TEJIDOS: hematopoyetico, mieloide, linfoide y sanguineo
1. UNIVERSIDAD LIBRE BARRANQUILLA
Facultad Ciencias de la Salud
Programa: Medicina 2016-1
TEJIDO HEMATOPOYETICO
TEJIDO MIELOIDE
TEJIDO LINFOIDE
TEJIDO SANGUINEO
Presentado a:
Dr. Andrés Bermúdez
Presentado por:
JUAN JOSE NEGRETE MORENO
Código:
102152045
Semestre:
II B
Atlántico, Barranquilla/ 2016
2. INDICE:
INTRODUCCION
1. Tejido hematopoyético
1.1 La Diferenciación
1.2 La Proliferación o Reproducción
1.3 La Maduración
2. Tejido mieloide
3. Origen de la medula ósea
4. Anatomía celular de la hematopoyesis
4.1. Células hematopoyéticas
4.2. Fisiología de la hematopoyesis
4.3. Factores de crecimiento de hematopoyesis
5. Tejido linfoide
6. Tejido sanguíneo
6.1. Función de la sangre
6.2. Grupos sanguíneos
6.3. Características y composición de la sangre
7. Enfermedades mas importantes relacionadas con el tejido hematopoyético y el
tejido linfoide.
7.1 Anemia
7.2 Leucemia
7.3 Hemofilia
7.4 coagulación intravascular diseminada (cid)
CONCLUSION
3. INTRODUCCIÓN:
La sangre, llamada también tejido sanguíneo, es un tejido conjuntivo
especializado. Aunque en sentido estricto no contribuye a unir físicamente un
tejido con otro, si los relaciona a plenitud pues transporta una serie de sustancias
de un conjunto de células a otro. Utilizando para tal fin una extensa e intrincada
red de vasos que constituyen parte del aparato circulatorio sanguíneo.
A la sangre se le considera integrante del tejido conjuntivo porque tiene origen
embriológico proveniente del mesénquima, tejido primitivo formado por células
indiferenciadas y pluripotentes (células que dependiendo de su código genético
específico y del microambiente que las rodea pueden originar células de
morfología y funcionalidad distintas).
En el presente trabajo se presentará la composición, características y funciones
del tejido hematopoyético y su importancia en el cuerpo humano y de igual manera
se presentara el tejido linfoide que tiene relación enorme con la sangre y sus
componentes, por lo cual la información se brindara relacionando el tejido
hematopoyético, el tejido mieloide, el tejido linfoide y el tejido sanguíneo como una
unidad funcional, y esto con el objetivo de asociar las características principales de
cada uno de los tejidos y envolverlos haciendo ver que todo es con un fin:
LA VIDA.
4. 1. TEJIDO HEMATOPOYETICO
El tejido hematopoyético es el responsable de la producción de células
sanguíneas. Existe tejido hematopoyético en el bazo, en los ganglios linfáticos, en
el timo y, fundamentalmente, en la médula ósea roja, el centro hematopoyético
más importante del organismo. En el momento de nacer, toda la médula ósea es
roja. En los individuos adultos, la médula roja persiste en los intersticios de
los huesos esponjosos. Se trata de un tejido blando, formado por fibras
reticulares y una gran cantidad de células: adiposas, macrófagos, reticulares y
precursoras de las células sanguíneas.
Las células madre hematopoyéticas tienen capacidad de división y de
diferenciación. Algunas de las células procedentes de su división se diferencian en
células que intervienen en la formación de los eritrocitos, granulocitos y monocitos.
En la médula ósea se genera también la estirpe celular de los linfocitos, aunque
estas células completan su desarrollo en los órganos linfoides, de ahí que también
se denominen células linfoides.
Las plaquetas se originan por fragmentación de los megacariocitos, unas células
gigantes y polimorfonucleadas que también se encuentran entre los elementos
hematopoyéticos de la médula ósea.
El tejido hematopoyético puede ser de dos tipos:
-MIELOIDE: es el que forma la médula ósea roja, que se encuentra entre las
trabéculas del tejido óseo esponjoso. Formado por fibras reticulares y una gran
cantidad de células madre precursoras de glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas.
-LINFOIDE: en él se hace la diferenciación de los linfocitos. Lo encontramos en
los ganglios, el timo, el bazo y las amígdalas.
Los tejidos del organismo están sujetos a un crecimiento, fenómeno que se
produce a través del aumento numérico, por la reproducción, de las células
constituyentes de los mismos y que concluye cuando el organismo ha alcanzado
su completo y total desarrollo: de esta manera, por ejemplo, se comportan los
tejidos de elementos perennes (tejido nervioso, musculatura estriada, etc.) y
aquellos de elementos estables (tejido cartilaginoso, riñones, musculatura lisa,
etc.), siendo ambos altamente diferenciados. No ocurre lo mismo para los tejidos y
5. elementos lábiles, prototipo de los cuáles es el tejido hemopoyético, en el cual no
agotándose la reserva de células embrionarias al final del crecimiento somático,
los componentes celulares van, con el fin de compensar las pérdidas que de
continuo se producen, hacia una perenne renovación a través de multiplicación
ininterrumpida de sus elementos. En esta última categoría de tejidos el proceso
productor de células consta de diversos procesos elementales (fases evolutivas),
que son:
1.1 LA DIFERENCIACIÓN, proceso irreversible por el cual una célula,
provista de estructura específica y de función esencial, da origen a un
elemento especializado tanto en el plano estructural como en el funcional
(por ejemplo, una célula histiocitaria o hemohistioblástica, pluripotente,
capaz de desarrollarse en sentido hemopoyético, o bien una célula
hemocitoblástica elemento típicamente parenquimatoso de los tejidos
hematopoyéticos, y capaz de diferenciarse en elementos con atributos
estructurales propios de una determinada línea citológica como la
eritrocitaria, o granulocitaria o linfocítica).
1.2 LA PROLIFERACIÓN O REPRODUCCIÓN, proceso por el cual una
célula se autorreproduce por carioquinesis o división indirecta o mitosis,
dando lugar a dos nuevas células, por lo general morfológicamente iguales
a la célula madre (mitosis homoplástica). La velocidad de crecimiento
depende del número de los actos cariocinéticos de una única célula y es
por tanto más grande cuanto más marcado es el sentido proliferativo, que
está en función de la cantidad de elementos que entran en la mitosis en una
unidad de tiempo y depende de la duración de la mitosis y de la duración de
la intercinésis o período intermitótico. Generalmente en el tejido medular las
mitosis son más frecuentes en las células de la serie eritrocitaria que en las
de la serie granulocítica, no obstante, la prevalencia numérica de estas
últimas; en el ámbito de la serie roja son más frecuentes en el
estado basófilo, en la serie blanca en el estadio de mielocito; las figuras de
división de las células y de los megacariocitos son raras.
