2. Éste es un tiempo para convencidos.
Tiempo de entrenamiento, ejercicio y lucha;
de mochila ligera y paso rápido;
de mente lúcida y entrañas misericordiosas.
3. Porque es un tiempo de crisis fuerte,
en los corazones y en las economías,
5. Tiempo de camino y discernimiento,
de conversión y compromiso,
de prueba y encuentros
en el desierto, en la estepa, en el silencio.
6. Es el tiempo
de los proyectos de vida,
de las decisiones y desmarques;
a veces, de las transfiguraciones.
Siempre, tiempo de acogidas
y perdones.
7. Tiempo de humanidad rota y dividida
que anhela el paraíso o la tierra prometida;
y de personas en busca de su identidad
diluida o perdida en los campos de la vida.
8. Tiempo de tentaciones, tabores y conversiones,
traspiés, heridas y cegueras,
perdones, restauraciones y agua viva.
12. Pon tus manos sobre mí, Jesús,
tus manos humanas,
curtidas y traspasadas:
comunícame tu fuerza y energía,
tu anhelo y tu ternura,
tu capacidad de servicio y de entrega.
Pon tus manos sobre mí, Jesús,
y abre en mi ser y vida
surcos claros y ventanas ciertas
para el Espíritu que vivifica:
líbrame del miedo y de la tristeza,
de la mediocridad y de la pereza.
Pon tus manos sobre las mías, Jesús,
que están sucias y perdidas;
dales ese toque de gracia que necesitan:
traspásalas, aunque se resistan,
hasta que sepan dar y gastarse
y hacerse reflejo claro de las tuyas.
Déjame poner mis manos en las tuyas
y sentir que somos hermanos,
con heridas y llagas vivas
y con manos libres,
fuertes y tiernas, que abrazan.
Florentino Ulibarri