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Filosofía del humanismo tomista
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EL HUMANISMO TOMISTA
Tomado del texto digital de Filosofía Institucional Unidad III-. USTA-VUAD 2013
El humanismo tomista es base del quehacer educativo de la Universidad Santo
Tomás, se constituye en la impronta de los estudiantes que se forman humana y
disciplinariamente en el claustro. El humanismo tomista ubica en el centro de la
formación a la persona tanto individualmente como en comunidad, el humanismo
propende por una formación que dignifique al ser humano y le posibilite para lanzarse
a la construcción de la verdad, labor que realizará como líder de su comunidad
haciéndola partícipe de un diálogo constructivo que apunta a la vivencia del amor
cristiano en el cual los conocimientos disciplinarios son herramienta para la
configuración de una sociedad más buena y justa.
1 INTRODUCCIÓN
La universidad Santo Tomás tiene como rasgo característico la formación de
profesionales con un profundo sentido humanista de inspiración cristiana tomista, por
esto es necesario presentar rasgos fundamentales de este humanismo para que el
estuidnate tomasino comprenda el compromiso que entraña formarse en este claustro
y que le acompañará y le exigirá ciertos comportamientos acor5des con el sentir y
pensar más profundo de la formación que ofrecen los padres de la Orden de
Predicadores.
Para la Universidad es tan importante la formación en la eficiencia profesional como en
el carácter ético del egresado de tal manera que este rasgo sea una característica que
aporte a la construcción de un mundo más bueno, justo y humano.
Concepto de persona en Tomás de Aquino.
El concepto de persona es de amplia tradición en el pensamiento occidental, los aportes
a su desarrollo y configuración así como sus interpretaciones vienen de diferentes
ámbitos del saber, desde la filosofía hasta concepciones de carácter dramático y
cotidiano, razón por la cual es importante un acercamiento al desarrollo del concepto
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para adentrarnos posteriormente en la consideración del aporte de Santo Tomás y su
implicación para la Universidad.
El origen de la palabra como tal está ligado al desarrollo de las representaciones rituales
“la primera raíz se encuentra en la voz etrusca phersu, con la que se denominaba la
máscara modelo que se utilizaba exclusivamente para cierta clase de representación,
en una época muy remota, el siglo XV antes de Cristo.” (Gonzalez, Márquinez, 1995,
Pg. 206). Ya en el origen de la palabra se advierte una definición de carácter operativo,
al ubicarse en una clase específica de representación connota unas ciertas funciones y
formas de acción que identifican la interpretación de un rol, de tal manera que en un
cierto sentido se puede afirmar que el uso del phersu ubican al actor en la forma en la
cual debe hacer operativo un papel.
Sin embargo es en el siglo de oro griego, V ac, en el cual se liga al teatro pues “el término
prósopon (máscara, rostro, cara, faz; hoy persona) para denominar la máscara usada
por los actores durante las representaciones.”(Gonzalez, Márquinez, 1995, Pg. 207).
Con el teatro griego el término se circunscribe más específicamente al ámbito de la
representación teatral, rindiendo un significado aún ligado al objeto en sí, pues el actor
debe interpretar lo que la máscara representa, de cierta manera la máscara le imprime
un carácter y una forma de presentarse en el escenario. “Los romanos también
emplearon la palabra persona para denominar la máscara” (Gonzalez, Márquinez, 1995,
Pg. 207). Sin embargo el término sigue vinculado estrechamente al objeto, es con el
tiempo que el término persona se relaciona más con el rol del actor que con la máscara
en sí.
El último movimiento etimológico de la palabra es dado por la cotidianidad misma del
uso del término, “el común de la gente denominó persona a ese alguien real o ficticio
representado por la máscara” (Gonzalez, Márquinez, 1995, Pg. 207). Este último
movimiento tiene dos aspectos muy importantes, el primero es que el término llega al
uso del común, es decir que la palabra se hace tan importante que se extiende en el uso
a toda la comunidad de hombres y en segundo lugar se desliga del objeto de la máscara
y se ubica en el rol, en la acción misma de la representación.
