La División Vinos del Banco Supervielle, creada a principios de este 2014, pone a disposición de los distintos actores de la vitivinicultura argentina este primer informe de la marcha del sector que pretende informar y analizar sobre los principales aspectos del negocio y cooperar de ese modo en la gestión de las empresas del sector.
Este primer informe está dedicado a la evolución de las ventas en los últimos 15 años y realiza una primera proyección para este 2014, que dada la gran incertidumbre que rodea esta proyección será revisada en forma periódica, pero ahora arroja una visión de las tendencias que se observan en las principales variables que afectan a la vitivinicultura nacional.
Dispone además de un compendio estadístico actualizado que creemos resultará de utilidad para ver la evolución del sector desde distintos segmentos del negocio.
Informe Primer Trimestre 2014 - División Vinos - Banco Supervielle
1. – 1 –
INFORME PRIMER TRIMESTRE 2014 | ABRIL 2014
TENDENCIAS DE LAS VENTAS DE VINOS ARGENTINOS
Una situación macroeconómica complicada fue el marco de referencia para la vitivinicultura
reciente, y seguramente lo seguirá siendo. Por lo tanto, cabe esperar que la performance en
ventas del sector se deteriore en 2014, impactando fuertemente en las finanzas de la mayor-
ía de las empresas pero consolidando la posición de aquellas con estrategias consistentes
de enfoque de mercado, que actúen guiadas por el largo plazo.
Las 150 millones de cajas1
vendidas en 2013 por el sector vitivinícola argentino representan el
5,5% del consumo mundial de 2.700 millones de cajas y es bastante inferior al nivel máximo de los
últimos 15 años, 165 millones de cajas2
en 2008.
Desde 2008 las ventas de
vinos argentinos han des-
cendido con altibajos, y la
proyección indica que pue-
den tener un nuevo descen-
so en 2014. Del volumen
total vendido en 2013, el
77% tuvo como destino el
mercado nacional mientras
que el 23% restante se ex-
portó y, como se observa en
el Gráfico 1, en los últimos
años esta proporción cam-
bió notablemente. En 1998
la exportación era apenas el
7,7% del volumen total de
ventas de la industria.
Este cambio obedece no
sólo al hecho de que la ex-
portación creció (hoy se
exportan casi 3 veces más cajas que en 1998), sino también a la continuada caída de ventas en el
mercado nacional que hoy consume casi 30 millones de cajas menos que en 1998, es decir casi el
total que se exporta. Nuestros pronósticos indican que en 2014 tanto en el mercado nacional
mo en el externo se colocará casi un 3% menos que en 2013 consecuencia de menores exporta-
ciones a granel y una disminución de ventas en el mercado nacional.
Los menores envíos al mercado nacional en el largo plazo responden principalmente a dos facto-
res. Por un lado, un menor consumo per cápita tal cual lo ocurrido en varios países tradicionales
como los europeos, consecuencia del cambio del ritmo de vida moderna que prácticamente eli-
minó el hábito de consumo a medio día. Un segundo fenómeno a destacar ha sido la marcha
hacia la “premiumización” del consumo con una marcada preferencia por beber menos pero de
mayor calidad y por lo tanto mayor precio. Estas tendencias, que fueron muy fuertes en las déca-
das anteriores, parecen haberse atemperado en la última y nuestro país se mantiene desde hace
ya unos 6 o 7 años en niveles relativamente estables de 25 litros per cápita anuales.
1
Se consideran cajas equivalentes de 12 botellas de 750 cm
3
o 9 litros.
2
En el cálculo se agrega el volumen vendido a granel en la exportación.
2. – 2 –
Como se observa en el
Gráfico 2 los vinos de bajo
precio ocupaban en 1998 el
72% del consumo total; en
2009 se igualan las partici-
paciones con los vinos de
precio medio y alto; y en
2013 estos últimos ocupa-
ron el 55% del total. La ten-
dencia del primer grupo se
corresponde con la caída
estructural del consumo
mientras que la del segundo
refleja un aumento de la
calidad promedio de con-
sumo de vinos en nuestro
país.
La exportación de vinos ha
sido algo errática en la últi-
ma década. Por un lado, los
vinos fraccionados crecieron sin interrupción hasta alcanzar 25,4 millones de cajas en 2010, para
luego caer en más de 3 millones de cajas hasta 2013. Este comportamiento tiene una vinculación
muy estrecha con el tipo de cambio cuyo retraso en relación al resto de los precios de la economía
quitó competitividad en los últimos años a los vinos argentinos, especialmente en las franjas de
precios más bajos.
