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EVANGELIO DE LUCAS Y HECHOS DE LOS APÓSTOLES
La misericordia de Dios, desde Jerusalén hasta los confines de la tierra


                                            Ilustre Teófilo
                                            «Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas
                                            que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido
                                            los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la
                                            Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligen-
                                            temente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teó-
                                            filo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido»
                                            (Lc 1,1-4).

                                            «El primer libro lo escribí, Teófilo, sobre todo lo que Jesús hizo y enseñó
                                            desde un principio hasta el día en que, después de haber dado instruc-
                                            ciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había elegido,
                                            fue llevado al cielo. A estos mismos, después de su pasión, se les
                                            presentó dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles
                                            durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de
                                            Dios. Mientras estaba comiendo con ellos, les mandó que no se ausen-
                                            tasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre: «...re-
                                            cibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis
                                            mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confi-
                                            nes de la tierra» (Hech 1,1-4.8).



                                         (por ejemplo los ultrajes de Jesús por    tienen que llevar la misión hasta los
                                         parte del Sanedrín, como también          confines de la tierra con la fuerza
                                         la coronación de espinas, las escu-       del Espíritu (1,7-8).
                                         pidas y burlas de los romanos, etc.).          Lucas ofrece una narración
La primera parte de una                  Asimismo omite toda situación en          histórica que sirve para definir la
obra amplia                              la que alguna persona puede apa-          identidad de un grupo religioso.
                                         recer digna de reprensión o, por lo       Para él este grupo no sólo procede
      El Evangelio de Lucas difiere      menos, trata de suavizar o de dis-        del judaísmo, sino que es el Israel
de los otros por su extensión: mien-     culpar (por ejemplo Lc 9,45; 22,3;        restaurado por el Espíritu Santo.
tras que los demás concluyen su          22,45).
obra con la resurrección de Jesús,                                                      La ciudad de Jerusalén es muy
Lucas se extiende hasta la predica-      Concepción de la historia                 importante en la obra de Lucas. Allí
ción de los Apóstoles para terminar                                                comienza con la narración del na-
recién con la llegada de Pablo a              Lucas reestructuró la historia       cimiento de Juan Bautista (Lc 1,5-
Roma. Su obra se divide así en dos       de la salvación divina mediante una       80). Es el lugar donde los padres lle-
partes: el Evangelio y el libro de los   comprensión tripartita del tiempo.        van a Jesús a poco de nacer para
Hechos de los Apóstoles.                 Lucas comparte la comprensión bi-         presentarlo en el Templo (Lc 2,22-
      Se caracteriza Lucas por ser un    partita del tiempo propia del cris-       38). A Jerusalén vuelve el niño cuan-
narrador «culto». Indudablemente,        tianismo primitivo, que distingue         do tiene 12 años (Lc 2,41-50).
es el que mejor escribe entre todos      sólo entre esperanza y cumplimien-             Cuando Jesús se prepara en el
los Evangelistas. Es el que demues-      to. Pero este cumplimiento lo divide      desierto para su próxima actividad
tra una cultura más cuidada y que        en dos fases:                             ministerial, la última tentación con-
utiliza un griego mucho más correc-                                                siste en un fantástico traslado a la
to que el de los otros. Sigue estre-            la actividad de Jesús              ciudad sagrada para que allí reali-
chamente el Evangelio de Marcos                 la misión de la Iglesia            ce un acto espectacular, arrojándo-
como fuente, pero va corrigiendo las                                               se desde la cornisa del Templo (Lc
imperfecciones del lenguaje. Con              Puede asumir la demora del           4,9-10).
todo, no se puede afirmar que el grie-   retorno glorioso de Jesús, dando al            Durante la misión de Galilea se
go de Lucas sea el de los escritores     presente una tarea positiva de ex-        habla de que, entre la multitud que
clásicos.                                tender el llamado a la conversión.        seguía a Jesús, había gente que pro-
      Se caracteriza también por tra-    Así el comienzo de Hechos dice cla-       cedía de Jerusalén (Lc 6,17). Lucas
tar de omitir todo aquello que pue-      ramente que, en lugar de preguntar        acorta la misión en Galilea para po-
da resultar chocante para el lector      por el fin del mundo, los discípulos      ner más de relieve su viaje a Jerusa-

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Los relatos de la infancia
   Las tres partes de la Historia de Salvación
                                                                                         Los relatos de la infancia son
   1. EL TIEMPO DE ISRAEL: Todo lo que precede a la aparición de Jesús,            textos que surgieron en una fase
   y que concluye con la prisión de Juan Bautista (Lc 3,19-20).                    muy desarrollada de la tradición
                                                                                   evangélica. Están ausentes en Mar-
   2. EL TIEMPO DE JESÚS: Es el tiempo que abarca desde su Bautismo                cos y en Juan, que presenta en su
   (Lc 3,21) hasta la Ascensión (Lc 24,51; Hech 1,9-11).                           lugar un prólogo sobre la Palabra
                                                                                   hecha carne (1,1-18). En Mateo y en
   3. EL TIEMPO DE LA IGLESIA: Comienza con Pentecostés (Hech 2,1) y
                                                                                   Lucas los relatos del nacimiento
   se prolonga hasta la Parusía (Hech 1,11). Para dar lugar a este tercer
   período Lucas intercala entre el segundo y el tercero un episodio que los
                                                                                   desempeñarían las funciones de
   otros Evangelistas no narran: la ascensión de Jesús. Su partida deja            prólogo, para definir desde el co-
   espacio para el tiempo de la Iglesia hasta que El vuelva. Para Lucas la         mienzo la identidad de Jesús como
   venida gloriosa de Jesús no es la resurrección, sino la venida al final de      Hijo de Dios. Responden más a una
   los tiempos cuando el Evangelio haya llegado a todos los hombres.               motivación teológica que a un inte-
                                                                                   rés documental. Se estaría utilizan-
                                                                                   do en ellos un recurso semejante al
lén (Lc 9,51). Este viaje se prolonga-        En la cercanía de Jerusalén, «en     que encontramos en la literatura ju-
rá desmesuradamente, ocupando            un lugar cercano a Betania» (Lc           día, llamado midrash, a través del
diez capítulos. Por fin y tras llorar    24,50), se realizará la Ascensión de      cual se intenta hacer comprensible
al contemplar de lejos la Ciudad         Jesús a los cielos. El evangelista ten-   un texto bíblico del pasado, tenien-
Santa, Jesús entra en ella y sube al     drá especial interés en recalcar que      do en cuenta las circunstancias pre-
monte del Templo (Lc 19,28-47).          los discípulos «se volvieron a Jeru-      sentes de los lectores.
      En Jerusalén tendrán lugar los     salén (Lc 24,52). Y añade significa-            En la Anunciación el ángel sa-
acontecimientos de la Pasión, minu-      tivamente que «estaban continua-          luda a María como aquella a quien
ciosamente narrados por Lucas en         mente en el Templo bendiciendo a          la gracia ha sido dada. La expresión
cinco capítulos. Es interesante que,     Dios» (Lc 24,53).                         pasiva «agraciada» (gr. kekharitome-
a diferencia de los tres restantes            Con estas palabras termina la        ne) subraya que María es la recepto-
evangelistas, tras la muerte de Jesús    primera parte de la obra de Lucas,        ra de un don recibido y gratuito. El
los discípulos no se volvieron a Ga-     con un final abierto para comenzar        anuncio no es fácil y María intenta
lilea, sino que permanecieron en Je-     la segunda parte:                         comprender. Gabriel revela que este
rusalén y allí recibieron las apari-                                               niño será el Hijo de Dios. El Espíritu
                                           «Y les dijo: Así está escrito: que el
ciones del Resucitado. Incluso se                                                  Santo ejercerá en María su papel crea-
                                           Cristo debía padecer y resucitar
dice que el propio Jesús les mandó         de entre los muertos al tercer día      dor y vivificante, el que tenía desde
no abandonar la ciudad santa:              y que se predicaría en su nombre        el origen del mundo (Gn 1,2).
                                           la conversión para el perdón de               Es suficiente creer en la prome-
  «Vosotros permaneced en la ciu-
                                           los pecados a todas las nacio-          sa para que Dios suscite la vida. Al
  dad hasta que seáis revestidos del
                                           nes, empezando desde Jerusa-            llamarse la esclava del Señor, María
  poder desde lo alto» (Lc 24,49).
                                           lén» (Lc 24,46).                        que no es tal por status social, ex-
                                                                                   presa su disponibilidad al Señor, de
                                                                                   modo libre y responsable. Se pone
   Relatos de Anunciación                                                          al servicio del que tomará la condi-
                                                                                   ción de siervo (Fil 2,7).
   Estos son los elementos que se encuentran generalmente en un relato                   La Visitación es la escena del
   de anunciación, como en Jue 13,2-23 o Lc 1,5-23, y también en la que            contagio del gozo y del don del Espí-
   recibe María:                                                                   ritu Santo. María se apresura a visi-
                                                                                   tar a su pariente y vivir con ella una
            Situación de los personajes, señalando al mismo tiempo una
   dificultad (esterilidad de Isabel, virginidad de María).
          Aparición del ángel del Señor.
        Miedo-asombro producido por la aparición y que generalmente se
   expresa con la fórmula «no temas» (Lc 1,13 y 30).
         Anuncio de la llegada, mención del nombre y de la misión, que
   muchas veces empieza con la expresión técnica «He aquí «(Lc 1,20.31).
        Pregunta que plantea la dificultad (Lc 1,18.34).
        El mensajero da una señal que apoya y garantiza la anunciación (Lc
   1,19-20 y 35-36).
         Ejecución del signo y realización del anuncio.



El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles                                                                   27
efusión inaugural del Espíritu pro-
fético. Cuando Isabel recibe el salu-       ¿Un censo para todo el mundo?
do de María, el movimiento de su
hijo, Juan el Bautista, es un salto de      Lucas menciona un edicto de Augusto ordenando que se empadronase
alegría (cf. Lc 6,23), mientras que su      todo el mundo: «Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo go-
madre es llenada por el Espíritu San-       bernador de Siria Cirino». Con tal motivo «iban todos a empadronarse,
to y se hace profetisa. La primera voz      cada uno a su ciudad» (Lc 2,1-5). Así ha querido dar un contexto solem-
humana en profetizar en el Nuevo            ne al nacimiento de Jesús, mencionando el nombre del emperador
Testamento es una voz de mujer, al          Augusto, como mencionaba a Tiberio con ocasión de su bautismo.
igual que las mujeres serán las pri-        Pero el censo mencionado no ocurriría hasta el año 6 EC, una vez que
                                            Herodes hubo muerto y Judea pasó a manos romanas tras el desastro-
meras mensajeras de la resurrección.
                                            so reinado de su hijo Arquelao. El censo tenía como fin elaborar la nómi-
      Entre todas las mujeres, María        na de los contribuyentes de la nueva provincia del Imperio (cf. Josefo,
es objeto de una bendición especial,        Antigüedades 18,4). Puesto que ni las mujeres ni los niños debían pre-
la que hace de ella la Madre del Me-        sentarse ante el funcionario, el relato del viaje desde Nazaret a Belén es
sías, el Bendito por excelencia. Isa-       seguramente un recurso para situar el nacimiento de Jesús en la ciu-
bel pronuncia la primera bienaven-          dad de David.
turanza, la de la fe: María es bien-
aventurada porque ha creído que iba
a ser la madre del Mesías.                     A las difíciles condiciones del    de las naciones», sino al que es ya
      Retomando el cántico de Ana        nacimiento de Jesús seguirá una ex-      portador de la vocación que lo con-
(1 Sam 2,1-10) y varias declaracio-      plosión luminosa de la gloria de         ducirá a la cruz: a su madre se le
nes de los profetas y de los salmos,     Dios, una teofanía que hará de los       dice que «una espada le atravesará
la madre de Jesús celebra la justicia    pobres pastores los primeros evan-       el alma» (2,35).
de Dios para la humanidad herida         gelistas de la proclamación de la sal-        Durante una peregrinación a
y la fidelidad que él guarda a su        vación traída por Cristo el Señor.       Jerusalén (Lc 2,41ss) el niño, busca-
pueblo. Relee la historia de la sal-           El primer signo dado a la fe en    do por sus padres y hallado entre
vación y la vincula a lo que le suce-    Cristo es el de un recién nacido en      los maestros, se revela a María y a
de. Admira el designio de Dios, que      la pobreza, envuelto en pañales y        José como el Hijo mismo de Dios.
viene a visitar a los humildes, los      acostado en un pesebre. Contrasta        Ellos deben reconocer la verdadera
pobres y los hambrientos, para lle-      la distancia que hay entre la fragili-   identidad del que debe ocuparse de
var a cumplimiento, en ellos y por       dad del niño y la grandeza de los        los asuntos de su Padre.
medio de ellos, la promesa hecha a       títulos que se le atribuyen.                  Los relatos de la infancia cons-
Abraham.                                       La presentación en el Templo       tituyen así un largo prólogo que pre-
      Lucas subraya las intervencio-     es la ocasión de una revelación pro-     cede a la aparición pública de Jesús.
nes humanas que van a marcar la          fética: junto al niño están dos an-      Desde entonces empieza un tiempo
realización del plan divino. Prime-      cianos, Simeón que toma a Jesús en       en que la superación del mal está
ro es el edicto de César Augusto, que    sus brazos y contempla en él la sal-     muy cerca: Jesús trae la salvación a
obliga a desplazarse a María y a José.   vación de Dios, Ana que celebra al       los pobres y a los enfermos (4,18ss).
De este modo inscribe el nacimiento      Señor y anuncia al niño a su alrede-     Satanás huye al comienzo de la acti-
de Jesús en un momento y en un lu-       dor. En Jesús contemplado en su          vidad de Jesús y retorna sólo al final
gar de la historia universal, al igual   Presentación en el Templo, la comu-      (Lc 4,13; 22,3). Satanás ha perdido
que la muerte de Jesús tendrá lugar      nidad de Lucas confiesa no sólo la       su poder como consecuencia de la
bajo Poncio Pilato.                      «gloria de Israel su pueblo» y la «luz   actividad de Jesús.




