Proyecto de iluminación "guia" para proyectos de ingeniería eléctrica
Control biológico trips y virus bronceado pimiento
1. RECOMENDACIONES PARA EL
MANEJO FITOSANITARIO Y LA
MEJORA DE LA CALIDAD DE LAS
PLANTACIONES DE PIMIENTO
PARA PIMENTÓN
2. ANTECEDENTES
Hasta los años 80, el pimiento para pimentón del Valle del Guadalentín, había
sido un cultivo muy tradicional, con pocos problemas fitopatológicos y tratamientos. A
finales de esa década, comienzan a detectarse importantes epidemias “epifitias” del
virus del bronceado “TSWV” y su vector, el trips Frankliniella occidentalis, contra los
que los agricultores reaccionan intensificando los tratamientos químicos.
Lejos de controlar el problema, se producen importantes desequilibrios entre
plagas y auxiliares, que complican, todavía más, las patologías de los cultivos de la
zona. En la década de los 90, tras algunas experiencias, en las que se demuestra que la
eliminación de los tratamientos fitosanitarios más agresivos sobre los insectos
beneficiosos reducían los problemas, se retorna a métodos más tradicionales y
equilibrados.
Si saber cuales fueron las razones, entre los años 2002 y 2004, Ostrinia nubilalis
comienza a causar importantes daños en las plantaciones de pimiento. La reacción
lógica, fue intensificar los tratamientos contra esta plaga, una vez que veían sus
síntomas. Productos totalmente incompatibles con la fauna auxiliar, como piretrinas y
fosforados, volvieron a introducirse en las plantaciones. La consecuencia fue, además de
no controlar el problema, que se descontrolaran las poblaciones de trips y las
infecciones de virosis en toda la comarca y cultivos sensibles.
En 2005, se inicia el “Plan de actuación” para la mejora de la fitosanidad de las
plantaciones hortícolas de la zona, centrando la mayor parte de las actuaciones en el
pimiento para pimentón, por ser unas plantaciones clave para todo el patosistema de la
comarca.
La eliminación de los tratamientos fitosanitarios que impedían la instalación de
auxiliares en las plantaciones, el enriquecimiento de algunos de ellos, mediante
liberaciones controladas, y las actuaciones coordinadas para optimizar el control de
Ostrinia, han dado sus frutos, reduciéndose los problemas patológicos más importantes
y el consumo de fitosanitarios, a la vez que se ha incrementado la productividad y
calidad de las plantaciones.
Por ello, los productores de pimiento para pimentón deben seguir apostando por
estas estrategias de manejo fitosanitario, independientemente de que perciban o no
ayudas económicas para su ejecución.
INTRODUCCIÓN
El trips Frankliniella occidentalis, junto al virus del bronceado “TSWV”, del que
es transmisor, representan el principal riesgo fitopatológico, de mayores consecuencias
económicas, que puede afectar las plantaciones de lechuga, alcachofa y pimiento del
Valle del Guadalentín.
Las plantaciones de pimiento para pimentón, además de los daños directos que
pueden sufrir con estas epidemias, actúan como “cultivo puente” hospedante durante el
verano, extendiendo el problema a otras especies vegetales que inician sus ciclos a
2
3. finales de verano y otoño, siendo las plantaciones más tempranas de lechuga y alcachofa
las más afectadas.
Mientras el control químico del trips suele ser muy difícil, su control biológico,
con insectos beneficiosos, llega a reducir las poblaciones de una manera eficaz y
sostenible en el tiempo. Sin embargo, los auxiliares suelen ser muy sensibles a diversos
tratamientos fitosanitarios, tanto los realizados contra trips como sobre otras plagas del
cultivo (orugas de lepidópteros, pulgones, arañas o mosquito verde).
