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Unicoc Ascun Apertura De La EducaciòN Superior Ponencia J Uribe Foro Rectores MedellíN Mayo 2009
1. Es posible una APERTURA internacional de la Educación
Superior en Colombia?
Ponencia presentada por Jorge Uribe Roldán, Decano del Programa de
Negocios Internacionales de la Institución Universitaria Colegios de
Colombia. UNICOC.
IV Foro Rectoral de ASCUN
“Educación Transnacional y Nuevos Proveedores de
educación”
Universidad CES de Medellín, Antioquia.
Medellín, Mayo 12 de 2009.
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2. Doy nuevamente las gracias a ASCUN por invitarme a participar en este foro del más alto
nivel, en esta grata ciudad de Medellín y bajo el cuidado de nuestros amigos anfitriones de
la Universidad del CES, donde con los señores Rectores, y bajo el tema de la educación
transnacional y los nuevos proveedores de educación, volvemos a revisar, o mejor a
repensar, los alcances de la internacionalización de la educación superior en Colombia y el
impacto del libre comercio en servicios de educación frente a los enormes desafíos que nos
plantea la realidad de la mercantilización de la educación superior, avivada ahora por una
crisis de proporciones planetarias que ya supera lo financiero y comercial y atraviesa todos
los ámbitos de la vida de los individuos, incluso las fronteras de los sistemas de educación
superior, tocando a las puertas de las Instituciones de Educación Superior con insistencia.
Han pasado casi 7 años desde que iniciamos por primera vez, con cierta preocupación
cargada de ingenuidad e incredulidad el debate nacional sobre la liberalización del
comercio en servicios de educación surgido en el seno de la OMC y las deliberaciones del
AGCS o GATS, debate igualmente propiciado por ASCUN y la RCI, en ese entonces a
instancias del encuentro de las ORIS, en la Universidad del Norte de Barranquilla.
Mucha agua ha pasado bajo el puente frente a las aceleradas dinámicas que nos plantea el
escenario global, que bien vale la pena hacer unas reflexiones con carácter retrospectivo:
Entonces la internacionalización de la educación superior era una novedad y las
universidades se acercaban cautelosas al tema bajo la óptica casi exclusiva de la
movilidad académica; hoy es una condición y una obligación de las universidades,
cualquiera que sea su tamaño; sobrepasa la movilidad, y encierra la institución
misma y su campus universitario.
Pensar la educación superior en términos de comercio era una locura, hoy una
compleja, no resuelta e ineludible realidad. La educación es un sector económico
reconocido.
Se hablaba de educación superior transnacional referida sólo a la movilidad
incipiente de estudiantes y docentes, hoy estamos frente al concepto de la educación
terciaria transfronteriza con dinámicas de internacionalización mucho más amplias
y de carácter global.
Seguimos en Colombia apegados a la sociedad de la información, sin darnos
cuenta que el mundo y particularmente las universidades de América y Europa han
hecho transito a la sociedad del conocimiento siendo la educación superior un
importante factor de su desarrollo tecnológico y social.
Entonces el país se lanzaba a la búsqueda errática de una inserción positiva en el
escenario comercial internacional a través de la negociación de tratados de libre
comercio; hoy cada semestre, con mayor capacidad negociadora culminamos un
nuevo tratado; con más regiones y bloques, más incluyentes en los temas, donde la
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3. educación como servicio transable es considerada en las mesas de negociación, así
el TLC firmado con USA nos siga siendo políticamente elusivo.
Por eso dado lo calificado del auditorio en estos temas, me voy a referir a cuatro aspectos
nuevos que en mi opinión merecen una nueva reflexión por parte de los señores Rectores
para actuar con rapidez en el plano de las políticas públicas de Estado y las acciones y
estrategias de las asociaciones universitarias y de las instituciones de educación superior.
1. Desligar el debate educación transnacional vs. educación bien público.
Si queremos realmente avanzar en la construcción de una nueva arquitectura de los
sistemas de educación superior nacionales, regionales y mundiales, bajo los nuevos
paradigmas que demanda el siglo XXI y sin caer en la modernización de la obsolescencia,
hay que darle un tratamiento separado al análisis sobre la educación como bien transable y
la educación como bien y servicio público.