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Niños prodigio
                                            El relato de Jesús entre los doctores desarrolla el tópico, tan difundido en la
                                            antigüedad, del héroe que ya en la infancia ofrece pruebas asombrosas de su
                                            saber. Veamos dos ejemplos.

                                            El joven Moisés
                                            «De todas las regiones llegaron pronto maestros; algunos, de los paí-
                                            ses limítrofes y de áreas de Egipto; otros, invitados desde la Hélade con
                                            gran dispendio. Pero, al poco tiempo, él sobresalió por sus dotes, pues
                                            con su inteligencia natural anticipaba las enseñanzas de los maestros,
                                            de suerte que lo suyo parecía ser un recordar y no un aprender, y plan-
                                            teaba también cuestiones difíciles».

                                                                            Filón de Alejandría, Vida de Moisés 1,21

                                            El joven Josefo
                                            «Fui educado con otro hermano llamado Matías, nacido de los mismos
El Evangelio de la                          padres. Como yo descollaba, al parecer, en memoria y entendimiento, me
                                            aventajé en los conocimientos. Y todavía niño, con apenas 14 años, todos
misericordia                                me elogiaban por mi amor al estudio, y de todas partes se acercaban los
                                            sumos sacerdotes y notables de nuestra ciudad a mi casa, porque yo
     Jesús define su misión dos ve-         poseía un conocimiento más exacto de nuestras leyes».
ces: «No he venido a llamar a con-
                                                                                       Flavio Josefo, Autobiografía 8-9
versión a justos, sino a pecadores»
(Lc 5,32). «Pues el Hijo del hombre
ha venido a buscar y salvar lo que
estaba perdido» (19,10). El Jesús lu-         El centro del mensaje es el si-             Esta alegría tiene que encontrar
cano dice lo mismo a Leví, modesto       guiente: la conversión no debe es-          su eco en la tierra y llevar a com-
recaudador de impuestos, y a Za-         tar motivada por el miedo al juicio,        partir la alegría del vecino, del ami-
queo, jefe de los recaudadores: todos,   sino por la alegría en el cielo:            go y del hermano. Lucas presenta
poderosos y humildes, tienen que                                                     una imagen de Jesús muy humana,
                                           «habrá más alegría en el cielo por
convertirse. Jesús busca a todos, por-     un solo pecador que se convierta          que busca a los perdidos y margi-
que todos se han perdido. Por esta         que por noventa y nueve justos            nados, sobre todo a través de las pa-
razón, tres parábolas sobre lo perdi-      que no tengan necesidad de con-           rábolas del buen samaritano, el hijo
do ocupan el centro del Evangelio de       versión» (15,7).                          perdido, y el fariseo y el publicano.
Lucas: la oveja perdida, la moneda
perdida y el hijo perdido (Lc 15).
                                                                            El Padre Misericordioso
                                                                            Algunas de las parábolas de Jesús pueden pro-
                                                                            ceder del repertorio colectivo del judaísmo. Tal
                                                                            puede ser el caso de la parábola del padre com-
                                                                            pasivo, que se alegra porque su hijo menor está
                                                                            vivo y retorna a su lado (Lc 15,11-32). Una co-
                                                                            lección de homilías rabínicas llamada presenta
                                                                            una muy similar:

                                                                            «Parábola de un hijo del rey que estaba se-
                                                                            parado de su padre por una distancia de
                                                                            cien días de marcha. Sus amigos le de-
                                                                            cían: ¡Vuelve al lado de tu padre! Pero él les
                                                                            respondía: no puedo. No tengo fuerzas para
                                                                            ello. Entonces su padre le mandó decir: Haz
                                                                            lo que puedas, camina según tus fuerzas, y
                                                                            yo iré y haré el resto del camino para llegar
                                                                            hasta ti. Así también el Santo, bendito-sea,
                                                                            dice a Israel: Vuelvan a mí y yo volveré a
                                                                            ustedes» (Zac 1,3).

                                                                                                    Pesiqta Rabbati n.44



El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles                                                                            29
«Cuando un emigrante se esta-
     Predilección por los pobres                                                       blezca con vosotros en vuestro
                                                                                       país, no lo oprimiréis. Será para
     La misericordia se expresa también por medio de una predilección por              vosotros como el indígena: lo
     los pobres, en contraste con quienes Lucas menciona a los ricos. En su            amarás como a ti mismo, porque
     Evangelio hay palabras muy duras para los ricos. Ya aparecen en labios            emigrantes fuisteis en Egipto. Yo
     de María en su cántico:                                                           YHWH, vuestro Dios» (Lev 19, 34).

       «Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes;
                                                                                            La ampliación del precepto de
       llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las               amor al prójimo a personas del «gru-
       manos vacías» (Lc 1,52-53).                                                    po externo» comienza, pues, ya en
                                                                                      el Antiguo Testamento. Pero tam-
     Y luego reaparecen en boca de Jesús en las bienaventuranzas (Lc                  bién se da la tendencia contraria en
     6,20.24), o en la famosa frase del camello que no pasará por el ojo de           los textos de Qumrán. La regla de la
     una aguja (Lc 18,24-25). Por el contrario, los pobres son mirados con            comunidad obliga a todos los miem-
     predilección y reciben el anuncio de que su situación cambiará (en las           bros de la misma a
     mismas bienaventuranzas Lc 6,20-21; en la parábola del Rico que ban-
     quetea y del pobre Lázaro Lc 16,19-31).
                                                                                       «amar a todos los hijos de la luz...
     Ahora bien, Lucas nunca alaba la pobreza como algo que debe perma-
                                                                                       pero odiar a todos los hijos de
     necer, sino que dice que Dios «a los hambrientos los llenó de bienes»
                                                                                       las tinieblas» (1 QS 1,9s).
     (1,53). De los pobres «es el Reino de los Cielos», «los que ahora tienen
     hambre, después serán saciados» y «los que ahora lloran, después
     reirán» (6,20-21). Y en la comunidad cristiana ideal «no hay pobres                   El amor al prójimo de los cris-
     entre ellos» (Hech. 4,34). Esto significa que los pobres son felicitados         tianos es una radicalización del
     porque su situación está llamada a cambiar. Al mismo tiempo, si hay              mandamiento judío. Llega a ser
     que deshacerse de los bienes es para seguir a Jesús (Lc 5,11; 5,28;              amor al enemigo (Mt 5,43ss). Pero
     14,33; etc.) o para compartirlos con los pobres (Lc 3,11; 12,33; 18,22;          también se convierte en amor al ex-
     etc.). De modo que para Lucas el «rico» es el que acapara para sí y no           tranjero (Lc 10,25-37). El amor al
     comparte con los demás (Lc 12,13-21; 18,18-27).                                  prójimo pasa a ser también amor al
                                                                                      pecador (Lc 7,36ss). La «gran peca-
                                                                                      dora», que es discriminada por
                                                                                      otros, es aceptada por Jesús, y ella
     Íntimamente ligado con la mi-        oriental de misericordia hacia los dé-      responde con amor, lavando sus
sericordia está el tema de los gran-      biles, las viudas y los huérfanos, a per-   pies con lágrimas y secándoselos
des perdones. Mencionemos la es-          sonas que tienen un status desigual         con el cabello.
cena de la pecadora arrepentida (Lc       o marginal. Pero en Israel se amplía             Los ejemplos de amor extensi-
7,36-50), las palabras de Jesús en la     este grupo clásico de las «personas         vo que ofrece Lucas nos muestran
cruz (Lc 23,24), las palabras al buen     miserables» a los extranjeros:              que el samaritano, un extranjero, no
ladrón (Lc 23,43), la conversión de
Zaqueo (Lc 19,1-10). En vez de pre-
sentar una multitud agresiva en tor-
no a la cruz, Lucas muestra al pue-
                                             Ampliando el círculo del amor
blo que vuelve a su casa golpeándo-
                                             En los Testamentos de los doce patriarcas se expone una ética de amor
se el pecho en signo de arrepenti-
                                             al prójimo y de fraternidad. El gran pecado contra la fraternidad es la
miento (Lc 23,48).                           venta de José como esclavo. José obtiene un cargo y dignidades en
                                             Egipto, a pesar de todo, y los hermanos acuden a él como refugiados en
                                             demanda de ayuda. Él muestra su amor fraterno al perdonarlos y no
El amor al prójimo                           aprovecharse de su actual superioridad para proceder contra ellos. Su
     El amor al prójimo en la Biblia         amor implica renuncia:
es exigido por primera vez en el «có-
                                                «y yo no me engreí sobre ellos con orgullo por mi espléndido cargo,
digo de la santidad», donde se pres-            sino que estuve entre ellos como uno de los más pequeños» (Test
cribe el amor al vecino:                        Jos 17,8).

