1. A lo largo de nuestra vida no podemos negar que hemos tenido algún tipo de
relación o contacto con el ámbito educativo, estando dentro de un aula como
alumno, como padre de familia o profesor. Hago mención de esto porque nos
hemos topado con grupos en los cuales los alumnos muestran diferentes
características, que generalmente describen diversas actitudes desde
entusiasmo hasta un profundo desinterés.
En caso contrario del grupo entusiasta y trabajador vemos un grupo apático, en
los cuales no se desea trabajar, y mucho menos estar dentro del aula, esto
significa sin lugar a dudas que el grupo presenta, problemas que pueden llevar
a un rotundo fracaso escolar. Lo cual no encaja con el objetivo que la
educación tiene para el individuo.
Pero aquí la pregunta es ¿Qué genera que en un grupo exista esa apatía? Las
respuestas pueden ser muchas a mi parecer, su origen puede ser el sistema
educativo, contexto, los alumnos o como siempre culpa del profesor, con esto
no digo que sea un caso inexistente, pero habría que analizar el verdadero
origen. Pues no solo es el alumno que muestra ese desinterés o apatía por el
proceso satisfactorio de enseñanza aprendizaje, sino que también viene
afectando este “síndrome” al profesor, que en su caso termina “enseñando” de
una forma poco efectiva y hay que recordar que aunque el profesor es
fundamental en el aprendizaje y “es su trabajo” enseñar. También es un ser
humano que siente y piensa, cosa que no debe ser menospreciada a la hora de
buscar una interrogante o una raíz al problema.
Una de las causas a las que se le atribuye el “desgano escolar” es a aquel
método tradicional (mecánico, estándar, lineal, evaluativa, etc.) que ve al
alumno como un recipiente vacio el cual debe de ser llenado hasta el tope con
abundante información, Juan José Arreola critica fuertemente la memorización
como un método antipedagógico el cual considero que es necesario en algunos
casos pero no como una base para impartir la enseñanza ya que como alumno
también me vi fastidiado por ello. Método que reduce y margina al alumno de
un espíritu de creatividad e imaginación (Joseph Jacotot), relacionado a esto se
crea una gran brecha o lazo entre el profesor y el alumno, pues el profesor se
limita a hablar y pocas veces el alumno comprende lo que habla.
“enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su
propia construcción y conocimiento” (Paulo Freire)
Muchas veces esa información carece de sentido para el alumno por lo cual
también agranda mas su desinterés, en caso de que por cuestiones de
evaluación llegue a memorizarlas, este conocimiento seguramente será muy
distinto al que adquiere de su entorno e incluso contradictorio al que adquiere
dentro del aula. Pero esto no acaba ahí, si hacemos una comparación entre la
escuela y entorno cotidiano del alumno, veremos que es fuera del aula donde
está el verdadero significado del individuo, donde están sus intereses,
sentimientos, prioridades e incluso gran parte de su aprendizaje. Lo que viene
dándole un golpe bajo a la presencia de la escuela.
2. Otro de los obstáculos en el aprendizaje desde la memorización se ha venido
analizando que cuando se aprende mediante esta forma, el cerebro no tiene el
tiempo suficiente para hacer de ese conocimiento parte del individuo, pues se
requiere ante de adquirir nueva información asimilar, incorporar, procesarla y
reconsolidarla ante de apropiarse de una nueva. Pero esto no da tiempo en un
programa tan “apretado” con el que se rigen muchas escuelas, las cuales
tienen que cumplirse en tiempo y forma limitando al alumno a siquiera
relacionarlo o aplicarlo al contexto fuera de la escuela.
Algunas características de este problemas son que los alumnos manifiestan
ciertas actitudes como el aburrimiento, dentro de los espacios escolares, lo cual
desde un principio bloque el acto de pensar, la otra se refiere a un proceso
implicado en un sistema jerárquico y autoritario podría decirse que hasta
automatizado que no da pie a que el alumno participe, pues se entiende desde
este punto de vista que la escuela es una reproducción de la sociedad así que
la primera prepara para la segunda. Aquí el maestro se vuelve en el único
instrumento que transmite y evalúa apegado exclusivamente al libro de texto, lo
que de igual manera solo promueve la inmovilidad y rechazo del alumno,
marginando su libre pensamiento y sus capacidades y espíritu. Cayendo como
dijimos en el autoritarismo del maestro usando medios como la evaluación para
el control del alumno y no para lo necesario, cabe mencionar que en el hogar el
aprendiente se rige bajo el mismo método. Esto quiere decir que se enfrentara
y manifestara los mismos problemas de conocimiento y conducta en los dos
contextos.
