2. Consideras que la planificación es un instrumento para el desarrollo
Si entendemos que la planificación se entiende como el proceso mediante el cual
el Estado crea estrategias mediante las cuales pretende direccionar los recursos
públicos de manera eficiente, eficaz y efectiva con el fin de satisfacer las
necesidades de la comunidad, elevando su calidad de vida; teniendo en cuenta las
dinámicas económicas, sociales, culturales, políticas, que se viven en el momento.
“La planificación también se puede ver como un instrumento de organización
colectiva, de previsión ante los acontecimientos inciertos del futuro”1. De acuerdo
a lo anterior la planificación es una herramienta determinante para el desarrollo de
un país. En Venezuela desde antes de la década de los 60’s se había intentado
hacer planificación, de hecho décadas atrás existían organismos dedicados a la
planificación, pero no eran lo suficientemente efectivos por tanto nunca se dio un
proceso estable y sistemático en materia de planificación. Inicialmente, y en
Colombia la CEPAL introdujo las primeras técnicas de planificación, esta eran
inminentemente normativas y con el tiempo las dinámicas de crecimiento urbano
dieron pie para incluir variables sociales, culturales entre otras en el proceso para
que los resultados fueran efectivos. (Venezuela, aunque autónoma en la
planificacion, trata de adaptarlos a su modelo), Según (Vallejo y Fuentes, 2006)
solo con la reforma constitucional de 1968 se genera un cambio significativo desde
el punto de vista constitucional y legal en términos de planeación, el cual se
consolida con la con la Constitución de 1991 puesto que se conformó el Sistema
Nacional de Planeación, compuesto por el Consejo Nacional de Planeación y los
Consejos Territoriales de Planeación. A partir de este momento la planificación se
vuelve un proceso que hace énfasis en la participación ciudadana en la
formulación y seguimiento de los planes de desarrollo, teniendo en cuenta que la
sociedad civil es la directamente beneficiada por los proyectos que se lleven a
cabo y la afecta por aquellos que no ejecuten, de acuerdo a ello es necesario su
intervención siendo la que sugiere las posibles soluciones a sus necesidades.
Adicionalmente la planificación se empieza a entender como un sistema por lo que
se debe dar una articulación entre el nivel nacional y territorial. Es así como esta
reforma genera un cambio vital, al pasar de una democracia representativa a una
participativa. Entonces tenemos que: aunque las planificaciones locales,
definitivamente y por efecto de nuestros orígenes comunes, que nos hacen muy
parecidos en nuestro desarrollo, la mayoría de naciones y pueblos interactúan,
adaptando modelos vecinos e integrándolos en su propio desarrollo. En este
sentido se concibe la participación como un “proceso en el cual los diferentes
actores sociales, bajo intereses innatos a la raza, sexo, religión o clase,
intervienen de manera directa en los asuntos de la vida colectiva para reformar o
transformar los sistemas.”
La Planificación como instrumento de Desarrollo – Una cuestión de ética de
planificación fluya en términos de participación ciudadana es determinante la
voluntad tanto política de propiciar espacios en los que la comunidad pueda
intervenir y presentar sus propuestas así como la voluntad de los ciudadanos
indiscutiblemente interesados en participar, en asumir libremente su rol como tal,
contribuyendo a una construcción colectiva y social en la cual se den relaciones
3. sinérgicas y de ganancia o beneficio mutuo. La planificación participativa
trasciende del hecho de mejorar la calidad de vida de las personas e incluye
aspectos como la convivencia, la cultura, la gestión pública. Sin lugar a dudas la
planificación que se da a partir de una amplia participación de la comunidad
resulta en lazos de confianza de los ciudadanos hacia la Administración,
adicionalmente esto permite prevenir conflictos sociales y contribuye a la
formación de una cultura ciudadana participativa y responsable, que reconoce que
tiene derechos pero que también tiene deberes como tal. De la planificación a la
gestión La importancia de la planificación está dada en la responsabilidad que
tiene como proceso en el desarrollo o estado futuro de la nación, producto de las
decisiones tomadas en su momento. Pero la planificación no logra resultados per
sé; ésta debe ir acompañada de la gestión la cual actúa orientada por los aspectos
ya planeados. “La Gestión Pública se define como un proceso dinámico, integral,
sistemático y participativo, que articula la planificación, ejecución, seguimiento,
evaluación, control y rendición de cuentas de las estrategias de desarrollo
económico, social, cultural, tecnológico, ambiental, político e institucional de una
administración, sobre la base de las metas acordadas de manera democrática.”