El debate apasionado de los últimos años no ha conducido a nada realmente productivo y la
discusión no parece hacer avanzado, diferente a una serie de declaraciones en foros
académicos nacionales e internacionales alertando de los riesgos y amenazas de este nuevo
binomio del debate académico, como lo fue la llamada y olvidada Delcaración de Bogotá
del Consejo Nacional de Rectores de junio de 2004, mientras que la ya reconocida
industria de la educación continuaba creciendo y atravesando las fronteras nacionales,
apoyada por las depuradas tecnologías de la información, proliferándose en todas partes y
manifestándose de diferentes maneras. Con ello lo único que hemos conseguido es perder
la oportunidad de aprovechar los aspectos benéficos de la internacionalización de la
educación superior, que son muchos, para establecer marcos de referencia, de regulación y
de colaboración académica más claros, y afrontar con determinación y bajo los principios
de la transparencia y la rendición de cuentas, ese hecho ineludible e irreversible de la
internacionalización de la educación.
Abocarlo, en función del fortalecimiento de los sistemas de educación nacionales y locales,
precisamente para dar respuesta a esa multiplicidad de responsabilidades que cada día a
manera de apellido simbólico se le agregan la educación: educación para todos, educación
para el trabajo, educación de calidad, educación para el desarrollo sostenible, etc. etc. es la
única salida a un debate academicista y relativamente ideologizado que ha sido superado
por los hechos; pretender tapar el sol con las manos ya no tiene sentido.
El fenómeno de Australia ya no es desconocido, la educación es su tercer renglón de
exportaciones, le representó en el 2007 US$13.5 billones de dólares y 380.000 estudiantes
extranjeros en todos los niveles de educación. Nueva Zelanda, Malasia y Singapur no se
quedan atrás.
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4. La Unesco por su parte, ya reconoce el hecho y define la enseñanza superior transfronteriza
como aquella que tiene lugar en situaciones donde el docente, el estudiante, el programa, el
proveedor, o los materiales pedagógicos traspasan las fronteras nacionales; y además
agrega que la enseñanza superior transfronteriza puede abarcar la que imparten proveedores
públicos o privados, con o sin fines lucrativos, subrayo.
En el plano regional, el Informe Mundial sobre las Inversiones de la UNCTAD del año
2005 reconoce el giro hacia los servicios del comercio mundial y pone a las regiones a
repensar sus estrategias comerciales y de inversión en función de los servicios y a medirlos
en función su capacidad de respuesta a las dinámicas de la liberalización y la
desregulación. Los servicios de educación y de salud, no son excluidos, por el contrario son
considerados promisorios. Recientes estudios de la Cepal, la CAF y la Comunidad Andina
empiezan a medirlos y a considerar sus cifras atractivas para la inversión, el desarrollo y la
transformación productiva de la región.
En el plano nacional, si bien el Artículo 98 de la Ley 30 valió como argumento – o como
se le llamó en ese entonces de medida disconforme- para las negociaciones del TLC con
Estados Unidos, pero nos aplazó el debate académico nacional de fondo, y no nos blindó
para usar expresiones modernas, frente a la aparición de formas de educación
transfronteriza sofisticadas y nuevos proveedores extranjeros en Colombia, o incluso frente
a la necesidad de resolver la disyuntiva de instituciones de educación superior colombianas
que queriendo atravesar las fronteras bajo esquemas de internacionalización válidos, actúan
en el extranjero con ánimo de lucro.
No conozco los textos de los tratados de libre comercio negociados después del TLC con
USA, me refiero a los celebrados y muy pronto vigentes con Chile, Canadá , EFTA y
Triangulo del Norte, ni lo que estemos negociando en la mesa de servicios transfronterizos
con Europa, pero supongo que en el plano de las negociaciones de servicios de educación
estamos buscando asegurar mediante mecanismos de reconocimiento que en esos países los
profesionales otorgados por las instituciones de educación superior colombianas tengan
valor para que ante las realidades migratorias, de población y la escasez de talentos en el
mundo desarrollado, la prestación de servicios profesionales bajo el modo 4 sea posible y
se convierta a la postre en un vehículo para la inmigración permanente. Estados Unidos lo
excluyo por las razones conocidas de la superpoblación migratoria de origen colombiano y
por no poder comprometerse en el nivel sub-federal de la negociación, pero no ve por qué
lo hubiera hecho Canadá o deba hacerlo Europa.
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5. 2. Donde está la Educación en la Agenda Internacional para resolver la Crisis
Mundial?
