2. El valor y los precios
Conviene hacer una matización importante acerca del valor
económico de las mercancías. En la situación más sencilla, el
valor procede del trabajo humano que se acumula para
producirlas. Posteriormente, las mercancías se
intercambiarán unas por otras en cantidades equivalentes al
trabajo que ha “costado” obtenerlas o producirlas. A este
coste se le llama coste de producción, que es también su
valor de cambio, en tanto que su expresión monetaria será el
precio.
3. El valor y los precios
Sin embargo, los precios (valores e cambio) no siempre son
iguales a los costes de producción (valor de los bienes y servicios).
Así ocurre en las siguientes circunstancias:
Si una determinada mercancía no es deseada por nadie,
difícilmente sus productores obtendrán por ella el precio que
corresponde a su coste de producción. Así pues, para que los
precios equivalgan al valor de las mercancías será condición
imprescindible que haya correspondencia entre lo que se produce
y lo que demanda la sociedad.
Si una mercancía es producida por alguien que dispone de
privilegio en el intercambio –por ser el único productor o por
poder provocar su escasez- podrá conseguir precios por encima de
su valor o coste de producción.
4. El valor y los precios
Como sabiamente reconoce el dicho popular “todo necio
confunde valor y precio”, el valor y los precios no siempre
coinciden.
Sólo si los intercambios se realizan en condiciones de
equilibrio, también denominado “modelo de competencia
perfecta”, predominará una tendencia a igualar los valores a
los precios.