En resumen La planificación sin la gestión sería un discurso plasmado en un
papel y no un instrumento de desarrollo que orienta a la nación hacia un
crecimiento económico, social y sostenible. En la teoría la planificación queda bien
parada, sin embargo en la práctica ésta se ha quedado corta, si bien en los países
latinos y en especial en Venezuela, se han dado avances, aún no es suficiente
para que la economía funcione mejor, y se dé el tan anhelado crecimiento
sostenido y equitativo, en el que prime el bienestar colectivo y en el que la
concentración de poder y la pobreza no tenga cabida. Los entes planificadores en
cabeza del Gobierno han perdido credibilidad, lo que hace la participación
ciudadana se limite y no al contrario. Esto no permite que la planificación se
traduzca una gestión con resultados positivos o por lo menos esperados.
Si bien existe todo un marco normativo y jurídico que respalde dicho participación,
ésta no se hadado como debería, no es la mayoría quienes participan.Para
Forero, Cardona y Córdoba (Colombia) (1999), existen tres condiciones básicas
para que la planeación participativa sea real y efectiva: información, formación y
organización. Según lo anterior, el estado debe propender por generar canales de
comunicación efectivos, claros y especialmente transparentes que permitan una
información veraz hacia los ciudadanos, aquí los medios de comunicación y el
lenguaje en el que se transmite el mensaje, son fundamentales, ya que se trata de
que la comunidad entienda claramente de qué se trata por lo que hablar de
tecnicismos no suma en el proceso informativo, es indispensable la sencillez. En
este aspecto, constantemente se observa como la información es manipulada para
beneficiar los intereses de unos cuantos, por cuanto la confiabilidad de la
información se pierde. En cuanto al proceso formativo, el estado debe garantizar a
través de sus programas educativos la formación de ciudadanos en los aspectos
que los competen como tal, este a nuestro modo de ver debería ser un tema
transversal en la educación que recibe un ciudadano en su proceso de
aprendizaje.
La Planificación como instrumento de Desarrollo – Una cuestión de ética
crecimiento, si bien existen dentro de los programas académicos en los diferentes
4. niveles educativos del país, no es suficiente, quizá porque nunca se lleva a la
práctica y todo se queda en la teoría, es claro que el compromiso es en doble vía,
del estado al formar y del ciudadano al estar dispuesto a recibir dicha formación;
no obstante carece de efectividad.
Finalmente la organización es de vital importancia, es lo que contribuye a lograr
buenos resultados al enfrentar crisis, o llevar a cabo tareas que se han planeado.
“Por eso hoy más que nunca, es necesario volver sobre lo solidario, lo colectivo, lo
común o lo organizado, que en lo político es lo participativo, para salir adelante”
(Forero, Cardona y Córdoba. 1999:48)
En nuestros países cada vez mas tenemos procesos organizados, documentados
efusivamente, y más en nuestro país, sin embargo en la mayoría de los casos no
es, más que letra muerta. Necesario es avanzar, vencer, ir a las acciones por lo
menos contribuiría a que poco a poco se consolide una cultura en la que como
ciudadano asumo mi deber como tal en la construcción y desarrollo del país.
Indiscutiblemente el aspecto más relevante en términos de un Gobierno poco
confiable, en lo que nos especializamos los latinoamericanos, especialmente
Venezuela, es que el sistema ha sido eminentemente corrupto, permeado por el
clientelismo y los intereses particulares de los gobernantes que lo conforman.
