naturalesN. 1764. Son componentes naturales
del psiquismo humano,del psiquismo humano,
que constituyen el lugar de pasoque constituyen el lugar de paso
entre la vida sensibleentre la vida sensible
y la vida del espíritu.y la vida del espíritu.
Nuestro Señor señala al corazónNuestro Señor señala al corazón
del hombre como la fuentedel hombre como la fuente
de donde brota el movimientode donde brota el movimiento
de las pasionesde las pasiones (cf Mc 7, 2 1).(cf Mc 7, 2 1).
N. 1765. La más fundamental es el amorN. 1765. La más fundamental es el amor
que despierta la atracciónque despierta la atracción
del bien ausente y la esperanza dedel bien ausente y la esperanza de
obtenerlo.obtenerlo.
Culmina en el placer y el gozoCulmina en el placer y el gozo
del bien poseído.del bien poseído.
El amor orientado al malEl amor orientado al mal
es el odio, que causa laes el odio, que causa la
aversión y el temor aaversión y el temor a
los males que puedan sobrevenir.los males que puedan sobrevenir.
Culmina en la tristezaCulmina en la tristeza
y en la ira por el maly en la ira por el mal
poseído.poseído.
N. 1766.N. 1766. «Amar es desear el bien a alguien»«Amar es desear el bien a alguien»
(S. Tomás de A., s. th. 1 2, 26, 4).‑(S. Tomás de A., s. th. 1 2, 26, 4).‑
Las demás pasiones tienen su fuerzaLas demás pasiones tienen su fuerza
en este movimiento originalen este movimiento original
del corazón del hombredel corazón del hombre
hacia el bien.hacia el bien.
«Las pasiones son malas si el amor es malo,«Las pasiones son malas si el amor es malo,
buenas si es bueno»buenas si es bueno» (S. Agustín, civ. 14,(S. Agustín, civ. 14,
7).7).
II. Pasiones y vida moralII. Pasiones y vida moral
N. 1767. En sí mismas, las pasiones no son buenasN. 1767. En sí mismas, las pasiones no son buenas
ni malas, son indiferentes a la moralidad porni malas, son indiferentes a la moralidad por
provenir de la naturaleza corporal y espiritualprovenir de la naturaleza corporal y espiritual
del ser humano,del ser humano,
y se vuelven buenas o malasy se vuelven buenas o malas
según cómo la razón ysegún cómo la razón y
la voluntad las orientenla voluntad las orienten
hacia el bien o hacia el malhacia el bien o hacia el mal
(sacrificios de Caín y Abel).(sacrificios de Caín y Abel).
Las pasiones se dividen en dos tipos:Las pasiones se dividen en dos tipos:
1. Pasiones corporales:1. Pasiones corporales:
Pasión por alimentarse (templanza/gula).Pasión por alimentarse (templanza/gula).
oPasión por el descanso (diligencia/pereza).Pasión por el descanso (diligencia/pereza).
oPasión por la riqueza o posesiónPasión por la riqueza o posesión
(generosidad/avaricia).(generosidad/avaricia).
oPasión por la reproducción (castidad/lujuria).Pasión por la reproducción (castidad/lujuria).
oPasión por la conservación de la vida (paciencia/ira).Pasión por la conservación de la vida (paciencia/ira).
2. Pasiones espirituales:2. Pasiones espirituales:
oPasión por el bien (amor/odio).Pasión por el bien (amor/odio).
oPasión por la verdad (sinceridad/mentira).Pasión por la verdad (sinceridad/mentira).
oPasión por la belleza (armonía/caos).Pasión por la belleza (armonía/caos).
oPasión por la afirmación de sí mismo (orgullo/Pasión por la afirmación de sí mismo (orgullo/
soberbia).soberbia).
oPasión por ser más (caridad/envidia).Pasión por ser más (caridad/envidia).
N. 1769. Cuando se vive en Cristo, las pasionesN. 1769. Cuando se vive en Cristo, las pasiones
humanas pueden alcanzar su consumación enhumanas pueden alcanzar su consumación en
la caridad y la bienaventuranza divina.la caridad y la bienaventuranza divina.
El Espíritu Santo realiza su obra movilizando todoEl Espíritu Santo realiza su obra movilizando todo
el ser incluidos sus dolores, temores y tristezas,el ser incluidos sus dolores, temores y tristezas,
como aparece en la agonía y la pasión del Señor.como aparece en la agonía y la pasión del Señor.
N. 1770. La perfección moral consisteN. 1770. La perfección moral consiste
en que el hombre no sea movido al bienen que el hombre no sea movido al bien
sólo por su voluntad, sino tambiénsólo por su voluntad, sino también
por su apetito sensible segúnpor su apetito sensible según
estas palabras del salmo:estas palabras del salmo:
«Mi corazón y mi carne gritan«Mi corazón y mi carne gritan
de alegría hacia el Dios vivo»de alegría hacia el Dios vivo»
(Sal 84, 3)(Sal 84, 3)..
Artículo 6.Artículo 6.
La conciencia moralLa conciencia moral
I. El dictamen de la concienciaI. El dictamen de la conciencia
II. La formación de la concienciaII. La formación de la conciencia
III. Decidir en concienciaIII. Decidir en conciencia
IV. El juicio erróneoIV. El juicio erróneo
N. 1776. «En lo más profundo de su conciencia elN. 1776. «En lo más profundo de su conciencia el
hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo,hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo,
sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena,sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena,
cuando es necesario, en los oídos de su corazóncuando es necesario, en los oídos de su corazón
llamándole siempre a amar y a hacer el bien yllamándole siempre a amar y a hacer el bien y
a evitar el mal...a evitar el mal...