Por su parte, las exporta-
ciones a granel han sido
las causantes del movi-
miento más errático. En
2008 alcanzaron un máxi-
mo histórico para luego
descender bruscamente en
los años posteriores.
Vale aclarar que las expor-
taciones a granel en el
mundo se comportan de
ese modo pues tienden a
suplir déficits o superávits
de cosechas, especialmen-
te de vinos de bajo precio.
Sin embargo, fue a partir
de 2008 cuando otra varia-
ble entró en consideración
en el mercado mundial de
vinos, los costos de transporte que han provocado que ciertos países demanden vinos a granel de
más alto precio para fraccionar en destino. A la cabeza de este fenómeno se encuentra hoy Esta-
dos Unidos cuya demanda explica en gran medida las oscilaciones de exportación de vino argen-
tino a granel de los últimos tres años.
3. – 3 –
Facturación en caída
En 2013 se estima que la facturación total del sector, medida a precio de bodega, alcanzó los
17.700 millones de pesos, un 6,3% más baja que la venta de 2012, calculada en moneda constan-
te, y un 13,2% inferior a la de 2010, cuando llegó a su máximo histórico de las últimas décadas. El
auge y la declinación reconocen gran parte de sus causas en el contexto macroeconómico argen-
tino.
Desde 1998 hasta 2010 las ventas de las bodegas argentinas crecieron prácticamente en forma
ininterrumpida casi un 30% y esto se debió en gran medida al aumento de la exportación que, de
contribuir a las ventas totales con 1.200 millones de pesos, pasó a aportar más de 7.000 millones
de pesos.
Revela el Gráfico 4 dos hechos muy especiales a tener en cuenta en la última década: por un lado
cierta recuperación y caída
del mercado nacional y una
declinación del negocio ex-
portador.
Fue en esos años en los
cuales la inflación comenzó
a acelerarse y el tipo de
cambio se desploma frente
al resto de precios de la
economía. El negocio ex-
portador comienza a mos-
trar debilidad, especialmen-
te en las franjas más bajas
de precios, y el aumento de
la exportación a granel no
alcanza a compensar la
fuerte caída en la exporta-
ción de vinos fraccionados.
En definitiva, desde 2010 en
adelante todas las variables macroeconómicas conspiran con la performance del sector. Luego de
casi una década y media3
de expansión, el sector vitivinícola sufre una retracción que se ha ex-
tendido por más de tres años y se anticipa que aún continuará.
El comportamiento de las empresas
Cambios profundos en la demanda y oferta de vinos en los últimos años en el mundo deben ser
cuidadosamente tenidos en cuenta en el diseño estratégico de las empresas involucradas en el
sector vitivinícola como son los productores de uva, las bodegas, las comercializadoras y los pro-
veedores.
3
Los años 2007 y 2008 merecen una explicación especial. En esos años es cuando los índices de inflación
comienzan a crecer y el precio del vino en el mercado nacional queda durante un tiempo muy retrasado lo
que repercute negativamente en las ventas de 2007. En 2008 el precio promedio tiene un crecimiento que
compensa la inflación de los dos años y por ello las ventas en moneda constante muestran un singular cre-
cimiento. De promediarse ambos años se podría observar que respetan la tendencia.
4. – 4 –
A nivel mundial existe una clara tendencia de los consumidores hacia una mayor demanda de
vinos en las franjas de precios medias y altas en contraposición a las de precios más bajos. Ese
fenómeno se replica en nuestro país y es así que el desarrollo de este segmento se ha hecho no-
table. Como muestra el Gráfico 5 las bodegas argentinas han enfocado sus ventas en esas franjas
tanto del mercado nacional como al exterior, siguiendo por un lado la demanda de los consumido-
res y por otro los espacios del negocio de mejores márgenes. Para ello debieron aplicar tecnolo-
gías en fincas y bodegas pero también mejoraron su gestión para lograr ser exitosas.