  «No te vengarás ni guardarás               El amor al prójimo sobrepasa también la frontera entre el grupo interno
  rencor contra los hijos de tu pue-         y el grupo externo. El amor no debe darse sólo a los hermanos sino «a
  blo. Amarás a tu prójimo como a            todo ser humano» (Test Iss 7,6). Este precepto del amor ampliado apa-
  ti mismo. Yo, YHWH» (Lev 19,18).           rece como precepto de misericordia hacia toda criatura:

     Porque se trata de alguien que             «Ejercitad la misericordia hacia el prójimo y la misericordia hacia
tiene iguales derechos y obligaciones           todos, no sólo hacia las personas, sino también hacia los animales
hay que amarlo «como a sí mismo».               irracionales» (Test Zab 5,1).
Este amor se combina con el hábito

30                                                                                                  Evangelios sinópticos
es destinatario de amor; es el sujeto
que lo ejercita. Tras la pasividad del
sacerdote y del levita, tendría que
aparecer un «israelita» -según la se-
cuencia tradicional- para practicar
el mandado amor al prójimo. Apa-
rece en su lugar el samaritano, que
asume el papel del israelita con
igualdad de derechos, como sujeto
y no como destinatario de la acción
misericordiosa, y con este compor-
tamiento pasa a ser el «prójimo».
Igualmente, la mujer calificada de
«gran pecadora» no es mera recep-
tora del amor de Jesús. ¡Jesús la per-
dona argumentando que «ha ama-
do mucho»! (Lc 7,47). También ella
es, por tanto, sujeto de amor.
     Quizá no sea casual que Lucas
muestre a un representante de los
«enemigos» nacionales como suje-         con tres parábolas sobre lo perdido      como un salvandus (el que ha de ser
to del amor: el capitán pagano de        –que culmina en la parábola del hijo     salvado), sino como un corrigendus
Cafarnaúm esreconocido como al-          pródigo (15,11-32)-, donde expresa       (como quien debe corregir su con-
guien que «ama a nuestro pueblo»         el centro de su teología: Dios cuida     ducta y cambiar su dirección). La
(Lc 7,5).                                de todos los seres humanos que se        manera en que la noción de expia-
                                         vuelven a él. Todos -como el hijo        ción pasa a un segundo plano, y que
El camino a Jerusalén                    pródigo- son restablecidos en su         sólo está presente en las tradiciona-
                                         posición original y reciben un ani-      les palabras eucarísticas (22,19-20)
     El Evangelio de Lucas, así como     llo, símbolo de la investidura real.     y en el «testamento de Pablo» (Hch
también los otros, sigue un orden        A los piadosos y ejemplares se les       20,28), conviene a una imagen opti-
teológico presentado como un lar-        pregunta si, como el hermano ma-         mista del ser humano.
go viaje de Jesús hacia Jerusalén. A     yor, aceptan esta inmerecida bon-             Sin embargo, para recorrer el
pesar de que sigue el Evangelio de       dad de Dios.                             camino con Jesús son necesarias
Marcos como modelo, en varios mo-              Ésta es una «teología narrativa»   grandes renuncias. Así los que si-
mentos se aparta de su orden para        del perdón de los pecados, sin el re-    guen a Jesús abandonan todo (Lc
mantener esta impresión del cami-        curso a la muerte expiatoria de Jesús    5,11; 5,28; etc.). Es necesario cargar
no hacia Jerusalén (Lc 9,51; 13, 22;     en la cruz. En la parábola del hijo      la cruz «cada día» (Lc 9,23) y renun-
17,11; 19,11.28) porque es allí don-     pródigo sólo se sacrifica un ternero     ciar a todo lo que se ama y a todo lo
de tienen que cumplirse las Escritu-     cebado, pero no celebra un sacrificio    que se tiene (Lc 14,25-33).
ras (Lc 18,31), y en Jerusalén deben     expiatorio. Aquí y en otros lugares           En el camino aparecen muchas
permanecer los discípulos después        de Lucas el ser humano aparece, no       personas. Aparecen paganos, a pe-
de la Ascensión (Lc 24,49; Hech 1,4)
hasta que reciban la promesa del Es-
píritu Santo.
     Lucas divide la actividad de Je-
sús en tres fases:

     Actividad en Galilea (3,21-50)
     Viaje de Galilea a Jerusalén,
ampliado con amplios fragmentos
de la Fuente de los dichos (9,51 -
19,27)
     Últimos días en Jerusalén
(19,28ss).

     Una vez que Jesús ha resucita-
do y ha ascendido al cielo, viene la
segunda parte del libro: Los Hechos
de los Apóstoles.
     En medio del relato del viaje (y
del evangelio) coloca un capítulo

El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles                                                                  31
sar de que en la vida de Jesús no          32); Ana la profetisa (Lc 2,37-38); la
hay mucho material para hablar de          comunidad cristiana (Hech 1,14;
ellos. Se habla muy bien del centu-        1,24; 2,42; 4,24-31); Cornelio (Hech
rión romano (Lc 7,5) y Jesús mismo         10,2.31); Pedro (Hech 10,9).
lo alaba (Lc 7,9). También se men-
cionan frecuentemente los Samari-                Los otros evangelios se inte-
tanos: entre los leprosos curados          rrumpen con el relato de la resurrec-
por el Señor, uno era samaritano (Lc       ción de Jesús, como si sintieran te-
17,16), o el samaritano misericor-         mor y no pudiesen relatar la activi-
dioso de la parábola (Lc 10,30-35).        dad del Resucitado en el cielo igual
     A Lucas le agrada destacar las        que su actividad en la tierra. Para
grandes multitudes en torno a Jesús.       ellos la historia, después de la Pas-
Como una prefiguración de la uni-          cua, contiene la respiración. La eter-
versalidad de la Iglesia, ya percibe       nidad irrumpe en el tiempo. ¿Cómo
en torno a Jesús una multitud que          se puede narrar esto?
se agrupa, formada por gente que                 Lucas lo hace con medios sen-
viene de todas partes, incluso de los      cillos. Divide la experiencia pascual
pueblos paganos (Lc 5,15; 6,17-19;         en tres actos que narra sucesivamen-
7,11; 8, 4; 12,1; etc.). Sobre todo a      te: resurrección, ascensión y Pente-     del pueblo de Dios, en hijos e hijas,
Lucas le gusta señalar que son los         costés. El resultado es una secuen-      jóvenes y ancianos, esclavos y es-
pecadores los que se acercan a Je-         cia de acontecimientos narrables y       clavas (Hch 2,17-18 = Joel 3,lss).
sús (Lc 5, 29-32; 15,1-2).                 que se convirtió en el fundamento              A lo largo de sus dos libros
     Una característica de estas           de las fiestas cristianas. Además,       Lucas mostrará la presencia y la
multitudes que se agrupan en torno         como una aparición pascual pos-          acción del Espíritu Santo. El es prác-
a Jesús, como también de la comu-          puesta, narra por tres veces la apa-     ticamente el que lleva toda la acción
nidad cristiana, es la de la alegría y     rición a Pablo (Hch 9,lss; 22,lss;       y el que da unidad a toda la obra de
la alabanza de Dios. Ante cada he-         26,4ss).                                 Lucas. El Espíritu Santo desciende
cho realizado por Jesús la multitud              De este modo, con medios na-       sobre María para que ella conciba a
reacciona llenándose de alegría y          rrativos, expresa que el tiempo a        Jesús (1,35); Isabel y Zacarías que-
alabando a Dios (Lc 2,20; 5,26; 7,16;      partir de Jesús está determinado por     dan llenos del Espíritu Santo (1,41
10,17). También la comunidad cris-         una irrupción de la eternidad en el      y 67) y hablan movidos por él así
tiana tiene como nota característica       tiempo. Esta irrupción sucedió por       como Simeón (2, 26-27). El Espíritu
la alegría (Hech 2,46-47; 3,9; 5,41;       medio del Espíritu, que había actua-     Santo desciende sobre Jesús (3,21-
8,8; 8,40; 13,48; 15,3).                   do antes de Jesús en algunos profe-      22), le lleva al desierto para ser ten-
                                           tas veterotestamentarios y judíos,       tado (4,1) y luego a Galilea para que
El Espíritu Santo                          que en tiempos de Jesús actuó ex-        comience su misión (4,14.18). Jesús
                                           clusivamente en el propio Jesús (Lc      se llena de alegría en el Espíritu San-
     En el Evangelio de Lucas, así         3,22; 4,18ss) y que a partir de Pente-   to (10,21), y el Padre dará el Espíri-
como también en muchas escenas             costés actúa en todos los miembros       tu Santo a los que se lo pidan (11,13).
del libro de los Hechos, aparecen                                                   Jesús mismo enviará al Espíritu
destacados textos sobre la oración.                                                 Santo sobre los Apóstoles después
A diferencia de Mateo, que enseña-                                                  de la ascensión (24,49; Hech 1,4-5 y
ba el modo concreto cómo había que                                                  8). Con la fuerza de este Espíritu
rezar, ya que su auditorio era judío                                                ellos se convertirán en testigos para
y tenía el hábito de la oración, Lu-                                                anunciar el Evangelio a todo el
cas insiste en que es necesario rezar                                               mundo (Hech 1,8).
siempre, que hay que rezar sin inte-                                                      Efectivamente el Espíritu des-
rrupción (Lc 11,1-13; 18,1-8; 21,36).                                               ciende sobre la comunidad reunida
     En distintos momentos mues-                                                    (Hech 2,1-36; 4,31). También los
tra a Jesús orando: en su bautismo                                                  nuevos convertidos reciben el Espí-
(Lc 3,21); en la elección de los Após-                                              ritu Santo (Hech 2,38-39; 8,17; 10,44;
toles (Lc 6,12); durante su predica-                                                etc.), tanto los judíos como los pa-
ción (Lc 5,16; 9,18; 11,1); en la trans-                                            ganos (Hech 10,44; 11,15-17). El Es-
figuración (Lc 9,28-29) y en la cruz                                                píritu Santo da testimonio junto con
(Lc 23, 34).                                                                        los Apóstoles (Hech 5,32), está pre-
     También otros personajes re-                                                   sente en los momentos de las gran-
zan: María la Madre de Jesús (Lc 1,                                                 des decisiones (Hech 15,28), elige a
46-55) ; Zacarías (Lc 1,67-79) ; los                                                los nuevos misioneros para que va-
Angeles (Lc 2,14); Simeón (Lc 2,29-                                                 yan a predicar a los paganos (Hech


