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NUFSTRA ECONOMÍA
DE CADADÍA
ECONOMÍA APLICADA AL ALCANCE DE TODOS
NUESTRA ECONOMÍA
DE CADA DÍA
ECONOMÍA APLICADA AL ALCANCE DE TODOS
Ernesto R. Fontaine
Profesor de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas
y Administrativas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago.
Osvaldo H. Schenone
Profesor de Economía de la Universidad de San Andrés,
Buenos Aires, Argentina.
A.Alfaomega
[mesto R. Fontaine y Osvaldo H. Schenone
fotografías de la cubierta:
Erkka Ferreyra Gutiérrez
ll11straciones:
Idea, Ericka Ferreyra Gutiérrez
l1'11/ización, Raúl Cedilla Calderón
Diagramación:
Juan Rico Vázquez
Andrés Landeros Bojorges
Producción:
Guillermo González Dorantes
© 2000 ALFAOMEGA GRUPO EDITOR, S. A. de C.V.
Pitágoras 1139, Col. Del Valle, 03100 México, D.F.
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana
Registro No. 2317
Internet: http://www.alfaomega.com.mx
Email: ventas@alfaomega.com.mx
ISBN 970-15-0556-5
Derechos reservados
Esta obra es propiedad intelectual de su autor y los derechos de publicación en
lengua española han sido legalmente transferidos al editor. Prohibida su repro-
ducción parcial o total por cualquier medio sin permiso por escrito del propie-
tario de los derechos del copyright.
Impreso en México - Printed in Mexico
í Piujín
PREFACIO
Este libro está dirigido a tres grupos de lectores. Primero, los estudiantes de
cualquier carrera, no necesariamente de Economía, que todavía no han teni-
do ningún contacto con la economía y se encuentran con un primer curso
que les parece árido, aburrido y desconectado de la vida cotidiana. Nuestro
mensaje aquí es el siguiente: "Posiblemente el curso sea todo lo que ustedes
creen; pero no desesperen, la Economía no es así. Muy por el contrario, es
súperentretenida. Ella les ayudará a comprender y a explicarse muchas de
las cosas que le ocurren a usted o que usted observa a diario". Aplicando el
análisis económico van a encontrar respuestas a preguntas como, por ejem-
plo:
¿Es verdad que la enseñanza universitaria gratuita beneficia principal-
mente a los más pobres, que son quienes no podrían afrontar el pago de
la matrícula? ¿Debe la colegiatura (matrícula) ser distinta para los más
pobres y para las distintas carreras impartidas por la universidad?
Si el gobierno fija un tope máximo a los alquileres ¿va a haber más o
menos gente que se queda sin alquilar la vivienda que desean?
¿Deben eliminarse completamente el crimen, la congestión y la conta-
minación ambiental?
Dado que las familias son, en promedio, más ricas ahora que hace cien
años, ¿por qué tienen menos servicios domésticos, tales como mucamas,
mayordomos, etc.?
¿Por qué las mejores manzanas no se comen en Río Negro (donde se
producen), sino en Buenos Aires?
¿Se debe comprar y vender el derecho a transformar un pez en pesca-
do?
Si el gobierno fija el precio del pan por kilo, ¿se venderá el pan m,s o
menos cocido?
8 Prefacio
Si el gobierno fija el precio del pan por unidad ¿se venderán panes más
chicos o más grandes?
Si el gobierno fija el salario mínimo, ¿la tasa de desempleo de los analfa-
betos, los lisiados, los demasiado jóvenes o demasiado viejos, subirá o
bajará?
El segundo grupo son quienes no son economistas, ni estudian para serlo,
pero se preguntan ¿Por qué los economistas dicen -y a veces hacen- lo que
les oímos decir y vemos hacer? ¿Cómo razonan ... si es que lo hacen? Aquí
nuestro mensaje será contarles todas las mentiras que no decimos y que
quienes las dicen no saben que son mentiras (y, por lo tanto, tampoco son
mentirosos).
A este grupo le pueden interesar las preguntas anteriores, pero también
podrán aplicar el análisis económico a interrogantes tales como, por ejem-
plo:
¿Deben los peajes al uso de los puentes y caminos ser tales que se recau-
de exactamente el costo de su construcción? ¿O, por lo menos, el costo
de su construcción?
¿Por qué hay menos divorcios entre personas mayores que entre per-
sonas jóvenes?
¿Es verdad que la vida humana no tiene precio, es decir, que su valor es
infinito?