Si se toman cuatro segmentos de precios (60, 92, 151 y 253 $/caja) que resultan de un promedio
en moneda constante entre los años 2005 y 2013 se puede ver el comportamiento de ventas en
volumen de cada segmento.4
Retroceso de los vinos de menor precio
La franja de precios más bajos, en su mayoría de vino fraccionado en envase tetrabrik y vendido
al mercado interno, ocupaba en 2005 el 48,5% del volumen total vendido por la industria mientras
que en 2013 la participación cayó al 34,2%. Estos vinos tienen una ardua competencia con la cer-
veza y otras bebidas de baja graduación alcohólica que vienen ganando la batalla en los últimos
años. Se trata, además, del
segmento de mayor caída
estructural en consumo per
cápita. En su producción y
fraccionamiento operan em-
presas de gran envergadura
pues los márgenes son muy
bajos o prácticamente nulos
en el último año. Entre las
10 bodegas más grandes
del país se encuentran casi
todas las que abastecen el
mercado de bajo precio.
Prevalecen dos tipos de
estrategias. La primera y
más contundente consiste
en un proceso de concen-
tración que permite a las
compañías más grandes
generar economías de esca-
la. Adicionalmente, algunas
de ellas entienden que el vino es de consumo aspiracional y por lo tanto los consumidores irán
siempre ascendiendo en la pirámide de precios y por ello no se puede perder este primer escalón
aunque resulte poco rentable. Esta franja, a pesar de ocupar el 34% del volumen total vendido,
sólo representa el 18% de la facturación. Una prueba más de que sólo grandes compañías pue-
den actuar en este mercado.
La exportación de granel resultó un buen negocio
Muchas de las compañías que venden vino fraccionado de bajo precio participan también de la
venta de granel en la exportación. Este segmento logró mejoras en los precios relativos en los
4
Estos cuatro segmentos surgen de segmentar ventas de vinos argentinos según el mercado de destino y
el envase.
5. – 5 –
últimos años y ha tenido un suave incremento en la participación desde el 5,5% al 8,5%. Aquí, a
diferencia del segmento más bajo, se logran mejores márgenes por no tener costos de fracciona-
miento y ser menores los de distribución. Se trata de un mercado de oportunidad aunque una ten-
dencia estructural a nivel mundial lo está consoli-
dando. Del volumen total de vino que se comercia-
liza entre países, hoy cerca del 40% se hace a
granel, porcentaje que una década atrás rondaba
la mitad.
Los precios promedio han aumentado y las bode-
gas argentinas han aprovechado esta tendencia
de dos modos. Muchas de ellas, especialmente
las más grandes y establecidas en mercados ex-
ternos como es Estados Unidos, han exportado
vino a granel para fraccionar en destino mejorando
de ese modo algo la rentabilidad perdida por re-
traso cambiario. Otras han aprovechado sus vinculaciones con grandes bodegas del exterior para
enviar a granel vino que éstas fraccionan con marcas propias, colocando en las etiquetas que se
trata de vino argentino, aunque fraccionado en destino.
La continuidad de este fenómeno depende crucialmente de los costos de origen, muy influidos por
el tipo de cambio; y también de los costos en destino y de las opciones de abastecimiento de otros
países. Como se ve, este negocio requiere mucha flexibilidad y capacidad de financiar tanto los
auges del mercado como sus caídas.
Las franjas más expansivas
Tal como se ha señalado, los precios medios y altos son los que han crecido en participación. Si
se suman las dos franjas de precios superiores, se puede ver que en 2013 participaron con más
del 57% del volumen vendido y lo que es más importante, con más del 73% de la facturación. Es
en este segmento donde las posibilidades de ganar en rentabilidad son mayores aunque también
es claro que se trata de un espacio altamente competitivo.
La parte más baja de precios está dominada por las ventas al mercado nacional y se expandió a
pesar de la caída de consumo doméstico lo que muestra claramente los cambios de hábitos de los
consumidores como así también el nuevo enfoque de las bodegas. Este segmento de mercado
creció con fuerza en el país hasta ocupar hoy el
42% del volumen y el 48% de la facturación. Aquí
los márgenes son relativamente buenos en el
mercado nacional y se podría decir que están en
el límite inferior de competitividad para exportar
por el tipo de cambio, si bien es posible que en
2014 tenga cierto repunte como consecuencia de
la devaluación de enero.
En el mercado argentino este es el segmento
compiten bodegas medianas y grandes. Las más
pequeñas tienen dificultades porque los principales canales de venta son los que se denominan
“grandes superficies” es decir hipermercados y supermercados con un gran poder de negociación.
