Este documento describe la importancia de enseñar la escritura con un propósito social y comunicativo. Señala que los niños ya llegan a la escuela con conocimientos previos sobre la escritura y deben ser vistos como escritores. Recomienda ofrecer oportunidades para que produzcan diferentes tipos de textos con diversos propósitos y destinatarios, lo que les permite poner a prueba sus conocimientos y generar nuevos aprendizajes sobre el lenguaje y la escritura.
El propósito social en la producción de textos escritos
1. EL PROPÓSITO SOCIAL EN LA PRODUCCIÓN DE TEXTOS ESCRITOS
Características del enfoque comunicativo (MINEDU, 2006): El contexto es determinante
en todo acto comunicativo. La lengua se enseña y se aprende en pleno funcionamiento. El
texto es la unidad básica de comunicación. Los textos deben responder a las necesidades
e intereses de los alumnos. La enseñanza de la lengua toma en cuenta las variedades
dialectales y los diferentes registros de uso lingüístico.
ENSEÑAR A ESCRIBIR requiere que les ofrezcamos a los niños seguridad y confianza
acerca de que ya saben algo de la escritura. No van a la escuela recién para conocer la
escritura, saben de ella por sus interacciones con los textos en la vida diaria. El gráfico
siguiente, elaborado a partir de Molinari y Corral (2008), ayuda a comprender los elementos
involucrados como parte del proceso de escritura.
Las situaciones significativas que seleccionemos deben ser estimulantes para que nuestros
niños produzcan saberes acerca de los textos y el lenguaje. Al hacerlo, empezarán a
comprender y reconstruir el sistema de escritura alfabético.
En esta etapa de aprendizaje, es importante que les ofrezcamos oportunidades para
producir diferentes tipos de textos, con propósitos y destinatarios diversos, dentro y fuera
de la escuela. Requiere también que concibamos a nuestros estudiantes como escritores.
2. Las situaciones de escritura contribuyen a la construcción del sistema de escritura cuando
retan a los niños para:
Poner en funcionamiento sus concepciones y saberes previos de escritura, para
confrontarlos con sus pares y reconstruir el sistema de escritura convencional.
Generar nuevos conocimientos sobre el lenguaje y el sistema de escritura, recurriendo
a diversas fuentes (maestro, compañeros y material impreso), buscando resolver los
problemas que les plantea escribir un texto.
Como todo escritor, los niños, se enfrentan a problemas como:
Elegir el destinatario.
Encontrar la forma de escribir el mensaje.
Elaborar un plan de escritura.
Textualizar y revisar su texto.
Emplear recursos textuales.
Cuidar la edición final del texto.
Ocurre así porque la escritura es un proceso que comprende la planificación, textualización
y revisión. De este proceso, se obtiene un texto según el propósito y el destinatario para
quien fue escrito. Este proceso no se da en forma lineal, el que escribe puede regresar a la
planificación mientras escribe, para hacer cambios en su plan de escritura; esto es, avanza
o retrocede las veces que considere necesarias de acuerdo a su propósito de
comunicación.
Tomemos en cuenta que… Abordemos situaciones desde el plano didáctico y
desde el plano comunicativo. Frente a este planteamiento debemos reflexionar, si como
escuela solo enseñamos a leer y escribir con el único fin que los niños aprendan a hacerlo,
entonces no aprenderán a leer y escribir para la vida social. Si la escuela deja de lado sus
propósitos didácticos entonces estará dejando de lado su función de enseñante como lo
señala Lerner (2001: 29)
Nuestra función como docentes es enseñar a los niños a leer y escribir. Debemos pensar
en ellos como lectores y escritores, no como codificadores y decodificadores de palabras,
frases y oraciones descontextualizadas.