32                                                                                                Evangelios sinópticos
13, 2), y los dirige en su trabajo         mente de un libro histórico, aun          ro «evangelio». No es propiamente
(Hech 13,4; 16,6-7; etc.). Los Após-       cuando esté condicionada por las          una biografía en sentido estricto,
toles conceden también el Espíritu         circunstancias del momento.               sino principalmente una exposición
Santo a los discípulos (Hech 8,15-               El título griego Praxeis Aposto-    del kerigma o mensaje cristiano, a
17; 19,6).                                 lon (Hechos de Apóstoles) respon-         base de hechos y dichos de la figura
     De esta forma Lucas dice de for-      de al de otras historias y biografías     del Maestro Jesús con un tono na-
ma inequívoca que esta fuerza que          de la Antigüedad. En latín equivale       rrativo que da un cierto sentido bio-
lleva a la Iglesia a su apertura a los     también al Res Gestae que encabeza        gráfico, bastante libre, a la compo-
paganos es la misma fuerza de Dios.        algunas obras históricas como la          sición literaria.
Se trata de un plan de Dios que tie-       Res Gestae de Augusto, conservada en            En la segunda parte de su obra,
ne que llevarse a cabo porque así          el monumento de Ancyra (año 14            el autor acomete sin los anteceden-
consta en las Escrituras y es el mis-      d.C.), el Epitome de Gestis Romanorum     tes literarios propios de los usos de
mo Espíritu Santo el que elige a los       del historiador Lucio Anneo Floro         la naciente comunidad cristiana.
predicadores y los lleva para que la       (siglo II), o las Res Gestae Alexandri    Ahora, tratándose de una empresa
salvación llegue hasta los confines        Macedonis de Julio Valero Polemio         totalmente original, se ajusta tan
de la tierra (Hech 13, 47).                (siglo IV). Pero el nombre de «He-        sólo a las técnicas historiográficas
     Lucas no formula afirmaciones         chos de los Apóstoles» no parece          del mundo greco-latino, de las que
tan sutiles sobre este Espíritu como       pertenecer al original de la obra, sino   ciertamente tenía ya precedentes en
Pablo. El Espíritu es para Lucas,          que debió de ser introducido en el        la literatura bíblica del Antiguo Tes-
ante todo una fuerza de Dios para          siglo II. En todo caso, encaja dentro     tamento, como, por ejemplo, en el I
intervenir en la historia. Como en el      de los títulos de la historiografía del   Libro de los Macabeos.
Antíguo Testamento el Espíritu se          momento.                                        No habiendo sido Lucas testi-
derrama sobre el profeta o sobre el              Su autor era un hombre culto,       go presencial de la mayoría de los
pueblo, dirige los pasos, elige, arre-     que conocía la literatura de su época     acontecimientos narrados en los
bata, dice, fortalece, impulsa, impi-      y trató de hacer una historia en dos      Hechos, tuvo que recurrir necesaria-
de, envía... Pero ahora el Espíritu de     libros del origen del cristianismo, el    mente a las fuentes disponibles, bien
Dios es también el Espíritu de Jesús       primero el evangelio de Jesús de Na-      de carácter oral, bien algunas ya
resucitado, que prolonga su misión         zaret, y el segundo los Hechos de los     probablemente escritas. Éstas pu-
terrestre:                                 Apóstoles. En su redacción intenta        dieron ser:
                                           seguir los criterios científicos de los            Para la primera parte, dos
  «Exaltado por la diestra de Dios,        historiadores de entonces.                relatos independientes, uno de ori-
  ha recibido del Padre el Espíri-               Cuando el autor, tras su etapa      gen antioqueno, y otro jerosolimita-
  tu Santo prometido y ha derra-           de investigación y recogida de fuen-      no, este último más carismático,
  mado lo que vosotros veis y oís»         tes, tomó la decisión de «escribir una    mientras que el primero sería más
  (Hch 2,33).                              exposición ordenada» (Lc 1,3), se         sobrio y objetivo.
                                           encontró con que ya existía el géne-
      El Espíritu es el poder de lo alto
prometido, que Jesús envía (Lc 24,49;
Hch 1,4-5) a sus discípulos para que          Esquema narrativo de Hechos
sean sus testigos «hasta los confines
de la tierra» (1,8).                          La narración contenida en la obra comienza en Jerusalén, empalmando
      Aquí está la diferencia respec-         directamente con las apariciones de Jesús a los discípulos tras su
to al uso que hace Pablo, para quien          muerte y resurrección. Viene a continuación lo que se ha llamado «Evan-
el Espíritu es causa de transforma-           gelio de Pedro», que abarca los capítulos 1-12, donde se desarrolla
ción personal (Rom 8,5) y principio           preferentemente la actividad de Pedro sobre todo en Jerusalén, al frente
de una nueva vida para cada indi-             de la iglesia. Se describen las costumbres de la comunidad cristiana y
viduo (Rom 8,10ss).                           especialmente las ideas básicas de sus creencias, así como la estruc-
                                              tura argumental de las mismas, sobre todo a través de las oraciones, o
                                              de los consejos y discursos de los apóstoles. Aparecen narradas las
Hechos y la Historia                          primeras incursiones apostólicas en ciudades de Judea y Samaría.
                                              La segunda parte de los Hechos se centra ya casi exclusivamente en la
     Entre los críticos del siglo XIX         figura de Pablo y abarca los capítulos 13 a 28. Aquí la ciudad-base es
hubo autores que rechazaron el va-            Antioquía de Siria y de ella parte Pablo para sus viajes apostólicos, que
lor histórico del libro de los Hechos         en este caso se extienden por casi toda la cuenca oriental del Mediterrá-
de los Apóstoles, tomándolo tan               neo, principalmente por Asia .Menor y Grecia, para concluir en Roma.
sólo como una especie de novela de            Junto a Pablo aparecen otras figuras más o menos secundarias como
                                              Bernabé, Juan Marcos, Silas y Timoteo, entre otros, sin olvidar del todo a
carácter apologético. Sin embargo,
                                              Pedro y a un nuevo personaje, Santiago el hermano del Señor, que
prevalece entre los estudiosos, al            desempeña un papel predominante en la comunidad jerosolimitana y
margen de su confesionalidad reli-            que apenas había sido citado en la primera parte de Hechos.
giosa, la idea de que se trata real-


El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles                                                                        33
Para la segunda parte de He-
chos también se aduce la existencia            La técnica de los discursos
de posibles narraciones previas de
carácter, particular, incluso de una           El propio Tucídides declara el sentido de tal técnica:
especie de diario de navegación,
sobre todo para la travesía maríti-            «En cuanto a los discursos en esta historia, algunos tuvieron lugar an-
ma desde Cesarea a Italia.                     tes de que empezara la guerra, otros durante su desarrollo; algunos los
      Con la posible realidad de es-           he oído yo mismo, otros me los contaron; en todos los casos hubiera
                                               sido difícil recogerlos palabra por palabra en la memoria de cualquiera,
tas fuentes se entremezcla el hecho
                                               por lo que mi propósito consiste en hacer decir a los oradores lo que, en
curioso de que algunos tramos del              mi opinión, se demandaba de ellos en las distintas ocasiones, ciñéndo-
texto de Hechos se hallan narrados             me lo más posible al sentido general de lo que ellos dijeron realmente»
en primera persona del plural (Hch
16,11-13). Algunos autores creen                                                                     (Guerra Pelop 1,22)
que no tendría por qué verse impli-
cado necesariamente Lucas, ya que
se trataría de algún material litera-
rio preexistente que utilizó el autor            La consideración de que el li-      intercalar en él unas piezas orato-
incorporándolo a su obra. Serían,          bro de los Hechos sea básicamente         rias que pone en boca de los distin-
pues, relatos que habría compuesto         una obra histórica, concebida como        tos personajes. Evidentemente se
otro discípulo y acompañante de            tal, no implica tampoco la necesi-        trata de reconstrucciones ideales de
Pablo. Muchos opinan, en cambio,           dad de que se trate de una rigurosa       lo que podrían haber dicho en aque-
que podemos estar simplemente              relación de hechos fríamente narra-       llas circunstancias, pero probable-
ante un recurso literario del autor        dos, sin las debidas licencias litera-    mente nunca dijeron de hecho. Es,
para dar más viveza a ciertos pasa-        rias para seleccionar, interpretar e      pues, un recurso literario conven-
jes, sin que ello suponga la existen-      incluso acomodar a veces los acon-        cional, cuyo sentido y alcance lle-
cia de una verdadera fuente especí-        tecimientos a la concepción que el        gará a ser muy conocido en la lite-
fica recogida en el libro.                 autor tiene de la obra literaria y, so-   ratura griega y latina de la época en
      En cualquier caso, la recogida       bre todo, a los propósitos teológicos,    que se escriben los Hechos de los
de fuentes de información en diver-        que la constituyen en un libro esen-      Apóstoles.
sos ambientes es un método histo-          cialmente religioso.                           Esta técnica, sin embargo, fue
riográfico, que Lucas ya aplicó en               Un caso muy concreto es lo que      rechazada como espuria por algu-
su evangelio y que constituye uno          podríamos llamar la técnica de los        nos famosos historiadores, como
de sus propósitos al proyectar el          discursos. Fue precisamente Tucí-         Polibio en el siglo II a.C. No obstan-
conjunto de su obra, como declara          dides quien la introdujo en la histo-     te, fue siendo aceptada cada vez
expresamente en el prólogo: «He de-        riografía clásica. Con el fin de dar      más tanto por historiadores griegos
cidido yo también, después de ha-          una interpretación a la historia na-      como latinos. Es el caso, por ejem-
ber investigado diligentemente todo        rrada y reflexionar sobre su trascen-     plo, de Salustio en su Guerra Yu-
desde los orígenes, escribírtelo por       dencia, sin perturbar la fluidez del      gurtina, o de Josefo en su Guerra
su orden, ilustre Teófilo» (Lc 1,3).       relato, el historiador griego decidió     judía. Ya en el siglo II d.C. es el recur-



     Lucas y Tucídides
     Lucas está influido, sin duda, por Tucídides, a quien trata de imitar, por
     ejemplo, en la presentación del marco cronológico de los acontecimien-
     tos. Hay un paralelismo buscado entre el enmarque de la predicación
     de Juan el Bautista (Lc 3,1-2), que precede inmediatamente al ministe-
     rio de Jesús, y el del comienzo de las Guerras del Peloponeso de Tucí-
     dides. Éste enmarcaba así el comienzo del primer año de la Guerra (el
     431 aEC):

     «En el año quince, cuando Chrysis, la suma sacerdotisa de Argos, esta-
     ba en el 48 año de su pontificado, Enesias era éforo en Esparta, y Pytho-
                                                                                     Tucídides (c. 460-c. 400 a.C.), historiador
     dorus llevaba cuatro meses siendo arconte en Atenas, en el décimo
                                                                                     griego conocido por su Historia de la gue-
     mes del compromiso de Potidea, al comienzo de la primavera, en la               rra del Peloponeso, un conflicto en el que
     primera vigilia de la noche, una fuerza armada de algo más de trescien-         participó. Se le reconoce como uno de los
     tos tebanos entró en Platea, ciudad de Beocia, que era aliada de Atenas,        creadores de la ciencia histórica. Su pre-
     al mando de dos beotarcas, Pythangelus, hijo de Phyleides, y Diempo-            ocupación por la objetividad ejerció gran
     rus, hijo de Onetórides» (Guerra Pelop. 11,2).                                  influencia sobre los historiadores greco-
                                                                                     rromanos más antiguos, como Polibio y Dión
                                                                                     Casio.


34                                                                                                   Evangelios sinópticos
so que emplea Tácito en sus Anales.
Lucas parece haberla empleado en              Posibles fechas
los Hechos de los Apóstoles, por lo
que, tanto los discursos de Pedro,            Existen algunas razones para datar la redacción de la obra de Lucas
como de Esteban y Pablo, donde con            entre los años 80 y 100:
frecuencia suele sintetizarse la his-
toria de la salvación, vinculada a la         • Lucas usa el Evangelio de Marcos (posterior al año 70).
de Israel, serían reconstrucciones de
                                              • El evangelio de Lucas es atestiguado en primer lugar por Marción (año
Lucas de acuerdo con la mentalidad,
                                              140), y Hechos en primer lugar por Justino (año 150).
opiniones, formas de planteamiento
y expresiones de la iglesia primitiva.        • Lucas no conoce el Evangelio de Mateo (en torno a los años 80), con su
Esto no hace perder ningún valor a            tradición especial de la infancia. Tal vez no existiera todavía, no había
dichos largos y reiterados discursos,         circulado suficientemente, o se estaba escribiendo por la misma época.
ni desde el punto de vista histórico,         Por tanto no hay que ir más allá del fin del siglo I.
por reflejar los sentimientos de la
primitiva comunidad cristiana, ni,            • Lucas critica la apoteosis de los soberanosen la persona de un prínci-
por supuesto, desde el teológico al           pe cliente judío (Herodes Agripa I: Hch 12). Esto podía encontrar un
                                              asentimiento favorable en la clase alta de la época, puesto que después
tratarse de un libro «inspirado» y
                                              de la caída del emperador Domiciano (año 96), la aristocracia romana
reconocido por tal en el canon bíbli-         expresó su alivio. Domiciano había dispuesto que le dieran el tratamien-
co de la Iglesia.                             to de «Señor y Dios nuestro».

