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Curso
Planeación de la Enseñanza
Introducción: Adolescencia
"No es tarea fácil educar jóvenes, adiestrarlos, en cambio, es muy
sencillo." R Tagore
La adolescencia se ha descrito de diferentes maneras: como una época de
rápidos cambios físicos, sociales y emocionales; un periodo durante el cual se
alcanza la madurez; un periodo crítico del desarrollo; una etapa entre la infancia
y la adultez; una época de renacimiento; una de las encrucijadas más difíciles en
el ciclo vital del individuo; un período durante el cual la persona se prepara para
la culminación de la madurez física y emocional, entre otras muchas manera de
definirla.
Lo cierto es que se trata de un periodo crítico, de una etapa que exige de los
adolescentes mecanismos adaptativos frente a las complejas tareas del
desarrollo que involucran procesos como lo son: la identidad, la autoimagen y la
integración psicocorporal, la autonomía, el futuro vocacional, la sexualidad, la
pertenencia al grupo, los valores éticos y religiosos, la expansión intelectual, el
nuevo lugar en la familia, los retos escolares y la reivindicación social, entre otros.
Ciertamente, docentes, orientadores, prefectos, tutores, directivos y todos
aquellos que trabajamos con adolescentes en instituciones educativas,
constatamos que se trata de un quehacer en donde se ponen en juego los
aspectos más profundos de nuestro ser.
En el trabajo con adolescentes ponemos en juego nuestras fortalezas y
experiencia, pero a la vez somos confrontados con nuestras propias limitaciones,
con nuestras certidumbres, con aquello que dábamos por seguro. Porque esta
labor requiere además del dominio de nuestra asignatura y de algunas buenas
herramientas didácticas, conocimiento personal, conocimiento del proceso
adolescente y del vínculo que construimos con nuestros alumnos.
Universidad Nacional Autónoma de México
Dirección General de Incorporación y Revalidación de
Estudios
Subdirección de Revalidación y Apoyo Académico
Departamento de Apoyo Académico
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Por ello, trabajar con adolescentes en el espacio escolar plantea complejos retos
y serios cuestionamientos que exigen de los docentes conocimiento, profundas
reflexiones, frescos planteamientos, pero sobre todo: herramientas cada vez más
creativas y sin duda, una buena dosis de sentido del humor.
¿Qué se entiende por adolescencia?
Antecedentes:
La palabra adolescente viene del latín adolescens, adolescentis que significa el que está
en periodo de crecimiento: el que está creciendo. Proviene del participio presente del
verbo latino adolescere „criarse, ir creciendo, estar creciendo, madurar‟. Este verbo latino
es un compuesto del prefijo ad- „hacia‟ y el verbo alescere „crecer‟ que implica el
principio de una cosa o de una acción progresiva del verbo latino alere „nutrir, alimentar,
criar‟. El participio pasado de adolescere, es adultum: „el que ya está crecido‟; mientras
que el participio presente adolescens significa „el que está en la etapa de crecimiento‟.
La adolescencia es, por tanto, una etapa del desarrollo, un proceso de maduración.
Algunos autores al tratar el tema de la adolescencia asocian libremente adolescencia
con el verbo castellano adolecer, compuesto de dolecer „enfermar‟, y, como recurso
retórico, interpretan la adolescencia como una etapa en que se adolece, y por tanto, se
crece con dificultades. Con este trasfondo asociativo, se pasa a hablar de “los conflictos
de la adolescencia”, “la crisis de la adolescencia”, “los problemas de la adolescencia”,
etc. Pero etimológicamente, adolescente y adolescencia no tiene nada que ver con la
idea de que en esta etapa del desarrollo se adolece de alguna cosa o falta algo. No es
una etapa de carencias, sino de crecimiento.
Lo cierto es que los adolescentes fueron, son y serán peligrosos para todo lo
establecido, para los protectores de que nada cambie. La mirada social sigue
siendo la de “estar en guardia”.
Conceptos de adolescencia:
La adolescencia es el periodo de transición entre la infancia y la adultez, es decir,
es la expresión del proceso psicológico de acomodamiento a la maduración
biológica, que introducen al adolescente en la ruta de la vida adulta.