Ahora bien el maestro no queda exento de problemas pues también no pone el
énfasis necesario al arte de educar, pero recordemos que no debemos culpar
al profesor de todo como siempre el mundo, entre algunos de los factores que
generan el desgano del maestro es precisamente el cumplir con todo el
programa en el tiempo que se establece y evaluar al alumno, esto deja atrás
todo aquello que debería significar el gozo por enseñar y aprender. También
debemos mencionar entre algunos de los problemas que enfrentamos que
afectan la motivación del alumno es el trabajo con contenidos ya
desactualizado o con teorías que podrían ser, quizá no obsoletas pero no están
“actualizadas” a los tiempo y retos que vivimos actualmente, cayendo el
profesor también en un escaso interés por actualizarse por tomarse la molestia
de investigar, leer o apropiarse de contenidos modernos apegados a lo que hoy
se exige en la sociedad, pero que puede hacer el profesor en este caso si el
sistema es que se apega a un programa que poco le ha interesado modificar
haciendo del maestro un “títere” que debe basarse en métodos copiados u
obsoletos de otros países, tal como lo señala michea que dice que el profesor
trabaja obligado y que está en un estado de sumisión. Aun así el profesor debe
preocuparse por su propia actualización integral constituida por un sentido
estético y ético profundo, con un saber científico, social, humanista y
tecnológico de vanguardia. Para poder enfrentar cualquier situación como
educador y generar escenarios llenos de conocimiento y no como un repetidor
3. de contenidos. Otro de los problemas que “no se quieren ver” o al menos al a la
sociedad o gobierno tratan de ocultar es la pobreza en la que vivimos muchos
de nosotros, lo cual significa que mientras más pobreza tengamos hablando
económicamente es más pobre nuestro acceso a lo cultural o a la educación.
De nada sirve por ejemplo impartir clase y poner el empeño suficiente para
sacar adelante al alumno (que así debe ser) si este se encuentra marginado de
alimentación, dinero, o está obligado a trabajar para ayudar a sus padres al
sustento de la familia. Y peor aún no cuenta con los recursos suficientes para
poder costear más allá de una educación básica, esto hace que el alumno
también vea muy lejos o con poco interés su educación. Se le echa la culpa del
desinterés escolar o del rezago de los alumnos a muchas cosas pero no
queremos ver que este es uno de los principales problemas. Con el cambio de
la sociedad también ha venido la influencia de los medios de comunicación con
más fuerza lo cual “atrofia” la capacidad de entender (Sartori) pues no hace
falta mencionar que muchos de los contenidos que se abordan en los medios
tampoco están tan ligados a un interés cultural sino a intereses mercantiles.
Pero porque hablar de causas y más causas, cuando podemos hacer algo por
cambiar el concepto actual y real del aprendizaje que vivimos, debemos hacer
del aprendizaje algo más dinámico, integral para el alumno, y siempre continuo,
en pocas palabras educar con amor. Y como ya mencionamos ser como
docentes aquellos generadores de escenario donde el alumno pueda actuar
con una mayor autonomía para su aprendizaje y propiciar su creatividad y
conocimiento. Sin lugar a dudas la educación debe cambiar no es un tema que
deba ponerse en discusión en ese sentido. Pero debe cambiarse de acuerdo a
los intereses y necesidades que el país, que la gente necesita y no tener un
carácter político e intereses que solo benefician a unos pocos y nada tienen
que ver con la educación. Regresando al punto que tiene que ver con la
escuela debemos manejar dentro de aquello que queremos cambiar lo
emocional, cognitivo, estético, y lo espiritual. Trabajándolos de manera más
humanista con más sentido para el propio alumno motivando y estimulando su
deseo de aprender, para que de este modo podamos ir cambiando aquellas
bases las cuales han estado muy aferrados en el proceso de enseñar y que
estancan al país de forma negativa, cambiemos hoy en día aquello que hace
que nuestros niños del futuro tengan un panorama poco alentador por un
panorama atractivo, que haga que la juventud y ese futuro que queremos al fin
llegue a nuestras manos.