1. RELATO
Innumerables son los relatos existentes. Hay, en primer
lugar, una variedad prodigiosa de géneros, ellos mismos
distribuidos entre sustancias diferentes como si toda
materia le fuera buena al hombre para confiarle sus
relatos: el relato puede ser soportado por el lenguaje
articulado, oral o escrito, por la imagen, fija o móvil, por el
gesto y por la combinación ordenada de todas estas
sustancias. Además, en estas formas casi infinitas, el
relato está presente en todos los tiempos, en todos los
lugares, en todas las sociedades; el relato comienza con la
historia misma de la humanidad; no hay ni ha habido jamás
en parte alguna un pueblo sin relatos Para describir y
clasificar la infinidad de relatos, se necesita.
Una «teoría» (en el sentido pragmático que acabamos de
apuntar); y es en buscarla, en esbozarla en lo que hay que
trabajar primero. La elaboración de esta teoría puede ser
notablemente facilitada si nos sometemos desde el
comienzo a un modelo que nos proporcione sus primeros
términos y sus primeros principios. En el estado actual de
la investigación, parece razonable6 tener a la lingüística
misma como modelo fundador del análisis estructural del
relato.