La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrarioLa conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario
del hombre, en el que está solo con Dios, cuya vozdel hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz
resuena en lo más íntimo de ella»resuena en lo más íntimo de ella» (GS 16)(GS 16)..
I. El dictamen de la concienciaI. El dictamen de la conciencia
N. 1777. Presente en el Corazón de la persona,N. 1777. Presente en el Corazón de la persona,
la conciencia moralla conciencia moral (cf Rm 2, 14 16)‑(cf Rm 2, 14 16)‑ le ordena,le ordena,
en el momento oportuno, practicar el bien yen el momento oportuno, practicar el bien y
evitar el mal.evitar el mal.
Juzga también las opciones concretas aprobandoJuzga también las opciones concretas aprobando
las que son buenas y denunciando las que sonlas que son buenas y denunciando las que son
malasmalas (cf Rm 1, 32)(cf Rm 1, 32)..
N. 1778. La conciencia moral es un juicioN. 1778. La conciencia moral es un juicio
de la razón por el que la persona humanade la razón por el que la persona humana
reconoce la dualidad moralreconoce la dualidad moral
de un acto concreto que piensa hacer,de un acto concreto que piensa hacer,
está haciendo o ha hecho.está haciendo o ha hecho.
En todo lo que dice y hace,En todo lo que dice y hace,
el hombre está obligado a seguirel hombre está obligado a seguir
fielmente lo que sabe que es justo y recto.fielmente lo que sabe que es justo y recto.
La conciencia es una ley de nuestro espíritu,La conciencia es una ley de nuestro espíritu,
pero que va más allá de él, nos da Orden.pero que va más allá de él, nos da Orden.
La conciencia es la mensajera del que,La conciencia es la mensajera del que,
tanto en el mundo de la naturaleza como entanto en el mundo de la naturaleza como en
el de la gracia, a través de un velo nosel de la gracia, a través de un velo nos
habla, nos instruye y nos gobiernahabla, nos instruye y nos gobierna
(Newman, carta al duque de Norfolks)(Newman, carta al duque de Norfolks)..
N. 1779. Es preciso que cada uno preste muchaN. 1779. Es preciso que cada uno preste mucha
atención a sí mismo para oír y seguir la voz deatención a sí mismo para oír y seguir la voz de
su conciencia.su conciencia.
«Retornad a la conciencia, interrogadla; retornad,«Retornad a la conciencia, interrogadla; retornad,
hermanos, al interior, y en todo lo que hagáis miradhermanos, al interior, y en todo lo que hagáis mirad
al Testigo, Dios»al Testigo, Dios» (S. Agustín, ep. Jo. 8, 9)(S. Agustín, ep. Jo. 8, 9)..
N. 1780. La dignidad de la persona humana implicaN. 1780. La dignidad de la persona humana implica
y exige la rectitud de la conciencia moral.y exige la rectitud de la conciencia moral.
Se llama prudente al hombre que eligeSe llama prudente al hombre que elige
conforme a este dictamen o juicio.conforme a este dictamen o juicio.
N. 1782. El hombre tiene el derecho de actuarN. 1782. El hombre tiene el derecho de actuar
en conciencia y en libertad a fin de tomaren conciencia y en libertad a fin de tomar
personalmente las decisiones morales.personalmente las decisiones morales.
«No debe ser obligado a actuar contra su conciencia.«No debe ser obligado a actuar contra su conciencia.
Ni se le debe impedir que actúe según su conciencia,Ni se le debe impedir que actúe según su conciencia,
sobre todo en materia religiosa»sobre todo en materia religiosa» (DE 3).(DE 3).
II. La formación de la concienciaII. La formación de la conciencia
N. 1783. Hay que formar la conciencia, para queN. 1783. Hay que formar la conciencia, para que
sea recta y veraz, y esclarecer el juicio moral.sea recta y veraz, y esclarecer el juicio moral.
Formular juicios según la razón,Formular juicios según la razón,
conforme al bien verdaderoconforme al bien verdadero
querido por la sabiduríaquerido por la sabiduría
del Creadordel Creador..
La educación de la conciencia es indispensable a seresLa educación de la conciencia es indispensable a seres
humanos sometidos a influencias negativas y tentadoshumanos sometidos a influencias negativas y tentados
por el pecado a preferir su propio juicio y a rechazarpor el pecado a preferir su propio juicio y a rechazar
las enseñanzas autorizadas.las enseñanzas autorizadas.
N. 1785. En la formación de la conciencia,N. 1785. En la formación de la conciencia,
la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar;la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar;
es preciso que la asimilemos en la fe y la oración,es preciso que la asimilemos en la fe y la oración,
y la pongamos en práctica.y la pongamos en práctica.
III. Decidir en concienciaIII. Decidir en conciencia
N. 1786. Ante la necesidad de decidir moralmente,N. 1786. Ante la necesidad de decidir moralmente,
la conciencia puede formular un juicio recto dela conciencia puede formular un juicio recto de
acuerdo con la razón y con la ley divina, o al contrarioacuerdo con la razón y con la ley divina, o al contrario
un juicio erróneo que se aleja de ellas.un juicio erróneo que se aleja de ellas.
N. 1788. Para esto, el hombre se esfuerza porN. 1788. Para esto, el hombre se esfuerza por
interpretar los datos de la experiencia y los signosinterpretar los datos de la experiencia y los signos
de los tiempos gracias a la virtud de lade los tiempos gracias a la virtud de la
prudencia, los consejos de las personasprudencia, los consejos de las personas
entendidas y la ayuda del Espíritu Santo y deentendidas y la ayuda del Espíritu Santo y de
sus dones.sus dones.
