La dieta mediterránea se caracteriza por los platos y gastronomías de los países alrededor del Mar Mediterráneo. Se basa en ingredientes como el aceite de oliva, vegetales como el tomate y la cebolla, frutas como los cítricos y melones, y pescados como el atún y las sardinas. El clima mediterráneo influye en platos ligeros debido a veranos secos y cálidos e inviernos suaves.