¿Por qué las familias en los países ricos tienen más muebles, cuadros y
mascotas que en los países pobres y, sin embargo, tienen menos hijos?
¿Por qué las ballenas y los carpinchos corren peligro de extinción, mien-
tras que las vacas y los pollos no?
¿A quién protegen los 'altos' aranceles aduaneros? Quien quiera que
éstos sean, ¿de quién los protege? ¿Qué es el dumping y qué medidas
deben tomarse para defenderse de él?
Finalmente, el tercer grupo son nuestros colegas, para que nos digan si les
parece que estamos transmitiendo a los dos grupos anteriores una visión
correcta de lo que hacemos en la profesión. También, para que asignen
Prefacio 9
parte -¡ojalá todo!- de su contenido en las listas de lecturas para los cursos
que estén dictando.
El primer capítulo introduce, sin ningún atenuante ni anestesia, el concepto
central de todo el razonamiento económico: Nada es gratis, porque para
todo existe al menos una alternativa. De ahí el título de este capítulo, "Pre-
cios hay en todas partes".
El segundo capítulo se pregunta cuáles son las funciones de estos seres
omnipresentes, los precios. ¿Para qué sirven? ¿Qué papel desempeñan?
Se destaca que desde elpunto de vista de la Economía, los precios son señales
que cumplen un doble papel: informan a las personas y crean los incentivos
para que éstas actúen con base en la información recibida.
En el tercer capítulo contemplamos las circunstancias bajo las cuales los
precios pueden defraudar a las personas que toman decisiones de producir
y consumir porque éstos no cumplen satisfactoriamente las funciones estu-
diadas en el capítulo anterior. No las cumplen porque emiten señales men-
tirosas o porque crean incentivos erróneos, y los gobiernos no cumplen con
su función de evitar estas situaciones: la autoridad económica comete "pe-
cados de omisión" al no corregir las señales que emitiría un mercado libre y
no regulado. Se discuten situaciones de "externalidades" -por contamina-
ción, congestión y peligro de extinción-, los llamados "bienes públicos", y
el monopolio y el monopsonio.
En el cuarto capítulo denunciamos que, a veces, es la acción del gobierno la
que hace que los precios no cumplan satisfactoriamente con sus funciones,
porque comete "pecados de acción". Se discuten los impuestos y subsidios
discriminatorios y parejos, la fijación de precios máximos y mínimos, los
aranceles aduaneros y, por último, los costos, delitos y regalos asociados a
los regímenes de promoción industrial.
Después de haber dedicado medio libro a reflexionar acerca de los precios;
sus funciones, virtudes y limitaciones, estamos en condiciones de dedicar
un capítulo a considerar el objeto de estudio de la Economía como ciencia,
rastreando todos los caminos por donde transitan los precios y descubrien-
do, guiados por ellos, cuáles son los asuntos que estudia la Economía.
El capítulo cinco establece el objeto de estudio de la economía a un elevado
nivel de generalidad. Pero nuestros lectores pueden estar interesados en
ver actuar al análisis económico en casos más específicos y concretos.
10 Prefacio
Por eso, en los cuatro capítulos finales ilustramos la aplicación del enfoque
económico a asuntos de interés cotidiano: El crecimiento económico en el
capítulo seis; el comercio exterior y sus regulaciones en el capítulo siete; los
economistas profesionales yel ejercicio de la política en el siguiente y, final-
mente, el último capítulo está dedicado a la contribución del análisis econó-
mico al estudio de la distribución personal del ingreso y de las
encaminadas a modificarla.