Los tiempos de la adolescencia varían de una persona a otra, sin embargo, el inicio
de la adolescencia se puede ubicar en cierto tiempo de la vida de un individuo ya
que está indiscutiblemente desencadenada por la maduración física; en contraste,
la terminación de la adolescencia está marcada por los logros y alcances de tipo
psicológico, así como por la capacidad de ajuste a las exigencias de la vida
adulta.
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La adolescencia se inicia con una interrupción del crecimiento pacífico que antes
se había observado.
Un equilibrio sostenido en este proceso, es anormal.
Desde el punto de vista biológico la adolescencia inicia cuando aparecen los
caracteres sexuales secundarios y la capacidad de reproducción.
Esta maduración física confronta a todo adolescente consigo mismo y ante el
mundo que le rodea, y exige de ellos la capacidad de adquirir nuevos
instrumentos para adaptarse a la vida adulta.
Peter Blos1 expone que la adolescencia es el segundo proceso de individuación, ya que
en ella, la identidad personal cristaliza como resultado de un proceso de desarrollo
psicológico en que la psique se vuelve autónoma y se independiza de las influencias
familiares que se sustentan sobre todo, en el apego emocional hacia los padres. Esto
significa que para tener una identidad propia, el proceso adolescente debe ser exitoso y
conducir a la persona hacia la maduración a través de un proceso de individuación.
Clasifica a la adolescencia en tres fases: a) Pubertad b) Adolescencia Temprana, c)
Adolescencia Tardía.
a) El principal reto de la pubertad consiste en sortear los avatares de los cambios
físicos.
b) El reto de la adolescencia temprana consiste en ajustarse emocionalmente al
nuevo cuerpo y reacomodar la experiencia pasada para encontrar un nuevo
lugar en el espacio familiar y social. También implica haber renunciado a las
ganancias de la infancia, para empezar a recibir los beneficios que trae el ser
joven.
c) La adolescencia tardía tiene como reto el desarrollo de nuevas competencias
sociales, así como la consolidación de la autonomía y la identidad personal,
ello implica una nueva posición ante la vida: asumir con plena responsabilidad
por lo que se hace y por lo que se es.
La mayoría de los adolescentes:
o Experimentan intensos impulsos cuyo sustrato es biológico.
o Reclaman la aceptación y el reconocimiento de su individualidad.
1
Blos, Peter (1979) La transición adolescente, Amorrortu, Buenos Aires.
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o Movilizan su atención y cargas afectivas fuera del seno familiar.
o Empiezan a desprenderse afectivamente y de manera intermitente de sus
padres y maestros.
o Han de sintetizar una nueva imagen de sí mismos.
o Tienden a defender su espacio y sus gustos.
o Tienden a enmanciparse de la autoridad (padres, maestros)
o Tienden a establecer relaciones en grupo y buscan el reconocimiento y un
status entre sus amigos.
Hay que tomar en cuenta que:
La adolescencia representa una segunda oportunidad para solucionar los
conflictos que han quedado pendientes durante la infancia.
Los cambios físicos que operan en el adolescente, en ocasiones, rebasan su
capacidad para ajustarse emocionalmente.
El primer reto del adolescente es empezar a reconocer su nuevo cuerpo e
irse adaptando a las nuevas características.
El control de impulsos en la adolescencia puede verse debilitado, por ello en
ocasiones puede comportarse de manera poco asertiva.
Es normal que el adolescente presente episodios de irritabilidad, inseguridad,
ambivalencia, confusión y se muestre con estados de ánimo muy
contrastantes.
En la adolescencia se conjuntan una serie de elementos que pueden
favorecer o entorpecer la resolución de la misma, entre estos factores se
encuentran: las experiencias de la infancia en relación con el tipo de
vínculo, la forma en cómo se manifiestan los cambios físicos y las exigencias
del medio que rodean al joven.
Los docentes requieren conocer, comprender y aceptar los cambios en sus
alumnos.
Para desarrollar una relación saludable con los adolescentes, los maestros
también necesitan hacer sus propios ajustes y cambios. Ayuda mucho el
hecho de que los maestros puedan ponerse en los “zapatos del
adolescente” a partir de re-conectarse con su propia adolescencia.
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Mucho ayuda en la comunicación entre maestros y adolescentes, la
posibilidad de que la institución y los maestros puedan reconocer con
honestidad las inquietudes, temores y angustias que pueden provocarles los
adolescentes.