La puesta en práctica de las técnicas de Control Biológico, implica manejar
adecuadamente los auxiliares y los tratamientos fitosanitarios, para hacerlos
compatibles, así como introducir otras medidas que reduzcan los riesgos de plagas. Del
mismo modo, es necesario integrar las diversas especies vegetales implicadas en estas
epidemias y al conjunto de agricultores de la zona, para coordinar los esfuerzos y
obtener los mejores resultados.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA LA MEJORA DE LA CALIDAD Y
PRODUCTIVIDAD DE LAS PLANTACIONES
La conservación de la fertilidad de los suelos es clave para mantener una
adecuada productividad de las plantaciones. Una excesiva intensificación de los
cultivos, o rotaciones inadecuadas, esquilman los suelos, desequilibran las relaciones
nutricionales, deterioran su estructura y aumentan los problemas patológicos. Como
consecuencia, a pesar de realizar un mayor esfuerzo en el manejo del cultivo,
incrementando los gastos, se reducen las producciones y, por lo tanto, su rentabilidad.
Como recomendaciones generales para mantener la fertilidad de las tierras
destinadas al pimiento para pimentón, podrían destacarse las siguientes:
- No realizar más de una plantación de pimiento cada tres años en la misma
parcela (en el caso de haberse detectado problemas de “tristeza o seca”
Phytophtora capsici, se dejará más tiempo sin plantar pimiento);
- Realizar estercolados periódicos;
- Dejar las tierras “descansar”, durante un periodo mínimo de 4 meses al
año, de cultivos intensivos;
- El intercalar siembras de cereales y leguminosas, entre hortalizas,
contribuye a mejorar los suelos;
- Preparar el terreno para plantar los pimientos con la máxima antelación
posible. En todo caso, las parcelas deben mantenerse limpias de hierbas y
de restos de cultivos anteriores durante, al menos, las 6 semanas
precedentes a la plantación;
- Regar y abonar de forma equilibrada. Un excesivo vigor de las plantas no
aumenta la producción y si su sensibilidad a plagas y enfermedades.
El material vegetal, seleccionado de las mejores plantas y frutos de la campaña
anterior, y sembrado en semilleros bien controlados, es otro de los factores clave para
mejorar las producciones. Algunas variedades pueden obtenerse ya seleccionadas por
empresas de semillas especializadas.
3
4. La utilización de algunos herbicidas, aun estando autorizados en el cultivo,
pueden provocar una falta de desarrollo radicular, que va a incidir en el crecimiento
de la planta y su producción, aunque no muestren ningún síntoma específico de
fitotoxicidad. Por ello, estos productos deben utilizarse con una gran precaución,
dosificando correctamente y evitando las condiciones de riesgo (aplicación en el agua
de riego, utilización sobre acolchado plástico o con problemas de salinidad, etc.).
RECOMENDACIONES PARA EL MANEJO DE PLAGAS
El cultivo de pimiento ofrece grandes posibilidades para controlar, con insectos
beneficiosos, las principales plagas que pueden afectarle. Estos auxiliares suelen
encontrarse de manera natural en las zonas de producción, si bien, en momentos
puntuales, es conveniente realizar introducciones para favorecer su instalación en las
plantaciones y que las plagas no lleguen a provocar daños importantes.
Los insectos beneficiosos se alimentan directamente de sus presas “las plagas”
o se multiplican a expensas de ellas, parasitándolas. Su efecto es mucho más lento que
los tratamientos, debiendo convivir habitualmente con ciertas poblaciones de plagas,
pero sus resultados son progresivos y mucho más sostenibles que los de los
fitosanitarios, para los que, con demasiada frecuencia se generan resistencias.
A pesar de esto, el Control Biológico no va a ser siempre capaz de controlar
directamente todos los problemas y en todo momento, siendo necesarias algunas
intervenciones químicas, para evitar daños económicos por fitopatologías muy
agresivas. Sin embargo, el principal enemigo de los insectos beneficiosos son
precisamente las aplicaciones fitosanitarias, ya que suelen ser muy sensibles a los
plaguicidas y la recuperación de sus poblaciones muy dificultosa, una vez que se ha
realizado un tratamiento inadecuado.