6. 1.3 LA MADURACIÓN, proceso también irreversible, mediante el cual una
célula ya diferenciada perfecciona de manera definitiva, a través de una
secuencia de distintos estudios, los caracteres morfológicos y funcionales
de la serie citológica a la cual pertenecen. Los procesos regenerativos y
madurativos del tejido hemopoyético están subordinados a las propiedades
funcionales y a la distribución de los elementos celulares en la sangre. Así
el número de los glóbulos rojos, que tienen una larga supervivencia (unos
120 días) y una eliminación lenta y constante, está regulado en la sangre,
además de por la actividad reproductiva, de la médula ósea por algunos
dispositivos biológicos extramedulares que van en contra de una variación
demasiado rápida, de los cuales resulta que la actividad eritropoyética en la
médula no sufre notables variaciones de intensidad. Los leucocitos
polimorfonucleares granulosos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos), por el
contrario, tienen una vida breve (de unas pocas horas a dos o tres días), y
son requeridos por el organismo en una cantidad notablemente más alta
que la de los eritrocitos, ya que se destruyen en un número más importante:
su cantidad en la sangre es por eso bastante variable, ya que la actividad
leucopoyética en la médula está sujeta a variaciones de intensidad bastante
amplias en el marco de un día de duración. Una vez maduras, las células
del tejido hemopoyético dejan la matriz y se introducen en la circulación
(migración); dado que los vasos de la médula forman un sistema cerrado
sin comunicaciones, la entrada en la circulación tendrá que ser,
hipotéticamente, a través de un paso de las células por la pared basal, ya
que están dotadas de una motilidad propia (granulocitos) o porque son tan
numerosas en los espacios extrabasales que determinan una
gran presión de la pared y la sucesiva rotura de la misma con la
consiguiente salida (eritrocitos). Los mecanismos íntimos que regulan este
paso todavía son ignorados.
7. 2. TEJIDO MIELOIDE
Tejido mieloide es el que se encuentra en la médula ósea, se haya dentro de
los huesos, tanto en la cavidad medular de los huesos largos como en los
espacios que hay en las trabéculas del hueso esponjoso. Constituye el tejido
hematopoyético en la vida extrauterina. Viene de la mesénquima y su función
principal es la hematopoyesis. Histológicamente podemos hablar de:
Un estroma vascular formado por estructuras vasculares especializadas que
reciben el nombre de sinusoides, uno fibrilar compuesto por fibras reticulares y
una celular formada por las células adventicias quienes además tienen
importancia hematopoyética ya que segregan citosinas que ayudan a la
diferenciación celular.
Este se desarrolla a partir del mesénquimatica indiferenciada.
Por lo tanto tiene 2 líneas de diferenciación celular:
De la primera línea de diferenciación celular se originan las células retículo
endoteliales las mismas que por tener capacidad fagocitaria pueden retirar de
la circulación cuerpos extraños y ciertas partículas traídas por dicha
circulación.
De la segunda línea de diferenciación celular se originan primeramente los
mieloblastos los cuales se presentan 3 sub líneas de diferenciación celular, de
la primera sub línea de diferenciación celular se originan los pro mielocitos los
cuales darán origen a las 3 variedades de leucocitos granulares y de la tercera
sub línea de diferenciación celular se originan los megacariocitos los cuales
darán origen a las plaquetas.
Los sinusoides son capilares ramificados de la arteria nutricia, sus paredes
están formadas por un endotelio (epitelio simple plano), una lámina basal y por
una capa externa de células adventiciales.
Poseen una circulación cerrada, las células nuevas entran por una abertura
transitoria que se forma cuando una célula madura (megacariocito o su
prolongación) comprime la membrana plasmática albuminar que a su vez es
comprimida contra su membrana luminal y se fusionan. Las membranas
plasmáticas fusionadas de la célula endotelial permite el paso de los elementos
8. maduros a la luz sinusoidal, un parénquima formado por las células funcionales
de la medula ósea que son las que conforman las series hematopoyéticas:
Eritroide
Glóbulos Rojos
Granulocítica
Glóbulos Blancos Granulares
Monocítica
Monocitos
Linfocítica
Linfocitos
Megacariocítica
Plaquetas
FIGURA#1
LADO IZQUIERDO:
Encontramosenun extremo
inferiorunlinfocito
LADO DERECHO:
Encontramosenun extremo
superiorun monocitoyen un
extremoinferiorencontramosun
eosinofilo.
9. FIGURA#2 FIGURA#3
LINEA IZQUIERDA:
Encontramosun eosinofilo
LINEA MEDIA:
Encontramosun grupode
plaquetas
LINEA DERECHA:
Encontramosun neutrófilo
LINEA SUPERIOR:
Encontramosun linfocito
LINEA INFERIOR:
Encontramosun neutrófilo
10. Función fabricar glóbulos rojos, plaquetas y unos glóbulos blancos llamados
granulocitos (neutrófilos, eosinofilos, basófilos).
En ellos se distinguen la médula ósea roja, hematógena, que debe su color a la
presencia de numerosos eritrocitos en diversos estadios de maduración y la
médula ósea amarilla rica en células adiposas y que no produce células
sanguíneas.
En el recién nacido, toda la médula ósea se transforma en la variedad amarilla, y
en el adulto sólo queda médula roja en el esternón, vértebras, costillas, diploe de
los huesos del cráneo.
En ciertos casos la médula amarilla puede volver a producir células de la sangre,
transformándose en médula roja.
11. 3. ORIGEN DE LA MÉDULA ÓSEA
Las células sanguíneas del adulto se forman, con la excepción de los
linfocitos, exclusivamente en la médula ósea.
La localización anatómica del sistema hematopoyético cambia a lo largo del
desarrollo embrionario y postnatal. Hoy día se piensa que este proceso se
inicia durante la embriogénesis, a partir de células mesodérmicas. Durante la
vida fetal la producción celular se inicia en el saco vitelino y después en hígado
y bazo. A partir del quinto mes de gestación aparece la hematopoyesis en la
médula ósea, reemplazando a las células anteriores. Al momento de nacer, la
hematopoyesis esplénica y hepática han desaparecido, aunque durante los
primeros años de vida pueden reaparecer frente a condiciones de demanda
aumentada de células sanguíneas. El tejido hematopoyético, que al nacer
ocupa prácticamente todo el tejido óseo, disminuye gradualmente con el
desarrollo hasta que en el adulto normal se localiza solamente en los huesos
planos, como vértebras, esternón, costillas y pelvis.
