La evaluación juega un papel fundamental en el proceso educativo formal, ya que directores, educadores, estudiantes y padres realizan continuamente juicios valorativos que pueden tener un profundo impacto en la vida de las personas. Los educadores realizan valoraciones que van desde la selección de materiales educativos hasta la calificación de los estudiantes. La evaluación es el proceso de establecer el valor o mérito de algo e involucra tanto mediciones cuantitativas como juicios cualitativos.
1. “Mis prácticas de evaluación”
La evaluación tiene un papel fundamental todos los implicados en el proceso
educativo formal: personal directivo, educadores, alumnos y padres emiten
continuamente juicios valorativos que pueden tener un profundo impacto en la vida
de las personas sobre quienes recaen, llegando a ser decisivas para la carrera a
seguir o la valía de sus capacidades.
Los educadores, además de realizar valoraciones de sentido común, tienen un
amplio campo de acción evaluativa, que va desde la selección de los libros de
texto, los materiales y medios educativos, hasta la calificación de los alumnos.
La retroalimentación puede ser utilizada para prevenir un error, para alertar sobre
dificultades no descubiertas por el sujeto o para corregir errores cometidos y,
sobre todo, para ayudar al sujeto a reflexionar sobre los resultados de sus
estrategias. Si bien la conciencia no siempre es necesaria para que se produzca el
aprendizaje por cuanto muchos de los aprendizajes más rudimentarios ocurren sin
percatarnos de ello y sin ser formalmente conscientes de lo aprendido, también es
cierto que la conciencia explícita de la situación, de las relaciones entre sus
elementos, así como de las relaciones entre la propia actividad y los sucesos del
entorno, coopera con un mejor aprendizaje la evaluación es el proceso que
conduce a establecer el valor o mérito de algo.
Evaluar y medir son dos términos que han causado grandes confusiones por
cuanto simples mediciones se han catalogado como evaluaciones. En efecto,
medir procede del latín metiri que significa medida. La psicometría se encarga de
la teoría y la práctica de la medición psicoeducativa. En cambio, evaluar viene de
valer, referido a valía; está asociado a juzgar el valor o el precio y estimar. Evaluar
es más amplio que medir y, en la mayoría de las ocasiones, se necesita de una o
varias mediciones para llegar a la evaluación.
La medición es una descripción cuantitativa de los comportamientos, mientras
que la evaluación abarca tanto lo cuantitativo como lo cualitativo e incorpora
juicios de valor que afectan la deseabilidad de dichos comportamientos.
En general, la evaluación es el juicio que se da sobre una cosa, persona o
situación con base en alguna evidencia constatable. La evaluación educativa se
concibe como un proceso a través del cual se recoge y se interpreta, formal y
sistemáticamente, información pertinente sobre un programa educativo, se emiten
juicios de valor sobre esa información y se toman decisiones conducentes a
mantener, reformar, cambiar, eliminar o innovar elementos del programa o de su
totalidad. La evaluación orientada a determinar el rendimiento académico es el
proceso mediante el cual se recoge información relativa a la actuación del
2. estudiante con la finalidad de emitir juicios acerca de sus avances y progresos,
generalmente se traduce en una calificación.
La evaluación, entendida como el elemento que regula el proceso educativo, se
integra plenamente en los diversos elementos que componen la práctica educativa
y se orienta principalmente a la mejora de los educandos.
La construcción del conocimiento se lleva a cabo por la interacción entre
educandos y educadores, La autorregulación se refiere a los procesos
metacognitivos del individuo; abarca el establecimiento de las metas, la selección
o producción de estrategias y de la supervisión y autoevaluación de la eficiencia
en el procesamiento de la información y la solución de problemas