Es importante recordar que:
El principal conflicto adolescente es diferenciarse de los padres, maestros o figuras
de autoridad, y lograr autonomía.
El proceso de individuación ha de ser ejercitado a través de traer al
presente y a la realidad las dependencias infantiles no resueltas.
La salida al mundo del adolescente implica la puesta en juego de las
propias posibilidades frente a otros; y el reto es sostener el amor y la
confianza en sí mismo, en base a los logros y a los mecanismos adaptativos.
Los adolescentes necesitan apuntalamientos externos para sostener su
estructura emocional. Esto hace pensar que el modo en que transiten la
adolescencia, dependerá en gran medida de que encuentren esos
sostenes en el mundo externo, y a la vez, que el contexto les ofrezca un
espacio de contención.
El sostén proveniente de vínculos sociales durante la adolescencia es clave
para la resolución del proceso adolescente.
Frente al quiebre de la imagen de sí mismo, los ideales son el sostén de un
aspecto emocional importante en el desarrollo del adolescente. Los
ideales culturales favorecen o entorpecen la resolución de la crisis
adolescente.
Es habitual que el adolescente sienta la necesidad de los adultos como una
dependencia intolerable. Se siente disminuido y amenazado frente a sus
propias dependencias. El desarrollo de la personalidad está atrapada en
este dilema: para ser él, debe alimentarse de los otros, y al mismo tiempo,
necesita diferenciarse de estos otros. Hay aquí una contradicción
potencial: ¿cómo ser él mismo? si para serlo necesita a la vez ser como el
otro y diferenciarse del otro 2
Riesgos en la adolescencia
En la tentativa de separarse, el adolescente intenta “sacar de sí” todo
aquello que vive como presencia materna-paterna dentro de él. Sin
2
Jeammet, P., 2002, pág. 68).
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embargo, él ya “es” rasgos maternos-paternos, identificaciones que lo
estructuran y sostienen. Y al intentar expulsarlas de sí, expulsa pedazos de sí
mismo. Pero en el caso de que las identificaciones se constituyen
frágilmente, la sensación de “romperse en mil pedazos” lo angustiará
intensamente. Esto facilita que se aferre a algo (alcohol, droga, velocidad,
conductas antisociales) o a alguien (vínculo destructivo) para sostenerse,
algo-alguien que le garantice ese entorno de disponibilidad y sostén, que
anhela y, fundamentalmente, algo- alguien que lo haga sentirse existiendo.
Es en ese punto en donde se inscriben las conductas de riesgo.
Los valores que predominan en nuestra cultura, como el éxito fácil, la
apariencia, el consumismo, son valores triviales que no ayudan a la
complejización, sino que favorecen las fantasías omnipotentes y grandiosas
del adolescente. La exigencia es: se es o no se es, situación que deja al
adolescente con la sensación de estar solo y desamparado. Esto, en un
momento en que el sí mismo está siendo cuestionado, puede ser
devastador. Puede hacer sentir que la lucha está perdida de antemano y
que eso implica en el dilema de la adolescencia: no ser o estar fuera del
mundo.
Estos sentimientos pueden ser rápidamente encubiertos con la euforia que
da el alcohol u otras drogas, o la actuación de conductas de riesgo. Se
trata de una omnipotencia que, por momentos, tapa el dolor o la
sensación de fragilidad. Como plantea Pascal Hachet, el consumo de
droga es “una tentativa ineficaz de autocuración de sentimientos
impensables” 3
En la adolescencia hay un repudio de los ideales parentales, una búsqueda
de nuevas identificaciones, y una reactivación de la omnipotencia infantil,
todo esto puede llevar a regresiones y a recurrir a conductas de riesgo
que, a veces, tienen graves consecuencias.
La violencia o las conductas autodestructivas pueden ser usadas como un
recurso, al que algunos adolescentes apelan, frente al dolor de sentirse
vulnerables, desbordados o exhaustos emocionalmente, con pocas
opciones o margen de maniobra para enfrentarse a su realidad.
Los adolescentes a los que todo se les satisface inmediatamente dejan de
desear, y quedan en un estado de permanente desazón.
Hoy encontramos entre los adolescentes un quiebre de las redes
identificatorias, sentimientos generalizados de inseguridad e impotencia;
3
Hachet, P.; 1997, pág. 119.
