Una presentación basada en la Introducción del libro de E.Gombrich "Historia del arte" para comentar con los alumnos en clase. Para entender bien las fotografias se hace preciso leer dicha introducción.
3. A mucha gente le gusta ver en los cuadros lo que también le gustaría
ver en la realidad. Esto es comprensible porque a todos nos atrae lo
bello y agradecemos que los artistas lo recojan en sus obras.
Pero esta inclinación por los temas bonitos y atractivos puede
convertirse en nociva si nos induce a rechazar obras que representa
asuntos menos agradables.
7. Algo parecido a la belleza (lo agradable y lo feo) nos sucede con la
expresión. A menudo es la expresión de un personaje en un cuadro lo
que hace que nos guste o nos disguste.
Algunas personas se sienten atraídos por una expresión cuando
comprenden con facilidad las expresiones de un personaje retratado y
valoran la obra pictórica exclusivamente por su capacidad para
emocionarles.
9. Es frecuente también que quienes admiran la destreza del artista en
la representación de los objetos o motivos solo juzguen la obra de arte
por su comparación con la realidad de manera mas o menos veraz.
10. Hay dos cosas que debemos tener en cuenta siempre que creamos
encontrar una falta de corrección en un cuadro. Una, si el artista no tuvo
motivos para alterar la apariencia de lo que vio. Otra que nunca debemos
condenar una obra porque no represente la realidad de manera
rigurosamente naturalista.
12. No existe mayor obstáculo para gozar d las grandes obras de arte que
nuestra resistencia a despojarnos de costumbres y prejuicios.
Además muchas obras de arte que están expuestas ahora en nuestros
museos y galerías no se concibieron para ser gozados artísticamente
sino que se ejecutaron para una determinada ocasión y con un propósito
definido
14. Algunos conceptos como «expresión de sentimientos» o belleza quedan muchas
veces como parte de un lenguaje demasiado grandilocuente alejado de los artistas.
Sin embargo cuando se trata de reunir formas o distribuir colores en un cuadro, el
artista es siempre exageradamente cuidadoso, quisquilloso en extremo. El puede
ver diferencias y matices que nosotros apenas advertimos.
Cuando el artista llega a superar todas las dificultades sentimos que ha logrado algo
en lo que nada puede ser añadido , algo verdaderamente acertado, un ejemplo de
perfección en nuestro imperfecto y tedioso mundo.
15. Para gozar de las obras de arte debemos
tener una mente limpia, capaz de
percibir cualquier indicio y hacerse eco
de cualquier armonía oculta; un espíritu
capaz de levarse por encima de todo y
que no esté enturbiado por palabras
altisonantes y frases hechas.