Por ello, el éxito de las nuevas estrategias que se proponen, “que en realidad es
volver a épocas anteriores, cuando apenas se trataba y las plagas eran mucho menos
problemáticas”, está en integrar el Control Biológico con los tratamientos
fitosanitarios estrictamente necesarios y compatibles, así como manejar
adecuadamente las plantaciones, para limitar la posible instalación de patologías.
Cuando estas estrategias se aplican en zonas amplias y se integran los diferentes
cultivos, incluso las zonas de vegetación natural, mejores van a ser los resultados a
largo plazo.
· El trips y el virus del bronceado “TSWV”
El virus del bronceado, es transmitido de unas plantas a otras por el trips
Frankliniella, siendo el problema fitopatológico que más graves consecuencias
económicas puede tener en los cultivos hortícolas sensibles de la zona (pimiento,
lechuga, alcachofa, etc.).
En la práctica, se considera que para que un trips sea capaz de transmitir el virus,
debe haber nacido sobre una planta enferma “virosada”, ya que solo lo adquiere en fase
de larva, siendo después los adultos, procedentes de estas larvas infectadas, los que los
transmiten a las plantas sanas a las que pican, a lo largo del resto de su vida, sin que los
tratamientos fitosanitarios puedan evitar esta transmisión. Un trips adulto que no
4
5. hubiera adquirido el virus cuando era una larva, ya no será capaz de provocar
transmisiones, aunque pique a plantas enfermas y sanas.
Por ello, si no hubiera plantas virosadas, que actúan de reservorios del virus, no
habría posibilidad de expandirse el problema, aunque hubiera trips. Igualmente, si hay
plantas enfermas pero no hay trips, tampoco se podrían contaminar nuevas plantas, ya
que el trips es la única forma eficaz en campo de transmisión del virus.
Por lo tanto, el control de la epidemia tiene que basarse en la eliminación de
inóculo “las plantas enfermas” y en el control de las poblaciones del insecto transmisor
“el trips”. El principal objetivo de las actuaciones propuestas en el Valle del
Guadalentín es precisamente este problema, para lo que son imprescindibles medidas
colectivas, que reduzcan progresivamente la presión en la zona.
Son muchas las especies vegetales que pueden verse afectadas por el virus del
bronceado, entre las que figuran el pimiento, tomate, berenjena, lechuga, habas,
alcachofa y numerosas hierbas que nacen entre los cultivos. En el caso concreto del
pimiento, las primeras recomendaciones para reducir el riesgo del cultivo serían las
siguientes:
- Mantener las parcelas limpias, durante al menos las 6 semanas precedentes a
la plantación, de restos de cultivos anteriores y de malas hierbas, ya que
podrían actuar de reservorio del virus y, sobre todo, del trips.
- Utilizar planta de semilleros bien controlados, que ofrezcan las mayores
garantías de sanidad.
- Una vez arraigado el cultivo, entre las 2 y 4 semanas del transplante, realizar
una revisión exhaustiva de la plantación, eliminando todas aquellas plantas
sospechosas de padecer la enfermedad.
- Posteriormente, y en la medida que sea posible, se eliminarán
periódicamente las plantas virosadas, introduciéndolas en sacos de plástico.
Para el control de las poblaciones de trips, lo fundamental es respetar los
auxiliares autóctonos que suelen introducirse desde otros cultivos y de zonas de
vegetación natural, para lo que deben evitarse los tratamientos incompatibles con
los mismos.
La liberación de auxiliares criados en insectarios, puede ser una herramienta
importante para acelerar y garantizar su instalación en las plantaciones, aunque no
siempre imprescindible.
Dentro de los auxiliares que pueden introducirse, destacan Amblyseius swirskii, para
su liberación en los planteles tradicionales, unos 7-10 días antes de realizar el trasplante.
Utilizar formulaciones en bote (no en sobres), aplicando una dosis de unos 1.000-1.500
individuos por m2 de plantel.
