2. Contextualidad: Relaciones persona y realidad. Lugar
histórico-social. Lugar pedagógico-
contextual. Circunstancias históricas determinantes, con
las que interactúan el anuncio y la praxis cristiana.
Pre-texto: Relaciones persona-identidad cristiana
católica. Responsabilidad social de la Fe. Especificación
de la praxis cristiana y su incidencia en el contexto.
Relación transformante de la realidad.
Texto: Síntesis de la relación contexto-pre-texto.
Teoría y praxis integradas. Presencia cristiana definida.
3. Porque el centro de nuestra preocupación es la persona
humana.
Porque está por construirse en Colombia un proyecto social
colectivo.
Porque el problema en Colombia es educativo y ético.
Porque estamos ante el desafío de la humanización de
nuestras relaciones como nación.
Porque nos urge solucionar la dicotomía católico-
ciudadano. Para organizar la relación ciudadano- católico.
Porque anunciamos como válido el discipulado
cristiano. El paradigma pedagógico de Jesús de Nazaret.
Vivimos según su Espíritu.
4. Si partimos de la realidad que aprehendemos, nos
encontramos ante la obligación de interpretarla. Por
tanto, los cuestionamientos son:
¿Quién hace la reflexión?: El sujeto.
¿Desde dónde?: La ubicación social.
¿Para qué?: La finalidad, funcionalidad social.
¿Para quiénes?: Los destinatarios.
¿Cómo reflexiona?: El método.
Estas preguntas apuntan a la coherencia epistemológica.
“La Pedagogía de Jesús”. Mario Peresson.
5. Partimos del conocimiento: El constructor del
conocimiento es el sujeto humano. Él es el que
produce realmente el conocimiento.
El sujeto es el otro. No es individuo, nunca está solo.
Comportarse como sujeto, es estar en relación con
los otros, es romper con el individuo.
El sujeto surge por el rostro del otro (Lévinas). El sujeto
responde al: “no me mates” del otro.
El sujeto es solidario. Es su respuesta a la exigencia de
ser sujeto.
6. Distinción epistemológica-pedagógica:
El “reconocimiento” del otro como propietario: Es fruto de la
modernidad. Se le reconoce a través de los objetos de los cuales
es dueño. Es más individuo. Es propio de la sociedad capitalista.
El “reconocimiento” del otro como enemigo en la lucha a
muerte: “Síndrome del enemigo”
El “reconocimiento” del otro como sujeto viviente:
Occidente está fascinado por el aniquilamiento y lo hace en
nombre de la racionalidad instrumental. Pero se estrella con el sujeto
viviente y su legitimidad.
“El Grito del Sujeto”. Franz J. Hinkelammert.
7. Dos disciplinas, en la actualidad con enorme posibilidad de
crear interacciones que sostengan el discurso y la praxis de
una Teología de la Educación.
Relación propia del contexto latinoamericano. Gira en
torno del sujeto. Es un distanciamiento de la
racionalidad moderna que, permeaba las lecturas de
la realidad y los proyectos educativos pedagógicos.
El sujeto centro que se tenía, era un sujeto autónomo,
capaz de crear y recrear su mundo en torno a
grandes proyectos históricos pre-definidos.
Ahora la discusión se centra desde la post-modernidad:
Visulaiza cambios culitativos que plantean nuevas respuestas
epistemológicas y nuevos referentes teóricos.
8. A través de la Espiritualidad se hace el diálogo
pedagógia-teología:
Dejamos lo conceptual y pasamos a lo existencial, para
centrarnos en las problemáticas de nuestro tiempo.
Si somos educadores ubicados en la realidad, si es la vida
cotidiana, en su sencillez, el campo en el que deseamos
actuar, en efecto, estamos en el campo de la espiritualidad.
Así, se entiende la espiritualidad como el ejercicio de humanizar,
de crear una relación sujeto-sujeto, entre educador y
educando. Si educar es “Sacar desde dentro”, para dar al
educando lo mejor de nuestro ser, si es hacer entrañable
nuestra misión de formarlo como persona, vivimos la
Espiritualidad.
9. La línea pedagógica de Jesús de nazaret: No agotar la verdad en sus
discípulos, sino conducirlos hacia ella, para que sea inherente a su proceso
humano de libertad y de crecimiento. Nos enseña a ser humanos en el
respeto por la persona del educando, llevándole a la conquista de la vida,
del ser, del descubrimiento de la gracia de Dios en él.
“Les conviene que yo me vaya” (Jn.16,7), testimonia la comunidad
joánica, al poner en labios de Jesús esta afirmación. Con ella acentúa la
puesta por obra de un aprendizaje humanizante que se desprende del legado
del Maestro, de la lección de vida entregada, del camino recorrido, del
ejercicio de búsqueda de la verdad: “...tengo aún muchas cosas que decirles pero
no podrían cargar con ellas”, continúa el texto, aludiendo al papel del Espíritu
Santo, quien sigue el proceso de humanización de todos los hombres. Es,
entonces, pedagogía de humanidad lo que aquí se nos enseña, para no
agotar la verdad, para no adelantarla, para no invadir su misterio, para
no cortar nuestra mirada trascendental.
10. En este sentido, Jesús de Nazaret, al no agotar el misterio en el
aprendizaje de sus discípulos, preparándoles el encuentro con el
Espíritu, es un excelente pedagogo. Pero no podemos olvidar, que Jesús
de Nazaret, es el Maestro de la Vida.
Para vivir esta Espiritualidad de la Educación, hemos de entrar en la
convicción de no ser buenos maestros, sino ante todo, buenos
pedagogos. Vivir esta espiritualidad es no ser maestros sino
pedagogos.
“Por la samaritanidad hacia una nueva visión de la ERE”. Alberto Camargo Cortés.
11. Con la formación del Sujeto, como eje articulador sobre el
cual gira el proceso educativo, pensamos en la formación
de personas y comunidades.
Desde la articulación Educación-Ética-Cultura.
Instauración del sentido integral de educación y
formación cultural como desarrollo de las competencias
libertarias del ciudadano. Sólo con el desarrollo de la sociedad
con base en la ciencia, la técnica y la tecnología, y el auténtico
progreso cultural con base en procesos inclusivos y públicos, se
logra la constitución de una sociedad civil, de una opinión
pública reflexiva y una voluntad común de ciudadanos y
ciudadanas para concertar y reconstruir el sentido de las
instituciones y del estado. Dícese también, de la reconstrucción de la
totalidad de los tejidos sociales
“Repensar a Colombia”. Luis Jorge Garay