La talla moral o nivel moral de una persona dependerá
de la interiorización que haya hecho, a través de su
conciencia, de la escala o jerarquía de los valores
presente en la realidad objetiva, en congruencia con
el propio proyecto subjetivo de vida.
N. 1789. En todos los casos son aplicables algunas reglas:N. 1789. En todos los casos son aplicables algunas reglas:
‑‑ Nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien.Nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien.
‑‑ La «regla de oro»:La «regla de oro»: «Todo cuanto queráis que os hagan«Todo cuanto queráis que os hagan
los hombres, hacédselo también vosotros»los hombres, hacédselo también vosotros»
(Mt 7, 12; cf Lc 6, 31; Tb 4, 15)(Mt 7, 12; cf Lc 6, 31; Tb 4, 15)..
‑‑ La caridad debe actuar siempre con respeto hacia elLa caridad debe actuar siempre con respeto hacia el
prójimo y hacia su conciencia:prójimo y hacia su conciencia: «Pecando así contra«Pecando así contra
vuestros hermanos, hiriendo su conciencia..., pecáisvuestros hermanos, hiriendo su conciencia..., pecáis
contra Cristo»contra Cristo» (I Co 8, 12)(I Co 8, 12).. «No hacer cosa que sea«No hacer cosa que sea
para tu hermano ocasión de caída, tropiezo o debilidad»para tu hermano ocasión de caída, tropiezo o debilidad»
(Rm 14, 21)(Rm 14, 21)..
IV. El juicio erróneoIV. El juicio erróneo
N. 1790. La persona humana debe obedecerN. 1790. La persona humana debe obedecer
siempre el juicio cierto de su conciencia.siempre el juicio cierto de su conciencia.
Si obrase deliberadamente contra este último,Si obrase deliberadamente contra este último,
se condenaría a sí mismo.se condenaría a sí mismo.
La conciencia moral puede estar afectadaLa conciencia moral puede estar afectada
por la ignorancia y puede formar juicios erróneospor la ignorancia y puede formar juicios erróneos
sobre actos proyectados o ya cometidos.sobre actos proyectados o ya cometidos.
N. 1792. El desconocimiento de CristoN. 1792. El desconocimiento de Cristo
y de su Evangelio, los malos ejemplosy de su Evangelio, los malos ejemplos
recibidos de otros, la servidumbrerecibidos de otros, la servidumbre
de las pasiones, la pretensión de una malde las pasiones, la pretensión de una mal
entendida autonomía de la conciencia,entendida autonomía de la conciencia,
el rechazo de la autoridad de la Iglesiael rechazo de la autoridad de la Iglesia
y de su enseñanza, la falta de conversióny de su enseñanza, la falta de conversión
y de caridad pueden conducir ay de caridad pueden conducir a
desviaciones del juicio en la conducta moral.desviaciones del juicio en la conducta moral.
N. 1793. Si por el contrario, la ignorancia es invencible,N. 1793. Si por el contrario, la ignorancia es invencible,
o el juicio erróneo sin responsabilidad del sujeto moral,o el juicio erróneo sin responsabilidad del sujeto moral,
el mal cometido por la persona no puede serleel mal cometido por la persona no puede serle
imputado.imputado.
Pero no deja de ser un mal, una privación, un desorden.Pero no deja de ser un mal, una privación, un desorden.
Por tanto, es preciso trabajar por corregir la concienciaPor tanto, es preciso trabajar por corregir la conciencia
moral de sus errores.moral de sus errores.
N. 1794. La conciencia buena y pura es iluminadaN. 1794. La conciencia buena y pura es iluminada
por la fe verdadera, porque la caridad procedepor la fe verdadera, porque la caridad procede
al mismo tiempoal mismo tiempo «de un corazón limpio, de una«de un corazón limpio, de una
conciencia recta y de una fe sincera»conciencia recta y de una fe sincera»
(1 Tm 1, 5; 3, 9;2 Tm 1,3;1 P 3,21;Hch 24, 16)(1 Tm 1, 5; 3, 9;2 Tm 1,3;1 P 3,21;Hch 24, 16)..
Conciencia errónea: la que juzga sin verdad.
Puede ser errónea vencible
o cuando se puede corregir
la causa del
error
(ignorancia, pereza, etc);
y errónea invencible o cuando no se puede
corregir la causa del error (imposibilidad).
Solución: para la errónea vencible, formar la
conciencia y la voluntad; para la errónea
invencible, expresar juicios y obrar de acuerdo
a la verdad conocida.
Conciencia dudosa: la que no distingue dónde
está la verdad.
Puede ser por duda real
o cuando no se tienen
elementos necesarios
para poder juzgar;
y puede ser por duda
provocada o escepticismo.
Solución: para la dudosa real, esperar
activamente, investigar, consultar a quien sabe y
decidir cuando se vea claramente; para la dudosa
escéptica, formar la conciencia y la voluntad.
Conciencia perpleja: la que tiene ante sí sólo
opciones malas.
Puede ser por una situación
provocada por otros,
en las que sólo se tienen
opciones malas;
y puede ser por una situación
provocada por uno mismo, por omisión de un bien
necesario o comisión del mal.
Solución: optar por el mal menor objetivo y
subjetivo, o mal menor común.
Conciencia recta: la actúa guiada por un buen fin
o una buena intención, usando
unos buenos medios o actos de
acuerdo al orden natural, y en
unas circunstancias adecuadas.
Puede ser recta verdadera
cuando se conoce la verdad
objetiva y la voluntad se
adhiere a ella y la realiza;
y puede ser recta errónea invencible,
cuando es imposible saber la verdad y
se actúa según lo que se conoce.