Donde equivocadamente se empieza a transformar en “cultura”, como si
naciéramos con la etiqueta de latinoamericano igual a corrupto. Esto es un efecto
de autoridad – ejemplo, el Gobierno viene a jugar el papel de autoridad, quien
debería dar ejemplo de un accionar intachable en términos de transparencia y
veracidad en el manejo de la información y el uso de los recursos públicos que
como bien lo pregona Mokus, estos deberían tener el carácter de “sagrados”, es
decir que es inadmisible que unos cuantos montados en el poder por los mismos
ciudadanos terminen satisfaciendo sus propios intereses olvidando que su papel
como ente público es el de velar y procurar una sociedad con mejor calidad de
vida y no al contrario.
Es aquí donde la planificación falla, cuando se va a la Gestión, a la ejecución de
los planes y programas, suponiendo que se han redactado con un claro
diagnóstico de las necesidades reales de la población; resulta que al final del
periodo de ejecución cuando llega la etapa de la rendición de cuentas, hay
muchos planes y programas que no se ejecutaron, porque el presupuesto no
alcanzó, porque la contraloría falló, porque los entes controladores descubrieron
quela contratación tenía inconsistencias. ¿Y es que es necesario que haya
“policías” detrás de los entes gubernamentales para que las cosas funcionen bien?
Todo parece indicar que aún con ellos no hay quien pueda controlar la ya bien
instaurada corrupción, ello imposibilita una planificación exitosa en términos de
una gestión transparente y efectiva. El desarrollo del país, una cuestión ética Es
claro que la corrupción no es un problema del sistema como tal, es un problema
de la sociedad, es un problema de educación, de principios y valores. Existen
muchas variables que afectan que la planificación y la gestión pública se lleven a
cabo, además de los procesos corruptos, está el conflicto armado, la crisis
económica internacional, el narcotráfico, entre otros que no hacen más que
fracturar día a día la sociedad latinoamericana, impidiendo que el desarrollo de las
naciones se dé en pro del bienestar de la mayoría. De acuerdo lo anterior es
imperativo transformar la cultura política, la cual no tiene lugar en los estrados
5. gubernamentales, sino en los escenarios sociales en los que a diario actuamos,
familia, escuela y los diferentes grupos en los que interactuamos socialmente. “En
ese ámbito, se deben modificar las regulaciones intelectuales, morales y sociales
dentro de las relaciones de poder. En ese sentido, el éxito de una educación
política acorde con la organización social, se concibe en la la Planificación como
instrumento de Desarrollo
Una cuestión de ética formación de ciudadanos agobiados por la democracia y
que deben ser participativos en asuntos públicos”.Amaya (2001), expresa que los
problemas «claves» de las sociedades latinas, son corrupción, impunidad y
violencia. Estos a su vez están condicionados por la debilidad del Estado, falta de
visión de largo plazo, concentración del poder, concentración de la riqueza y del
ingreso, baja calidad y cobertura de la educación y bajo capital social. Para lograr
las metas en términos de desarrollo se requiere una sociedad más solidaria, más
unida, más honrada y que respete las leyes. Una sociedad consiente de los
gobernantes que elige y unos gobernantes correctos que procuren el bienestar
colectivo antes que el bienestar individual de unos pocos, que cumplan su rol de
entes públicos que no es otro que el de contribuir a una mejor calidad de vida de
las ciudadanos que representan, esto conforma un capital social en pro del
desarrollo, el cual es tan valioso como los recursos o el poder productivo de un
país. Pero por el contrario, como ocurre en Colombia, los valores apuntan hacia el
oportunismo, la riqueza rápida (contrabando y narcotráfico) en un marco de
instituciones corruptas e ilegítimas, de ambiente político hostil a las iniciativas
democráticas, donde la opinión comunitaria es eliminada, entonces la confianza, la
solidaridad y el compromiso con lo público se ve afectado (Hernández,2001).
Es triste ver como el desarrollo de una nación está supeditada al accionar
incorrecto de quienes están en el poder, porque si bien como ciudadano tengo
derecho y deber de participar, también es cierto que solo quien tiene ese poder
bien sea económico o social es el que verdaderamente puede influir en dicho
desarrollo. Es indispensable cambiar los paradigmas, cambiar la actitud permisiva
y conformista de que este es el país que nos tocó y así es nuestra cultura, es
necesario empezar a pensar que la corrupción no hace parte de nuestra cultura,
de nuestra idiosincrasia. Que en la medida en que actuemos correctamente,
estamos enseñado a quienes nos rodean a hacerlo y estamos construyendo así
una sociedad diferente, que pronto exigirá que los demás también actúen con
ética y en esa medida los gobernantes electos serán quienes compartan esa
filosofía. Esto a veces pareciera una utopía. La planificación en Colombia quizá no
falla en su proceso como tal, ni la gestión no fluye porque se planificó mal. El
problema no está en su forma, sino en su fondo.