Sin duda, Orius constituye el principal auxiliar para este cultivo. Este insecto
beneficioso llega a introducirse de forma natural en las plantaciones. La liberación de
individuos multiplicados en insectarios, puede acelerar y mejorar su instalación sobre
las plantaciones y un control más precoz de los trips, reduciendo los riesgos de virosis.
Esto es especialmente importante para las plantaciones más tempranas o para aquellas
zonas o años en las que las poblaciones de Orius autóctonos son más bajas.
5
6. En el caso de realizar liberaciones de Orius laevigatus, se harán en cuanto se
detecten las primeras flores del cultivo, con una dosis próxima a un individuo por cada
metro cuadrado de plantación y localizando las sueltas, especialmente, sobre aquellas
plantas que ya tuvieran flores, donde pueden alimentarse de su polen mientras no
dispongan de presa. Manejar adecuadamente los botes de insectos para evitarles daños
y, sobre todo, no dejarlos nunca al sol ni en el interior de un coche, donde puedan
calentarse.
Otros auxiliares generalistas, como las Chrysopas, míridos y diversas arañas
depredadoras, son también capaces de alimentarse de trips.
Si bien, el control biológico de trips en pimiento se ha mostrado mucho más eficaz y
perdurable que el químico, la clave del éxito de este control está precisamente en
respetar a los insectos beneficiosos, absteniéndose de utilizar plaguicidas que puedan
afectarles.
· Los pulgones y el virus del mosaico del pepino “CMV”
Los áfidos o pulgones, para una misma especie, los podemos encontrar bajo dos
formas biológicas: los alados (como mosquitillos capaces de volar de unas plantas a
otras o desplazarse con el viento a diferentes zonas) y los ápteros (sin alas), que son los
que habitualmente vemos atacando las plantas.
Existen diferentes especies de pulgones, de los que solo algunos son capaces de
colonizar las plantas de pimiento, produciendo en muy poco tiempo un gran número de
individuos y melaza sobre las mismas, entre los que destacan el pulgón verde “Myzus
persicae”, el pulgón negro “Aphis gosipii” y Macrosyphum euphorbiae (las
coloraciones que adquieren sobre las plantas no siempre coinciden con el color por el
que se le conoce).
Para el control de estos pulgones colonizantes, los que vemos atacando el cultivo, es
importante limitar los excesos de vigor del cultivo, para no favorecer su multiplicación,
así como facilitar la instalación de insectos beneficiosos naturales de la zona, no siendo
habitualmente necesarias las liberaciones de auxiliares multiplicados en insectarios. Son
numerosos los insectos beneficiosos que se alimentan o parasitan los pulgones, entre los
que destacan las mariquitas o Coccinelidos, las Chrysopas, Aphidius, Aphelinus,
Aphidoletes, Scymnus o los Sirfidos.
En ocasiones, la proliferación de pulgones llega a ser tan rápida que es conveniente
realizar alguna aplicación específica dirigida a los primeros focos o bien general, según
los casos. Para ello se utilizará alguno de los aficidas autorizados en el cultivo, que sea
compatible con los auxiliares, entre los que destacan los siguientes:
- La pimetrozina (Plenum), a la dosis mínima autorizada, ejerce un buen
control de pulgones, sin excesivos problemas para los auxiliares.
- El pirimicarb (Aphox, Kilsec), puede ser utilizado sobre pulgón verde, con
un efecto moderado sobre auxiliares.
- En el caso de plantaciones con riego localizado, las aplicaciones a través del
propio sistema de riego de imidacloprid (más de 20 formulaciones
6
7. comerciales) o de tiametoxam (Actara), en plantaciones muy jóvenes, llegan
a controlar satisfactoriamente los pulgones, sin afectar a la mayoría de
auxiliares. La aplicación foliar de estos productos debe evitarse, ya que
tienen un efecto muy nocivo sobre algunos de los más importantes insectos
beneficiosos.