Autor, fecha y lugar de
redacción                                       El autor es buen conocedor de       sús a todos los pueblos, Lucas tuvo
                                           la versión griega de la Biblia (LXX),    la ambición de narrar la fase decisi-
      La unidad de ambos libros no         por lo que no debería descartarse la     va de la historia del mundo. Para
sólo se funda en lo que dicen sus          posibilidad de que hubiera sido un       eso se apoya en el lenguaje formal
Introducciones, sino principalmen-         simpatizante del judaísmo, lo que        de la antigua historiografía:
te en el plan de conjunto de toda la       se llamaba entonces un «temeroso
obra, en su continuada visión temá-        de Dios», antes de adherirse a la          • En el prólogo, cuando informa
tica y, sobre todo, en el estilo litera-   nueva doctrina de Jesús.                   sobre fuentes y predecesores.
rio. La fecha más probable se suele             ¿Dónde escribió Lucas su obra
fijar en la década de los «ochenta»        en dos volúmenes? La importancia           • En la datación mediante acon-
                                                                                      tecimientos sincrónicos de la po-
del siglo I.                               que se concede a la iglesia de Antio-
                                                                                      lítica mundial (Lc 2,1ss; 3,1ss)
      Una firme tradición, que se re-      quía en la propagación del Evange-
monta hasta el siglo II, atribuye la       lio hace pensar en este centro ecle-       • En el relato nosotros, para mos-
autoría de ambos libros a Lucas. No        siástico como lugar de redacción.          trarse a los lectores como un tes-
es fácil que se trate del fenómeno lla-    Pero la última mención del nosotros        tigo ocular
mado pseudonimia, es decir, de la          sugiere que el autor acompañó a
atribución de una obra a un perso-         Pablo hasta la capital del Imperio         • Y en los numerosos discursos,
naje de reconocida autoridad en la         (Hch 28,16ss: «Cuando entramos en          donde los historiadores antiguos
Iglesia. Lucas no es un apóstol, ni        Roma...»). Pero nada de esto nos           solían poner su interpretación de
                                                                                      los acontecimientos en boca de
su nombre aparece en las narracio-         ofrece ninguna certeza sobre su lu-
nes evangélicas entre los discípu-         gar de origen. Sea como fuere, Lu-         los personajes que actuaban.
los o conocidos de Jesús. Resulta,         cas escribe en una de las grandes
pues, verosímil que este práctica-         ciudades del mundo mediterráneo,              Pero, en definitiva, Lucas no es
mente desconocido Lucas respon-            pues ése es el mundo en el que vive.     tanto un historiador cuanto un buen
da al verdadero autor o redactor fi-            Mientras que Mateo escribió su      narrador.
nal del evangelio de su nombre y de        evangelio para llevar la ética de Je-
los Hechos.
      Hay una persona con este nom-
bre, que aparece como simple cola-            Guía de estudio
borador de Pablo durante el tiempo
que éste estuvo prisionero (Flm 24).          1) Describir la concepción de la historia propia de Lucas.
En la carta a los Colosenses, de du-          2) Mencionar algunos rasgos que llevan a llamar a Lucas el Evangelista
dosa atribución directa al apóstol            de la misericordia.
Pablo, se habla también de un Lu-             3) ¿Cómo se ha desarrollado la enseñanza sobre el amor al prójmo?
cas, a quien se le designa como «el           4) ¿Cómo entiende Lucas la acción del Espíritu Santo?
                                              5) Describir los rasgos de Lucas como historiador
médico querido» (Col 4,14) y asimis-
mo se cita en 2 Tm 4,11.

El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles                                                                       35

