Irlanda es una economía abierta y miembro de la Unión Europea y la zona del euro. En el futuro, se espera que su fuerza laboral experimente cambios debido a factores demográficos, tecnológicos y climáticos. Para prepararse para estos cambios, Irlanda está enfocando sus esfuerzos en mejorar la educación secundaria y superior, aumentar la inversión en investigación e identificar habilidades genéricas clave como la comunicación y la solución de problemas.