La profesora de música corrigió a los estudiantes que tocaban desafinados y los hizo practicar individualmente. Candy tocó mal la flauta y se puso a llorar, pero la profesora la animó a que practicara todos los días. Aunque al principio le costaba, Candy perseveró y logró grandes avances, recibiendo una ovación especial el día de la presentación.

1. La perseverancia
En la clase de música están ensayando para la orquesta del colegio.
Todos están muy entusiasmados tocando, pero en conjunto suenan
terriblemente desafinados.
- ¡Alto! ¡Paren de tocar!, exclamó Rosita, la profesora de música.
- Vamos a tocar uno por uno para ir corrigiendo detalles, agregó.
Mario comenzó tocando el tambor. ¡Bom, bom, bom! Se escuchó en
toda la sala.
- Un poco más suave, corrigió la profesora.
Después uno a uno fueron tocando su instrumento: Martín la trompeta,
Susanita los palillos, Hugo la caja y Candy la flauta. Cuando la niña tocó
todos pegaron un grito.
Lamentablemente no sabía tocar y por más empeño que le ponía, su
flauta sonaba terrible.
Candy al ver la cara de todos se puso a llorar.
- No sé tocar este instrumento y por más empeño que le pongo no
me sale. ¡Yo no sirvo para esto!, se quejaba amargadamente.
- Candy, dijo dulcemente la profesora, nadie nació sabiendo tocar
un instrumento. Para hacerlo bien hay que practicar y practicar.
Yo estoy segura de que si tú ensayas todos los días vas a aprender
rápidamente.
Aunque Candy estaba desanimada, las palabras de la profesora le
dieron fuerzas para superarse y aprender a tocar bien la flauta. Todos
los días después del colegio, Candy ensayaba en su casa dos horas
diarias. Sofía, le ayudaba con el triángulo.
Tan grande fue su desempeño, que logró enormes avances.
Cuando llegó el día de la presentación, la orquesta tocó
maravillosamente. Candy fue una de las mejores y la profesora para
premiar la perseverancia y esfuerzo de la niña pidió un aplauso especial
para ella.
Todos sus amigos la felicitaron. Ella estaba muy contenta, porque había
sido muy valiente, al atreverse a superar sus propias limitaciones.
FIN
Papá y mamá: Muchas veces los niños se desmotivan cuando no pueden
realizar una actividad y rápidamente pierden el entusiasmo. No es bueno que
se queden con una sensación de fracaso, anímalos a superarse. Recuerda que
aprender a perseverar en algo es un gran aprendizaje, sirve para toda la vida.