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Evangelio de lucas

  • 1. EVANGELIO DE LUCAS Y HECHOS DE LOS APÓSTOLES La misericordia de Dios, desde Jerusalén hasta los confines de la tierra Ilustre Teófilo «Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligen- temente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teó- filo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1,1-4). «El primer libro lo escribí, Teófilo, sobre todo lo que Jesús hizo y enseñó desde un principio hasta el día en que, después de haber dado instruc- ciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había elegido, fue llevado al cielo. A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios. Mientras estaba comiendo con ellos, les mandó que no se ausen- tasen de Jerusalén, sino que aguardasen la Promesa del Padre: «...re- cibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confi- nes de la tierra» (Hech 1,1-4.8). (por ejemplo los ultrajes de Jesús por tienen que llevar la misión hasta los parte del Sanedrín, como también confines de la tierra con la fuerza la coronación de espinas, las escu- del Espíritu (1,7-8). pidas y burlas de los romanos, etc.). Lucas ofrece una narración La primera parte de una Asimismo omite toda situación en histórica que sirve para definir la obra amplia la que alguna persona puede apa- identidad de un grupo religioso. recer digna de reprensión o, por lo Para él este grupo no sólo procede El Evangelio de Lucas difiere menos, trata de suavizar o de dis- del judaísmo, sino que es el Israel de los otros por su extensión: mien- culpar (por ejemplo Lc 9,45; 22,3; restaurado por el Espíritu Santo. tras que los demás concluyen su 22,45). obra con la resurrección de Jesús, La ciudad de Jerusalén es muy Lucas se extiende hasta la predica- Concepción de la historia importante en la obra de Lucas. Allí ción de los Apóstoles para terminar comienza con la narración del na- recién con la llegada de Pablo a Lucas reestructuró la historia cimiento de Juan Bautista (Lc 1,5- Roma. Su obra se divide así en dos de la salvación divina mediante una 80). Es el lugar donde los padres lle- partes: el Evangelio y el libro de los comprensión tripartita del tiempo. van a Jesús a poco de nacer para Hechos de los Apóstoles. Lucas comparte la comprensión bi- presentarlo en el Templo (Lc 2,22- Se caracteriza Lucas por ser un partita del tiempo propia del cris- 38). A Jerusalén vuelve el niño cuan- narrador «culto». Indudablemente, tianismo primitivo, que distingue do tiene 12 años (Lc 2,41-50). es el que mejor escribe entre todos sólo entre esperanza y cumplimien- Cuando Jesús se prepara en el los Evangelistas. Es el que demues- to. Pero este cumplimiento lo divide desierto para su próxima actividad tra una cultura más cuidada y que en dos fases: ministerial, la última tentación con- utiliza un griego mucho más correc- siste en un fantástico traslado a la to que el de los otros. Sigue estre- la actividad de Jesús ciudad sagrada para que allí reali- chamente el Evangelio de Marcos la misión de la Iglesia ce un acto espectacular, arrojándo- como fuente, pero va corrigiendo las se desde la cornisa del Templo (Lc imperfecciones del lenguaje. Con Puede asumir la demora del 4,9-10). todo, no se puede afirmar que el grie- retorno glorioso de Jesús, dando al Durante la misión de Galilea se go de Lucas sea el de los escritores presente una tarea positiva de ex- habla de que, entre la multitud que clásicos. tender el llamado a la conversión. seguía a Jesús, había gente que pro- Se caracteriza también por tra- Así el comienzo de Hechos dice cla- cedía de Jerusalén (Lc 6,17). Lucas tar de omitir todo aquello que pue- ramente que, en lugar de preguntar acorta la misión en Galilea para po- da resultar chocante para el lector por el fin del mundo, los discípulos ner más de relieve su viaje a Jerusa- 26 Evangelios sinópticos
  • 2. Los relatos de la infancia Las tres partes de la Historia de Salvación Los relatos de la infancia son 1. EL TIEMPO DE ISRAEL: Todo lo que precede a la aparición de Jesús, textos que surgieron en una fase y que concluye con la prisión de Juan Bautista (Lc 3,19-20). muy desarrollada de la tradición evangélica. Están ausentes en Mar- 2. EL TIEMPO DE JESÚS: Es el tiempo que abarca desde su Bautismo cos y en Juan, que presenta en su (Lc 3,21) hasta la Ascensión (Lc 24,51; Hech 1,9-11). lugar un prólogo sobre la Palabra hecha carne (1,1-18). En Mateo y en 3. EL TIEMPO DE LA IGLESIA: Comienza con Pentecostés (Hech 2,1) y Lucas los relatos del nacimiento se prolonga hasta la Parusía (Hech 1,11). Para dar lugar a este tercer período Lucas intercala entre el segundo y el tercero un episodio que los desempeñarían las funciones de otros Evangelistas no narran: la ascensión de Jesús. Su partida deja prólogo, para definir desde el co- espacio para el tiempo de la Iglesia hasta que El vuelva. Para Lucas la mienzo la identidad de Jesús como venida gloriosa de Jesús no es la resurrección, sino la venida al final de Hijo de Dios. Responden más a una los tiempos cuando el Evangelio haya llegado a todos los hombres. motivación teológica que a un inte- rés documental. Se estaría utilizan- do en ellos un recurso semejante al lén (Lc 9,51). Este viaje se prolonga- En la cercanía de Jerusalén, «en que encontramos en la literatura ju- rá desmesuradamente, ocupando un lugar cercano a Betania» (Lc día, llamado midrash, a través del diez capítulos. Por fin y tras llorar 24,50), se realizará la Ascensión de cual se intenta hacer comprensible al contemplar de lejos la Ciudad Jesús a los cielos. El evangelista ten- un texto bíblico del pasado, tenien- Santa, Jesús entra en ella y sube al drá especial interés en recalcar que do en cuenta las circunstancias pre- monte del Templo (Lc 19,28-47). los discípulos «se volvieron a Jeru- sentes de los lectores. En Jerusalén tendrán lugar los salén (Lc 24,52). Y añade significa- En la Anunciación el ángel sa- acontecimientos de la Pasión, minu- tivamente que «estaban continua- luda a María como aquella a quien ciosamente narrados por Lucas en mente en el Templo bendiciendo a la gracia ha sido dada. La expresión cinco capítulos. Es interesante que, Dios» (Lc 24,53). pasiva «agraciada» (gr. kekharitome- a diferencia de los tres restantes Con estas palabras termina la ne) subraya que María es la recepto- evangelistas, tras la muerte de Jesús primera parte de la obra de Lucas, ra de un don recibido y gratuito. El los discípulos no se volvieron a Ga- con un final abierto para comenzar anuncio no es fácil y María intenta lilea, sino que permanecieron en Je- la segunda parte: comprender. Gabriel revela que este rusalén y allí recibieron las apari- niño será el Hijo de Dios. El Espíritu «Y les dijo: Así está escrito: que el ciones del Resucitado. Incluso se Santo ejercerá en María su papel crea- Cristo debía padecer y resucitar dice que el propio Jesús les mandó de entre los muertos al tercer día dor y vivificante, el que tenía desde no abandonar la ciudad santa: y que se predicaría en su nombre el origen del mundo (Gn 1,2). la conversión para el perdón de Es suficiente creer en la prome- «Vosotros permaneced en la ciu- los pecados a todas las nacio- sa para que Dios suscite la vida. Al dad hasta que seáis revestidos del nes, empezando desde Jerusa- llamarse la esclava del Señor, María poder desde lo alto» (Lc 24,49). lén» (Lc 24,46). que no es tal por status social, ex- presa su disponibilidad al Señor, de modo libre y responsable. Se pone Relatos de Anunciación al servicio del que tomará la condi- ción de siervo (Fil 2,7). Estos son los elementos que se encuentran generalmente en un relato La Visitación es la escena del de anunciación, como en Jue 13,2-23 o Lc 1,5-23, y también en la que contagio del gozo y del don del Espí- recibe María: ritu Santo. María se apresura a visi- tar a su pariente y vivir con ella una Situación de los personajes, señalando al mismo tiempo una dificultad (esterilidad de Isabel, virginidad de María). Aparición del ángel del Señor. Miedo-asombro producido por la aparición y que generalmente se expresa con la fórmula «no temas» (Lc 1,13 y 30). Anuncio de la llegada, mención del nombre y de la misión, que muchas veces empieza con la expresión técnica «He aquí «(Lc 1,20.31). Pregunta que plantea la dificultad (Lc 1,18.34). El mensajero da una señal que apoya y garantiza la anunciación (Lc 1,19-20 y 35-36). Ejecución del signo y realización del anuncio. El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles 27
  • 3. efusión inaugural del Espíritu pro- fético. Cuando Isabel recibe el salu- ¿Un censo para todo el mundo? do de María, el movimiento de su hijo, Juan el Bautista, es un salto de Lucas menciona un edicto de Augusto ordenando que se empadronase alegría (cf. Lc 6,23), mientras que su todo el mundo: «Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo go- madre es llenada por el Espíritu San- bernador de Siria Cirino». Con tal motivo «iban todos a empadronarse, to y se hace profetisa. La primera voz cada uno a su ciudad» (Lc 2,1-5). Así ha querido dar un contexto solem- humana en profetizar en el Nuevo ne al nacimiento de Jesús, mencionando el nombre del emperador Testamento es una voz de mujer, al Augusto, como mencionaba a Tiberio con ocasión de su bautismo. igual que las mujeres serán las pri- Pero el censo mencionado no ocurriría hasta el año 6 EC, una vez que Herodes hubo muerto y Judea pasó a manos romanas tras el desastro- meras mensajeras de la resurrección. so reinado de su hijo Arquelao. El censo tenía como fin elaborar la nómi- Entre todas las mujeres, María na de los contribuyentes de la nueva provincia del Imperio (cf. Josefo, es objeto de una bendición especial, Antigüedades 18,4). Puesto que ni las mujeres ni los niños debían pre- la que hace de ella la Madre del Me- sentarse ante el funcionario, el relato del viaje desde Nazaret a Belén es sías, el Bendito por excelencia. Isa- seguramente un recurso para situar el nacimiento de Jesús en la ciu- bel pronuncia la primera bienaven- dad de David. turanza, la de la fe: María es bien- aventurada porque ha creído que iba a ser la madre del Mesías. A las difíciles condiciones del de las naciones», sino al que es ya Retomando el cántico de Ana nacimiento de Jesús seguirá una ex- portador de la vocación que lo con- (1 Sam 2,1-10) y varias declaracio- plosión luminosa de la gloria de ducirá a la cruz: a su madre se le nes de los profetas y de los salmos, Dios, una teofanía que hará de los dice que «una espada le atravesará la madre de Jesús celebra la justicia pobres pastores los primeros evan- el alma» (2,35). de Dios para la humanidad herida gelistas de la proclamación de la sal- Durante una peregrinación a y la fidelidad que él guarda a su vación traída por Cristo el Señor. Jerusalén (Lc 2,41ss) el niño, busca- pueblo. Relee la historia de la sal- El primer signo dado a la fe en do por sus padres y hallado entre vación y la vincula a lo que le suce- Cristo es el de un recién nacido en los maestros, se revela a María y a de. Admira el designio de Dios, que la pobreza, envuelto en pañales y José como el Hijo mismo de Dios. viene a visitar a los humildes, los acostado en un pesebre. Contrasta Ellos deben reconocer la verdadera pobres y los hambrientos, para lle- la distancia que hay entre la fragili- identidad del que debe ocuparse de var a cumplimiento, en ellos y por dad del niño y la grandeza de los los asuntos de su Padre. medio de ellos, la promesa hecha a títulos que se le atribuyen. Los relatos de la infancia cons- Abraham. La presentación en el Templo tituyen así un largo prólogo que pre- Lucas subraya las intervencio- es la ocasión de una revelación pro- cede a la aparición pública de Jesús. nes humanas que van a marcar la fética: junto al niño están dos an- Desde entonces empieza un tiempo realización del plan divino. Prime- cianos, Simeón que toma a Jesús en en que la superación del mal está ro es el edicto de César Augusto, que sus brazos y contempla en él la sal- muy cerca: Jesús trae la salvación a obliga a desplazarse a María y a José. vación de Dios, Ana que celebra al los pobres y a los enfermos (4,18ss). De este modo inscribe el nacimiento Señor y anuncia al niño a su alrede- Satanás huye al comienzo de la acti- de Jesús en un momento y en un lu- dor. En Jesús contemplado en su vidad de Jesús y retorna sólo al final gar de la historia universal, al igual Presentación en el Templo, la comu- (Lc 4,13; 22,3). Satanás ha perdido que la muerte de Jesús tendrá lugar nidad de Lucas confiesa no sólo la su poder como consecuencia de la bajo Poncio Pilato. «gloria de Israel su pueblo» y la «luz actividad de Jesús. 28 Evangelios sinópticos
  • 4. Niños prodigio El relato de Jesús entre los doctores desarrolla el tópico, tan difundido en la antigüedad, del héroe que ya en la infancia ofrece pruebas asombrosas de su saber. Veamos dos ejemplos. El joven Moisés «De todas las regiones llegaron pronto maestros; algunos, de los paí- ses limítrofes y de áreas de Egipto; otros, invitados desde la Hélade con gran dispendio. Pero, al poco tiempo, él sobresalió por sus dotes, pues con su inteligencia natural anticipaba las enseñanzas de los maestros, de suerte que lo suyo parecía ser un recordar y no un aprender, y plan- teaba también cuestiones difíciles». Filón de Alejandría, Vida de Moisés 1,21 El joven Josefo «Fui educado con otro hermano llamado Matías, nacido de los mismos El Evangelio de la padres. Como yo descollaba, al parecer, en memoria y entendimiento, me aventajé en los conocimientos. Y todavía niño, con apenas 14 años, todos misericordia me elogiaban por mi amor al estudio, y de todas partes se acercaban los sumos sacerdotes y notables de nuestra ciudad a mi casa, porque yo Jesús define su misión dos ve- poseía un conocimiento más exacto de nuestras leyes». ces: «No he venido a llamar a con- Flavio Josefo, Autobiografía 8-9 versión a justos, sino a pecadores» (Lc 5,32). «Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido» (19,10). El Jesús lu- El centro del mensaje es el si- Esta alegría tiene que encontrar cano dice lo mismo a Leví, modesto guiente: la conversión no debe es- su eco en la tierra y llevar a com- recaudador de impuestos, y a Za- tar motivada por el miedo al juicio, partir la alegría del vecino, del ami- queo, jefe de los recaudadores: todos, sino por la alegría en el cielo: go y del hermano. Lucas presenta poderosos y humildes, tienen que una imagen de Jesús muy humana, «habrá más alegría en el cielo por convertirse. Jesús busca a todos, por- un solo pecador que se convierta que busca a los perdidos y margi- que todos se han perdido. Por esta que por noventa y nueve justos nados, sobre todo a través de las pa- razón, tres parábolas sobre lo perdi- que no tengan necesidad de con- rábolas del buen samaritano, el hijo do ocupan el centro del Evangelio de versión» (15,7). perdido, y el fariseo y el publicano. Lucas: la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo perdido (Lc 15). El Padre Misericordioso Algunas de las parábolas de Jesús pueden pro- ceder del repertorio colectivo del judaísmo. Tal puede ser el caso de la parábola del padre com- pasivo, que se alegra porque su hijo menor está vivo y retorna a su lado (Lc 15,11-32). Una co- lección de homilías rabínicas llamada presenta una muy similar: «Parábola de un hijo del rey que estaba se- parado de su padre por una distancia de cien días de marcha. Sus amigos le de- cían: ¡Vuelve al lado de tu padre! Pero él les respondía: no puedo. No tengo fuerzas para ello. Entonces su padre le mandó decir: Haz lo que puedas, camina según tus fuerzas, y yo iré y haré el resto del camino para llegar hasta ti. Así también el Santo, bendito-sea, dice a Israel: Vuelvan a mí y yo volveré a ustedes» (Zac 1,3). Pesiqta Rabbati n.44 El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles 29