Se conoce como hematopoyesis al mecanismo responsable del crecimiento y
diferenciación de las células hematológicas. El sistema hematopoyético
12. permite la reposición continua de estas células, y la respuesta a situaciones de
stress o aumento de demanda. Como veremos a continuación este tejido está
formado por:
- Células precursoras multipotentes.
- Células precursoras comprometidas (en la producción de células de una línea
hematológica determinada)
- Células diferenciadas o maduras.
La función principal de la médula ósea es la producción de células sanguíneas
diferenciadas. Estas derivan de células troncales multipotenciales con
capacidad de renovación, capaces de diferenciarse. Esta última capacidad
lleva a la producción de células unipotenciales dan origen a las líneas
celulares eritropoyética, granulopoyética y trombopoyética. Las células
unipotenciales están en una etapa activa del ciclo celular, con capacidad de
autorrenovarse y proliferar por tiempo prolongado. Sin embargo, estas células
necesitan del estímulo humoral de ciertas sustancias con 2 capacidades
hematopoyética. La mejor conocida de estas es la eritropoyetina, que es
elaborada por el riñón en respuesta a la hipoxemia y que estimula la
producción de eritrocitos. También se conoce la existencia de leuco y
trombopoyetinas.
Las enfermedades que afectan a la médula ósea, resultando en una alteración
en la producción normal de células sanguíneas, pueden deberse a una falla
primaria de las células troncales, reemplazo del tejido medular por otro
anormal o insuficiencia de los factores estimuladores.
13. 4. ANATOMÍA CELULAR DE LA HEMATOPOYESIS
4.1 CÉLULAS HEMATOPOYÉTICAS
El sistema hematopoyético está compuesto por diferentes tipos celulares que
derivan de la diferenciación y expansión de progenitores inmaduros. Su
funcionamiento correcto asegura la producción de las células responsables del
transporte de oxígeno, la coagulación sanguínea y la inmunidad. Se organiza
como una jerarquía en la que las relaciones entre los diferentes tipos celulares
se basan en la capacidad de proliferación y de diferenciación celular. El
funcionamiento normal de la hematopoyesis resulta de la interacción entre
mecanismos intracelulares y la influencia del microambiente donde se
desarrollan las células hematopoyéticas.
14. Diariamente miles de millones de células hemáticas maduras, principalmente
eritrocitos y granulocitos, mueren y son eliminadas de la circulación. Un
número equivalente de 3 células jóvenes alcanza la sangre periférica (SP), de
manera que se compensa la pérdida ya señalada. La hematopoyesis hace
referencia a este proceso continuo de producción de células hemáticas.
El sistema hematopoyético está compuesto por diferentes tipos celulares
organizados jerárquicamente. Mientras su desarrollo y maduración sucede en
localizaciones anatómicas concretas, los elementos maduros y, en menor
medida, los inmaduros circulan juntos por la SP.
En el sistema hematopoyético se reconocen diversos tipos celulares, que
podemos agrupar en: Células madre, células, progenitoras y células maduras.
4.2 FISIOLOGÍA DE LA HEMATOPOYESIS
El sistema hematopoyético está compuesto por diferentes tipos celulares que
derivan de la diferenciación y expansión de progenitores inmaduros. Su
funcionamiento correcto asegura la producción de las células responsables del
transporte de oxígeno, la coagulación sanguínea y la inmunidad. Se organiza
como una jerarquía en la que las relaciones entre los diferentes tipos celulares
se basan en la capacidad de proliferación y de diferenciación celular.
El funcionamiento normal de la hematopoyesis resulta de la interacción entre
mecanismos intracelulares y la influencia del microambiente donde se
desarrollan las células hematopoyéticas.
Este grupo de células es el responsable de la generación continua y de por
vida de todas las demás células hemáticas. Son las células con la máxima
capacidad de autorrenovación y diferenciación, características que se van
perdiendo conforme las células hematopoyéticas se diferencian en elementos
más maduros.
Las células madre hematopoyéticas (stem cells) son las únicas capaces de
regenerar el sistema hematopoyético del receptor de un trasplante. Los
estadios intermedios de desarrollo celular entre las células madre y las células
hematopoyéticas maduras están constituidos por células que han sufrido
restricciones en la capacidad de diferenciación, pero todavía no han adquirido
15. los cambios morfológicos típicos de las células hemáticas maduras; son los
progenitores comprometidos (es decir, los progenitores comprometidos han
sufrido cierta diferenciación hacia un tipo celular concreto, pero todavía no son
células maduras).
Las células más maduras de los diferentes linajes mieloides eritrocitos,
polimorfo nucleares, monocitos y megacariocitos se reconocen fácilmente
gracias a sus características morfológicas. Suponen el estadio final en el
proceso de maduración hematopoyética y son las células cuya morfología y
marcadores específicos se analizan en los diferentes procesos fisiopatológicos
de la práctica médica.
Son, además, las células diana de los diferentes mecanismos de control que
afinan los cambios en su viabilidad, expansión y diferenciación, así como de la
liberación final de las células maduras a la circulación sanguínea.
CÉLULAS DE LA MÉDULA ÓSEA (MO)
Tanto las células madre como los
progenitores y las células maduras se
encuentran en la MO, en la SP y
también en la sangre del cordón
umbilical del recién nacido.
El proceso de diferenciación
hematopoyética se describe como una
jerarquía de células progenitoras, en la
que cada estadio sucesivo se distingue
del siguiente por un fenotipo
característico, así como por el número y tipo(s) de células hijas maduras que
son capaces de generar.
Esta organización no se puede visualizar in vivo directamente, en parte por la
movilidad de los progenitores dentro de la MO y en parte porque muchos
cambios tempranos e irreversibles en la expresión génica suceden antes de
que se expresen como cambios en la morfología celular.
Por este motivo, todas las células hematopoyéticas inmaduras se clasifican
morfológicamente de manera indiscriminada como células blásticas: células de
tamaño pequeño, redondas, con núcleo grande y citoplasma escaso.
16. SERIE PLAQUETARIA
El megacarioblasto es una célula de observación infrecuente en la médula
ósea. Es el elemento de menor tamaño de esta serie, de 6-24 µm. El núcleo es
único, grande, ovalado o bilobulado, con cromatina laxa y numerosos
nucléolos. El citoplasma es intensamente basófilo, agranular, sin vestigios de
granulogénesis y puede presentar algunas prolongaciones a modo de
pseudópodos muy característicos. Marcaje CD41.