Además, es la franja de vinos donde la promoción por precio es muy activa y la necesidad de te-
ner marca que sea reconocida por los consumidores se convierte en un argumento clave del mar-
keting. Todo esto obviamente que va en contra del margen y por ello aparece la necesidad de
“Las grandes empresas actúan en casi
todas las franjas de precios pero es-
pecialmente en las más bajas pues su
tamaño les permite generar
economías de escala que ha sido fun-
damental en los últimos años para
ganar share”
“Las bodegas de vinos argentinos
orientaron sus acciones a ocupar la
mayor demanda de vinos en franjas
medias y altas de precios. Hoy casi el
50% de la facturación proviene de
este segmento.”
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buscar economías de escala, lo que presenta complicaciones para bodegas de menor envergadu-
ra.
En la exportación es la llamada categoría “entry level” que muchas bodegas deben tener para sa-
tisfacer las demandas de sus distribuidores. Los mismos necesitan incluir esta categoría en sus
portfolios para posicionar y vender vinos de mayor precio. Allí también se presentan dificultades
para bodegas de menor envergadura que deben
acceder a estos requerimientos aún a expensas
de vender con baja contribución y más aún en un
ambiente macroeconómico con atraso cambiario.
En los años 2009 y 2010, a estas dificultades, se
sumó el gran incremento del precio de la materia
prima por las importantes mermas de cosecha.
Esto generó pérdidas para muchas bodegas y
dificultades de financiamiento.
En el segmento de precios más elevados las ven-
tas son principalmente al mercado internacional
dado que el mercado nacional es aún muy pe-
queño aunque creciente en participación. Los vinos argentinos han mostrado en esta franja una
considerable actividad a pesar de la caída del tipo de cambio.
En este segmento operan bodegas de todo tipo, desde las grandes y consolidadas hasta las más
pequeñas y jóvenes. Los márgenes brutos que muestran bodegas establecidas permiten exceden-
tes de explotación para financiar planes de expansión y cierta capacidad para aguantar tiempos
de tipo de cambio con retraso.
Sin embargo, la actuación en este segmento implica también una mayor inmovilización de Bienes
de Cambio pues se trata de productos con más tiempo de guarda, por lo que es necesario tener
una adecuada relación con
su financiamiento. Lamen-
tablemente en Argentina la
disponibilidad de financia-
miento en plazos superiores
a un año es muy escasa y
esto dificulta los planes de
expansión de muchas bo-
degas que tienen buenas
oportunidades por el lado de
la calidad de sus productos,
como así también cierta
consolidación en mercados,
pero son incapaces de in-
movilizar fondos de mediano
plazo y sus estrategias de
expansión deben ser más
cautelosas de lo que el mer-
cado demanda.
Es un segmento, además,
de gran competencia inter-
nacional pues allí concurren todos los países productores del mundo y esto lo convierte en una
prueba muy dura. Aquellas bodegas que son capaces de sortear esta alta rivalidad pueden tener
asegurado un futuro muy interesante. A esto se agrega que los países muy nuevos en el consumo
“La estrategia 2014 deberá poner
atención en tres elementos centrales
como son el enfoque de precios, la
selección más adecuada de los mer-
cados y una aguda observación de los
márgenes y la rotación para cada uno
de estos elementos”
7. – 7 –
están incorporando rápidamente vinos en esta franja de precios lo cual amplía las expectativas de
crecimiento de las bodegas, en especial aquellas de menor envergadura que ven aquí ventanas
estratégicas más abiertas que en otros segmentos de precios o plazas donde expandirse.
EL 2014 DEFINIRA EN GRAN MEDIDA EL FUTURO DE MUCHAS EMPRESAS
La performance del sector ha estado dramáticamente influida por el contexto macroeconómico
argentino, especialmente en los últimos años. Las empresas en general han tomado actitudes que
van desde profundizar el posicionamiento en el mercado interno, principalmente las de gran en-
vergadura, hasta mejorar el posicionamiento en mercados donde se sienten fuertes, quitándole
esfuerzo económico a líneas de productos o mercados donde la rotación de inventarios no com-
pensa un magro margen. Es decir que sus estrategias para mejorar el posicionamiento han osci-
lado entre dos extremos: aumentar o mantener share aunque se gane poco o incluso se pierda y
mejorar la relación entre margen y rotación. Hay un grupo, no pequeño, cuya política de gestión
ha sido simplemente de supervivencia, aunque se trata claramente de una estrategia poco susten-
table en el largo plazo, y esto se hará notorio en este 2014.