La crisis nos ha servido para pasar de los clubes cerrados y exclusivos del G8, a unos más
abiertos del G20 y ojalá del G40, a ver si clasificamos. Pero una vez se apagan las luces del
escenario político mediático al cual nos tiene acostumbrados los políticos y los medios, los
países finalmente tienen que sentarse a hacer la tarea en los foros técnicos donde el
compromiso político se tiene que convertir en una obligación exigible.
Después de la reunión de Londres de abril pasado, todo indica que es ese foro va a ser la
OMC y que nos movemos rápidamente hacia un renovado multilateralismo para reordenar
el orden económico y social mundial donde no tiene cabida ningún tipo de proteccionismo
como política para superar la crisis. Si eso es así, la Ronda de Doha podrá revitalizarse y
con ella las negociaciones del AGCS o GATS por su sigla en inglés, donde la liberalización
de los servicios de educación está en discusión. Y si la orden para hacer el cambio posible
proviene de un tío Sam amable, no habrá más remedio que aceptar la APERTURA de los
sistemas de educación mundiales.
Aquí ya no se trata de discutir si la educación es un bien público social o un bien global
internacional cualquiera que sea su significado, seguramente lo es. – aunque no nos
digamos mentiras un bien público in short supply-, sino qué papel va a jugar la
EDUCACIÓN para superar la crisis, cuál es su rol en la arquitectura del CAMBIO, y cómo
va a garantizar el desarrollo y la equidad en la construcción de capacidades, en la cohesión
y la inclusión social, en el desarrollo sostenible y el cambio climático, en el entendimiento
mutuo y la colaboración entre naciones. Ese es el debate de verdad porque ya todos
admitimos que el futuro de la educación superior es hoy y lo estamos construyendo.
Ojalá la Conferencia Mundial de la UNESCO de París de verano incluya en su agenda la
EDUCACIÓN y EL CAMBIO ANTE LA CRISIS MUNDIAL EN EL SIGLO XXI y
aborde los temas con el carácter urgente que demandan y con un sentido práctico, y no
volvamos después de 10 años con las manos vacías a plantear nuevamente el mismo debate
inocuo. Si los países miembros actúan igualmente en ese contexto global que exige hoy el
manejo de la crisis mundial y se mantiene el momentum de las deliberaciones, la UNESCO
podrá asumir y reclamar como propio el liderazgo de la negociaciones del comercio en
servicios de educación, trayendo hacia su orilla un tema naturalmente mercantilizado y
manejado bajo la óptica comercial, aportando la visión técnica y el bagaje y la experiencia
en educación que todavía conserva, para que las acciones de política urgentes en estas áreas
de la educación a través de las fronteras, como el reconocimiento de títulos académicos y
profesionales, el aseguramiento de la calidad y la acreditación de programas a nivel
mundial, la colaboración científica para detener la fuga de cerebros y la construcción de
espacios comunes de integración en educación, surjan de un consenso político más
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6. legitimado donde de la competencia se pase a la colaboración y de la colaboración a la
cooperación internacional solidaria, convirtiendo en una realidad cercana todos eso anhelos
de la educación del siglo XXI. En mi opinión si esto no sucede la misma UNESCO entrará
en la lista de las organizaciones internacionales que por su incapacidad deberán ser
reformadas o están siendo llamadas por la misma comunidad internacional a desaparecer.
3. Más proveedores privados, más internacionalización y más educación
Mi tesis anterior se sustenta en la idea de que ante una crisis de las proporciones que hasta
ahora estamos conociendo y la economía mundial turmoil, los gobiernos van a tener en el
corto plazo que reducir drásticamente el presupuesto público y dar prioridad a la
revitalización de los sistemas financieros y a incentivar el consumo, dejando de lado
sectores como la educación, donde las políticas y acciones toman su tiempo en mostrar
resultados. Esto no quiere decir que la educación no sea importante, nadie lo niega, pero
con menos recursos del Estado va a tener que recurrir a fondos privados. Esto quiere decir
que el sector privado se va a convertir en un jugador más activo en la redefinición de la
educación del futuro. Mientras para el Estado la educación en ese sentido se convierte en
una carga fiscal, para el sector privado es una oportunidad estratégica. Así lo confirma el
estudio de la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist de marzo de este
año (EIU, Global Education 20/20) la cual asegura que la participación del sector privado
en la educación no sólo es vista como positiva e importante para el desarrollo del sector y
de los países, sino que también, puede llevar a acelerar la innovación tecnológica para la
transformación productiva y al surgimiento de nuevas carreras profesionales
verdaderamnete inter y transdisiplinarias donde la colaboración entre la universidad y la
empresa sea más estrecha .