SERIE ROJA: ERITROPOYESIS
El eritroblasto ortocromático tiene un tamaño pequeño (7-10 µm, con núcleo
intensamente picnótico y cromatina muy condensada de aspecto homogéneo.
El citoplasma muy acidófilo va aumentando su contenido hemoglobínico hasta
adquirir la tonalidad propia del hematíe maduro. Este eritroblasto no posee
capacidad mitótica, aunque puede sintetizar proteínas y hemoglobina. El
núcleo, una vez finalizada su maduración, es expulsado de la célula por un
mecanismo no del todo conocido, siendo éste posteriormente fagocitado por
las células del sistema mononuclear fagocítico de la médula ósea.
17. SERIE GRANULOCÍTICA: GRANULOPOYESIS
El mieloblasto es un elemento con ausencia de granulación al microscopio
óptico. Se trata de una célula de tamaño comprendido entre 15-20 µm, de
forma redondeada u oval y de contorno liso.
El núcleo, de gran tamaño en relación con el diámetro celular, es redondo y
está provisto de una cromatina finamente reticulada, con presencia de dos o
tres nucléolos bien visibles. El citoplasma, de color basófilo, aunque menos
intenso que el del proeritroblasto, es escaso y está desprovisto ópticamente de
granulación y vacuolas. A nivel ultraestructural puede detectarse
mieloperoxidasa en el retículo endoplásmico y aparato de Golgi.
18. CÉLULAS DE LA MÉDULA ÓSEA (SP)
GLÓBULOS ROJOS.
También llamados eritrocitos o hematíes. Son células anucleadas (sin núcleo),
en forma de disco bicóncavo y de aproximadamente 7 µm de diámetro. La
cantidad de glóbulos rojos es diferente en función de que se trate de un
hombre o de una mujer, de esta forma un hombre tendría del orden de los 5
millones de células por mm3 y una mujer la cifra oscila en los 4,5 millones. La
célula predecesora del eritrocito neutrófilos neutrófilos es como hemos visto
anteriormente, el reticulocito, esta célula si tiene a diferencia del eritrocito
material nuclear en concreto ARN (el cual se identifica por tinción).
El contenido de un hematíe es básicamente hemoglobina, proteína encargada
del transporte de oxígeno. El valor de hemoglobina es también otro factor a
tener en cuenta en el diagnóstico de la anemia. La hemoglobina se forma a
partir de hierro, vitamina B12 y ácido fólico. La hemoglobina está formada por
cuatro cadenas de polipéptidos denominados globina unidas a un grupo hemo.
El grupo hemo contiene hierro que será el que se una al oxígeno. Un grupo
hemo está formado por un grupo pirrólico que será el resultado de la unión de
succinil CoA y el aminoácido glicina. Los cuatro grupos pirrólicos formados
darán lugar a la protoporfirina uniéndose esta al Fe2+ para formar el grupo
hemo. El eritrocito presenta una coloración roja propia de la hemoglobina. La
vida media de un eritrocito es de unos 120 días.
GLÓBULOS BLANCOS.
Forman la serie blanca. Sus valores oscilan entre 4000 y 11000 mm3 . Su vida
media es muy variada: desde horas a años (linfocitos T). Tienen núcleo.
Dentro de los leucocitos distinguimos:
Leucocitos con granulaciones en el interior de su citoplasma.
Leucocitos granulados o polimorfos nucleares. No tienen forma
específica. Entre estos destacamos:
19. o Basófilos: 0%-4%. Liberan a la sangre heparina, intervienen en
procesos inflamatorios y a veces en la inflamación crónica.
o Neutrófilos: son más abundantes, suponen del 50% al 70% de
los leucocitos. Intervienen en la inmunidad congénita. En
procesos de infección aguda se dirigen a zonas de inflamación
intensa. Tienen la capacidad de fagocitar y actúan como
sustancias quimiotácticas (los tejidos infectados liberan
sustancias químicas que atraen a los neutrofilos).
o Eosinófilos: 1%-3%. Están implicados en los fenómenos de
alergias produciendo sustancias “alérgenas” como la histamina.
Leucocitos agranulados. No presentan gránulos intracitoplasmáticos y
tienen forma esférica.
o Linfocitos T: implicados en mecanismos de inmunidad celular.
Dentro de los linfocitos T encontramos distintos tipos:
1. Células T4: colaboradoras, cuya función va a ser la de producir
unas moléculas que reciben el nombre de citosinas que van a
modular la producción de linfocitos B y monocitos. Estas células
producen CD4.
2. Células T8 o supresoras: por medio de citosinas va a impedir
la formación de células T4 colaboradoras e indirectamente de
anticuerpos.
3. Células T citotóxicas: van a producir la lisis o rotura de células
contaminadas.
o Linfocitos B: implicados principalmente en la inmunidad humoral.
Las sustancias que producen son inmunoglobulinas y reciben el
nombre de anticuerpos.
o Monocitos: (3% y 9%). Tienen la capacidad de abandonar el vaso
sanguíneo por diapédesis (los monocitos se deslizan a través de
los poros de los vasos sanguíneos). Tienen una gran capacidad
fagocitaria. Los macrófagos tienen dos funciones principalmente:
• Fagocitosis.
• Actúan como células presentadoras de antígenos (Ag) Son las
encargadas de ponerse en contacto con el antígeno, de
introducirlo en su interior, modificar su estructura y exponerlo en
su superficie para la acción de los linfocitos T, para neutralizarlo,
eliminarlo…
20. PLAQUETAS.
Se producen en la médula ósea, y tienen una forma de células grandes que
reciben el nombre de megacariocitos. Estos megacariocitos sufren unas
particiones (se dividen en fragmentos) y son llevados al sistema circulatorio
(sangre) y allí se llaman plaquetas. Las plaquetas son anucleares y van a tener
una vida media de entre 5 a 8 días. Están implicados en procesos de coagulación
sanguínea, la cual es activada con una lesión vascular. Los mecanismos de
coagulación se activan por cascada enzimática. Ante una lesión vascular, las
plaquetas se adhieren (adherencia plaquetaria) entre ellas y con las paredes de la
lesión provocando la liberación de sustancias vasoactivas y sustancias que
intervienen en la coagulación. Sustancias vasoactivas: serotonina y bradiquinina:
provocan vasoconstricción regulada por mecanismos de vasodilatación.
Sustancias coagulativas: tromboplastina que va a ser liberada por las plaquetas y
actúa activando a la protrombina.