Cuando la presencia de hormigas sea importante en las plantaciones, deben
realizarse aplicaciones con cebos insecticidas localizados sobre los hormigueros, para
que las hormigas no dificulten la acción de los auxiliares.
Además de estos pulgones plaga o colonizantes, puede haber otras muchas especies
que no se establecen sobre el pimiento y pasan desapercibidas, pero que están
implicadas en la transmisión de virus, como el CMV, cuya incidencia llegó a ser
importante para algunas plantaciones, de la zona de Totana, durante 2010.
Para entender como se producen estas infecciones de CMV, transmitidas por
pulgones, sin que detectemos su presencia en la plantación, hay que conocer algunos
aspectos sobre el comportamiento de estos insectos.
Para que un pulgón reconozca a sus plantas huéspedes, sobre las que pueden
alimentarse y reproducirse, tiene que ir probándolas a través de numerosas “picaduras
de prueba”, en las que van inyectándoles un poco de saliva para después absorberles los
jugos celulares. Si pican sobre una planta enferma, con CMV, el pulgón se cargará con
el virus, al absorberle también partículas virales. Posteriormente, lo irán transmitiendo a
otras plantas, en las nuevas picaduras de prueba que realicen, mientras le queden
partículas virales.
Estos pulgones pasarán desapercibidos para el agricultor, al desplazarse con las
corrientes de aire o volando, como poblaciones de “mosquitillos” que realizan paradas
sobre la plantación, para después proseguir su camino en busca de su verdadero
huésped, pero pudiendo dejar las contaminaciones de este virus.
Puesto que nunca sabemos cuando ni cuantas veces van a pasar por nuestra
plantación, ni que nivel de infectividad van a tener, es muy difícil prevenir o luchar
contra las infecciones de CMV. Por otro lado, decir que este es un problema recurrente,
con campañas especialmente problemáticas, que a veces se prolongan dos o tres
seguidas, mientras pasa desapercibido durante otros periodos de varios años.
No solo es inútil gastarse dinero con tratamientos contra este virus o su vector, sino
que llega a ser contraproducente, en el caso de utilizar productos que pudieran afectar a
la fauna auxiliar.
· La mosca blanca
La mosca blanca que ataca a las plantas de pimiento es, habitualmente, Bemisia
tabaci, cuyo control biológico por medio de Eretmocerus mundus y otros parasitoides
llega a ser muy eficaz. Otros insectos beneficiosos como los míridos o Chrysopas,
ejercen también una gran presión sobre la plaga, de forma que, cuando se respetan los
auxiliares, apenas llegan a provocar problemas estas moscas, como suele ser normal en
el Valle del Guadalentín. Por ello, lo mejor sería no tratar contra esta plaga.
7
8. · La araña
La araña roja y, de forma muy esporádica, el ácaro blanco, tienen también
numerosos enemigos naturales, entre los que destacan los Phytoseidos, Feltiella,
Stetorus y los generalistas, como los Orius o los míridos, que se encuentran de manera
natural en las zonas de producción de pimiento del Valle del Guadalentín.
Junto al respeto de los auxiliares, son necesarias algunas medidas de profilaxis
para reducir la posibilidad de daños, entre las que se encuentran la eliminación de las
malas hierbas de los márgenes de las parcelas.
La realización de tratamientos preventivos con azufre, especialmente en
espolvoreos a motor, van a dificultar la instalación de arañas, en las parcelas en las que
todavía no se hayan extendido los ataques.
Vigilar la aparición de primeros focos, especialmente en las bandas de máximo
riesgo, por la presencia de hierbas o de otros cultivos sensibles (como alcachofa), es
fundamental para actuar rápidamente sobre los mismos.