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hay un bombardeo de los medios de comunicación, exceso de mensajes
confusos, pérdida del valor de la palabra, cuestionamiento de la idea de
justicia... un mundo en el que los adolescentes deben encontrar su lugar.
Factores que influyen en la pubertad y la adolescencia:
Intrínsecos Extrínsecos
Herencia Familiares
Género Sociales
Endocrinos Geográficos
Temperamento Históricos
Culturales
Económicos
De la interrelación entre los factores intrínsecos y extrínsecos se deriva:
La consolidación de vínculos afectivos significativos
La expresión y manifestación de las emociones
La definición de pautas de conducta
La estructuración de la personalidad
El establecimiento de modalidades y canales de expresión y comunicación
Irritabilidad, enojo, agresión o violencia en la adolescencia:
La adolescencia es un periodo crítico y especialmente vulnerable, ciertos rasgos
de hostilidad y agresividad pueden ser “normales”, sobre todo cuando son
pasajeros.
Para comprender el enojo del adolescente hay que tener en cuenta la
experiencia de vida del chico, así como los cambios físicos y los ajustes
cognitivos, emocionales, conductuales, familiares y sociales a los que se enfrenta
un joven. No debemos olvidar que el enojo, la agresividad o la violencia, es
multicausal.
La adolescencia es una etapa de incertidumbre en la que se va a cristalizar la
identidad del joven. En el proceso de organización de la identidad del
adolescente son de vital importancia las identificaciones que ha ido haciendo a
lo largo de su vida. Los adolescentes van incorporando los modelos de
identificación de sus padres y mediante ellos desarrollará la forma de enfrentar
las diversas problemáticas.
El manejo del enojo y la agresión en el adolescente tiene mucho que ver con la
manera en que sus modelos de identificación manejan y expresan su enojo.
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En la adolescencia es común que se presenten episodios de irritabilidad,
confusión, enojo, frustración y necedad. No hay que olvidar que es periodo en
donde se ve disminuida la tolerancia a la frustración.
El adolescente violento es un joven profundamente inseguro, que se siente muy
amenazado y que con actos agresivos trata de compensar su frágil identidad. El
joven agresivo, generalmente dependiente e inseguro, teme quedar “pegado” a
la situación infantil y culpa a los demás de sus dificultades. Ataca buscando unos
límites externos que lo contengan. Por ello, son muy importantes los límites claros y
consistentes.
Hay familias en las que prevalece una visión de la educación “sin límites”. Cuando
no hay límites lo que hay es vacío interno y sobre todo, confusión.
El motivo desencadenante de la agresión que más se observa en los grupos de
adolescentes es la obtención de “respeto”. La norma fundamental del grupo de
pares es la reciprocidad, que compromete a los miembros de un grupo a
“responder” por los demás en los momentos de necesidad. Muchos jóvenes dan
cuenta de la sensación de “fuerza” e “invulnerabilidad” que experimentan en
grupo. Hecho que refuerza a su vez la adhesión a la norma y muchas veces, la
norma puede ser el ataque o la defensa.
La conducta de ciertos adolescentes agresivos está estrechamente relacionada
con el proceso de desidealización de los padres, en el cual el adolescente se
siente muy vulnerable y necesita controlar al “otro” para entrar en control
personal. En muchas ocasiones el problema se desmantela cuando se aborda
con los adolescentes sus miedos, su angustia y sus sentimientos de fragilidad.
Ana Alvarez y Fernando Egea4 escriben sobre los Aspectos Psicológicos de la
Violencia en la Adolescencia, en el Instituto de la Juventud de España, y
plantean a un nivel preventivo, los siguientes aspectos:
a. La necesidad de ir valorando la capacidad de una persona para
adaptarse a los retos evolutivos. Cuando existen graves problemas de
adaptación (incluyendo la sobredependencia), deben ser muy tenidos en
cuenta. Los niños que repetidamente son “malos” en los primeros años
obviamente necesitan ayuda. En la misma medida que los considerados
extremadamente “buenos”.
b. La necesidad de intervenir en la niñez temprana en vez de dejarlo para la
adolescencia.
c. Debemos tener en cuenta que las necesidades de afecto por parte del
infante son necesariamente intensas. La deprivación o la sobre indulgencia,
4
ANA ALVAREZ-CIENFUEGOS RUIZ Y FERNANDO EGEA MARCOS. Aspectos psicológicos de la violencia en la
adolescencia. Revista de Estudios de Juventud. No. 9.España.2003, pp.37-44.