Tres variables macroeconómicas serán muy influyentes en los resultados de ventas en 2014: el
nivel de actividad económica general, el poder adquisitivo de los salarios y el tipo de cambio. Cada
empresa de acuerdo a su tamaño, portfolio de productos y enfoque de mercados, tendrá entonces
distinta performance dependiendo de la evolución que estas variables tengan, ya que sobre todas
estas pesa una profunda incertidumbre derivada de una política económica que atraviesa tramos
de gran volatilidad.
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La actividad económica general
La actividad económica influye en la demanda agregada por el lado del consumo de bienes y ser-
vicios. Aquí por lo general el vino tiene mucho para ganar cuando se incrementa el nivel de activi-
dad pero también mucho para perder en el caso contrario. Se trata de un producto prescindible en
la canasta de consumo y puede ser rápidamente sustituido cuando la renta individual se deteriora.
En la franja donde esta variable tiene un impacto más fuerte es en la de precios medios. Como se
expresaba, es la de mejor performance en los últimos años y donde actúan una gran cantidad de
bodegas de distinto tamaño. Los
pronósticos para este año de las
principales consultoras de ma-
croeconomía respecto del PBI
van desde crecimiento nulo hasta
caídas del 2%5
. Por lo tanto, po-
demos especular con caídas de
la demanda por este motivo, es-
pecialmente en la franja media
alta de precios, del 3%.
El nivel de salarios
En cuanto a los salarios, las pri-
meras paritarias cerradas ubican
los acuerdos en valores similares
o inferiores a la inflación estimada
para el año. Es una consecuencia
lógica de un panorama recesivo
en la economía donde los sindi-
catos privados tienen claro que lo
que está en peligro es el empleo.
Por lo tanto, desde la perspectiva
del consumo, se advierte una
caída en términos reales que im-
pactará en mayor magnitud en los
vinos de más bajo precio. Los
mismos sufren además la ame-
naza de políticas de precios
agresivas por parte de la cerveza
y otras bebidas alternativas de
baja graduación. Por ello, si tenemos en cuenta un retraso salarial que puede rondar el 7% para
este 2014, el impacto en la demanda de vinos de precios bajos puede ser directo.
El tipo de cambio
La variable macroeconómica que ha sido la estrella de la discusión de los últimos años es el tipo
de cambio por su caída desde la devaluación pos Convertibilidad. Fue en enero de 2014 cuando
la Administración Nacional rompió su tradición de años. El 24 de enero provocó una devaluación
5
En estudios de demanda de vino para países con madurez del consumo se estima una relación entre el
ingreso de los consumidores y la demanda de vino en aproximadamente 1,5. Esto quiere decir que la de-
manda crece un 1,5% cuando el ingreso crece un 1%. De allí entonces que si se espera una caída del Pro-
ducto Bruto del 2% estimemos una caída del consumo de vino del 3%.
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diaria del 15% que llevó la cotización del dólar a un valor un 45% más elevada que el promedio de
2012. Esto impactó fuertemente en la inflación, cuyas consecuencias hoy estamos viendo, pero
también significó cierto alivio para los exportadores.
La gran pregunta es si este nuevo nivel de tipo de cambio real se mantendrá o veremos durante el
año sucesivas degradaciones a causa de la inflación, como ya se vio en los meses de febrero y
marzo. Su proyección está cargada por la incertidumbre de un programa económico no explicitado
y que parece actuar en forma espasmódica. Si nos atenemos a la oferta y demanda de dólares
que tendrá la economía en los próximos meses por el ingreso de liquidaciones de exportación y
suponemos que cuando comience nuevamente a retrasarse el tipo de cambio se aplicará una polí-
tica de pequeños ajustes, se puede estimar que el tipo de cambio terminará con una mejora real
para este año que puede rondar el 5%. Esto impactará directamente en una mejora de los ingre-
sos de exportación.
Dos fenómenos propios del sector serán también decisivos para poder proyectar el año: la de-
manda de los países importadores de vino y el reacomodamiento de los consumidores en el mer-
cado nacional ante cambios en el ingreso disponible.