  • 5. «Cuando un emigrante se esta- Predilección por los pobres blezca con vosotros en vuestro país, no lo oprimiréis. Será para La misericordia se expresa también por medio de una predilección por vosotros como el indígena: lo los pobres, en contraste con quienes Lucas menciona a los ricos. En su amarás como a ti mismo, porque Evangelio hay palabras muy duras para los ricos. Ya aparecen en labios emigrantes fuisteis en Egipto. Yo de María en su cántico: YHWH, vuestro Dios» (Lev 19, 34). «Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes; La ampliación del precepto de llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las amor al prójimo a personas del «gru- manos vacías» (Lc 1,52-53). po externo» comienza, pues, ya en el Antiguo Testamento. Pero tam- Y luego reaparecen en boca de Jesús en las bienaventuranzas (Lc bién se da la tendencia contraria en 6,20.24), o en la famosa frase del camello que no pasará por el ojo de los textos de Qumrán. La regla de la una aguja (Lc 18,24-25). Por el contrario, los pobres son mirados con comunidad obliga a todos los miem- predilección y reciben el anuncio de que su situación cambiará (en las bros de la misma a mismas bienaventuranzas Lc 6,20-21; en la parábola del Rico que ban- quetea y del pobre Lázaro Lc 16,19-31). «amar a todos los hijos de la luz... Ahora bien, Lucas nunca alaba la pobreza como algo que debe perma- pero odiar a todos los hijos de necer, sino que dice que Dios «a los hambrientos los llenó de bienes» las tinieblas» (1 QS 1,9s). (1,53). De los pobres «es el Reino de los Cielos», «los que ahora tienen hambre, después serán saciados» y «los que ahora lloran, después reirán» (6,20-21). Y en la comunidad cristiana ideal «no hay pobres El amor al prójimo de los cris- entre ellos» (Hech. 4,34). Esto significa que los pobres son felicitados tianos es una radicalización del porque su situación está llamada a cambiar. Al mismo tiempo, si hay mandamiento judío. Llega a ser que deshacerse de los bienes es para seguir a Jesús (Lc 5,11; 5,28; amor al enemigo (Mt 5,43ss). Pero 14,33; etc.) o para compartirlos con los pobres (Lc 3,11; 12,33; 18,22; también se convierte en amor al ex- etc.). De modo que para Lucas el «rico» es el que acapara para sí y no tranjero (Lc 10,25-37). El amor al comparte con los demás (Lc 12,13-21; 18,18-27). prójimo pasa a ser también amor al pecador (Lc 7,36ss). La «gran peca- dora», que es discriminada por otros, es aceptada por Jesús, y ella Íntimamente ligado con la mi- oriental de misericordia hacia los dé- responde con amor, lavando sus sericordia está el tema de los gran- biles, las viudas y los huérfanos, a per- pies con lágrimas y secándoselos des perdones. Mencionemos la es- sonas que tienen un status desigual con el cabello. cena de la pecadora arrepentida (Lc o marginal. Pero en Israel se amplía Los ejemplos de amor extensi- 7,36-50), las palabras de Jesús en la este grupo clásico de las «personas vo que ofrece Lucas nos muestran cruz (Lc 23,24), las palabras al buen miserables» a los extranjeros: que el samaritano, un extranjero, no ladrón (Lc 23,43), la conversión de Zaqueo (Lc 19,1-10). En vez de pre- sentar una multitud agresiva en tor- no a la cruz, Lucas muestra al pue- Ampliando el círculo del amor blo que vuelve a su casa golpeándo- En los Testamentos de los doce patriarcas se expone una ética de amor se el pecho en signo de arrepenti- al prójimo y de fraternidad. El gran pecado contra la fraternidad es la miento (Lc 23,48). venta de José como esclavo. José obtiene un cargo y dignidades en Egipto, a pesar de todo, y los hermanos acuden a él como refugiados en demanda de ayuda. Él muestra su amor fraterno al perdonarlos y no El amor al prójimo aprovecharse de su actual superioridad para proceder contra ellos. Su El amor al prójimo en la Biblia amor implica renuncia: es exigido por primera vez en el «có- «y yo no me engreí sobre ellos con orgullo por mi espléndido cargo, digo de la santidad», donde se pres- sino que estuve entre ellos como uno de los más pequeños» (Test cribe el amor al vecino: Jos 17,8). «No te vengarás ni guardarás El amor al prójimo sobrepasa también la frontera entre el grupo interno rencor contra los hijos de tu pue- y el grupo externo. El amor no debe darse sólo a los hermanos sino «a blo. Amarás a tu prójimo como a todo ser humano» (Test Iss 7,6). Este precepto del amor ampliado apa- ti mismo. Yo, YHWH» (Lev 19,18). rece como precepto de misericordia hacia toda criatura: Porque se trata de alguien que «Ejercitad la misericordia hacia el prójimo y la misericordia hacia tiene iguales derechos y obligaciones todos, no sólo hacia las personas, sino también hacia los animales hay que amarlo «como a sí mismo». irracionales» (Test Zab 5,1). Este amor se combina con el hábito 30 Evangelios sinópticos
  • 6. es destinatario de amor; es el sujeto que lo ejercita. Tras la pasividad del sacerdote y del levita, tendría que aparecer un «israelita» -según la se- cuencia tradicional- para practicar el mandado amor al prójimo. Apa- rece en su lugar el samaritano, que asume el papel del israelita con igualdad de derechos, como sujeto y no como destinatario de la acción misericordiosa, y con este compor- tamiento pasa a ser el «prójimo». Igualmente, la mujer calificada de «gran pecadora» no es mera recep- tora del amor de Jesús. ¡Jesús la per- dona argumentando que «ha ama- do mucho»! (Lc 7,47). También ella es, por tanto, sujeto de amor. Quizá no sea casual que Lucas muestre a un representante de los «enemigos» nacionales como suje- con tres parábolas sobre lo perdido como un salvandus (el que ha de ser to del amor: el capitán pagano de –que culmina en la parábola del hijo salvado), sino como un corrigendus Cafarnaúm esreconocido como al- pródigo (15,11-32)-, donde expresa (como quien debe corregir su con- guien que «ama a nuestro pueblo» el centro de su teología: Dios cuida ducta y cambiar su dirección). La (Lc 7,5). de todos los seres humanos que se manera en que la noción de expia- vuelven a él. Todos -como el hijo ción pasa a un segundo plano, y que El camino a Jerusalén pródigo- son restablecidos en su sólo está presente en las tradiciona- posición original y reciben un ani- les palabras eucarísticas (22,19-20) El Evangelio de Lucas, así como llo, símbolo de la investidura real. y en el «testamento de Pablo» (Hch también los otros, sigue un orden A los piadosos y ejemplares se les 20,28), conviene a una imagen opti- teológico presentado como un lar- pregunta si, como el hermano ma- mista del ser humano. go viaje de Jesús hacia Jerusalén. A yor, aceptan esta inmerecida bon- Sin embargo, para recorrer el pesar de que sigue el Evangelio de dad de Dios. camino con Jesús son necesarias Marcos como modelo, en varios mo- Ésta es una «teología narrativa» grandes renuncias. Así los que si- mentos se aparta de su orden para del perdón de los pecados, sin el re- guen a Jesús abandonan todo (Lc mantener esta impresión del cami- curso a la muerte expiatoria de Jesús 5,11; 5,28; etc.). Es necesario cargar no hacia Jerusalén (Lc 9,51; 13, 22; en la cruz. En la parábola del hijo la cruz «cada día» (Lc 9,23) y renun- 17,11; 19,11.28) porque es allí don- pródigo sólo se sacrifica un ternero ciar a todo lo que se ama y a todo lo de tienen que cumplirse las Escritu- cebado, pero no celebra un sacrificio que se tiene (Lc 14,25-33). ras (Lc 18,31), y en Jerusalén deben expiatorio. Aquí y en otros lugares En el camino aparecen muchas permanecer los discípulos después de Lucas el ser humano aparece, no personas. Aparecen paganos, a pe- de la Ascensión (Lc 24,49; Hech 1,4) hasta que reciban la promesa del Es- píritu Santo. Lucas divide la actividad de Je- sús en tres fases: Actividad en Galilea (3,21-50) Viaje de Galilea a Jerusalén, ampliado con amplios fragmentos de la Fuente de los dichos (9,51 - 19,27) Últimos días en Jerusalén (19,28ss). Una vez que Jesús ha resucita- do y ha ascendido al cielo, viene la segunda parte del libro: Los Hechos de los Apóstoles. En medio del relato del viaje (y del evangelio) coloca un capítulo El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles 31
  • 7. sar de que en la vida de Jesús no 32); Ana la profetisa (Lc 2,37-38); la hay mucho material para hablar de comunidad cristiana (Hech 1,14; ellos. Se habla muy bien del centu- 1,24; 2,42; 4,24-31); Cornelio (Hech rión romano (Lc 7,5) y Jesús mismo 10,2.31); Pedro (Hech 10,9). lo alaba (Lc 7,9). También se men- cionan frecuentemente los Samari- Los otros evangelios se inte- tanos: entre los leprosos curados rrumpen con el relato de la resurrec- por el Señor, uno era samaritano (Lc ción de Jesús, como si sintieran te- 17,16), o el samaritano misericor- mor y no pudiesen relatar la activi- dioso de la parábola (Lc 10,30-35). dad del Resucitado en el cielo igual A Lucas le agrada destacar las que su actividad en la tierra. Para grandes multitudes en torno a Jesús. ellos la historia, después de la Pas- Como una prefiguración de la uni- cua, contiene la respiración. La eter- versalidad de la Iglesia, ya percibe nidad irrumpe en el tiempo. ¿Cómo en torno a Jesús una multitud que se puede narrar esto? se agrupa, formada por gente que Lucas lo hace con medios sen- viene de todas partes, incluso de los cillos. Divide la experiencia pascual pueblos paganos (Lc 5,15; 6,17-19; en tres actos que narra sucesivamen- 7,11; 8, 4; 12,1; etc.). Sobre todo a te: resurrección, ascensión y Pente- del pueblo de Dios, en hijos e hijas, Lucas le gusta señalar que son los costés. El resultado es una secuen- jóvenes y ancianos, esclavos y es- pecadores los que se acercan a Je- cia de acontecimientos narrables y clavas (Hch 2,17-18 = Joel 3,lss). sús (Lc 5, 29-32; 15,1-2). que se convirtió en el fundamento A lo largo de sus dos libros Una característica de estas de las fiestas cristianas. Además, Lucas mostrará la presencia y la multitudes que se agrupan en torno como una aparición pascual pos- acción del Espíritu Santo. El es prác- a Jesús, como también de la comu- puesta, narra por tres veces la apa- ticamente el que lleva toda la acción nidad cristiana, es la de la alegría y rición a Pablo (Hch 9,lss; 22,lss; y el que da unidad a toda la obra de la alabanza de Dios. Ante cada he- 26,4ss). Lucas. El Espíritu Santo desciende cho realizado por Jesús la multitud De este modo, con medios na- sobre María para que ella conciba a reacciona llenándose de alegría y rrativos, expresa que el tiempo a Jesús (1,35); Isabel y Zacarías que- alabando a Dios (Lc 2,20; 5,26; 7,16; partir de Jesús está determinado por dan llenos del Espíritu Santo (1,41 10,17). También la comunidad cris- una irrupción de la eternidad en el y 67) y hablan movidos por él así tiana tiene como nota característica tiempo. Esta irrupción sucedió por como Simeón (2, 26-27). El Espíritu la alegría (Hech 2,46-47; 3,9; 5,41; medio del Espíritu, que había actua- Santo desciende sobre Jesús (3,21- 8,8; 8,40; 13,48; 15,3). do antes de Jesús en algunos profe- 22), le lleva al desierto para ser ten- tas veterotestamentarios y judíos, tado (4,1) y luego a Galilea para que El Espíritu Santo que en tiempos de Jesús actuó ex- comience su misión (4,14.18). Jesús clusivamente en el propio Jesús (Lc se llena de alegría en el Espíritu San- En el Evangelio de Lucas, así 3,22; 4,18ss) y que a partir de Pente- to (10,21), y el Padre dará el Espíri- como también en muchas escenas costés actúa en todos los miembros tu Santo a los que se lo pidan (11,13). del libro de los Hechos, aparecen Jesús mismo enviará al Espíritu destacados textos sobre la oración. Santo sobre los Apóstoles después A diferencia de Mateo, que enseña- de la ascensión (24,49; Hech 1,4-5 y ba el modo concreto cómo había que 8). Con la fuerza de este Espíritu rezar, ya que su auditorio era judío ellos se convertirán en testigos para y tenía el hábito de la oración, Lu- anunciar el Evangelio a todo el cas insiste en que es necesario rezar mundo (Hech 1,8). siempre, que hay que rezar sin inte- Efectivamente el Espíritu des- rrupción (Lc 11,1-13; 18,1-8; 21,36). ciende sobre la comunidad reunida En distintos momentos mues- (Hech 2,1-36; 4,31). También los tra a Jesús orando: en su bautismo nuevos convertidos reciben el Espí- (Lc 3,21); en la elección de los Após- ritu Santo (Hech 2,38-39; 8,17; 10,44; toles (Lc 6,12); durante su predica- etc.), tanto los judíos como los pa- ción (Lc 5,16; 9,18; 11,1); en la trans- ganos (Hech 10,44; 11,15-17). El Es- figuración (Lc 9,28-29) y en la cruz píritu Santo da testimonio junto con (Lc 23, 34). los Apóstoles (Hech 5,32), está pre- También otros personajes re- sente en los momentos de las gran- zan: María la Madre de Jesús (Lc 1, des decisiones (Hech 15,28), elige a 46-55) ; Zacarías (Lc 1,67-79) ; los los nuevos misioneros para que va- Angeles (Lc 2,14); Simeón (Lc 2,29- yan a predicar a los paganos (Hech 32 Evangelios sinópticos