CONTENIDO
PREFACIO 7
CAPÍTULO 1 PRECIOS HAY EN TODAS PARTES 17
l. Nada sería costoso si no hubieran alternativas disponibles 18
II. Lo Pasado ...¡Pisado! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
III. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito . . . . . . 22
A. La enseñanza universitaria gratuita . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
1. Pobres y In Universidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
2. Avales a los Estudiantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
3. Matrículas Diferenciadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
4. Matrículas Parejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
5. Herencias Culturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
B. Servicio militar obligatorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
IV. El comportamiento personal a los ojos del economista . . . . . 35
1. La Ciencia Económica y el Temporal . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2. Crimen y Castigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
3. Camionetas Doble Cabina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
V. Los precios son los términos en que se presentan las
alternativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
VI. El dilema del servicio doméstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
VIL Las mascotas y los hijos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
VIII. ¿Es verdad que la vida humana "no tiene precio"? . . . . . . . . 45
lX. Las manzanas del Río Negro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
X. Los fondos son fungibles en Solovia, en Bisnacalandia
... y en todas partes (o, ¡nadie sabe para quien trabaja!) . . . . 47
1. Fungibilidad de Fondos. Dos Cuentos . . . . . . . . . . . . . . . 48
2. ¿Gasto Social? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
XI. Un agravio a los maestros o una mentira a los
contribuyentes: el impuesto a los autos para financiar
el aumento de sueldos docentes y el aumento del IVA
para financiar la extensión de la jornada escolar . . . . . . . . . . 51
XII. Beneficios intangibles de la inversión pública. . . . . . . . . . . . . 52
12 Contenido
CAPÍTULO 2 LAS DOS FUNCIONES DE LOS PRECIOS 55
¿Y la micro? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
I. ¿Por qué interesa estudiar los precios relativos? . . . . . . . . . . 57
II. Lo bueno, lo malo y lo feo: consumir, producir y que los
precios mientan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
A. Producir es puro Costo. Consumir es puro Beneficio . . . 60
B. El Excedente Privado: (Beneficio-costo) . . . . . . . . . . . . . . 62
Los Alquimistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
C. Importar y exportar .......................... , . , . . 66
1. Fomento ala Producción y Exportación . . . . . . . . . . . . . . 67
2. Importar y Consumir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
D. ¿De quién es el excedente privado? . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Revolución Cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
E. El excedente social: ¿Es siempre verdad que "lo bueno
para Juan es bueno para el país"? ................... .
Mind your own business ............................ .
F. "Necesidades básicas" ............................ .
l. "Necesidades Básicas" y Educación ................ .
2. Nutrición, Vivienda y Educación .................. .
G. Otros ejemplos de precios "mentirosos" ............. .
Mercado, Libertad y Contaminación ................... .
H. Factores de Producción y Valor Agregado ............ .
I. Otros Excedentes ................................. .
El excedente del consumidor .......................... .
El Costo de no Tener Agua .............................. .
Un enfoque económico al problema de las Malvinas ..... .
El Mercado es Inexorable ............................... .
AVECES EL GOBIERNO PERMITE
QUE ALGUNOS PRECIOS NOS ENGAÑEN 97
El viaje en taxi y la vacuna antigripal ................... .
A veces los precios relativos no se "ven" a primera vista:
El Teorema de Coase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
Los costos de transacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Ejemplos de externalidades por contaminación . . . . . . . . . . . 102
l. Los Tomates y el Aire Limpio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
2. La Basura, los Huiros y los Locos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
3. Los Pellets y Las Aceitunas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
4. Derechos de Propiedad y Contaminación . . . . . . . . . . . . . 107
Contenido 13
5. El Mercado, la Libertad y la Contaminación . . . . . . . . . . 108
6. Otra vez la Contaminación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
7. Insistimos con la Contaminación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
V. Externalidades por imprevisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
1. Ciencia Económica eInundaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
2. ¿Vacas Flacas? ¡"C'est la Vie"! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
VI. Externalidades por congestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
1. Los Peajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
2. Los Peajes y la Congestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
3. Impuestos versus Peajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
4. Costo Social por 'Molestias' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
VII. La extinción: los pollos y las ballenas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
VIII. Derechos transables: el derecho a transformar un pez
en pescado se debe comprar y vender . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
Nueva Ley de Pesca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
IX. Extinción del bosque nativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
l. Bosque Nativo, Mapuches y Desarrollo . . . . . . . . . . . . . . 131
2. El Bosque Nativo otra vez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
X. Los bienes públicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
¿Quién construye y Paga el Camino? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
XL La investigación básica: Pitágoras y los polizontes . . . . . . . . 141
XII. Otros precios mentirosos: monopolios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
1. Yo fui Pirata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
2. Gobiernos y Monopolios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
3. Privatizaciones otra vez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
4. Sindicalismo y Solidaridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
5. Negociación Colectiva por Área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
6. Recuerdos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
7. Libertad para Trabajar y Elegir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
XIII. Monopsonios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
l. Monopsonio, Médicos y Profesores . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
2. Monopsonio y Privatización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
CAPÍTULO 4 YOTRAS VECES EL GOBIERNO HACE
MENTIROSOS AALGUNOS PRECIOS 163
