El documento describe que la alimentación durante la adolescencia debe aportar la energía y nutrientes necesarios para el correcto crecimiento y desarrollo, así como cubrir el gasto energético de la actividad física. Una dieta insuficiente puede retrasar el crecimiento y la maduración sexual. El tratamiento de cualquier trastorno alimenticio durante la adolescencia debe ser un proceso familiar con apoyo médico para evitar riesgos a la salud.