Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
Reseña tratado ii
1. Anónimo (1554) El lazarillo de Tormes.
http://www.ciudadseva.com/textos/novela/lazarillo_de_tormes.htm
Reseña del tratado II de El Lazarillo de Tormes
Es una novela anónima. En el siglo XIX el hispanista Alfred Morel-Fatio atribuyó la autoría a Juan
Valdés o a su hermano Alfonso. Otros investigadores han propuesto a Lope de Rueda, Pedro de Rúa,
Hernán Núñez, etc. Aunque en 2010 la paleógrafa Mercedes Agulló atribuyo la obra al diplomático y
poeta español Diego Hurtado de Mendoza. Este asunto aún sigue generando controversia por lo que
hasta que no se establezcan pruebas claras podemos seguir considerando la obra como “anónima”.
La primera publicación fue en 1554, y de allí en adelante se popularizo tanto que en 1989 tenía 4611
ediciones. En este tratado, el autor crítica y denuncia La mezquindad de uno de los representantes de
la iglesia
Se desarrolla en la España del siglo XVI. La iglesia en esos tiempos era una institución muy poderosa
y beneficiada a pesar de la crisis económica, pues recibía ofrendas a cambio de la intersección del
pecador ante Dios. Esta institución resguardaba celosamente todas las dadivas porque sus
representantes consideraban que se las merecían, a tal punto de no compartirlo con nadie a pesar del
mandato cristiano de la solidaridad.
En el tratado segundo se cuenta como Lázaro se volvió sirviente de un cruel clérigo. Un día fue a
Maqueda donde conoció a un clérigo que le pregunto si sabía ayudar en misa, él dijo que si y aquel se
volvió su amo. Escapo del trueno y fue a dar con el relámpago, toda la malicia del mundo estaba en el
religioso. Este también tenía un arcaz o cofre de madera vieja donde guardaba panes.
Lázaro era torturado por el hambre pues el clérigo apenas le daba de comer cebollas y huesos que
sobraban, mientras él comía cinco porciones de carne. Después de tres semanas el pobre sirviente
estaba tan flaco que creía que fenecería. Esto le motivo a usar artimañas, pero con mucho cuidado.
Cierta vez, cuando su amo no se encontraba en casa, paso el calderero al que le dijo que había perdido
la llave del arcaz y le pido que probara a ver si tenía alguna , y con esta llave se comía secretamente
el pan. Una noche, pensando el clérigo que se trataba de animales los que le robaban, le dio tal
garrotazo a Lázaro que lo dejo sin conciencia.
Por tres días estuvo así el muchacho, por el contrario su hambre menguo pues lo alimentaban por estar
así. Al recuperarse preguntó que era el emplasto que tenía en la cabeza y el cruel sacerdote le dijo que
ya había cazado a los ratones y culebras que se comían su pan. Al siguiente día el clérigo lo saco a la
calle, en frente a la puerta, y le dijo que buscara nuevo amo. De esta manera culmina el tratado
segundo.
En cuanto al lenguaje, el texto nos presenta nuevas palabras, como “ensalmaba”, “lumbre” y “arcaz”,
que significan curar alguna herida con prácticas caseras, luz producida por fuego y cofre de madera
respectivamente; sin embargo estas han caído en desuso. Algunos refranes rescatables serían “Escapé
del trueno y di en el relámpago”, que quiere decir que escapó de algo malo para ir a dar con algo peor,
y «¡Nuevas malas te dé Dios!» que demuestra el rencor que sentía Lázaro hacia su amo.
Se observa que las condiciones de vida de los personajes son diversos, algunos como el clérigo viven
mantenido por otros, hay quienes padecen de hambruna, además de la miseria que les toca vivir. Por
otra parte se aprecia la colaboración de los vecinos hacia el clérigo, guiados tal vez por el cargo del
beneficiado. También se encuentra una conexión psicológica con el conformismo en el aparente
bienestar que demuestra el lazarillo al expresar por qué no quiere abandonar a su amo, a pesar que es
muy cruel con él.
A mí me parece que el lenguaje, a pesar de ser complicado, rescata el español de aquella época lo que
nos sirve para valorar y observar su desarrollo hasta nuestros días. Las frases y palabras empleadas
denotan demasiado formalismo, que hoy en día no se usa, pero que era muy común en aquella época
aunque el pícaro personaje, si bien está al margen de la ley, su parlamento está bien cuidado y no cae
en vulgarismos.
La actitud que demuestra el clérigo, como es su mezquindad así como su tacañería, me parecen muy
bien ilustradas para criticar las apariencias de los agentes religiosos y su doble moral. Pues estos eran
muy valorados, pero sus modos de actuar eran inadecuados para el cargo que decían representar y
cumplir a cabalidad.
En conclusión, los temas están bien ejemplificados y divierte leer este tratado así como los demás.