En Santo Tomás el concepto de persona adquiere unas dimensiones más profundas y
amplias, la persona no va a ser simplemente quien realiza un rol o representa una
determinada situación, esta definición se desarrolla desde lo metafísico y atendiendo
profundamente a la dignidad del ser humano como imagen y semejanza de Dios. “Por
tener más perfecciones que los otros individuos como la racionalidad, lo que supone
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una mayor participación en el ser que los demás, se le denomina con un nombre
especial, con un nombre de dignidad, como es el de persona. (Santo Tomás, S. Th., I,
q.29; en García, 1989, Pg. 89). Es claro que el lenguaje es de marcado acento
aristotélico, pero que representa el pensamiento cristiano desde la perspectiva tomista
y que con el tiempo se configurará como el pensamiento de la Iglesia católica. La
persona es el más semejante a Dios, por lo tanto reconocerle como persona es un acto
de reconocimiento de su dignidad.
La comprensión del concepto de persona, desde el tomismo, es esencial en el desarrollo
del humanismo tomista y sus desarrollos éticos, pues el ser humano se considera como
fin y no como medio. “Mientras que los entes no personales son medios para la persona,
sólo ella es un fin para otra persona o, como dice Santo Tomás: <<Únicamente es
buscada por sí misma, y lo demás para ella>>” (Santo tomás, Cont. Gent.,III,c.112; en
García, 1989, Pg. 91). Desde esta perspectiva la persona no debe ser utilizada como un
medio, no debe ser ubicada en al émbito de las cosas útiles, sino que por el contrario
en ella reside una dignidad que la eleva por encima de todos los demás entes y que la
compromete a respetar a los demás hombres como personas y respetarse a sí misma.
Esta comprensión de persona de Santo Tomás nutre el PEI de la Universidad, pues en
él se afirma que las personas son “seres únicos, idénticos a sí mismos, abiertos a la
comunicación y al desarrollo, en relación constante con ideas y valores, capaces de
crear y realizarse por autodeterminación.” (PEI-USTA-Pg.24). el humanismo tomista de
la USTA apunta al desarrollo de la persona en un ambiente social del cual se hace
responsable y por el cual trabaja con miras al bienestar espiritual y material de las
diversas comunidades.
Dimensiones humanas de formación en Santo Tomás
La concepción educativa de Santo Tomás nos abre un paradigma tanto en las
dimensiones que deben ser acompañadas por el docente como el proceso en el cual se
desarrolla. En Tomás es claro que se trata de un acompañamiento, más que de un
transmitir el conocimiento, el maestro procura que en el alumno se desarrolle la ciencia
de una manera análoga a la que posee el maestro. “Su acción es parecida a la del
médico quien, no obstante que actúa exteriormente, ayuda a la naturaleza a obrar
internamente y a restablecer la salud.” (Abbagnano, 2008, Pg. 182). Esta concepción
educativa respeta profundamente al estudiante, y cree en él, es una concepción
educativa que apunta al desarrollo del ser humano de una manera humana, es decir
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que el proceso educativo se centra en que el estudiante se desarrolle. Apunta a la
formación en tres dimensiones: sensibilidad, inteligencia y razón.
Formación de la sensibilidad.
En Santo Tomás se desarrolla una ruptura con el pensamiento medieval precedente,
pues al contrario de la tradición cristiana de corte agustiniano que dominó el
pensamiento medieval en el cual el cuerpo es visto, en la mejor de las interpretaciones,
como un vehículo del alma, como una envoltura de lo realmente humano, para Santo
Tomás el cuerpo es parte del hombre, el hombre está compuesto por cuerpo y alma y
esto hace que su postura epistemológica sea más integral pues apunta al desarrollo del
hombre en s todas sus dimensiones.