«La verdad les hará«La verdad les hará
libres»libres»
(Jn 8, 32)(Jn 8, 32)

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La libertad del hombre

  • 1. Dr. David Vegue CorbachoDr. David Vegue Corbacho Don y MisterioDon y Misterio de lade la Libertad humanaLibertad humana según el Catecismo desegún el Catecismo de la Iglesiala Iglesia CatólicaCatólica
  • 2. ContenidoContenido La libertad del hombreLa libertad del hombre La moralidad de los actos humanosLa moralidad de los actos humanos y la moralidad de las pasionesy la moralidad de las pasiones La conciencia moralLa conciencia moral
  • 3. Catecismo de la IglesiaCatecismo de la Iglesia CatólicaCatólica Tercera parte: La vida enTercera parte: La vida en CristoCristo PRIMERA SECCIÓNPRIMERA SECCIÓN La vocación del hombre: la vida en el espírituLa vocación del hombre: la vida en el espíritu CAPÍTULO PRIMEROCAPÍTULO PRIMERO La dignidad de la persona humanaLa dignidad de la persona humana
  • 4. Artículo 3.Artículo 3. La Libertad del hombreLa Libertad del hombre I. Libertad y responsabilidadI. Libertad y responsabilidad II. La libertad humana en laII. La libertad humana en la economía de la Salvacióneconomía de la Salvación
  • 5. I. Libertad y responsabilidadI. Libertad y responsabilidad N. 1731. La libertad es el poder,N. 1731. La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad,radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar,de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello,de hacer esto o aquello, de ejecutar así por síde ejecutar así por sí mismo accionesmismo acciones deliberadas.deliberadas. La libertad es en el hombreLa libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento yuna fuerza de crecimiento y de maduración en la verdadde maduración en la verdad y la bondad, que alcanza suy la bondad, que alcanza su perfección cuando estáperfección cuando está ordenada a Dios.ordenada a Dios.
  • 6. N. 1732. Hasta que no llega a encontrarseN. 1732. Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último, que es Dios,definitivamente con su bien último, que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegirla libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, de crecer enentre el bien y el mal, de crecer en perfección o de pecar.perfección o de pecar. N. 1733. En la medida en que el hombre haceN. 1733. En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre.más el bien, se va haciendo también más libre. La elección de la desobediencia y del malLa elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce aes un abuso de la libertad y conduce a «la esclavitud del pecado» (cf Rm 6,«la esclavitud del pecado» (cf Rm 6, 17).17).
  • 7. N. 1734. La libertad hace al hombreN. 1734. La libertad hace al hombre responsable de sus actos voluntarios.responsable de sus actos voluntarios. La virtud, el conocimiento del bien y la ascesisLa virtud, el conocimiento del bien y la ascesis acrecientan la voluntad sobre los propios actos.acrecientan la voluntad sobre los propios actos. N. 1735. La imputabilidad y la responsabilidadN. 1735. La imputabilidad y la responsabilidad de una acción disminuyen o se suprimende una acción disminuyen o se suprimen si hay ignorancia, inadvertencia, violencia, temor,si hay ignorancia, inadvertencia, violencia, temor, hábitos, afecciones desordenadashábitos, afecciones desordenadas y otros factores psíquicos oy otros factores psíquicos o sociales.sociales.
  • 8. N. 1736. Todo acto directamente querido es imputableN. 1736. Todo acto directamente querido es imputable a su autor: pecado de Adán y Eva, de Caín, dea su autor: pecado de Adán y Eva, de Caín, de David.David. Un acto puede ser indirectamente voluntario cuandoUn acto puede ser indirectamente voluntario cuando hubo negligencia de lo que se debe conocer o hacer:hubo negligencia de lo que se debe conocer o hacer: accidente por ignorancia del código de circulación.accidente por ignorancia del código de circulación. N. 1737. El efecto malo de una acción es imputableN. 1737. El efecto malo de una acción es imputable cuando es previsible y el que actúa tiene la posibilidadcuando es previsible y el que actúa tiene la posibilidad de evitarlo:de evitarlo: homicidio cometido por un conductorhomicidio cometido por un conductor en estado de embriaguez.en estado de embriaguez.
  • 9. N. 1738. El derecho al ejercicioN. 1738. El derecho al ejercicio de la libertad es unade la libertad es una exigencia inseparable deexigencia inseparable de la dignidad dela dignidad de la persona humana,la persona humana, creada a imagencreada a imagen y semejanza de Dios.y semejanza de Dios.
  • 10. II. La libertad humana en la economía de la SalvaciónII. La libertad humana en la economía de la Salvación N. 1739. La libertad del hombre es finita y falible.N. 1739. La libertad del hombre es finita y falible. De hecho libremente pecó rechazando el amor de Dios,De hecho libremente pecó rechazando el amor de Dios, se engañó a sí mismo y se hizo esclavo del pecado.se engañó a sí mismo y se hizo esclavo del pecado.
  • 11. N. 1740. Al apartarseN. 1740. Al apartarse de la ley moral,de la ley moral, el hombre atenta contrael hombre atenta contra su propia libertad,su propia libertad, se encadena a sí mismo,se encadena a sí mismo, rompe la fraternidad conrompe la fraternidad con sus semejantes y sesus semejantes y se rebela contra la verdadrebela contra la verdad divina.divina. N. 1741. Cristo obtuvo la salvaciónN. 1741. Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres por su Cruzpara todos los hombres por su Cruz gloriosa.gloriosa. «Donde está el Espíritu, allí está la«Donde está el Espíritu, allí está la libertad»libertad» (2 Cor 3, 17).(2 Cor 3, 17). Desde entonces nos gloriamos de laDesde entonces nos gloriamos de la «libertad de los hijos de Dios»«libertad de los hijos de Dios» (Rm 8, 21).(Rm 8, 21).