En casos puntuales, puede ser conveniente la realización de alguna aplicación
específica de acaricidas, para lo cual podría utilizarse un formulado a base de
fenbutaestan (más de 20 formulaciones comerciales), spiromesifen (Oberón) o de un
aceite parafínico. En tratamientos muy localizados a bandas o focos con fuertes ataques
de araña, podría utilizarse una abamectina (no realizar tratamientos con este producto
que cubra más de un 5-10% de la plantación, dada su agresividad sobre auxiliares).
· Ostrinia y otros lepidópteros o gusanos.
Varias son las especies de lepidópteros cuyas larvas u orugas pueden atacar a las
plantaciones de pimiento, destacando la gardama verde “Spodoptera exigua”, rosquilla
negra “Spodoptera littoralis”, camelleros “Autographa gamma y Plusia chalcites” o
gusanos grises “Agrotis spp”.
El control de orugas de la mayoría de estas especies puede realizarse mediante la
aplicación de Bacillus thuringiensis, realizando los tratamientos preferentemente al
atardecer y corrigiendo el pH del caldo, en el caso de utilizar aguas alcalinas.
Tratamientos en cebo contra gusanos grises y rosquillas, especialmente durante
las primeras fases de desarrollo del cultivo, pueden ser también interesantes.
Igualmente, la aplicación de tebufenocida (Mimic) o metoxifenocida (Runner) contra
ataques especialmente intensos de gardama verde, serían recomendables.
Algunos insectos generalistas, como las Chrysopas, son capaces de depredar
huevos y larvas de lepidópteros, siendo frecuentes también la presencia de parasitoides
específicos, que contribuyen a reducir la presión de gusanos sobre las plantaciones.
A lo largo de los últimos años han ido proliferando las poblaciones de una oruga
típicamente penetradora “Ostrinia nubilalis o taladro del maíz”, que ha llegado a
constituir el principal problema fitopatológico en numerosas parcelas de pimiento para
8
9. pimentón del Valle del Guadalentín. El seguimiento de sus poblaciones es fundamental
para realizar las aplicaciones en los momentos oportunos, ya que, una vez introducidas
las orugas en el interior de los frutos o tallos, no pueden controlarse.
Algunas experiencias indican que tratamientos puntuales con clorantroniliprol
(Altacor), spinosad (Spintor) o indoxacarb (Steward), pueden ofrecer resultados
interesantes contra Ostrinia, sin efectos excesivamente negativos sobre la mayoría de
auxiliares.
Otros productos con acción contra esta plaga (piretrinas, fosforados,
emamectina) eliminan numerosos auxiliares, desequilibrando los sistemas y generando,
a largo plazo, problemas patológicos de mayor importancia.
Un seguimiento de la actividad de la plaga y de las puestas, así como de los
posibles cultivos y plantas hospedantes en la zona, es fundamental para prever los daños
y actuaciones más adecuadas en cada momento. Igualmente, es fundamental seguir
buscando nuevas alternativas de control, como las basadas en confusión sexual y
captura masiva de adultos, para lo que se precisarían grandes áreas de actuación y
materiales lo suficientemente eficaces y económicamente viables, para este cultivo.
El control de las diversas especies de orugas de lepidópteros, se basará en la
estrategia de control de Ostrinia, incluyendo alguna intervención adicional con un
Bacillus, si fuera necesario.
Aunque las fechas exactas y número de aplicaciones recomendadas podría
variar, en función de la evolución de la plaga, en principio, una buena estrategia para el
control de Ostrinia (y de otros lepidópteros) podría implicar la realización de dos
aplicaciones específicas, utilizando productos con una buena eficacia y persistencia
activa, y compatibles con la fauna auxiliar.
Aunque los daños importantes sobre el cultivo no suelen verse hasta el mes de
agosto o septiembre, es muy importante actuar mucho antes, realizando la primera
aplicación hacia la 3ª o 4ª semana de julio y la segunda unos días más tarde. Los
productos y secuencias a utilizar, podrían incluirse en alguna de las siguientes
estrategias:
a.- Una primera aplicación con Altacor, repitiendo a los 14 días con este mismo
producto
b.- Primera aplicación de Spintor, seguido de una de Bacillus a los 10-12 días.
c.- Primera aplicación de Altacor, seguido de una de Bacillus a los 12-14 días.