l. Una mentira muy especial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
11. El que reacciona menos, pierde más con el impuesto
y gana más con el subsidio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
III. Las consecuencias de la mentira inducida por Impuestos
y Subsidios discriminatorios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
14 Contenido
IV. Neutralidad es el concepto clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
1. Impuestos al Pisco y al Whisky . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
2. Los Autos y el Impuesto al Lujo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
3. Perfeccionamiento del IVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
4. Lo Parejo no es Duro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180
V. Si produzco zapatos quiero que graven las exportaciones
de cuero crudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
VI. ¡Y también quiero que graven las importaciones
de zapatos! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
VII. Otra variedad de mentira: La fijación de precios máximos . 185
1. Mi Visión . . .. .. .. . . . .. . . . .. .. .. .. . . . .. . . . . . . . . 192
2. UP: Profesor Emérito de Economía . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
3. "Home Leave" en 1972 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
4. El Monstruo Durmiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
5. Precios Mentirosos en El Salvador . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198
VIII. Y la fijación de precios mínimos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
1. Huachi con el Salario Mínimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
2. Salario Mínimo y Pobreza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
3. Estirando Mucho la Cuerda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
4. Socialismo y Salario Mínimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206
5. De la Banda al Sostén . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
IX. ¿Delito o desperdicio? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
CAPÍTULO 5 El OBJETO DE ESTUDIO DE LA ECONOMÍA 213
I. Frank Knight, Robinson Crusoe y Viernes . . . . . . . . . . . . . . . 213
A. ¿Qué producir? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214
B. ¿Cómo producir? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
C. ¿Para quién producir? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216
D. Racionamiento en el corto plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
E. Proveer para el futuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
II. Teorías y teoría económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
III. ¿La suegra o la maximización de utilidad? . . . . . . . . . . . . . . . 225
IV. Economía positiva y normativa ............ , . . . . . . . . . . . 227
V. Otra vez ... la suegra y la lechuga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232
VI. La curva de transformación: Eficiencia y crecimiento . . . . . . 233
CAPÍTULO 6 CRECIMIENTO ECONOMICO 237
I. ¿Por qué hay crecimiento económico? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
Contenido 15
Tifoidea, Pichicata y Ajuste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239
1. Crecimiento eInversión Pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244
2. Economía es Riqueza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
3. ¿Por qué Fracasaron? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247
4. Pehuenches y Celtas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248
II. A brindar con el jugo de la experiencia... ¡Salud! . . . . . . . . . . 249
¿Qué es un Estado Subsidiario? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254
III. La levadura y los hongos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
1. Más por Menos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256
2. Crecimiento y Libertad de Emprender . . . . . . . . . . . . . . . 258
3. Agro, Productividad y Crecimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
CAPÍTULO 7 COMERCIO EXTERIOR, PROTECCIÓN
EINTEGRACIÓN ECONÓMICA 263
l. La protección del Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263
II. La protección aduanera y Abraham Lincoln . . . . . . . . . . . . . . 264
1. ¿Y los Consumidores? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
2. La "Capacidad para Importar" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
3. Inflación y Ropa Usada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270
4. Un Dólar es un Dólar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272
5. Autos Semi 'Made in Chile' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
III. Una pregunta legítima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
1. Razones de eficiencia económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
¡Cómo han Cambiado las Cosas! . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
2. Razones no-económicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
Decisiones Públicas y Aranceles . . . . . . . . . . . . . . . . . 279
IV. Un poco de humor importado de Francia . . . . . . . . . . . . . . . . 281
V. Mi secretaria, David Ricardo y yo: Las ventajas
comparativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282
VI. Anti-antidumping . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
1. El Dumping . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289
2. Valores Mínimos de Aforo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290
VIL Carta abierta de 61 economistas a los legisladores chilenos,
1999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292
VIII. Uniones aduaneras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295
l. ¿Un mercado Común Mundial? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296
2. Complementación Económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298
3. Agricultura e Integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300
4. Cuatro Puntos¡ A lo menos! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
16 Contenido
CAPÍTULO B EL ECONOMISTA Y LA POLÍTICA 303
l. Intelectuales en política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 304
II. George J. Stigler, Premio Nobel de Economía 1982 . . . . . . . . 306
III. San Jorge, Don Quijote y Arnold C. Harberger . . . . . . . . . . . . 306
IV. Los mecenas contemporáneos ¿qué es más caro, un ñoqui
o un quiño? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308
1. Los Economistas Mancos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312
2. El Economista Profesional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
3. Opinión Técnica y Democracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316
4. Opiniones Técnicas para Legislar y Opinar . . . . . . . . . . . 317
CAPITULO 9 LA PIEDRA DE LA DISCORDIA:
LA DISTRIBUCIÓN PERSONAL DEL INGRESO
Y LA POBREZA 321
l. Distribución funcional y personal del ingreso nacional 321
Recuerdos y Distribución del Ingreso . . . . . . . . . . . . . . . 323
1. Riquezas y Valores sociales ....................... .
2. Equidad, Desigualdad y Pobreza .................. .
3. Alza de Impuestos .............................. .
II. ¿Distribución más igualitaria del ingreso o nivel absoluto
del ingreso de los más pobres? ........................ .