  • 12. N. 1742. A medida que somos más dócilesN. 1742. A medida que somos más dóciles a los impulsos de la Gracia, se acrecientan nuestraa los impulsos de la Gracia, se acrecientan nuestra íntima verdad y nuestra seguridad en las pruebas.íntima verdad y nuestra seguridad en las pruebas. El Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritualEl Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual para hacer de nosotros colaboradores librespara hacer de nosotros colaboradores libres de su obra en la Iglesia y en el mundo.de su obra en la Iglesia y en el mundo. Aparta de nosotros los males, para queAparta de nosotros los males, para que podamos libremente cumplir su voluntad.podamos libremente cumplir su voluntad.
  • 13. Artículo 4.Artículo 4. La moralidad de los actosLa moralidad de los actos humanoshumanos I. Las fuentes de la moralidadI. Las fuentes de la moralidad II. Los actos buenos y los actos malosII. Los actos buenos y los actos malos
  • 14. N. 1749. La libertad hace del hombreN. 1749. La libertad hace del hombre un sujeto moral yun sujeto moral y responsable.responsable. Los actos humanos o los librementeLos actos humanos o los libremente realizados tras un juicio derealizados tras un juicio de conciencia, sonconciencia, son calificables moralmente comocalificables moralmente como buenos o malos.buenos o malos.
  • 15. I. Las fuentes de la moralidadI. Las fuentes de la moralidad N. 1750. Los tres elementos que constituyen laN. 1750. Los tres elementos que constituyen la moralidad o inmoralidad de un acto humano son:moralidad o inmoralidad de un acto humano son: 1) el objeto, medio o acto elegido;1) el objeto, medio o acto elegido; 2) el fin o intención que se tiene;2) el fin o intención que se tiene; 3) las circunstancias de la acción.3) las circunstancias de la acción.
  • 16. N. 1751. El objeto es la materiaN. 1751. El objeto es la materia de un actode un acto humano.humano. Es el medio que seEs el medio que se eligeelige o lo que se hace para alcanzaro lo que se hace para alcanzar el fin deseado.el fin deseado. La conciencia reconoceLa conciencia reconoce la bondad o maldad naturalla bondad o maldad natural del objeto, medio o acto elegidodel objeto, medio o acto elegido y aconseja a la voluntady aconseja a la voluntad elegirlo.elegirlo.
  • 17. N. 1752. El fin es el objetivo buscado en la acción.N. 1752. El fin es el objetivo buscado en la acción. La intención es el movimiento de la voluntadLa intención es el movimiento de la voluntad hacia un fin, querer y mirar hacia una meta.hacia un fin, querer y mirar hacia una meta. N. 1753. Una intención buena (ayudar al prójimo)N. 1753. Una intención buena (ayudar al prójimo) no hace bueno un comportamiento en sí mismono hace bueno un comportamiento en sí mismo desordenado (como la mentira y la maledicencia).desordenado (como la mentira y la maledicencia). El fin no justifica los medios.El fin no justifica los medios. Pero una intención malaPero una intención mala (la vanagloria) convierte(la vanagloria) convierte en malo un acto buenoen malo un acto bueno (la limosna;(la limosna; cf Mt 6, 2 4‑cf Mt 6, 2 4‑ ).).
  • 18. N. 1754. Las circunstancias son lasN. 1754. Las circunstancias son las condiciones decondiciones de tiempo, espacio, compañía, modo, materia (cantidadtiempo, espacio, compañía, modo, materia (cantidad y cualidad del acto), características del sujeto yy cualidad del acto), características del sujeto y consecuencias directas e indirectas del hecho.consecuencias directas e indirectas del hecho. Contribuyen a agravar o a disminuir la bondad oContribuyen a agravar o a disminuir la bondad o malicia moral de los actos humanosmalicia moral de los actos humanos (la cantidad(la cantidad de dinero robado)de dinero robado), así como la responsabilidad, así como la responsabilidad del que obradel que obra (defensa propia).(defensa propia).
  • 19. II. Los actos buenos y los actos malosII. Los actos buenos y los actos malos N. 1755. El acto moralmente bueno supone a la vezN. 1755. El acto moralmente bueno supone a la vez la bondad del objeto, del fin y de lasla bondad del objeto, del fin y de las circunstancias.circunstancias. Hay comportamientos concretos (fornicación, infidelidad,Hay comportamientos concretos (fornicación, infidelidad, aborto, homosexualidad, masturbación) que siempreaborto, homosexualidad, masturbación) que siempre son un error elegirlos, porque su elección comportason un error elegirlos, porque su elección comporta un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral.un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral.
  • 20. N. 1756. Es erróneo juzgar la moralidadN. 1756. Es erróneo juzgar la moralidad de los actos considerando sólo la intenciónde los actos considerando sólo la intención o las circunstancias (ambiente, presión social,o las circunstancias (ambiente, presión social, coacción o necesidad de obrar, etc).coacción o necesidad de obrar, etc). Hay actos que, por sí y en sí mismos,Hay actos que, por sí y en sí mismos, son siempre gravemente ilícitos por razónson siempre gravemente ilícitos por razón de su objeto (blasfemia, perjurio, homicidio,de su objeto (blasfemia, perjurio, homicidio, adulterio).adulterio).
  • 21. Artículo 5.Artículo 5. La moralidad de las pasionesLa moralidad de las pasiones I. Las pasionesI. Las pasiones II. Pasiones y vida moralII. Pasiones y vida moral
  • 22. N. 1762. La persona humanaN. 1762. La persona humana se ordena a la bienaventuranzase ordena a la bienaventuranza por medio de sus actos deliberados.por medio de sus actos deliberados. Las pasiones o sentimientosLas pasiones o sentimientos que experimenta puedenque experimenta pueden disponerla y contribuir a ello.disponerla y contribuir a ello.