Como Bacillus, utilizar formulaciones con especial eficacia sobre orugas
penetradoras. Dependiendo de la evolución de cada campaña, en algunas parcelas
podría ser conveniente la realización de un tercer tratamiento, en cuyo caso, a
cualquiera de las tres secuencias descritas, le seguiría una nueva aplicación de Bacillus,
unos 8-10 días después de la segunda.
Para el control de cualquier plaga, y muy especialmente de Ostrinia, además de
elegir los productos, secuencias y momentos de aplicación más apropiados, es
fundamental realizar las aplicaciones correctamente. Para ello, se revisarán y limpiarán
los equipos de tratamiento, calibrándolos para utilizar volúmenes de caldo entre 600 y 800
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10. L/ha, utilizando las boquillas adecuadas y en perfectas condiciones, sustituyéndolas cuando
fuera necesario.
Añadir al caldo de aplicación un mojante habitual o un surfactante específico para este tipo
de aplicaciones y, en el caso de los Bacillus, un corrector del pH. Las aplicaciones se realizarán
a primeras horas de la mañana o últimas horas de la tarde, especialmente cuando se trate con
Bacillus, cuidando al máximo la calidad con la que se realizan las aplicaciones.
Utilizar siempre aguas limpias y no mezclar con ningún otro producto, ni siquiera
biológicos o ecológicos, sin haberlo consultado con un técnico responsable.
· El mosquito verde
El mosquito verde “Empoasca” y el chinche verde “Nezara”, son problemas que
puntualmente pueden llegar a ser importantes. Habitualmente hay que convivir con
ellos, interviniendo solo en aquellas plantaciones que se comprometa su rentabilidad, ya
que la mayoría de tratamientos eficaces contra estas plagas son muy agresivos sobre los
insectos beneficiosos.
· El oidio
El oidio, polvillo o cenicilla, es la principal enfermedad de origen fúngico que
infesta las plantaciones de pimiento del Valle del Guadalentín. Los tratamientos
preventivos con azufre suelen ser suficientes para retrasar su aparición a fechas en las
que apenas van a tener repercusión sobre el cultivo.
En años muy favorables para la enfermedad o parcelas puntuales, puede ser
recomendable utilizar algún antioidio específico autorizado en el cultivo, que apenas
tendría repercusión sobre auxiliares. Este antioidio podría incluirse aprovechando uno
de los tratamientos programados contra Ostrinia.
RECOMENDACIONES PARA REALIZAR LOS TRATAMIENTOS FITOSANITARIOS
Cuando sea necesaria la realización de un tratamiento para controlar la
evolución de una plaga o enfermedad, se seguirán las siguientes pautas:
- Confirmar la necesidad real de la intervención. La simple presencia de
una patología no siempre requiere un tratamiento. Además, para que se instalen
los auxiliares es imprescindible la presencia de unas poblaciones mínimas de
plaga.
- Limpiar rigurosamente la maquinaria de tratamientos, si ha sido
utilizada con algún producto agresivo para los insectos beneficiosos (la
presencia de restos de productos anteriores en la cuba puede dificultar la
instalación de los auxiliares en la plantación).
- Utilizar productos que sean poco tóxicos para los insectos beneficiosos y
no realizar mezclas innecesarias, ya que pueden potenciar su agresividad sobre
los mismos.
- Cuidado con los productos catalogados como “biológicos o ecológicos”,
ya que no siempre son inocuos para la fauna auxiliar ni tienen los efectos
deseados sobre el cultivo.
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11. - No utilizar de manera reiterada un mismo producto ni productos con el
mismo modo de acción, ya que favorecen los problemas de resistencias.