Desde el punto de vista de los nuevos proveedores, lo que estamos viendo son diferentes
tipos de asociación y diversas formas de prestación de los servicios de educación.
Proveedores internacionales convencionales, nacionales e internacionales, públicos y
privados, hibridaciones entre proveedores públicos y privados, alianzas externas y redes
académicas de toda índole e incluso grandes proveedores a distancia apalancados por una
nueva era de la virtualización de la educación mucho más consolidada y sofisticada.
De todas maneras la constante es una mayor y más intensa internacionalización, sobre la
base una mayor y más intensa movilidad.
Movilidad de personas (estudiantes, académicos e investigadores), Movilidad de los
programas de educación mismos, movilidad de las instituciones o los proveedores y
movilidad de los proyectos de educación e investigación.
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7. Dado el enfoque del panel, me voy a referir a las movilidad de los programas y las
instituciones, donde se hace más latente el impacto de los nuevos proveedores y donde a mi
juicio ha habido acelerados desarrollos, ya no solo del dominio exclusivo de las
instituciones o proveedores provenientes de los países desarrollados.
En cuanto a la movilidad de programas académicos la participación de instituciones de
educación superior, redes exclusivas de universidades de primer orden y empresas está a la
orden del día. Franquicias, hermanamientos, titulaciones conjuntas o doble titulación,
articulaciones, validaciones y e–learning o educación a distancia son las formas como ya se
manifiestan y se empiezan a reflejar en las nuevas generaciones de alianzas o convenios
académicos. Aquí el gran interrogante es la CALIDAD de los programas.
En cuanto a la movilidad de los proveedores y las instituciones de educación el panorama
es bastante rico y adquiere diferentes formas: Campus o departamentos alternos,
establecimiento en los países como instituciones locales independientes, compra o fusión,
centro de estudios de apoyo locales a la virtualidad y afiliaciones a redes o asociaciones
otorgantes de títulos. Aquí el interrogante es las condiciones de ENTRADA y REGISTRO
junto con el RECONOCIMIENTO
Esta creciente movilidad y dinámica internacional de la educación pero de impacto local,
además de plantear interrogantes frente a las condiciones de dichos programas y
proveedores, empieza a trascender otras esferas de la política pública, la cultura, la ciencia
y la tecnología, el comercio, el desarrollo y la cohesión social etc., que ante su
inevitabilidad cómo fenómeno creciente exigen por parte de los gobiernos nacionales la
definición de una nueva política nacional de educación superior de carácter internacional
que exprese qué quiere o qué espera del sistema nacional de educación como la más grande
fuerza o motor del desarrollo y el cambio social.
4. Aproximación a una política de APERTURA de la educación superior en Colombia.
Una política de internacionalización de la educación superior que siendo consecuentes con
el contexto de crisis internacional descrito arriba y fieles a la tradición endogámica y de
respuesta tardía de Colombia en los temas internacionales podríamos llamar de
APERTURA, apertura de la educación superior.
Una apertura anclada en tres objetivos:
1. El desarrollo de las capacidades de manera acelerada. Pero el desarrollo de las
capacidades como lo entiende la comunidad internacional y no como alegremente
hemos traducido el término anglosajón capacity building. Me refiero a que el país,
las regiones, las instituciones y los individuos puedan plantearse metas razonables
y efectivamente alcanzarlas.
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8. 2. Mayor cooperación y colaboración solidaria en educación, en el entendido de que es
necesario construir nuevos espacios comunes de educación superior que sobre la
base de la confianza y el entendimiento mutuo integren los sistemas de educación
superior de América Latina y el Caribe, en función de la movilidad y el mismo
desarrollo de las capacidades que mencioné anteriormente, pero ahora como fuerzas
aceleradoras de una renovada integración regional tanto de las infraestructuras
físicas (IIRSA y Plan Puebla Panamá) como y en mayor medida, las infraestructuras
humanas. En esto juegan un papel importante y preponderante, más que el Estado,
las mismas instituciones de educación superior que sobre bases de confianza mutua
ya empiezan a auto reconocerse y a colaborar en lugar de competir. La experiencia
de Red de Macro Universidades liderada por la UNAM de Méjico o la Red de
Doctorados CAB para la integración que lidera la UPN de Colombia son una
muestra de ello.