La formación de la sensibilidad es en este punto un momento de vital importancia para
el desarrollo del hombre, pues además del reconocimiento de la corporeidad del hombre
se ocupa de educar es dimensión corpórea y de orientar sus posibilidades. En Santo
Tomás la corporeidad es ante todo una posibilidad y no un impedimento. Santo Tomás
presenta un equilibrio entre cuerpo y alma, y considera imposible educar al hombre sin
considerar este equilibrio como esencial para alcanzar la plenitud de sus posibilidades.
“No me avergüenzo de decir que yo hallo que mi razón es alimentada por los sentidos,
que yo debo esa gran proporción de lo que pienso a lo que veo y huelo, y gusto, y toco;
y que por cuanto concierne a mi razón, me siento obligado a tomar esa realidad como
real. Creo que existe un campo de los hechos que son presentados por los sentidos
como materia sobre la cual actúa la razón y que en este campo la razón tiene derecho
a gobernar como representante de Dios en el hombre” (Tomás de Aquino. S. Th. I-II,
q27, a1 in C. en Llanos, 2006, Pg. 158).
Esta valoración de los sentidos para el conocimiento es un giro en el pensamiento
cristiano y permite que en la actualidad que el pensamiento epistemológico tomista
pueda entrar en diálogo con el pensamiento epistemológico actual en la medidad que la
formación a la sensibilidad permite el conocimiento de lo particular, de lo físico como
parte integral de la realidad, sin quedarse únicamente en este punto úes de la educación
de la sensibiliadd se dará el paso a la educación de la inteligencia.
La valoración de lo físico es una lectura muy pertinente del pensamiento aristotélico y a
través de Tomás entra en juego lo físico como una realidad rica y valiosa en sí misma.
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Esta consideración de la formación de la sensibilidad también manifiesta un respeto por
lo creado, por la naturaleza como valiosa en sí misma, como vital para el hombre quien
la puede y la debe conocer.
Formación de la inteligencia
Del conocimiento de la sensibilidad, de lo físico, de lo perceptible se pasa al
conocimiento intelectual. Mientras el primero reproduce, copia y percibe, el segundo
apunta al conocimiento de la verdad de las cosas. (Cfr. Beuchot, 1992, Pg. 90). La
formación de la inteligencia permitirá al estudiante desarrollar la capacidad de
desarrollar conceptos estableciendo proposiciones y conclusiones. El conocimiento de
de la verdad de4 las cosas apunta a la capacidad de elevarse de lo particular a lo
general, para lo cual es necesario que el hombre parta de lo accidental y pueda conocer
lo que no cambia de la realidad.
Formación de la razón.
Así como la comprensión del ser humano como unidad de cuerpo y alma, distinguible
mas no separable consistió en un verdadero hito para el pensamiento cristiano, la
consideración de la relación entre fe y razón fue un verdadero momento de gr4an
impulso para el pensamiento occidental y6 en especial para el pensamiento filosófico y
teológico cristiano pues le ubicó en la posibilidad de seguir presente en la discusión
académica de los siglos posteriores al Renacimiento italiano y europeo. “El fundamento
del sistema tomista es la rigurosa determinación de las relaciones entre fe y razón.”
(Abbagnano, 2008, Pg. 175). Este es el aporte del sistema tomista a occidente, lograr
una relación que ne se basara en la oposición entre ambas partes ni en la convivencia
desde la sospecha. Para Tomás es esencial al hombre poder desarrollarse desde la
razón y desde la fe, es expresión de su naturaleza.
Sin embargo la ubicación que da a la razón, puede no gustar a algunos pensadores
actuales, pero sin duda para creyentes y no creyentes la búsqueda de una conciliación
de ambas dimensiones humanas es valioso para el crecimiento de occidente, en cuanto
horizonte comprensivo.
“La razón no puede demostrar todo lo que es de pertinencia de la fe o la fe misma
perdería todo mérito.” (Abbagnano, 2008, Pg. 175). En este punto se alcanza una
madurez interesante pues ya no se trata de una lucha apologética, sino de una ayuda
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de la razón en cuestiones esenciales como la existencia de Dios, la razón se convierte
en un instrumento útil a la fe, mas no suplantador de esa actitud humilde de confianza
del creyente en Dios. La tarea de la razón en orden a la fe se describe en tres momentos
específicos.