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son los dos errores fundamentales que rompen la evolución normal de la
necesidad de afecto. El amor a uno mismo es normal dentro de unos
límites, como una expresión para preservar nuestro yo. La propia vida de un
niño pequeño depende de la evaluación que de él hagan sus padres. Los
dos errores fundamentales que causan el exceso de deseo por el prestigio,
son el favoritismo y el rechazo. La proyección de las ambiciones de los
padres es la mejor forma de crear una demanda insaciable de prestigio en
el niño. De hecho todos los padres, en cierta medida, quieren que sus hijos
tengan una cierta ambición, capacidad competitiva, y éxito, pero existe
una demarcación tenue que lleva hacia el egoísmo y la rivalidad hostil.
Cuando el niño siente que él es el dueño de la casa, o bien uno de los
padres espera que cumpla todas sus ambiciones, el niño incorpora la idea
de que su propio status va ser lo único importante, y cualquier persona va a
ser tenida o como un rival al que odiar, o un instrumento para su propio
prestigio. De la misma manera, el niño que es rechazado y por lo tanto no
suficientemente valorado, va a acarrear a lo largo de su vida un
sentimiento de inferioridad. Este intenso sentimiento va a ser una fuente
inagotable de ira y odio.
d. Conflicto entre la persona y su conciencia. La conciencia es el resultado de
ir internalizando progresivamente el proceso de socialización, tratando de
encontrar un equilibrio entre los deseos individuales y el bienestar para los
otros. De nada sirve la utilización de largas charlas si después el ejemplo de
resolver un problema es utilizar la violencia física o psíquica. Esto provee al
niño una técnica para resolver los problemas para su futuro.
e. El inculcar ideales absolutamente inalcanzables, puede ser altamente
destructivo para la personalidad. Estos pueden ser una fuente inagotable
de sentimientos de vergüenza o de culpa, que puede dañar enormemente
el bienestar.
f. Es una gran fuente de violencia el desplazamiento de la venganza de todo
tipo de malos tratos, bien sean conscientes o inconscientes, durante la
niñez. De todas las fuentes, la hostilidad descargada sobre el hijo es sin
duda la fuente más poderosa hacia el odio y la violencia.
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Síntesis
La mayoría de los adolescentes
• Experimentan intensos cambios fisiológicos.
• Movilizan su atención y cargas afectivas fuera del seno familiar.
• Empiezan a desprenderse afectivamente y de manera intermitente de sus
padres.
• Han de sintetizar una nueva imagen de sí mismos.
• Tienden a defender su espacio.
¿Por qué la adolescencia conlleva riesgos?
• Por la fuerza de los impulsos
• Por la fuerza de la regresión
• Por el difícil reto de diferenciarse y lograr autonomía respecto a los padres
internalizados de la infancia
El principal reto del adolescente
• Es el de diferenciarse de sus padres vs. seguir confundido, indiferenciado y
dependiente de ellos.
El conflicto crucial del adolescente
• El conflicto crucial del adolescente es intrapsíquico, y no el que se establece
con los padres como sujetos reales, por lo que la conducta observable hacia
ellos es una dramatización del conflicto interno.
Sobre la rebelión del adolescente
• Lo normal es la rebeldía, lo patológico es el oposicionismo compulsivo.
• Cualquier sometimiento pone en peligro la precaria individuación del joven
• El adolescente tiene la disyuntiva entre el:
Sí que implica sometimiento, o el
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• No que tiene que ver con la Individuación
• En esta etapa la obediencia se vive como infantilizante
El adolescente se torna peligroso a los ojos de los adultos:
Porque quiere tomar sus propias decisiones y cuestiona las
actitudes, las opiniones y los valores de la generación anterior.
A menudo, la violencia de los adolescentes
Es consecuencia del abuso de poder de los adultos, que no quieren renunciar al
mandato absoluto que tenían sobre el niño.
Un síntoma del proceso de consolidación de la autonomía del adolescente
• Descalificar a los padres y maestros, negar que los padres o maestros tengan
un saber.
