El control es una base fundamental en las organizaciones y empresas porque proporciona autoridad, vigilancia y observación que permiten el desarrollo exitoso de una empresa. El control depende de empleados capacitados para asumir esta responsabilidad, aunque no es una cualidad innata y puede adquirirse mediante capacitación. El control también ayuda a corregir errores, desviar caminos negativos y asegurar que los planes establecidos se cumplan según lo planeado, lo que permite que la empresa prospere en un ambiente efectivo.