  • 23. I. Las pasionesI. Las pasiones N. 1763. El términoN. 1763. El término «pasión»«pasión» pertenece al patrimonio delpertenece al patrimonio del pensamiento cristiano.pensamiento cristiano. Las pasiones designan lasLas pasiones designan las emociones, tendencias fuertesemociones, tendencias fuertes o impulsos de la sensibilidado impulsos de la sensibilidad que inclinan a la voluntadque inclinan a la voluntad a obrar o a no obrar en razóna obrar o a no obrar en razón de lo que es sentidode lo que es sentido como bueno o malo.como bueno o malo.
  • 24. N. 1764. Son componentes naturalesN. 1764. Son componentes naturales del psiquismo humano,del psiquismo humano, que constituyen el lugar de pasoque constituyen el lugar de paso entre la vida sensibleentre la vida sensible y la vida del espíritu.y la vida del espíritu. Nuestro Señor señala al corazónNuestro Señor señala al corazón del hombre como la fuentedel hombre como la fuente de donde brota el movimientode donde brota el movimiento de las pasionesde las pasiones (cf Mc 7, 2 1).(cf Mc 7, 2 1).
  • 25. N. 1765. La más fundamental es el amorN. 1765. La más fundamental es el amor que despierta la atracciónque despierta la atracción del bien ausente y la esperanza dedel bien ausente y la esperanza de obtenerlo.obtenerlo. Culmina en el placer y el gozoCulmina en el placer y el gozo del bien poseído.del bien poseído. El amor orientado al malEl amor orientado al mal es el odio, que causa laes el odio, que causa la aversión y el temor aaversión y el temor a los males que puedan sobrevenir.los males que puedan sobrevenir. Culmina en la tristezaCulmina en la tristeza y en la ira por el maly en la ira por el mal poseído.poseído.
  • 26. N. 1766.N. 1766. «Amar es desear el bien a alguien»«Amar es desear el bien a alguien» (S. Tomás de A., s. th. 1 2, 26, 4).‑(S. Tomás de A., s. th. 1 2, 26, 4).‑ Las demás pasiones tienen su fuerzaLas demás pasiones tienen su fuerza en este movimiento originalen este movimiento original del corazón del hombredel corazón del hombre hacia el bien.hacia el bien. «Las pasiones son malas si el amor es malo,«Las pasiones son malas si el amor es malo, buenas si es bueno»buenas si es bueno» (S. Agustín, civ. 14,(S. Agustín, civ. 14, 7).7).
  • 27. II. Pasiones y vida moralII. Pasiones y vida moral N. 1767. En sí mismas, las pasiones no son buenasN. 1767. En sí mismas, las pasiones no son buenas ni malas, son indiferentes a la moralidad porni malas, son indiferentes a la moralidad por provenir de la naturaleza corporal y espiritualprovenir de la naturaleza corporal y espiritual del ser humano,del ser humano, y se vuelven buenas o malasy se vuelven buenas o malas según cómo la razón ysegún cómo la razón y la voluntad las orientenla voluntad las orienten hacia el bien o hacia el malhacia el bien o hacia el mal (sacrificios de Caín y Abel).(sacrificios de Caín y Abel).
  • 28. Las pasiones se dividen en dos tipos:Las pasiones se dividen en dos tipos: 1. Pasiones corporales:1. Pasiones corporales: Pasión por alimentarse (templanza/gula).Pasión por alimentarse (templanza/gula). oPasión por el descanso (diligencia/pereza).Pasión por el descanso (diligencia/pereza). oPasión por la riqueza o posesiónPasión por la riqueza o posesión (generosidad/avaricia).(generosidad/avaricia). oPasión por la reproducción (castidad/lujuria).Pasión por la reproducción (castidad/lujuria). oPasión por la conservación de la vida (paciencia/ira).Pasión por la conservación de la vida (paciencia/ira).
  • 29. 2. Pasiones espirituales:2. Pasiones espirituales: oPasión por el bien (amor/odio).Pasión por el bien (amor/odio). oPasión por la verdad (sinceridad/mentira).Pasión por la verdad (sinceridad/mentira). oPasión por la belleza (armonía/caos).Pasión por la belleza (armonía/caos). oPasión por la afirmación de sí mismo (orgullo/Pasión por la afirmación de sí mismo (orgullo/ soberbia).soberbia). oPasión por ser más (caridad/envidia).Pasión por ser más (caridad/envidia).
  • 30. N. 1769. Cuando se vive en Cristo, las pasionesN. 1769. Cuando se vive en Cristo, las pasiones humanas pueden alcanzar su consumación enhumanas pueden alcanzar su consumación en la caridad y la bienaventuranza divina.la caridad y la bienaventuranza divina. El Espíritu Santo realiza su obra movilizando todoEl Espíritu Santo realiza su obra movilizando todo el ser incluidos sus dolores, temores y tristezas,el ser incluidos sus dolores, temores y tristezas, como aparece en la agonía y la pasión del Señor.como aparece en la agonía y la pasión del Señor.
  • 31. N. 1770. La perfección moral consisteN. 1770. La perfección moral consiste en que el hombre no sea movido al bienen que el hombre no sea movido al bien sólo por su voluntad, sino tambiénsólo por su voluntad, sino también por su apetito sensible segúnpor su apetito sensible según estas palabras del salmo:estas palabras del salmo: «Mi corazón y mi carne gritan«Mi corazón y mi carne gritan de alegría hacia el Dios vivo»de alegría hacia el Dios vivo» (Sal 84, 3)(Sal 84, 3)..