La protrombina es la primera enzima de síntesis hepática que circula por la sangre
y que cuando es estimulada produce el paso de protrombina a trombina mediante
la enzima protrombinasa. A su vez la trombina facilita el paso de fibrinógeno a
fibrina. La protrombina es de origen hepático. Para que el hígado elabore la
protrombina se necesita la presencia de la vitamina K que se puede aportar de un
origen externo (dieta) o mediante la flora bacteriana intestinal. En el paso de
protrombina a trombina también se necesita Ca+ y vitamina K. La trombina
activada actúa en el paso de fibrinógeno a fibrina, esta fibrina consiste en
monómeros con forma filamentosa con un aspecto de hilos. Esta fibrina forma una
red entorno a la lesión endotelial, y esta red de fibrina tiene la función de ligar y
atrapar células sanguíneas (hematíes, plaquetas, leucocitos).
4.3 FACTORES DE CRECIMIENTO HEMATOPOYÉTICOS
El funcionamiento normal de la hematopoyesis resulta de la interacción entre
mecanismos intracelulares y la influencia del microambiente donde se desarrollan
las células hematopoyéticas. El crecimiento y diferenciación de las células
sanguíneas está regulado por una serie de hormonas glicoproteínas denominadas:
21. “factores de crecimiento hematopoyéticos” (FCH) o “factores estimuladores de
colonias”
CITOQUINAS QUE ESTIMULAN LA HEMATOPOYESIS
La acción de las citoquinas presentes en el microambiente medular promoviendo o
inhibiendo el crecimiento de los elementos celulares, inducen la quiescencia o la
proliferación y diferenciación de los progenitores hematopoyéticos primitivos y
resultan en la progresión ordenada del sistema hematopoyético.
Pero no toda la regulación in vivo es local. La eritropoyetina es una molécula
circulante prototipo de un mecanismo de control por retroalimentación. Cambios
mensurables en los niveles circulantes de otros factores hematopoyéticos pueden
ser detectados en una gran variedad de enfermedades y alteraciones del sistema
hematopoyético.
Asimismo, la administración de dosis farmacológicas de algunos factores de
crecimiento produce efectos importantes en el número de células hemáticas
circulantes y la salida desde la MO a la SP de progenitores muy inmaduros
(movilización de progenitores a la SP). Este proceso resulta clínicamente útil
porque permite recoger dichos progenitores mediante leucoaféresis, lo que ha
permitido la realización de trasplantes hematopoyéticos.
22. 5. TEJIDO LINFOIDE
Los tejidos linfoides se pueden dividir en: Primarios y Secundarios.
Se desarrollan los primarios a partir de las células progenitoras en linfocitos
funcionantes y maduros.
El principal tejido linfoide primario es la médula ósea. El otro tejido linfoide primario
es el timo, en el que las células progenitoras de la médula se diferencian en
células maduras derivadas del Timo (T).
Los tejidos linfoides secundarios son los lugares en los que los linfocitos
interactúan entre sí y con células no linfoides para generar respuestas inmunes a
antígenos.
Estos incluyen los siguientes órganos: Bazo, Ganglios Linfáticos asociados a la
mucosa MALT (Tejido Linfoide asociado a la mucosa).
5.1 Estructura
Suministra una perspectiva sobre cómo discrimina el Sistema Inmune entre los
autoantígenos y los antígenos extraños y desarrolla la capacidad para orquestar
una variedad de defensas específicas e inespecíficas contra los patógenos
invasores.
TIMO
Es el lugar en el que se desarrollan los linfocitos dependientes del timo, o célula
T. Es uno de los órganos linfoides primarios porque es un lugar principal de
linfopoyesis (desarrollo linfocitario).
En este órgano, las células T en desarrollo, llamadas timocitos, se diferencian de
célula madre linfoides derivadas de la médula a células T maduras, funcionales.
Es aquí donde las células T adquieren su repertorio de receptores antigénicos
específicos para enfrentarse a los retos antigénicos que se reciben a lo largo de
toda la vida. Una vez que se han completado su maduración, las células T salen
de Timo y circulan.
24. FIGURA#8 FIGURA#9
BAZO
Suministra un ambiente en el cual las células del Sistema Inmune pueden
interactuar con antígenos y entre sí para desarrollar una respuesta inmunológica
frente a los antígenos.
El bazo es un foco principal de respuesta inmune contra los antígenos
transportados por la sangre. Además, la pulpa roja esplénica contiene macrófagos
que son responsables de eliminar de la sangre sustancias extrañas no deseadas y
eritrocitos senescentes, incluso en ausencia de una inmunidad específica. De este
modo, actúa como un filtro para la sangre.
26. FIGURA#14 FIGURA#15
GANGLIOS LINFÁTICOS
Son tejidos linfoides secundarios. Forman parte de una red que filtra los antígenos
del fluido tisular intersticial y la linfa durante su paso desde la periferia al conducto
torácico. Así, los ganglios linfáticos son los principales focos de respuesta inmune
a los antígenos tisulares.
Función: es el lugar donde pueden interactuar entre sí diferentes tipos de
linfocitos, macrófagos y células dendríticas para generar una respuesta inmune
frente a antígenos transportados por la linfa.
28. ° AMIGDALA PALATINA
Se aprecia en superficie y en las criptas amigdalares el revestimiento epitelial
pluriestratificado pavimentoso no queratinizado característico. A nivel subyacente
destaca el tejido linfoide difuso y nodular con predominio de los folículos o nódulos
secundarios.
El tejido linfoide difuso, que se encuentra en íntima relación con el epitelio y
rodeando los nódulos linfoides, está constituido fundamentalmente por linfocitos
de pequeño tamaño y plasmocitos. Los linfocitos están en íntima relación con las
células epiteliales de las criptas llegando a verse infiltradas por ellos en sus zonas
más profundas. Los nódulos linfoides secundarios presentan una cubierta celular
densa oscura constituida por los linfocitos de pequeño tamaño que configuran el
manto o casquete y un centro claro con población celular heterogénea destacando
células grandes centroblásticas junto con células de menor tamaño de núcleo
hendido de tipo centrocítico de la estirpe linfocitaria.
FIGURA#21 FIGURA#22
29. 6. TEJIDO SANGUINEO
La sangre es tejido vivo formado por líquidos y sólidos. La parte líquida, llamada
plasma, contiene agua, sales y proteínas. Más de la mitad del cuerpo es plasma.