Demanda externa
Hasta el momento todo indica que el mundo seguirá demandando vinos argentinos en función de
la actividad de sus economías. En los principales países demandantes de vinos argentinos hay
pronósticos de crecimiento económico, especialmente en Estados Unidos, y esto mantendrá muy
activa la demanda de importaciones. Los pronósticos son alentadores en materia de demanda de
vinos fraccionados argentinos.
En el caso de granel, la situación se advierte distinta. La bonanza de importaciones por escasez
de cosechas de Estados Unidos no parece estar presente este año, justamente por su buena pro-
ducción de uvas en 2013. De hecho el acumulado de importaciones de vinos a granel de los últi-
mos 12 meses cerrados en febrero muestra una caída en volumen del 16% lo que anticipa de
algún modo este pronóstico. En resumen, todo indica que veremos una demanda activa de vinos
fraccionados tanto en volumen como en valor sin que esto signifique crecimiento pero sí manteni-
miento, y observaremos caídas en exportaciones a granel.
Trade Down
El escenario macroeconómico interno indica ambiente recesivo y caída de salarios reales. Frente
a este panorama en general los consumidores retraen sus consumos pero toman una conducta
muy activa frente a los precios de los productos. Es así que se puede esperar para este año un
fuerte “Trade Down” en el consumo, algo que ya comenzó a verse en el último trimestre de 2013.
Esto implica que los consumidores guiarán sus compras por el ahorro, lo cual puede generar bajar
algún escalón en los precios que están dispuestos a pagar o aprovechar aquellos vinos que ten-
gan descuentos. Esta conducta afectará muy fuertemente a los vinos de precios medios y altos y
cierta parte de este deslizamiento puede ser aprovechado por vinos de precios bajos, siempre y
cuando la cerveza no se presente como alternativa más económica frente al vino en esta franja.
Por ello, en 2014 las empresas deberán diseñar con mucha más precisión sus políticas de marke-
ting, especialmente en cuanto a precios, pues errores de “timing” en los incrementos en pos de
acompañar la inflación, pueden significar perder importantes porciones de mercado. Claramente la
política de precios no podrá descuidar en ningún momento la relación entre el margen y la rotación
pues seguir al mercado puede ser especialmente nocivo este año en la rentabilidad global. Como
siempre, serán las empresas de menor envergadura las que pueden resultar más afectadas ya
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que son las que tienen menor respaldo para soportar quebrantos.
Y UNA FUTUROLOGÍA MAYOR: DESDE EL 2015 EN ADELANTE
En Argentina se esperan cambios fuertes en materia macroeconómica en la última parte del man-
dato de la actual administración, urgidos por evitar un desbande de las variables fundamentales.
Pocos parecen dudar de que en una futura administración deberá hacer ajustes importantes en
política fiscal, monetaria y externa. Un cambio de la actual situación podría llevar a mejores indi-
cadores económicos y expectativas más allá del 2015 y esos cambios seguramente tendrán su
impacto en las principales variables que hoy afectan la vitivinicultura argentina.
De ocurrir un escenario con menor inflación, llegada de inversiones externas y menor huida de
capitales nacionales, el sector vitivinícola podría volver a situaciones parecidas a las que vivió
antes de 2008, aunque la diferencia estaría dada fundamentalmente por un consumo nacional
más especializado en franjas medias y altas de precios, un desarrollo exportador más enfocado en
mercados atractivos y quizás un número de empresas menor que el actual pero con gestiones
más parecidas a las empresas competitivas del mundo. Por lo tanto, todo parece indicar que 2014
será un año que puede servir de bisagra frente a un futuro más prometedor.
Este informe ha sido elaborado por la División Vinos del Banco Supervielle. La información y opiniones ver-
tidas en este documento han sido compiladas de distintas fuentes consideradas confiables y no representan
o son garantía de exactitud o completitud ni representan la opinión formal del Banco Supervielle. Este do-
cumento es para fines informativos y no ha sido hecho para fines de transacciones comerciales ni consejos
profesionales. Todas las opiniones de este documento pueden ser cambiadas sin notificación previa. Este
documento no puede ser reproducido, total o parcialmente sin autorización de la División Vinos del Banco
Supervielle.
Más información:
Autor: Javier Merino - jmerino@areadelvino.com
Gustavo Escande - Gustavo.ESCANDE@supervielle.com.ar
Adrián Rizzo - JORGE.RIZZO@supervielle.com.ar
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