  • 32. Artículo 6.Artículo 6. La conciencia moralLa conciencia moral I. El dictamen de la concienciaI. El dictamen de la conciencia II. La formación de la concienciaII. La formación de la conciencia III. Decidir en concienciaIII. Decidir en conciencia IV. El juicio erróneoIV. El juicio erróneo
  • 33. N. 1776. «En lo más profundo de su conciencia elN. 1776. «En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo,hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena,sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazóncuando es necesario, en los oídos de su corazón llamándole siempre a amar y a hacer el bien yllamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal...a evitar el mal... La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrarioLa conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya vozdel hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella»resuena en lo más íntimo de ella» (GS 16)(GS 16)..
  • 34. I. El dictamen de la concienciaI. El dictamen de la conciencia N. 1777. Presente en el Corazón de la persona,N. 1777. Presente en el Corazón de la persona, la conciencia moralla conciencia moral (cf Rm 2, 14 16)‑(cf Rm 2, 14 16)‑ le ordena,le ordena, en el momento oportuno, practicar el bien yen el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal.evitar el mal. Juzga también las opciones concretas aprobandoJuzga también las opciones concretas aprobando las que son buenas y denunciando las que sonlas que son buenas y denunciando las que son malasmalas (cf Rm 1, 32)(cf Rm 1, 32)..
  • 35. N. 1778. La conciencia moral es un juicioN. 1778. La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humanade la razón por el que la persona humana reconoce la dualidad moralreconoce la dualidad moral de un acto concreto que piensa hacer,de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho.está haciendo o ha hecho. En todo lo que dice y hace,En todo lo que dice y hace, el hombre está obligado a seguirel hombre está obligado a seguir fielmente lo que sabe que es justo y recto.fielmente lo que sabe que es justo y recto.
  • 36. La conciencia es una ley de nuestro espíritu,La conciencia es una ley de nuestro espíritu, pero que va más allá de él, nos da Orden.pero que va más allá de él, nos da Orden. La conciencia es la mensajera del que,La conciencia es la mensajera del que, tanto en el mundo de la naturaleza como entanto en el mundo de la naturaleza como en el de la gracia, a través de un velo nosel de la gracia, a través de un velo nos habla, nos instruye y nos gobiernahabla, nos instruye y nos gobierna (Newman, carta al duque de Norfolks)(Newman, carta al duque de Norfolks)..
  • 37. N. 1779. Es preciso que cada uno preste muchaN. 1779. Es preciso que cada uno preste mucha atención a sí mismo para oír y seguir la voz deatención a sí mismo para oír y seguir la voz de su conciencia.su conciencia. «Retornad a la conciencia, interrogadla; retornad,«Retornad a la conciencia, interrogadla; retornad, hermanos, al interior, y en todo lo que hagáis miradhermanos, al interior, y en todo lo que hagáis mirad al Testigo, Dios»al Testigo, Dios» (S. Agustín, ep. Jo. 8, 9)(S. Agustín, ep. Jo. 8, 9)..
  • 38. N. 1780. La dignidad de la persona humana implicaN. 1780. La dignidad de la persona humana implica y exige la rectitud de la conciencia moral.y exige la rectitud de la conciencia moral. Se llama prudente al hombre que eligeSe llama prudente al hombre que elige conforme a este dictamen o juicio.conforme a este dictamen o juicio. N. 1782. El hombre tiene el derecho de actuarN. 1782. El hombre tiene el derecho de actuar en conciencia y en libertad a fin de tomaren conciencia y en libertad a fin de tomar personalmente las decisiones morales.personalmente las decisiones morales. «No debe ser obligado a actuar contra su conciencia.«No debe ser obligado a actuar contra su conciencia. Ni se le debe impedir que actúe según su conciencia,Ni se le debe impedir que actúe según su conciencia, sobre todo en materia religiosa»sobre todo en materia religiosa» (DE 3).(DE 3).
  • 39. II. La formación de la concienciaII. La formación de la conciencia N. 1783. Hay que formar la conciencia, para queN. 1783. Hay que formar la conciencia, para que sea recta y veraz, y esclarecer el juicio moral.sea recta y veraz, y esclarecer el juicio moral. Formular juicios según la razón,Formular juicios según la razón, conforme al bien verdaderoconforme al bien verdadero querido por la sabiduríaquerido por la sabiduría del Creadordel Creador..
  • 40. La educación de la conciencia es indispensable a seresLa educación de la conciencia es indispensable a seres humanos sometidos a influencias negativas y tentadoshumanos sometidos a influencias negativas y tentados por el pecado a preferir su propio juicio y a rechazarpor el pecado a preferir su propio juicio y a rechazar las enseñanzas autorizadas.las enseñanzas autorizadas. N. 1785. En la formación de la conciencia,N. 1785. En la formación de la conciencia, la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar;la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar; es preciso que la asimilemos en la fe y la oración,es preciso que la asimilemos en la fe y la oración, y la pongamos en práctica.y la pongamos en práctica.
  • 41. III. Decidir en concienciaIII. Decidir en conciencia N. 1786. Ante la necesidad de decidir moralmente,N. 1786. Ante la necesidad de decidir moralmente, la conciencia puede formular un juicio recto dela conciencia puede formular un juicio recto de acuerdo con la razón y con la ley divina, o al contrarioacuerdo con la razón y con la ley divina, o al contrario un juicio erróneo que se aleja de ellas.un juicio erróneo que se aleja de ellas. N. 1788. Para esto, el hombre se esfuerza porN. 1788. Para esto, el hombre se esfuerza por interpretar los datos de la experiencia y los signosinterpretar los datos de la experiencia y los signos de los tiempos gracias a la virtud de lade los tiempos gracias a la virtud de la prudencia, los consejos de las personasprudencia, los consejos de las personas entendidas y la ayuda del Espíritu Santo y deentendidas y la ayuda del Espíritu Santo y de sus dones.sus dones.