La parte sólida de la sangre contiene glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Los glóbulos rojos suministran oxígeno desde los pulmones a los tejidos y
órganos. Los glóbulos blancos combaten las infecciones y son parte del sistema
de defensa del cuerpo. Las plaquetas ayudan a la coagulación de la sangre
cuando se tiene un corte o una herida. La médula ósea, el material esponjoso
dentro de los huesos produce nuevas células sanguíneas. Las células de la
sangre constantemente mueren y su cuerpo produce nuevas. Los glóbulos rojos
viven unos 120 días y las plaquetas viven cerca de seis días. Algunos glóbulos
blancos de la sangre viven menos de un día, pero otros viven mucho más tiempo.
Los problemas de la sangre pueden incluir problemas de coagulación, coágulos
sanguíneos y desórdenes plaquetarios. Si pierde mucha sangre, usted puede
necesitar una transfusión.
6.1 FUNCIÓN DE LA SANGRE
Como todos los tejidos del organismo la sangre cumple múltiples funciones
necesarias para la vida como la defensa ante infecciones, los intercambios
gaseosos y la distribución de nutrientes.
Para cumplir con todas estas funciones cuenta con diferentes tipos de células
suspendidas en el plasma.
Todas las células que componen la sangre se fabrican en la médula ósea.
Ésta se encuentra en el tejido esponjoso de los huesos planos (cráneo,
vértebras, esternón, crestas ilíacas) y en los canales medulares de los huesos
largos (fémur, húmero).
La sangre es un tejido renovable del cuerpo humano, esto quiere decir que la
Médula ósea se encuentra fabricando, durante toda la vida, células
sanguíneas ya que éstas tienen un tiempo limitado de vida. Esta “fábrica”, ante
30. determinadas situaciones de salud, puede aumentar su producción en función
de las necesidades.
Por ejemplo, ante una hemorragia aumenta hasta siete veces la producción de
glóbulos rojos y ante una infección aumenta la producción de glóbulos blancos.
La sangre es una solución donde se encuentran solutos y células y que
desarrolla funciones como las siguientes:
A. TRANSPORTE: transporta multitud de sustancias, disueltas y unidas
químicamente a diferentes componentes. Según el compuesto transportado la
función puede ser denominada:
• Respiratoria: Transporte de gases entre los tejidos y los pulmones
• Nutritiva: Distribución de nutrientes desde el intestino hasta los tejidos
• Excretora: Transporte de productos de desecho del metabolismo desde el
lugar de producción hasta el lugar de eliminación.
B. HOMEOSTÁTICA: el control de parámetros tan importantes como el pH, la
temperatura, el control del volumen hídrico o de los electrolitos corporales se
realiza a través de la sangre.
C. COMUNICACIÓN Y DEFENSA: El transporte de mediadores informativos
como las hormonas y otros se lleva a cabo mediante la sangre. Lo mismo que
la protección del organismo cuenta con algunas células y proteínas de la
sangre que participan en los procesos de defensa orgánica contra invasión de
gérmenes patógenos o para eliminación de cuerpos extraños.
6.2 GRUPOS SANGUÍNEOS
A pesar de que la sangre cumple las mismas funciones en todos los
individuos, no es idéntica en todos. Existen diferentes “tipos” de sangre. Esta
característica es genética, es decir, nacemos con una sangre que pertenece a
determinado grupo. Por lo tanto, nuestro organismo acepta sólo la sangre del
mismo grupo (la sangre compatible) y rechaza la de los otros grupos, con
reacciones que pueden llegar a ser muy graves.
Los sistemas de grupos sanguíneos más conocidos son el Sistema ABO
(grupo
A, grupo B, grupo AB y grupo O) y el Sistema Rhesus, conocido como Factor
Rh, (Positivo o Negativo). Estos Sistemas están presentes simultáneamente
31. en todos los individuos. Cuando se habla de Grupo y Factor nos referimos al
Sistema ABO y Rh.
6.3 CARACTERÍSTICAS Y COMPOSICIÓN DE LA SANGRE
Su densidad es ligeramente mayor a la del agua: 1,05-1,06. Su viscosidad es
bastante mayor que la del agua (3,5-5) debido a la presencia de elementos
celulares y a los solutos macromoleculares. El volumen de sangre que hay en
un individuo se conoce con el nombre de volemia, siendo los valores normales
(o normovolemia) aproximadamente un 7-8% del peso corporal (lo que
equivale a 75 cc/kg). En recién nacidos estos valores son superiores, un 10 %.
Si estos valores están incrementados se considera una hipervolemia, y si
están disminuidos una hipovolemia.
La composición de la sangre es la siguiente.
1. Células. O elementos formes que están en suspensión y ocupan
alrededor del 46% del volumen.
2. Plasma o solución plasmática. Solución acuosa que ocupa alrededor
del 54% del volumen sanguíneo
La proporción en volumen que ocupan los elementos celulares respecto al
plasma es una determinación que se conoce con el término de hematocrito.
Los valores normales serían 45±7% para los varones y 42±15% para las
mujeres. Esta medida proporciona de forma aproximada la cantidad de células
sanguíneas que hay en sangre. Si la medida entra dentro de los valores de
referencia se considera al sujeto normocitémico si presenta valores superiores
se considera que está en policitemia y si son inferiores estaría en oligocitemia.
Otra medida que presenta interés desde el punto de vista clínico es la
velocidad de sedimentación de la sangre o VSG. La sedimentación de las
células sanguíneas puede verse aumentada en algunos procesos patológicos.
Los valores normales son: Para el varón, 3/5 mm medidos a la 1ª y 2ª hora, y
para la mujer 8/10 mm.
32. 7. EMFERMEDADES MAS IMPORTANTES RELACIONADAS
CON EL TEJIDO HEMATOPOYETICO Y TEJIDO LINFOIDE
7.1 ANEMIA
La anemia se define como una concentración baja de hemoglobina en la
sangre. Se detecta mediante un análisis de laboratorio en el que se descubre
un nivel dehemoglobina en sangre menor de lo normal. Puede acompañarse
de otros parámetros alterados, como disminución del número de glóbulos
rojos, o disminución del hematocrito, pero no es correcto definirla como
disminución de la cantidad de glóbulos rojos, pues estas células sanguíneas
pueden variar considerablemente en tamaño, en ocasiones el número de
glóbulos rojos es normal y sin embargo existeanemia.La anemia no es una
enfermedad, sino un síntoma que puede estar originado por múltiples causas,
una de las más frecuentes es la deficiencia de hierro, bien por ingesta
insuficiente de este mineral en la alimentación, o por pérdidas excesivas
debido a hemorragias. La anemia por falta de hierro se llama anemia
ferropénica y es muy frecuente en las mujeres en edad fértil debido a las
perdidas periódicas de sangre durante la menstruación.
SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA ANEMIA
Los síntomas y signos de la anemia se correlacionan con su intensidad y la
rapidez de su instauración. Otros factores que pueden influir son la edad del
paciente, su estado nutritivo, y la existencia de insuficiencia cardíaca o
insuficiencia respiratoria previa. Los síntomas que se observan en la anemia
aguda incluyen: debilidad (astenia),palpitaciones y falta de aire con el esfuerzo
(disnea). También puede aparecer síntomas cardiovasculares como
taquicardia, disnea de esfuerzo marcada, ángor, claudicación intermitente. En
ocasiones se producen cambios de carácter que se manifiestan como
irritabilidad, desinterés, tristeza y abatimiento. En la pérdida súbita de sangre
por hemorragia aguda, sobre todo si es voluminosa se pierde el 40% del
volumen sanguíneo que equivale a 2 litros de sangre, predominan los
síntomas de inestabilidad vascular por hipotensión, y aparecen signos de
shock hipovolémico, tales como confusión, respiración de Kussmaul,
sudoración, y taquicardia. En la anemia crónica de mucho tiempo de evolución,
muchos pacientes se adaptan a la situación y sienten muy pocos síntomas a
menos que haya un descenso brusco en sus niveles de hemoglobina.
33. CARACTERÍSTICAS O MANIFESTACIONES DE LA ANEMIA
La mayoría de los síntomas de la anemia se presentan como consecuencia de
la disminución de oxígeno en las células o "hipoxia".
Manifestaciones generales:
Astenia, Taquicardia, Disnea, Cefalea, Mareo,
vértigo. Somnolencia, confusión, irritabilidad.
Alteraciones menstruales, Palidez, Fragilidad en las uñas, Caída del cabello,
En casos graves y/o agudos:
Piel fría y húmeda, Disminución del volumen de orina y Dolor en el pecho.
TIPOS DE ANEMIA
La clasificación fisiopatológica está basada en el mecanismo que conlleva al
estado de anemia, diferenciándolas en:
ERITROPOYESIS INEFECTIVA:
Defecto en la síntesis de ácidos nucleicos: deficiencia de ácido fólico y
cobalamina (anemia con macrocitosis: los reticulocitos no se dividen y de ahí
el aumento de tamaño de los eritrocitos).
Defecto en la síntesis del grupo hemo: anemia microcítica por déficit de hierro
y anemia sideroblástica.
Defecto en la síntesis de las globinas: talasemia beta y anemiadrepanocítica
ANEMIAS POR PÉRDIDA DE SANGRE:
Pérdidas agudas (repentinas)
Pérdidas crónicas (hemofilias, lesiones gastrointestinales, trastornos de la
menstruación, etc.)
Anemias hemolíticas
Talasemia alfa
Anemia drepanocítica o de células falciformes
34. Esferocitosis hereditaria
Anemia por déficit de la enzima G6FD
Anemia por hemoglobinopatías
Anemia por infecciones (paludismo)
Anemia por agresiones mecánicas (anemia microangiopática, coagulación
intravascular diseminada, púrpuras trombocitopenias, etc.)
Anemias autoinmunes (anemia perniciosa, anemia paroxística nocturna,
anemia inmunohemolítica).
7.2 LEUCEMIA
La leucemia es un grupo de enfermedades malignas de la médula ósea
(cáncer hematológico) que provoca un aumento incontrolado de leucocitos en
la misma. Sin embargo, en algunos tipos de leucemias también pueden
afectarse cualquiera de los precursores de las diferentes líneas celulares de la
médula ósea, como los precursores mieloides, monocíticos, eritroides o
megacariocitos.
SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA LEUCEMIA
Se producen daños en la médula ósea, a modo de desplazamientos de las
células normales de la médula ósea con un mayor número de glóbulos blancos
inmaduros. Todo esto se traduce en una falta de plaquetas en la sangre,
fundamentales en el proceso de coagulación sanguínea, por lo que las
personas con leucemia pueden desarrollar fácilmente hematomas y un
sangrado excesivo o hemorragias punteadas(petequias). Los glóbulos blancos,
implicados en la defensa del organismo, pueden ser deficientes o
disfuncionales. Esto puede causar que el sistema inmune del paciente sea
incapaz de luchar contra una infección simple. Debido a que la leucemia
impide que el sistema inmunitario funcione con normalidad, algunos pacientes
experimentan infecciones frecuentes, que van desde las amígdalas infectadas,
35. llagas en la boca, diarrea, neumonía o infecciones oportunistas. Por último, la
deficiencia de glóbulos rojos produce anemia, que puede causar disnea y
palidez. De manera resumida, algunas de sus manifestaciones clínicas más
importantes son:
Decaimiento, falta de fuerzas, mareos, náuseas, inapetencia, disminución de
peso importante.
Fiebre que dura varios días sin una causa aparente, sudoración nocturna,
escalofríos.
Dolor o sensibilidad ósea, dolores articulares y de extremidades.
Hemorragias frecuentes sin motivo aparente, por ejemplo, sangramiento
anormal de las encías o de la nariz.
Petequias o hematomas sin haber tenido algún golpe.
Palidez de piel, interior de la cavidad oral o de los párpados.
Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos.
Aparición de masas o crecimientos anormales de órganos abdominales como
el bazo y el hígado, o aparición de masas que crecen en otras partes del
cuerpo.
Alteraciones de los exámenes sanguíneos (hemograma, VIH, etc.).
Irregularidad en los ciclos menstruales.
TIPOS DE LEUCEMIALEUCEMIAS AGUDAS: LEUCEMIA AGUDA
MIELOBLÁSTICA:
Propia de adultos sobre todo mayores de 60 años. Es muy rara en niños.
De presentación brusca y muy rápida progresión sin un tratamiento.
Es la de peor pronóstico a corto plazo y la que mayores cuidados y medidas
de actuación precisa.
36. LEUCEMIA AGUDA LINFOBLÁSTICA:
Es el tipo más frecuente en niños, siendo en ellos donde se logra el mayor
porcentaje de curaciones.
De aparición también brusca y muy rápida progresión sin tratamiento.
LEUCEMIAS CRÓNICAS: LEUCEMIA MIELOIDE CRÓNICA:
Aparece más frecuentemente en adultos de mediana edad.
Es la que presenta cifras más altas de glóbulos blancos, caracterizándose
habitualmente por una fase inicial de crecimiento más lento y una final muy
agresiva.