Tal y como lo menciona Moré Olivares: “El oficio de buen político se aprende en el
hogar y en el sistema educativo, tema que desborda este ensayo. Pero los buenos
políticos deben conseguir la atención y el respeto de las audiencias, estableciendo
claridad de su modelo mental y el de sus interlocutores o adversarios. El buen
político debe comprometerse con la realidad que busca transformar para lo cual
debe construir sistemas de información que le permita sustentar sus visiones y no
desarmar la ideología para caer en el pragmatismo más oportunista. El buen
político busca elevar la gobernabilidad y dispone de una estrategia de desarrollo
como parte de un proyecto nacional. El buen político ataca la corrupción y busca la
6. transparencia para avanzar en la construcción de una democracia participativa y
de una nueva cultura política”. En la medida en que exista un Estado confiable,
existirán ciudadanos más participativos, y en ese sentido un proceso de
planificación y gestión pública consensuado y acorde a las necesidades reales de
la sociedad. Esto se traducirá en un desarrollo no solo económico sino social de la
nación, donde sin querer decir que todo sea perfecto, el simple hecho de construir
relaciones confiables entre el estado y la sociedad civil y proyectar una figura de
un Gobierno ético, ya es un avance no solo como nación sino en cada individuo
como ser social que contribuirá con succionar íntegro en esta en cualquier
sociedad en la que se encuentre.
La Planificación como instrumento de Desarrollo – Una cuestión de ética:
Conclusiones. En el proceso de planificación como instrumento de desarrollo es
indispensable la intervención consensuada de dos actores fundamentales: los
ciudadanos mediante los mecanismos de participación ciudadana estipulados a
especialmente a partir de la Constitución de 1991 y por otro lado los entes
gubernamentales quienes deben propiciar de manera correcta dicha participación.
La Gestión pública siempre debe estar encaminada al crecimiento sostenido del
país no solo en términos económicos, sino fundamentalmente en términos
sociales, ya que este es el fin de los entes estatales.
La planificación debe trascender de la teoría a la práctica, y para que se dé de
manera adecuada se deben incluir principios y valores en el accionar no solo en el
ejercicio político de los gobernantes sino también en el ejercicio democrático de
los ciudadanos.
Los latinoamericanos deben dejar de lado el paradigma que hace creer que la
corrupción hace parte de su cultura, puesto que el ser un ciudadano íntegro en su
pensar y accionar es posible gracias a la educación y la formación que se recibe
en cada hogar.
Es imperativo un cambio social que dé lugar a un colectivo ético, un Estado
comprometido con el bienestar de la comunidad no solo con su gestión sino
también con su ejemplo, que no abuse del poder que le han dado los mismos
ciudadanos al elegirlo, y una ciudadanía solidaria, íntegra y comprometida con el
desarrollo de una sociedad constructiva y una mejor nación.
La educación es fundamental en la transformación de una sociedad, es en este
ámbito donde se formarán personas más justas, honestas, solidarias, correctas,
quienes a pesar de que el sistema que los rodea esté permeado por la corrupción,
ellos prefieren renunciar a esos “beneficios y privilegios” que podrían recibir y no a
sus principios éticos.
Por lo antes expuesto se puede afirmar que la planificación es un instrumento para
el desarrollo ya que nos permite ser universales debido a que debemos tomar en
cuenta los aspectos y necesidades culturales de nuestra sociedad, teniendo para
ello coherencia porque las distintas partes deben ser compatibles entre sí,
permitiendo la flexibilidad de adaptación a los métodos y procedimientos de los
agentes implicados en este caso la triada. (Familia, escuela y comunidad). Cuando
realizamos una planificación debemos tomar en cuenta un diagnóstico previo que
nos arrojará el problema que tenemos que atacar para darle una posible solución.