  • 42. La talla moral o nivel moral de una persona dependerá de la interiorización que haya hecho, a través de su conciencia, de la escala o jerarquía de los valores presente en la realidad objetiva, en congruencia con el propio proyecto subjetivo de vida.
  • 43. N. 1789. En todos los casos son aplicables algunas reglas:N. 1789. En todos los casos son aplicables algunas reglas: ‑‑ Nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien.Nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien. ‑‑ La «regla de oro»:La «regla de oro»: «Todo cuanto queráis que os hagan«Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros»los hombres, hacédselo también vosotros» (Mt 7, 12; cf Lc 6, 31; Tb 4, 15)(Mt 7, 12; cf Lc 6, 31; Tb 4, 15).. ‑‑ La caridad debe actuar siempre con respeto hacia elLa caridad debe actuar siempre con respeto hacia el prójimo y hacia su conciencia:prójimo y hacia su conciencia: «Pecando así contra«Pecando así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia..., pecáisvuestros hermanos, hiriendo su conciencia..., pecáis contra Cristo»contra Cristo» (I Co 8, 12)(I Co 8, 12).. «No hacer cosa que sea«No hacer cosa que sea para tu hermano ocasión de caída, tropiezo o debilidad»para tu hermano ocasión de caída, tropiezo o debilidad» (Rm 14, 21)(Rm 14, 21)..
  • 44. IV. El juicio erróneoIV. El juicio erróneo N. 1790. La persona humana debe obedecerN. 1790. La persona humana debe obedecer siempre el juicio cierto de su conciencia.siempre el juicio cierto de su conciencia. Si obrase deliberadamente contra este último,Si obrase deliberadamente contra este último, se condenaría a sí mismo.se condenaría a sí mismo. La conciencia moral puede estar afectadaLa conciencia moral puede estar afectada por la ignorancia y puede formar juicios erróneospor la ignorancia y puede formar juicios erróneos sobre actos proyectados o ya cometidos.sobre actos proyectados o ya cometidos.
  • 45. N. 1792. El desconocimiento de CristoN. 1792. El desconocimiento de Cristo y de su Evangelio, los malos ejemplosy de su Evangelio, los malos ejemplos recibidos de otros, la servidumbrerecibidos de otros, la servidumbre de las pasiones, la pretensión de una malde las pasiones, la pretensión de una mal entendida autonomía de la conciencia,entendida autonomía de la conciencia, el rechazo de la autoridad de la Iglesiael rechazo de la autoridad de la Iglesia y de su enseñanza, la falta de conversióny de su enseñanza, la falta de conversión y de caridad pueden conducir ay de caridad pueden conducir a desviaciones del juicio en la conducta moral.desviaciones del juicio en la conducta moral.
  • 46. N. 1793. Si por el contrario, la ignorancia es invencible,N. 1793. Si por el contrario, la ignorancia es invencible, o el juicio erróneo sin responsabilidad del sujeto moral,o el juicio erróneo sin responsabilidad del sujeto moral, el mal cometido por la persona no puede serleel mal cometido por la persona no puede serle imputado.imputado. Pero no deja de ser un mal, una privación, un desorden.Pero no deja de ser un mal, una privación, un desorden. Por tanto, es preciso trabajar por corregir la concienciaPor tanto, es preciso trabajar por corregir la conciencia moral de sus errores.moral de sus errores.
  • 47. N. 1794. La conciencia buena y pura es iluminadaN. 1794. La conciencia buena y pura es iluminada por la fe verdadera, porque la caridad procedepor la fe verdadera, porque la caridad procede al mismo tiempoal mismo tiempo «de un corazón limpio, de una«de un corazón limpio, de una conciencia recta y de una fe sincera»conciencia recta y de una fe sincera» (1 Tm 1, 5; 3, 9;2 Tm 1,3;1 P 3,21;Hch 24, 16)(1 Tm 1, 5; 3, 9;2 Tm 1,3;1 P 3,21;Hch 24, 16)..
  • 48. Conciencia errónea: la que juzga sin verdad. Puede ser errónea vencible o cuando se puede corregir la causa del error (ignorancia, pereza, etc); y errónea invencible o cuando no se puede corregir la causa del error (imposibilidad). Solución: para la errónea vencible, formar la conciencia y la voluntad; para la errónea invencible, expresar juicios y obrar de acuerdo a la verdad conocida.
  • 49. Conciencia dudosa: la que no distingue dónde está la verdad. Puede ser por duda real o cuando no se tienen elementos necesarios para poder juzgar; y puede ser por duda provocada o escepticismo. Solución: para la dudosa real, esperar activamente, investigar, consultar a quien sabe y decidir cuando se vea claramente; para la dudosa escéptica, formar la conciencia y la voluntad.
  • 50. Conciencia perpleja: la que tiene ante sí sólo opciones malas. Puede ser por una situación provocada por otros, en las que sólo se tienen opciones malas; y puede ser por una situación provocada por uno mismo, por omisión de un bien necesario o comisión del mal. Solución: optar por el mal menor objetivo y subjetivo, o mal menor común.
  • 51. Conciencia recta: la actúa guiada por un buen fin o una buena intención, usando unos buenos medios o actos de acuerdo al orden natural, y en unas circunstancias adecuadas. Puede ser recta verdadera cuando se conoce la verdad objetiva y la voluntad se adhiere a ella y la realiza; y puede ser recta errónea invencible, cuando es imposible saber la verdad y se actúa según lo que se conoce.
  • 52. «La verdad les hará«La verdad les hará libres»libres» (Jn 8, 32)(Jn 8, 32)