LEUCEMIA LINFOIDE CRÓNICA:
Es la más frecuente. Propia de personas mayores de 40 años, siendo
excepcional por debajo de esa edad.
De crecimiento muy lento y larga supervivencia, por lo que en etapas iniciales
sólo precisa de vigilancia periódica.
7.3 HEMOFILIA
La hemofilia es un trastorno de la sangre hereditario (heredado) en el que la
sangre no se puede coagular normalmente en el lugar donde hay una herida o
lesión. Este trastorno ocurre porque ciertos factores de la coagulación de la
sangre faltan uno funcionan debidamente. Esto puede causar hemorragias,
pérdida de sangre abundante, de un corte o herida. También puede suceder
una hemorragia interna espontánea, especialmente en las articulaciones y
músculos. La hemofilia afecta al sexo masculino más frecuentemente que al
sexo femenino.
SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA HEMOFILIA
La característica principal de la Hemofilia A y B es la hemartrosis y el sangrado
prolongado espontáneo. Las hemorragias más graves son las que se producen
37. en articulaciones, cerebro, ojo, lengua, garganta, riñones, hemorragias
digestivas, genitales, etc. La manifestación clínica más frecuente en los
hemofílicos es la hemartrosis, sangrado interarticular que afecta especialmente
a las articulaciones de un solo eje como la rodilla, el codo o el tobillo. Si se
produce una hemartrosis en repetidas ocasiones en una articulación, se
origina una deformidad y atrofia muscular llamada Artropatía hemofílica.
TIPOS DE HEMOFILIA
Hay dos tipos de hemofilia heredada:
TIPO A
es el tipo más común, es causada por una deficiencia del factor VIII, una de las
proteínas que ayuda a la sangre a formar los coágulos.
TIPO B
es causada por una deficiencia en el factor IX. Aunque la hemofilia se
diagnostica normalmente en el momento del nacimiento, este trastorno
también puede adquirirse más tarde si el cuerpo empieza a producir
anticuerpos que ataquen y destruyan los factores de coagulación. Aun así, el
tipo de hemofilia que no se hereda o el que se adquiere es muy raro.
7.4 COAGULACIÓN INTRAVASCULAR DISEMINADA (CID)
La coagulación intravascular diseminada (coagulo Patía de consumo) es una
enfermedad en la cual diminutos coágulos de sangre se diseminan en el flujo
sanguíneo, obstruyendo los pequeños vasos de la sangre y consumiendo los
factores de la coagulación necesarios para controlar la hemorragia. Esta
enfermedad comienza con una coagulación excesiva habitualmente
estimulada por la presencia de una sustancia tóxica en la sangre. A medida
que se utilizan (consumen) los factores de la coagulación, se produce el
sangrado excesivo.
38. SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA CID
La coagulación intravascular diseminada se manifiesta repentinamente y llega
a ser muy grave. Si se produce después de una intervención quirúrgica o un
parto, la superficie de los tejidos rasgados o cortados puede sangrar de
manera incontrolable. La hemorragia puede ocurrir en el lugar en que se aplicó
una inyección intravenosa ose hizo una punción y pueden producirse
hemorragias masivas en el cerebro, el aparato gastrointestinal, la piel, los
músculos y en las cavidades del organismo. Al mismo tiempo, los coágulos de
los pequeños vasos de la sangre pueden lesionar los riñones (a veces de
forma permanente) y estos órganos acabarán siendo incapaces de producir
orina.
39. CONCLUSION:
Teniendo en cuenta lo estudiado anteriormente podemos llegar a la conclusión
que, debemos tener en cuenta los tejidos como una unidad funcional, es decir,
entenderlos desde el punto de vista en unión, ya que podemos darnos cuenta
la relación que ejercen y la unidad para darle vitalidad a nuestro cuerpo
humano. A continuación, recordaremos puntos clave de los anteriores tejidos
para darle cierre a este escrito.
La sangre es una forma especializada del tejido conjuntivo, compuesta por
una sustancia intercelular líquida llamada plasma, en la cual se encuentran
en suspensión los elementos figurados: hematíes, leucocitos y
plaquetas. La sangre circula a través de un sistema de tubos cerrados,
denominados vasos sanguíneos. En el adulto sano el volumen de la sangre es
de 5 L y constituye aproximadamente el 8 % del peso corporal.
La sangre actúa manteniendo la composición adecuada y casi constante de
los líquidos corporales, los que permiten la nutrición, el crecimiento y la
función de las células del organismo.
Participa en el intercambio entre el medio externo y los tejidos corporales y
además, es portadora de hormonas y de otras sustancias biológicamente
activas, que regulan el funcionamiento de órganos como el hígado, la
médula ósea y las glándulas endocrinas. La función primaria de los hematíes
de la sangre es la de mantener en circulación una elevada concentración de
hemoglobina, esencial para el transporte del oxígeno y CO2.
Los leucocitos participan en el sistema de defensa del organismo, ya sea
por medio de la respuesta celular inespecífica o por la respuesta inmunitaria
específica. Por otra parte, en investigaciones realizadas se ha demostrado
que los virus son potentes inductores del interferón (alfa) leucocitario
humano, el cual tiene propiedades antivirales y antitumorales, por lo que
actúan también en el sistema de defensa del organismo.
Las plaquetas son elementos formes o figurados de la sangre y participan
en la prevención de las hemorragias a través de los mecanismos de la
coagulación y en el mantenimiento de la integridad del endotelio vascular.
Habiendo hecho la síntesis anterior de dichas importancias fisiológicas del
tejido hematopoyético y linfoide en el organismo podemos darnos cuenta que
40. todos los órganos linfoides necesitan ser regados sanguíneamente para su
buen funcionamiento y de igual manera la sangre necesita ser restablecida o
regenerada por el tejido hematopoyético y los órganos hematopoyéticos por lo
cual es un ciclo con un solo objetivó que es beneficiar al funcionamiento del
organismo. En síntesis, el tejido hematopoyético aporta células al tejido
sanguíneo y el tejido sanguíneo da riego constante a los órganos linfoides
encargados igualmente de producir linfocitos, lo que va a la protección del
organismo.
41. BIBLIOGRAFIA:
LIBRO: HISTOLOGIA DE ROSS
http://www.ull.es/view/institucional/bbtk/Partes_de_un_trabajo/es
http://www.facmed.unam.mx/deptos/biocetis/atlas2013A/
http://mmegias.webs.uvigo.es/
http://www.atlasdehistologia.com.ar/
https://www.scribd.com/doc/94006035/FISIOPATOLOGIA-ENFERMEDADES-
HEMATOPOYETICAS