1. Distribución del Ingreso ......................... .
2. ¿Dar oquitar? Otro cuento Inédito ................ .
3. ¿Dar oquitar? Otra visión y otro cuento ........... .
4. Reflexiones en Torno ala Pobreza ...................
El círculo de la pobreza ........................ , . . 338
1. Combatiendo la Pobreza Extrema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340
2. Centro de Desarrollo Integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342
3. ¿Comparado con Qué? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343
4. A Derrotar la Pobreza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 345
5. Desigualdad y Crecimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 346
6. ¡A predicar con el rjemplo1 . • . . • . • • • • . . • . . • . . . . . . . • 348
Aprovechadores de la pobreza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349
1. El ocaso Robín Hood . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353
2. ¿Previsión o Robo? Otro Cuento Inédito . . . . . . . . . . . . . 355
Cómo hacerse pobre: políticas económicas y pobreza . . . . . . 356
1. Mercado, Estado y Pobreza ..................... , . . 357
2. ¡Típico! . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
3. Crecimiento con Equidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 360
CAPÍTULO
Precios hay en todas
partes
Merecería haber sido un economista aquella persona que ante la pregunta
"¿Cómo estiÍ su esposa?", replicó sin dudar ni un instante "¿Comparada
con quién?" También se dice que era economista aquel que conversaba con
sus amigos, sesentones como él, acerca de las aflicciones de la edad y cuan-
do alguien más joven le preguntó, sin misericordia,"¿Y... qué tal es llegar a
viejo?", contestó "¡Buenísimo ... considerando la alternativa!"
La característica que mejor define al enfoque de la Economía, es la de consi-
derar cualquier asunto desde el punto de vista de las alternativas disponi-
bles. Si yo no estuviera escribiendo estas páginas ¿qué estaría haciendo?; si
usted no las estuviera leyendo, ¿qué estaría haciendo? Hasta no haber iden-
tificado la(s) alternativa(s), nunca podremos evaluc1r y juzgar ninguna acti-
vidad en la que estuviéramos involucrados.
Estar leyendo este libro es, seguramente, una buena decisión si usted es del
sexo masculino y si su alternativa es prestar atención a los chillidos de me-
dia docena de cu11adas y sus respectivas hijas (¡que son sus sobrinas, esti-
mado lector1) comentando por milésima vez el conocido escándalo de
"Fulanita, la hij,1 de..., casada con..., pero ya sabemos que..."; o, si fueSl'
del sexo femenino, su alternativa fuese est11r en el salón de la televisión
junto ,1 una manada de hombres tomando cerveza mientras cnment1n y
gritc1n mirando un partido de basketball entre los Lakers y Boston. En L·,1111-
bio, no serb imagim1ble que usted porfiara en leer este libro (o rn,1lq11ivr
otro) mientras su hijo trata de comunicarle que ha tomado l,1 dL•L·isión d¡•
ingresar ,11 seminario para hacerse sacerdote misionero en 1friL·.1.
18 Precios hay en todas partes
La disponibilidad de alternativas es, precisamente, lo que establece la exis-
tencia de costos. Nada sería costoso si no hubiera alternativas disponibles.
Recíprocamente, si hay alternativas disponibles, nada es gratuito. Conside-
remos por separado estas dos caras de la misma medalla.
l. Nada sería costoso si no hubieran alternativas
disponibles
¿Cuándo le hubiera resultado más caro a Maradona hacerse profesor de
fútbol en un colegio, hoy (2000), o cuando salió campeón mundial en 1986?
¿Cuándo le hubiera resultado más barato al empresario Pérez continuar
produciendo fiusos,1
antes o después que su maquinaria perdiera valor de
reventa porque se descubrió que no era verdad que servía también para
producir bisnacas?2
' Fiusm son productos que se venden por unidad, por metro o por kilo; o quizás, por litro, cuyo tamafio,
forma, olor ytextura dejamos librados a la imaginación del lector. Por cierto, pueden emitir sonidos o ser
silenciosos, brillar en la oscuridad o no hacerlo y pertenecer al reino animal, vegetal o mineral; pueden
ser de cualquier color y tener cualquier temperatura.
