Esta parábola enseña el escepticismo acerca de que el Señor vendrá otra vez, lo cual produce:
(1) Abusos en el ejercicio de la autoridad y
(2) Pereza en la conducta.
1. Parábola del Siervo Fiel
y del Siervo Malo
Entonces Pedro dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? El Señor respondió:
¿Quién pues es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su casa para que dé ración a
tiempo? Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor venga, lo halle haciendo así. En verdad os
digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. Pero si aquel siervo dijera en su corazón: Mi señor tarda en
venir, y comenzara a golpear a los criados y a las criadas, y no sólo a comer y a beber, sino también a
embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en un día que no espera y a una hora que no sabe, y lo
castigará severamente, y pondrá su parte con los infieles. Aquel siervo pues, que conoció la voluntad de
su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho. Pero el que no la conoció, e
hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco, porque a todo aquel a quien fue dado mucho, mucho le
será demandado, y al que encomendaron mucho, más le pedirán. (Luc 12:41-48 Biblia Textual)
En Luc. 12:41, encontramos que Pedro le hace una pregunta a nuestro Señor « ¿diriges esta parábola a
nosotros, o también a todos?», el apóstol se refería a la parábola del siervo vigilante:
Estén ceñidos vuestros lomos y encendidas vuestras lámparas, y sed semejantes a hombres que aguardan
a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran al instante. Bienaventurados
aquellos siervos a quienes, cuando venga su señor, los halle velando. De cierto os digo que se ceñirá y los
reclinará a la mesa, y pasando, les servirá. Y aunque venga en la segunda, y aunque venga en la tercera
vigilia, y los halle así, bienaventurados son aquéllos. Pero sabed esto: que si el amo de la casa supiera a
Parábola del Siervo Fiel y Siervo Malo Por: página # 1
2. qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría forzar su casa. También vosotros estad preparados, porque el
Hijo del Hombre viene a una hora que no pensáis. (Luc 12:35-40 Biblia Textual 3)
El siervo vigilante se aplica principalmente a Israel y a la segunda venida de Cristo para establecer Su
reino milenial sobre la tierra, en dicha parábola se alude a la costumbre en el Medio Oriente, en la cual
cuando un novio asistía a una cena de bodas con sus amigos, y luego salía para buscar a la novia en su
hogar. Se esperaba que los siervos del novio fueran vestidos como para ir a su trabajo, y que tuvieran
encendidas sus lámparas para la procesión de regreso. Toda la organización para las bodas era un símbolo
de la preparación para el regreso del novio. Ahora, el novio en esta parábola es Cristo y la novia es la
iglesia. Y en el versículo 40 la figura cambia del novio al ladrón, ello es para dar mayor énfasis sobre el
elemento de una aparición inesperada.
Después de esta brevísima consideración del contexto precedente, creo que ya estamos listos para iniciar
con la parábola del siervo infiel, cuyo tema es la comprobación de los siervos a la luz de la segunda
venida de Cristo.
Esta es una de las parábolas destacadas por su enseñanza sobre nuestra responsabilidad a la luz de la
venida del Señor. Nuevamente, la parábola está dirigida principalmente a Israel. Pero el principio se
aplica igualmente a nosotros como creyentes, que esperamos Su venida para irnos con Él. Muchas
personas creen que el Señor vendrá pronto, así que se encuentran en contemplación permanente de las
nubes del cielo, esperando, en lugar de estar trabajando. Deberíamos estar ocupados en su obra como si el
Señor no fuese a regresar a la tierra hasta dentro de mil años. No prestemos oído a las tantas teorías que
tratan de fijar una fecha para Su venida, y dediquémonos, más bien, a trabajar en la obra de nuestro Señor,
para que el día que venga por su iglesia, pongamos buenas obras a Sus pies.
Esta parábola enseña el escepticismo acerca de que el Señor vendrá otra vez, lo cual produce:
(1) Abusos en el ejercicio de la autoridad y
(2) Pereza en la conducta.
Debiéramos vivir como si el Señor fuese a aparecer dentro de unos minutos, y tuviéramos que dar cuenta
de nuestra vida. La verdad es que tendremos que rendirle cuentas en aquel día futuro, cuando Él venga.
Puede que el Señor no venga hoy, ni mañana, pero vendrá. Nuestra tendencia natural es dejar correr las
cosas, porque Él aún no ha aparecido. Nos parece que podemos evadir ciertas responsabilidades, pero en
realidad no es así. En aquel día, cuando Jesús venga, «todos nosotros debemos comparecer ante el
tribunal (Gr. Bíma G939
) de Cristo, para que cada uno recoja según lo que haya hecho mientras estaba en el
cuerpo, sea bueno o sea malo.» (2 Cor. 5:10), los cristianos, estaremos ante el tribunal de Cristo. Nuestro
juicio no determinará si seremos salvos o no. Él nos juzgará para determinar si seremos dignos de recibir
premios o no, de los cuales habrá diversos grados de recompensa para el creyente: oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca. La obra de cada uno se hará manifiesta, pues con fuego
probará la clase de obra de cada uno. (1 Cor. 3:11-15)
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