Este documento discute la toma de decisiones en las organizaciones. Define la toma de decisiones como la selección de un curso de acción entre alternativas. Explica que existen diferentes tipos de decisiones como operativas, de rutina, de emergencia y estratégicas. También describe tres niveles de certeza al tomar decisiones: certeza, riesgo e incertidumbre.
2. Se define como la selección de un curso de acciones entre alternativas, es decir que existe un plan un
compromiso de recursos de dirección o reputación. En ocasiones los ingenieros consideran la toma de
decisiones como su trabajo principal ya que tienen que seleccionar constantemente qué se hace,
quien lo hace y cuando, dónde e incluso como se hará. Sin embargo la toma de decisiones es sólo un
paso de la planeación ya que forma la parte esencial de los procesos que se siguen para elaboración
de los objetivos o metas trazadas a seguir. Rara vez se puede juzgar sólo un curso de acción, porque
prácticamente cada decisión tiene que estar engranada con otros planes. Los gerentes, por
definición, son tomadores de decisiones. Uno de los roles del gerente es precisamente tomar una
serie de decisiones grandes y pequeñas.
3. Operativas: son necesarias para la operación de la
organización, e incluye resolver situaciones de
"gente" (como contratar y despedir), por lo que
requiere de un manejo muy sensible.
De rutina: las mismas circunstancias
recurrentes llevan a seleccionar un
curso de acción ya conocido
De emergencia: ante situaciones sin precedentes,
se toman decisiones en el momento, a medida
que transcurren los eventos. Pueden tomar la
mayor parte del tiempo de un gerente.
Estratégicas: decidir sobre metas y objetivos, y
convertirlos en planes específicos. Es el tipo de
decisión mas exigente, y son las tareas más
importantes de un gerente.
4. Certeza: Esta es la situación ideal para la toma de decisiones.
Se tiene la total seguridad sobre lo que va a ocurrir en el
futuro. Desde un punto de vista estrictamente económico se
trata de elegir el curso de acción que va a proporcionar los
mejores resultados de acuerdo con el criterio establecido
(beneficios, rentabilidad, cifra de ventas). No es, sin embargo,
una situación habitual.
5. Riesgo: Esta situación se aproxima bastante más que la
anterior a las situaciones habituales en la empresa. El decisor,
bien porque se ha procurado información, bien por su
experiencia, puede asignar probabilidades a los estados de la
naturaleza de los que depende la efectividad de su decisión.
De esta forma, puede valorar, al menos asociándolos a una
probabilidad, los resultados promedio de sus decisiones. Por
supuesto, que eso sea suficiente para tomar una decisión
depende de los criterios que se definan para tomarla.
6. Incertidumbre: Al igual que con el riesgo, los decisores en
muchas ocasiones se enfrentan a decisiones en las que no
pueden efectuar suposiciones sobre las condiciones futuras en
las que se desarrollarán los cursos de acción elegidos. Ni
siquiera es posible asignar probabilidades razonables a dichos
sucesos futuros. En estos casos la decisión, además de por
criterios políticos y económicos, se ve orientada por la
orientación psicológica del decisor.