La asertividad se define como un estilo de comunicación que se sitúa entre la agresividad y la pasividad. Expresa convicciones y defiende derechos sin agredir ni someterse a otros, de manera consciente, congruente, clara y equilibrada. Su objetivo es comunicar ideas y sentimientos o defender derechos legítimos sin intención de herir o perjudicar, actuando desde la autoconfianza en lugar de emociones limitantes como la ansiedad o la rabia.