1. EL KARMA
Isabella Bernal – Juan Diego Castrillón – María
Paula Camacho
2. EL KARMA
De acuerdo con varias religiones dhármicas, el karma
sería una energía trascendente que se deriva de los actos
de las persona De acuerdo con las leyes del karma, cada
una de las sucesivas reencarnaciones quedaría
condicionada por los actos realizados en vidas anteriores.
Es una creencia central en las doctrinas del budismo, el
hinduismo, jainismo y el espiritismo. Aunque estas
religiones expresan diferencias en el significado mismo
de la palabra karma, tienen una base común de
interpretación. Generalmente el karma se interpreta
como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y
efecto. Se refiere al concepto de "acción" o "acto"
entendido como aquello que causa el comienzo del ciclo
de causa y efecto. El karma está en contraposición con
las doctrinas abrahámicas (judaísmo, cristianismo e
islamismo).
3. EL KARMA EN HINDUISMO
Según los hinduistas, el karma es una «ley» de acción y reacción: a cada acción cometida le corresponde una reacción igual y
opuesta. El encargado de hacer cumplir esta ley sería el omnisciente dios invisible Yama Rash (el ‘rey de la prohibición’) y sus
monstruosos sirvientes invisibles, los iama-dutas (‘mensajeros de Yama’).
Después de que una persona abandona su cuerpo al momento de la muerte, los iamadutas le arrastrarían hasta la morada de
iamarásh, donde es juzgado duramente de acuerdo con las acciones, registradas una por una en el libro de la vida, que recita
Chitra Gupta, el secretario de Iamarash.
Para el hinduismo, el castigo de las malas acciones puede recibirse:
durante esta misma vida (si la persona realizó muchísimos pecados).
en los próximos nacimientos (en variados planetas infiernales). Debe recordarse que en el hinduismo, la estancia en el
infierno no es eterna (ya que el propio infierno no es eterno).
Igualmente, el premio por las buenas acciones puede recibirse:
en esta misma vida (si la persona realizó muchísimas buenas acciones).
en los próximos nacimientos (en variados planetas celestiales). Debe recordarse que en el hinduismo, la estancia en el
paraíso no es eterna (ya que el propio paraíso material no es eterno).
4. EL KARMA EN EL HINDUISMO
La explicación del karma dentro de las doctrinas budistas es
diferente de la hinduista. El karma no sería una ley de causa
y efecto que implicaría la existencia de dioses invisibles
encargados de hacerla cumplir, sino una inercia natural.
Por ejemplo, si una persona roba un banco y tiene éxito, es
muy probable que vuelva a robar, y si una persona ayuda a
un anciano a cruzar la calle, entonces es muy probable que
esa persona siga ayudando a otras personas.
En ambos casos, si la experiencia no produjera buenos
resultados, entonces la inercia se haría menor (el ladrón
robaría menos y el filántropo ayudaría menos).
Cuando un sujeto roba un banco, esta acción quedará
registrada en su mente alterando el flujo de esta, y
provocando en él una percepción errónea de la realidad
(«tengo derecho a tomar sin permiso las cosas que
necesito»). Estas percepciones erróneas le condicionarán a
sufrir más adelante, pues crean un estado mental propenso
a la infelicidad.
5. EL KARMA EN EL JAINISMO
En el jainismo, el karma es un principio básico de la
cosmología. Para el jainismo, las acciones morales
humanas son la base de la reencarnación (yivá). El alma
se encuentra atrapada en un círculo de renacimiento y
atada a un mundo temporal (samsara), hasta que
finalmente alcanza la liberación (moksa). Esta liberación
se consigue siguiendo el camino de la purificación.6
En la filosofía jainista, el karma no solo se refiere a la
causalidad de la reencarnación sino que también se
concibe como una materia tenue que se introduce en el
alma oscureciendo sus cualidades naturales y puras. Se
concibe el karma como una contaminación que tiñe el
alma de diversos colores (lesia). En función de su
karma, un alma realiza su trasmigración y se reencarna
en varios estados de existencia.