3. Introducción
Dr. William Hall, pass presidente del American College of
Physician, que ha hablado en varios países
latinoamericanos sobre este tema, en sus conferencias nos
muestra que el tener una vejez exitosa depende de
nosotros exclusivamente, si nos alimentamos bien, si
mantenemos actividad física regular y continua, evitando el
sedentarismo, si mantenemos antes de los 75 años nuestro
peso dentro de valores ideales, si controlamos nuestras
enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión
en las metas recomendadas por los trabajos científicos,
como el publicado en el 2008 por el grupo de Harvard de
Boston, Massachusetts, donde fueron analizados y
acompañados durante 25 años 2357 médicos del sexo
masculino y la posibilidad de llegar independientes y con
vida útil a los 90 años está relacionada con estos factores
principales, que comparto plenamente.
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4. Desarrollo
Esta teoría se sustenta en el mismo principio:
conforme envejecemos, la selección natural
disminuye su eficacia para eliminar variantes
genéticas deletéreas cuyos efectos se manifiestan
en etapas tardías de la vida.
Es fácil pensar que una mutación genética que
provoque un tumor maligno a los 60 años
difícilmente será eliminada de la población por la
selección natural, porque su portador ya habrá
tenido oportunidad de transmitirla a su
descendencia antes de sufrir sus efectos
deletéreos.
4Juan Antonio Rodriguez1
, Elena Bosch1
y Arcadi Navarr, Desenterrando las raíces evolutivas del envejecimiento
5. Desarrollo
Las variantes genéticas asociadas a enfermedades de la vejez se podrán
mantener en la población, incluso verse favorecidas, si estas mismas
variantes confieren una ventaja adaptativa durante nuestro periodo fértil,
bien sea ofreciendo protección frente a una enfermedad o aumentando las
probabilidades de reproducirse (Williams, 1957).
5Juan Antonio Rodriguez1
, Elena Bosch1
y Arcadi Navarr, Desenterrando las raíces evolutivas del envejecimiento
6. A partir de los mismos datos biomédicos pudimos observar, además, que nuestros genomas cargan con un exceso
de variantes genéticas que son beneficiosas durante la juventud, pero que resultan perjudiciales posteriormente
durante la vejez y que estas variantes suelen aparecer en genes que han sido independientemente asociados en
otros estudios con envejecimiento en humanos y otros seres vivos. Tal hallazgo confirma que Williams estaba en lo
cierto cuando propuso su teoría hace ahora justo 60 años. Por otro lado, hemos encontrado que este exceso de
mutaciones pleiotrópicas antagonistas era especialmente pronunciado cuando se consideraban umbrales de edad
entre los 40 y 50 años. De nuevo, esto nos remite a una frontera evolutiva temporal la cual parece reflejar un límite
biológico conocido en nuestra especie: la aparición de la menopausia, período que marca el fin de la edad
reproductiva en las mujeres.
Conclusion
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