El uso excesivo de la tecnología puede afectar negativamente el desarrollo cognitivo de los niños al restar tiempo a otras actividades importantes. Sin embargo, las tecnologías en sí mismas no son ni buenas ni malas; depende del uso que se les dé. En lugar de prohibir el uso de la computadora y el celular, lo más efectivo es enseñar a los hijos a usar estas herramientas de manera racional y responsable.