Este documento describe las diferentes etapas de desarrollo de un niño con síndrome de Down, incluyendo bebé, primaria infancia, segunda infancia y adolescencia. Explica que los niños con síndrome de Down aprenden habilidades a un ritmo diferente y requieren estimulación y apoyo especiales. A medida que crecen, continúan desarrollándose pero a un ritmo más pausado, volviéndose más autónomos aunque logrando metas con mayor lentitud. La adolescencia trae cambios físicos y emocionales
Desarrollo de niños con síndrome de Down desde bebés hasta la adolescencia
1.
2. BEBÉ
Todos los niños, también los que tiene síndrome de Nuestro hijo Down,
adquieren habilidades a un ritmo diferente. hijo aprenderá a andar,
hablar, comer, ir al baño... pero lograrlo le costará un poco más que a los
niños sin discapacidad. Requerirá vuestro apoyo y una estimulación
especial, que harán en casa y en las sesiones de atención temprana.
Nuestros hijos aprenderá lo que queramos enseñarle, pero tendrán que
repetir más veces las cosas y utilizar una dosis extra de paciencia.
Establecer rutinas y hacer las cosas siempre de la misma manera le
ayudará a asimilar la información.
3. PRIMARIA INFANCIA
El niño con síndrome de Down que ha sido estimulado adecuadamente es
capaz de jugar solo y divertirse, experimentando cómo funcionan las
cosas que tiene a su alcance, pero conviene que vosotros, sus padres, así
como sus hermanos o amigos, jueguen y compartan actividades con él,
pues será un tiempo inestimable para reforzar lazos e impulsar su
desarrollo.
4. SEGUNDA INFANCIA
Los niños con síndrome de Down se desarrollan muy deprisa en los primeros
años, pero en la segunda infancia su evolución tiene un ritmo más
pausado. En esta etapa, continúan ganando fuerza y destreza en sus
movimientos, son cada vez más autónomos y capaces de lograr las metas
que se proponen, aunque estos progresos se producen con mayor lentitud.
5. ADOLESCENCIA
La adolescencia es una etapa complicada, que suele alterar la convivencia
de las familias. Los adolescentes con síndrome de Down tienen, como
cualquier persona de su edad, conflictos en la relación familiar, por lo que
a menudo prefieren estar con sus amigos.
En estos años aparecen muchos cambios físicos y suele surgir el primer
amor. Se hace más fuerte el deseo de independencia y de realizar las
actividades que ven hacer a otros jóvenes. Algunos padres tienden a
sobreproteger a sus hijos con discapacidad y rechazan este impulso.