- Optimizar la maquinaria y condiciones de aplicación para conseguir las
mejores eficacias (maquinaria equilibrada y en perfecto estado de
funcionamiento; corrección del pH del caldo, en los casos que sea necesario;
hora de aplicación adecuada, en función de las temperaturas y patología a
combatir; ..... ).
La conveniencia o no de realizar una intervención, y en qué condiciones, debe
ser valorada por un profesional junto al agricultor, que es el que mejor conoce la
dinámica del cultivo y de plagas en su parcela.
Murcia, 14 de abril de 2011
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12. RESUMEN PRINCIPALES ACTUACIONES
RECOMENDACIONES GENERALES - No realizar más de una plantación cada
3 años en el mismo terreno.
- Utilizar una buena semilla.
- Mantener las parcelas limpias, mínimo 6
semanas antes de plantar.
- Regar y abonar de forma equilibrada.
TRIPS y VIRUS DEL BRONCEADO - No realizar ni una sola aplicación con
productos incompatibles con auxiliares.
- Eliminar “adecuadamente” las plantas
enfermas, al menos, durante el primer
mes desde el trasplante.
- Recomendable realizar una
introducción de Orius, de 1 ind/m2, al
detectarse las primeras flores en el
cultivo.
PULGONES y VIRUS CMV - No realizar ni una sola aplicación con
productos incompatibles con auxiliares.
- En caso de necesidad, realizar un
tratamiento foliar de pimetrozina o
pirimicarb. Como alternativa, en
plantaciones jóvenes con riego
localizado, hasta las 4-6 semanas, puede
aplicarse un imidacloprid o tiametoxam,
vía gotero.
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13. OSTRINIA - No realizar ni una sola aplicación con
productos incompatibles con auxiliares.
- Hacia la 3ª-4ª semana de julio, realizar
un tratamiento de Altacor y repetirlo unos
14 días más después.
- Como alternativa, meter el primer
tratamiento de Spintor y a los 10-14 días
de un Bacillus adecuado para esta plaga.
- En casos puntuales, con ataques
especialmente intensos, realizar una 3ª
aplicación, que será de Bacillus.-
OTROS LEPIDÓPTEROS - No realizar ni una sola aplicación con
productos incompatibles con auxiliares.
- Las estrategia de tratamientos contra
Ostrinia debe ser suficiente. En caso de
necesidad, porque no coincidan las
fechas, trabajar exclusivamente con
Bacillus.
OIDIO - Realizar de uno a tres espolvoreos de
azufre, antes de mediados de julio.
- Como alternativa o complemento,
incluir un azufre mojable en los
tratamientos programados contra
Ostrinia.
- En caso de necesidad, incluir un
antioidio específico.
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14. ARAÑA ROJA - No realizar ni una sola aplicación con
productos incompatibles con auxiliares.
- En caso de necesidad, realizar un
tratamiento con fenbutaestan o
spiromesifen.
- La abamectina solo se utilizará en
tratamientos muy localizados, sobre
bandas especialmente problemáticas,
nunca en tratamientos generales.
MOSCA BLANCA - No realizar ni una sola aplicación con
productos incompatibles con auxiliares.
- No realizar ninguna aplicación contra
esta plaga, salvo situaciones muy
excepcionales, que se consultará con un
técnico responsable.
MOSQUITO VERDE - No realizar ni una sola aplicación con
productos incompatibles con auxiliares.
- No realizar ninguna aplicación contra
esta plaga, salvo situaciones muy
excepcionales, que se consultará con un
técnico responsable.
MAQUINARIA y TRATAMIENTOS - Tratamientos: ni uno más de los que
realmente se confirme su necesidad, ni
siquiera con productos “naturales”.
Nunca con productos incompatibles con
los auxiliares de interés en el cultivo.
- Maquinaria: siempre limpia,
equilibrada y en perfecto funcionamiento.
- Caldo: emplear agua limpia y los
mojantes, surfactantes o correctores del
pH recomendados en cada momento.
- Aplicación: por buenos aplicadores, a
primeras horas de la mañana o últimas de
la tarde.
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