“En primer término, demostrando los supuestos racionales o preámbulos de la fe, es
decir, aquellas verdades cuya demostración es necesaria para la fe misma.”
(Abbagnano, 2008, Pg. 175). La fe parte de unas bases racionales, tales como la
existencia de Dios, en este punto la razón acude en ayuda para la demostración de su
existencia, sin alterar la cuota de fe que supone el creer en Dios y que es el sistema
tomista es necesaria para que la fe sea humana y verdadera, es importante que Santo
Tomás vincule la razón en la fe, pues ya no es la enemiga sino la compañera del hombre
que es fe, pero que también es razón, esta comprensión trata de comprender al hombre
en toda su dimensión racional y espiritual como parte de un todo, distinguible mas no
separable.
“En segundo lugar, la filosofía puede utilizarse para aclarar (que no significa demostrar)
las verdades de la fe.” (Abbagnano, 2008, Pg. 175). Este punto es de vital importancia
para el creyente ya que tiene como objetivo ayudar en la fe a quien cree, aclarar para sí
mismo es una servicio fundamental que a presta la razón al ser humano. No se puede
creer acallando la razón, es necesario responder con razones a los interrogantes de la
razón.
“En tercer lugar, puede combatir las objeciones que se hacen a la fe y demostrar su
falsedad.” (Abbagnano, 2008, Pg. 175). No es fácil creer y se pensaba que la fe debería
defenderse de la razón, Santo Tomás al contrario dice que el creyente no se debe
defender de la razón, sino que con la razón debe defender su fe. Téngase en cuenta
que el orden de estas tareas supone una jerarquía por lo tanto la tarea principal de la
razón es servir a la fe del hombre.
La concepción antropológica de Santo Tomás constituye un momento de importancia
suprema para el pensamiento universal, las dimensiones que considera humanas
permiten que la antropología se desarrolle en diversas perspectivas de las cuales en
este momento beben y consultan gran cantidad de corrientes de la más diversa índole.
Sin obviar la valentía de un pensador creyente que decide estudiar a un filósofo pagano
(Aristóteles) el cual llega a Europa por vías de los árabes en una época en que occidente
consideraba que había muy pocas cosas que oriente pudiera mostrarle a occidente. Por
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todo esto Tomás de Aquino ocupa un lugar en la historia del pensamiento occidental de
proporciones gigantescas, por su comprensión del hombre, del mundo y de Dios.
Dimensiones de la acción humana
Rasgos característicos de las dimensiones según la USTA
DIMENSIONES CARACTERÍSTICAS
Comprender
Análisis, interpretación, síntesis y argumentación del conocimiento, de los principios,
conceptos, teorías, lenguajes y métodos, y de la capacidad de conceptualización,
contextualización y aplicación de los saberes, de acuerdo a los propósitos de formación
institucional y profesional.
Hacer
Transformación y producción en el contexto, a partir del desarrollo de las habilidades y
destrezas propias de los diferentes espacios académicos; manejo de tecnologías y
herramientas para el desarrollo de los contenidos; habilidades para formular y evaluar
proyectos. (Innovar y crear)
Obrar
Respeto y solidaridad, sentido crítico-propositivo, y resignificación de aprendizajes
desarrollados a partir de la interacción con el otro; apertura y reconocimiento del otro
como interlocutor válido, y desarrollo de la sensibilidad y la responsabilidad social, como
líder crítico y creativo
Comunicar
Escucha, expresión verbal clara, expresión escrita, capacidad para expresar las
inquietudes propias; dominio de lenguajes específicos de las ciencias de su profesión,
capacidad para presentar proyectos, uso de los lenguajes multimedia, manejo de
recursos simbólicos, y capacidad para el trabajo en equipo