  • 8. 13, 2), y los dirige en su trabajo mente de un libro histórico, aun ro «evangelio». No es propiamente (Hech 13,4; 16,6-7; etc.). Los Após- cuando esté condicionada por las una biografía en sentido estricto, toles conceden también el Espíritu circunstancias del momento. sino principalmente una exposición Santo a los discípulos (Hech 8,15- El título griego Praxeis Aposto- del kerigma o mensaje cristiano, a 17; 19,6). lon (Hechos de Apóstoles) respon- base de hechos y dichos de la figura De esta forma Lucas dice de for- de al de otras historias y biografías del Maestro Jesús con un tono na- ma inequívoca que esta fuerza que de la Antigüedad. En latín equivale rrativo que da un cierto sentido bio- lleva a la Iglesia a su apertura a los también al Res Gestae que encabeza gráfico, bastante libre, a la compo- paganos es la misma fuerza de Dios. algunas obras históricas como la sición literaria. Se trata de un plan de Dios que tie- Res Gestae de Augusto, conservada en En la segunda parte de su obra, ne que llevarse a cabo porque así el monumento de Ancyra (año 14 el autor acomete sin los anteceden- consta en las Escrituras y es el mis- d.C.), el Epitome de Gestis Romanorum tes literarios propios de los usos de mo Espíritu Santo el que elige a los del historiador Lucio Anneo Floro la naciente comunidad cristiana. predicadores y los lleva para que la (siglo II), o las Res Gestae Alexandri Ahora, tratándose de una empresa salvación llegue hasta los confines Macedonis de Julio Valero Polemio totalmente original, se ajusta tan de la tierra (Hech 13, 47). (siglo IV). Pero el nombre de «He- sólo a las técnicas historiográficas Lucas no formula afirmaciones chos de los Apóstoles» no parece del mundo greco-latino, de las que tan sutiles sobre este Espíritu como pertenecer al original de la obra, sino ciertamente tenía ya precedentes en Pablo. El Espíritu es para Lucas, que debió de ser introducido en el la literatura bíblica del Antiguo Tes- ante todo una fuerza de Dios para siglo II. En todo caso, encaja dentro tamento, como, por ejemplo, en el I intervenir en la historia. Como en el de los títulos de la historiografía del Libro de los Macabeos. Antíguo Testamento el Espíritu se momento. No habiendo sido Lucas testi- derrama sobre el profeta o sobre el Su autor era un hombre culto, go presencial de la mayoría de los pueblo, dirige los pasos, elige, arre- que conocía la literatura de su época acontecimientos narrados en los bata, dice, fortalece, impulsa, impi- y trató de hacer una historia en dos Hechos, tuvo que recurrir necesaria- de, envía... Pero ahora el Espíritu de libros del origen del cristianismo, el mente a las fuentes disponibles, bien Dios es también el Espíritu de Jesús primero el evangelio de Jesús de Na- de carácter oral, bien algunas ya resucitado, que prolonga su misión zaret, y el segundo los Hechos de los probablemente escritas. Éstas pu- terrestre: Apóstoles. En su redacción intenta dieron ser: seguir los criterios científicos de los Para la primera parte, dos «Exaltado por la diestra de Dios, historiadores de entonces. relatos independientes, uno de ori- ha recibido del Padre el Espíri- Cuando el autor, tras su etapa gen antioqueno, y otro jerosolimita- tu Santo prometido y ha derra- de investigación y recogida de fuen- no, este último más carismático, mado lo que vosotros veis y oís» tes, tomó la decisión de «escribir una mientras que el primero sería más (Hch 2,33). exposición ordenada» (Lc 1,3), se sobrio y objetivo. encontró con que ya existía el géne- El Espíritu es el poder de lo alto prometido, que Jesús envía (Lc 24,49; Hch 1,4-5) a sus discípulos para que Esquema narrativo de Hechos sean sus testigos «hasta los confines de la tierra» (1,8). La narración contenida en la obra comienza en Jerusalén, empalmando Aquí está la diferencia respec- directamente con las apariciones de Jesús a los discípulos tras su to al uso que hace Pablo, para quien muerte y resurrección. Viene a continuación lo que se ha llamado «Evan- el Espíritu es causa de transforma- gelio de Pedro», que abarca los capítulos 1-12, donde se desarrolla ción personal (Rom 8,5) y principio preferentemente la actividad de Pedro sobre todo en Jerusalén, al frente de una nueva vida para cada indi- de la iglesia. Se describen las costumbres de la comunidad cristiana y viduo (Rom 8,10ss). especialmente las ideas básicas de sus creencias, así como la estruc- tura argumental de las mismas, sobre todo a través de las oraciones, o de los consejos y discursos de los apóstoles. Aparecen narradas las Hechos y la Historia primeras incursiones apostólicas en ciudades de Judea y Samaría. La segunda parte de los Hechos se centra ya casi exclusivamente en la Entre los críticos del siglo XIX figura de Pablo y abarca los capítulos 13 a 28. Aquí la ciudad-base es hubo autores que rechazaron el va- Antioquía de Siria y de ella parte Pablo para sus viajes apostólicos, que lor histórico del libro de los Hechos en este caso se extienden por casi toda la cuenca oriental del Mediterrá- de los Apóstoles, tomándolo tan neo, principalmente por Asia .Menor y Grecia, para concluir en Roma. sólo como una especie de novela de Junto a Pablo aparecen otras figuras más o menos secundarias como Bernabé, Juan Marcos, Silas y Timoteo, entre otros, sin olvidar del todo a carácter apologético. Sin embargo, Pedro y a un nuevo personaje, Santiago el hermano del Señor, que prevalece entre los estudiosos, al desempeña un papel predominante en la comunidad jerosolimitana y margen de su confesionalidad reli- que apenas había sido citado en la primera parte de Hechos. giosa, la idea de que se trata real- El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles 33
  • 9. Para la segunda parte de He- chos también se aduce la existencia La técnica de los discursos de posibles narraciones previas de carácter, particular, incluso de una El propio Tucídides declara el sentido de tal técnica: especie de diario de navegación, sobre todo para la travesía maríti- «En cuanto a los discursos en esta historia, algunos tuvieron lugar an- ma desde Cesarea a Italia. tes de que empezara la guerra, otros durante su desarrollo; algunos los Con la posible realidad de es- he oído yo mismo, otros me los contaron; en todos los casos hubiera sido difícil recogerlos palabra por palabra en la memoria de cualquiera, tas fuentes se entremezcla el hecho por lo que mi propósito consiste en hacer decir a los oradores lo que, en curioso de que algunos tramos del mi opinión, se demandaba de ellos en las distintas ocasiones, ciñéndo- texto de Hechos se hallan narrados me lo más posible al sentido general de lo que ellos dijeron realmente» en primera persona del plural (Hch 16,11-13). Algunos autores creen (Guerra Pelop 1,22) que no tendría por qué verse impli- cado necesariamente Lucas, ya que se trataría de algún material litera- rio preexistente que utilizó el autor La consideración de que el li- intercalar en él unas piezas orato- incorporándolo a su obra. Serían, bro de los Hechos sea básicamente rias que pone en boca de los distin- pues, relatos que habría compuesto una obra histórica, concebida como tos personajes. Evidentemente se otro discípulo y acompañante de tal, no implica tampoco la necesi- trata de reconstrucciones ideales de Pablo. Muchos opinan, en cambio, dad de que se trate de una rigurosa lo que podrían haber dicho en aque- que podemos estar simplemente relación de hechos fríamente narra- llas circunstancias, pero probable- ante un recurso literario del autor dos, sin las debidas licencias litera- mente nunca dijeron de hecho. Es, para dar más viveza a ciertos pasa- rias para seleccionar, interpretar e pues, un recurso literario conven- jes, sin que ello suponga la existen- incluso acomodar a veces los acon- cional, cuyo sentido y alcance lle- cia de una verdadera fuente especí- tecimientos a la concepción que el gará a ser muy conocido en la lite- fica recogida en el libro. autor tiene de la obra literaria y, so- ratura griega y latina de la época en En cualquier caso, la recogida bre todo, a los propósitos teológicos, que se escriben los Hechos de los de fuentes de información en diver- que la constituyen en un libro esen- Apóstoles. sos ambientes es un método histo- cialmente religioso. Esta técnica, sin embargo, fue riográfico, que Lucas ya aplicó en Un caso muy concreto es lo que rechazada como espuria por algu- su evangelio y que constituye uno podríamos llamar la técnica de los nos famosos historiadores, como de sus propósitos al proyectar el discursos. Fue precisamente Tucí- Polibio en el siglo II a.C. No obstan- conjunto de su obra, como declara dides quien la introdujo en la histo- te, fue siendo aceptada cada vez expresamente en el prólogo: «He de- riografía clásica. Con el fin de dar más tanto por historiadores griegos cidido yo también, después de ha- una interpretación a la historia na- como latinos. Es el caso, por ejem- ber investigado diligentemente todo rrada y reflexionar sobre su trascen- plo, de Salustio en su Guerra Yu- desde los orígenes, escribírtelo por dencia, sin perturbar la fluidez del gurtina, o de Josefo en su Guerra su orden, ilustre Teófilo» (Lc 1,3). relato, el historiador griego decidió judía. Ya en el siglo II d.C. es el recur- Lucas y Tucídides Lucas está influido, sin duda, por Tucídides, a quien trata de imitar, por ejemplo, en la presentación del marco cronológico de los acontecimien- tos. Hay un paralelismo buscado entre el enmarque de la predicación de Juan el Bautista (Lc 3,1-2), que precede inmediatamente al ministe- rio de Jesús, y el del comienzo de las Guerras del Peloponeso de Tucí- dides. Éste enmarcaba así el comienzo del primer año de la Guerra (el 431 aEC): «En el año quince, cuando Chrysis, la suma sacerdotisa de Argos, esta- ba en el 48 año de su pontificado, Enesias era éforo en Esparta, y Pytho- Tucídides (c. 460-c. 400 a.C.), historiador dorus llevaba cuatro meses siendo arconte en Atenas, en el décimo griego conocido por su Historia de la gue- mes del compromiso de Potidea, al comienzo de la primavera, en la rra del Peloponeso, un conflicto en el que primera vigilia de la noche, una fuerza armada de algo más de trescien- participó. Se le reconoce como uno de los tos tebanos entró en Platea, ciudad de Beocia, que era aliada de Atenas, creadores de la ciencia histórica. Su pre- al mando de dos beotarcas, Pythangelus, hijo de Phyleides, y Diempo- ocupación por la objetividad ejerció gran rus, hijo de Onetórides» (Guerra Pelop. 11,2). influencia sobre los historiadores greco- rromanos más antiguos, como Polibio y Dión Casio. 34 Evangelios sinópticos
  • 10. so que emplea Tácito en sus Anales. Lucas parece haberla empleado en Posibles fechas los Hechos de los Apóstoles, por lo que, tanto los discursos de Pedro, Existen algunas razones para datar la redacción de la obra de Lucas como de Esteban y Pablo, donde con entre los años 80 y 100: frecuencia suele sintetizarse la his- toria de la salvación, vinculada a la • Lucas usa el Evangelio de Marcos (posterior al año 70). de Israel, serían reconstrucciones de • El evangelio de Lucas es atestiguado en primer lugar por Marción (año Lucas de acuerdo con la mentalidad, 140), y Hechos en primer lugar por Justino (año 150). opiniones, formas de planteamiento y expresiones de la iglesia primitiva. • Lucas no conoce el Evangelio de Mateo (en torno a los años 80), con su Esto no hace perder ningún valor a tradición especial de la infancia. Tal vez no existiera todavía, no había dichos largos y reiterados discursos, circulado suficientemente, o se estaba escribiendo por la misma época. ni desde el punto de vista histórico, Por tanto no hay que ir más allá del fin del siglo I. por reflejar los sentimientos de la primitiva comunidad cristiana, ni, • Lucas critica la apoteosis de los soberanosen la persona de un prínci- por supuesto, desde el teológico al pe cliente judío (Herodes Agripa I: Hch 12). Esto podía encontrar un asentimiento favorable en la clase alta de la época, puesto que después tratarse de un libro «inspirado» y de la caída del emperador Domiciano (año 96), la aristocracia romana reconocido por tal en el canon bíbli- expresó su alivio. Domiciano había dispuesto que le dieran el tratamien- co de la Iglesia. to de «Señor y Dios nuestro». Autor, fecha y lugar de redacción El autor es buen conocedor de sús a todos los pueblos, Lucas tuvo la versión griega de la Biblia (LXX), la ambición de narrar la fase decisi- La unidad de ambos libros no por lo que no debería descartarse la va de la historia del mundo. Para sólo se funda en lo que dicen sus posibilidad de que hubiera sido un eso se apoya en el lenguaje formal Introducciones, sino principalmen- simpatizante del judaísmo, lo que de la antigua historiografía: te en el plan de conjunto de toda la se llamaba entonces un «temeroso obra, en su continuada visión temá- de Dios», antes de adherirse a la • En el prólogo, cuando informa tica y, sobre todo, en el estilo litera- nueva doctrina de Jesús. sobre fuentes y predecesores. rio. La fecha más probable se suele ¿Dónde escribió Lucas su obra fijar en la década de los «ochenta» en dos volúmenes? La importancia • En la datación mediante acon- tecimientos sincrónicos de la po- del siglo I. que se concede a la iglesia de Antio- lítica mundial (Lc 2,1ss; 3,1ss) Una firme tradición, que se re- quía en la propagación del Evange- monta hasta el siglo II, atribuye la lio hace pensar en este centro ecle- • En el relato nosotros, para mos- autoría de ambos libros a Lucas. No siástico como lugar de redacción. trarse a los lectores como un tes- es fácil que se trate del fenómeno lla- Pero la última mención del nosotros tigo ocular mado pseudonimia, es decir, de la sugiere que el autor acompañó a atribución de una obra a un perso- Pablo hasta la capital del Imperio • Y en los numerosos discursos, naje de reconocida autoridad en la (Hch 28,16ss: «Cuando entramos en donde los historiadores antiguos Iglesia. Lucas no es un apóstol, ni Roma...»). Pero nada de esto nos solían poner su interpretación de los acontecimientos en boca de su nombre aparece en las narracio- ofrece ninguna certeza sobre su lu- nes evangélicas entre los discípu- gar de origen. Sea como fuere, Lu- los personajes que actuaban. los o conocidos de Jesús. Resulta, cas escribe en una de las grandes pues, verosímil que este práctica- ciudades del mundo mediterráneo, Pero, en definitiva, Lucas no es mente desconocido Lucas respon- pues ése es el mundo en el que vive. tanto un historiador cuanto un buen da al verdadero autor o redactor fi- Mientras que Mateo escribió su narrador. nal del evangelio de su nombre y de evangelio para llevar la ética de Je- los Hechos. Hay una persona con este nom- bre, que aparece como simple cola- Guía de estudio borador de Pablo durante el tiempo que éste estuvo prisionero (Flm 24). 1) Describir la concepción de la historia propia de Lucas. En la carta a los Colosenses, de du- 2) Mencionar algunos rasgos que llevan a llamar a Lucas el Evangelista dosa atribución directa al apóstol de la misericordia. Pablo, se habla también de un Lu- 3) ¿Cómo se ha desarrollado la enseñanza sobre el amor al prójmo? cas, a quien se le designa como «el 4) ¿Cómo entiende Lucas la acción del Espíritu Santo? 5) Describir los rasgos de Lucas como historiador médico querido» (Col 4,14) y asimis- mo se cita en 2 Tm 4,11. El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles 35