• Esto se mostrará de mil maneras: queja, crítica, decepción, reproche,
confrontación...
El enojo y rebeldía
Tiene que ver con una oposición a aquello que:
• Limite las manifestaciones de sus impulsos
• Le de principio de realidad a su omnipotencia
• Se oponga a las expresiones de su identidad
• Entorpezca su proceso de autonomía.
Responsabilidad
• Hace responsable al otro (los padres al maestro, o la escuela) de sus
limitaciones, de su impotencia, de su frustración, de sus intentos y fracasos.
El adolescente rechaza el proyecto que tienen los padres sobre él
• Lo que proviene de los deseos, expectativas y valores de los padres, ya no lo
sostienen más.
• Ya no le son suficientes los consejos ni los ideales prestados por los padres.
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El Yo frágil e inseguro del adolescente
• Teme quedar “pegado” a la situación infantil y culpa al entorno de sus
dificultades para progresar.
• Ataca buscando unos límites externos que lo contengan.
El adolescente
• Pelea por la diferencia entre lo que busca y lo que encuentra: a pesar de que
a menudo:
...no sabe lo que busca, ni lo que quiere...
En esta búsqueda...
• El adolescente generalmente queda insatisfecho.
• Y lo que encuentra: es insuficiente e inadecuado.
• Entonces.....
Tiende a culpar al otro por ello.
La propuesta
• Es que el adolescente pase de la queja estéril...
• A saber la cuota de responsabilidad que le corresponde en lo que le sucede,
para poder responsabilizarse de ello.
El adolescente comprueba que...
• Si se pelea renegando del entorno familiar, se pelea con lo que lo ha estado
sosteniendo hasta ahora.
• Esto le genera angustia, por la perspectiva de quedarse sin soporte.
El dilema del adolescente
• Consiste en desatarse del lazo que lo unen a su herencia y a sus vínculos
familiares, sin perderlos como soporte.
Es decir...
• El adolescente por un lado, desearía no tener la figura de los padres o maestros
(y sobre todo no tener que necesitarlos o recurrir a esa figura)
• Pero.... también quiere y necesita el sustento de sus padres y maestros
• Pero.... le cuesta reconocerse como hijo y como alumno.
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La separación Padres-adolescentes
• No es una cuestión de lejanía.
• Se requiere una distancia para que la relación entre padres e hijos cambie a
otra, en la que se reconozca un nuevo lugar para la singularidad de cada uno.
Hay hijos que conviven con sus padres
• Mediante una buena separación
• Hay hijos alejados de sus padres, que no soportan la distancia.
• La buena separación permite la relación de singularidad, sin miedo a la
cercanía (a ser atrapados) o al olvido de la distancia.
La adolescencia es como un divorcio
• Y ocurre que en los divorcios se suelen decir cosas desagradables, algunas
absolutamente falsas, otras absolutamente ciertas, y otras muchas, mezcla de
unas y otras.
• Muchas se piensan sin decirlas, y otras se dicen sin pensar.
En el proceso de autonomía el adolescente y sus padres
• Ignoran que se enfrentarán a un vacío, porque toda separación implica
confrontación a un vacío.
• La confrontación al vacío enfrenta al adolescente y a los padres a su propia
falta, a las propias limitaciones.
• El trabajo está más del lado de aprender a vivir con las propias limitaciones y
renunciar a la omnipotencia
Los adolescentes que pretenden encontrar la libertad rechazando la ley
Encuentran el alcohol, la droga, los riesgos al volante...
Encuentran algo que los esclavice.
El adolescente busca ser aceptado y querido...
• El adolescente busca ser querido precisamente en lo más inaceptable que
tiene.
• Lo que se esconde tras las locuras del adolescente es que...
Busca el amor más autentico, el que va más allá de las razones.
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Pide a gritos reconocimiento incondicional “a su nuevo ser, incluidas
sus locuras”.
Y....................
•No se trata de satisfacer esta demanda, sino de escucharla, entenderla....
¿Qué nos está diciendo...?
Las estrategias más torpes de las cuáles podemos echar mano los adultos
respecto a la actuación de los impulsos del adolescente son:
• Oponerse rígidamente
• Abandonarlo, ignorarlo
• Gratificarlo
Las mejores estrategias son:
La Contención (Sujetar)
La Comprensión
La Consistencia