3. Más internacionalización de las regiones, los sectores productivos, las empresas y
las instituciones de educación superior. Pero internacionalización de la buena,
aquella que es una respuesta al escenario de la segunda mundialización que tenemos
ad portas, aquella que indefectiblemente nos acerca y nos da acceso a la sociedad
del conocimiento, para la innovación tecnológica y la transformación productiva y
social con equidad. Así lo reconocen recientes estudios de la Unesco -Las
sociedades del conocimiento 2005- , la CEPAL -20 años de transformación
productiva y social con equidad en América Latina y el Caribe-2008, y la OECD –
Building capacity trough cross border education 2007-
Es probable que si tenemos una mayor apertura internacional en educación superior
podamos igualmente como país desarrollar nuestras capacidades institucionales mucho más
rápido y así nos podamos convertir en EXPORTADORES de educación superior. Quien
niega la relativa excelencia de la educación superior colombiana. Exportaciones que bajo el
nuevo paradigma del cambio ante la crisis, se haga en la región sobre las bases de la
cooperación y la colaboración sur-sur. España lo hizo al ingresar a la Unión Europea y hoy
es uno de los mayores cooperantes de cooperación descentralizada para el desarrollo en
América Latina. Malasia lo está haciendo; la transferencia de conocimiento que los campus
alternos americanos le hacen, le ha permitido recibir estudiantes de China e Indonesia y aun
de Pakistán y los países islámicos que por paranoicas razones no pueden obtener la famosa
I-20 a los USA.
Para terminar permítanme entonces hacer una aproximación a lo que puede implicar está
política nacional de apertura en educación:
Desligar el debate de la educación como bien público o bien transable, por las
razones que expuse arriba y considerar la derogatoria del Artìculo 98 de la ley 30.
Si políticamente esto no es posible al menos tratar de desparroquializar el debate
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9. para poder avanzar en temas más importantes y apremiantes de la educación
transfronteriza.
Poner en macha un marco regulatorio que facilite la participación del sistema de
educación nacional en la educación internacional. Recuérdese que la misma
UNESCO reconoce la educación a través de las fronteras y esta se da en doble vía.
Convertir la cooperación como un principio en las condiciones de acceso y la
transparencia como un valor en la inversión extranjera directa que se den en el
sector de educación
Dar importancia a la Calidad, pero sobre los parámetros y las nuevas dimensiones
internacionales de la calidad y no como sistema cerrado auto regulado
exclusivista, autoritario y excluyente, como parece que se está convirtiendo
nuestro otrora modelo de acreditación de exportación.
Evitar la fuga de cerebros sobre la base de promover esquemas ya existentes de
circulación de cerebros, que dentro de una política de internacionalización de la
ciencia contribuyan al desarrollo de comunidades científicas locales con
exposición internacional.
Promover la integración de los sistemas de educación superior de América Latina y
el Caribe para la conformación de un espacio común donde la colaboración
solidaria, el reconocimiento de programas y títulos y la movilidad académica son
una constante.
Definir con determinación y voluntad política y Diplomacia asociativa, el embroglio
de la liberalización del comercio en servicios de educación en la UNESCO y la
OMC.
Seguirle apostando a la Educación superior como factor del desarrollo sobre la base
de afianzar su financiación.
Se preguntarán por qué en un foro de rectores he terminado hablando de políticas de Estado
y no de estrategias y acciones para las Universidades; la razón es sencilla, la
internacionalización de la educación superior es un hecho, sin embrago, si bien las
instituciones de educación superior han, a fuerza de responderle a sus principales grupos
implicados, los estudiantes, articulado y puesto en marcha acciones de internacionalización
de sus Universidades que darán sus resultados, su impacto en el desarrollo del país sigue
siendo muy bajo por esa tendencia tan colombiana a tratar de abrirnos camino en solitario.
Por ello considero que se requiere una coherente y urgente acción del Estado que
respetando la autonomía de las Universidades, pero exigiéndoles mayor cooperación entre
ellas mismas, mayor responsabilidad y compromiso con sus regiones, le dé impulso en el
contexto global, regional y local a la internacionalización del sistema nacional de educación
superior colombiano, por las consecuencias de cambio y transformación que esto puede
traerle al país en su afán por insertarse positivamente en el escenario internacional y
participar de la sociedad del conocimiento. Qué mejor forma de hacerlo que a través de la
educación superior. Gracias
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