1
No nos desilusione, imaginando a las Bisnacas como una degeneración de las espinacas. Ponga un poco
de creatividad e imagínelas como le plazca.
11. Lo pasado ...¡Pisado! 19
En ambos casos la desaparición de ciertas alternativas abarata las decisio-
nes consideradas. Para el futbolista ya no es factible jugar como en 1986;
por lo tanto, desapareció el costo más importante en la decisión de dedicar-
se a la enseñanza. Igualmente, para el empresario Pérez desapareció la ten-
tación diaria de vender su maquinaria a otros usuarios de la misma y
dedicarse a vivir de sus rentas; por lo tanto, se le hizo menos costosa su
decisión de seguir en el negocio de los fiusos.
Un cínico del matrimonio podría sostener que esta es también la razón por
la cual hay menos divorcios entre personas mayores que entre perso-
nas jóvenes: el costo de seguir casados disminuye cuando, debido a la edad,
las alternativas están menos disponibles para uno, o ambos, de los cón-
yuges.
11. Lo pasado ...¡Pisado!
Este adagio de la sabiduría popular es de estricta aplicación en la manera
de pensar de los economistas. Por ejemplo, si usted lleva una hora esperan-
do un ómnibus en una esquina, ¿seguiría esperando? Si su respuesta es "sí,
porque no estoy dispuesto a 'tirar por la borda' sesenta minutos de espera",
no estaría razonando bien; ello, debido a que no habría identificado correc-
tamente los costos y beneficios legítimamente atribuibles a esa decisión de
no seguir esperando el bus.3
Puesto que no pensó que si dejara de esperar y tomara un taxi o se fuera
caminando, ¡no estaría 'tirando nada por la borda'! ...¿o acaso cree que la
llegada del autobús haría volver atrás las manillas del reloj? El tiempo trans-
currido, ¡transcurrido está!, por lo que ello no debe influir en su decisión de
seguir o no esperando el bus. Yes ésta, justamente, la manera de pensar y la
mayor de las responsabilidades de los economistas: identificar, medir y va-
lorar correctamente los costos y beneficios pertinentes asociados a una ac-
ción, a los efectos de que la decisión acerca de tomar o no dicha acción sea
así "informada". El principio básico es que la decisión debe tomarse sobre
la base de información que sea no sólo fidedigna, sino que sea la pertinente
para ella.
1 Si su respuesta es "sí, porque ahora debe estar por llegar, dado que nunca se demora tanto", entonces
puede ser que usted esté razonando como lo hace un economista; pero, sería un economista que toma la
decisión a base de una predicción derivada sólo de la evidencia histórica (piense que "si usualmente no
se demora tanto" bien podría llevarlo a concluir que no llegará, ¡pues ha cambiado el recorrido!)
20 Precios hay en todas partes
Por ejemplo, para la decisión de arrendar o no una casa en la playa, no le
interesará el costo del arriendo de su casa en la ciudad: vaya o no a la playa,
de todos modos deberá pagar ese arriendo... se trata de un costo inevitable
para la decisión de ir o no a la playa. Si el arriendo de la casa en la playa le
costará $2 000 -o si usará su propia casa que podría arrendar en esos mis-
mos $2 000 si no hace uso de ella- los $2 000 son obviamente un costo evita-
ble y, por lo tanto, pertinente para su decisión de ir o no a la playa durante
sus vacaciones. Si sus gastos mensuales en la ciudad hubieran sido $1 000
-comida, movilización y servicios básicos- y los que incurrirá en la playa
serán $1 500, en su decisión de arrendar o no la casa en la playa sólo tomará
en cuenta los $500 adicionales que le acarrea irse de vacaciones ,1 la playa,
pues éste es evitable. Si es empleado y de todos modos percibirá su sueldo
en ese mes, esté en la playa o en la ciudad, éste no influiréÍ sobre la decisión
de arrendar o no la casa en la playa... se trata de un beneficio inevitable
para la decisión de ir o no a la playa. Si es dentisb1 y si por ir a la play,1
dejará de percibir $3 000 en ese mes, los $3 000 se constituyen ipsofí1cto en
un costo pertinente para la decisión de arrendar o no esa casa: es un costo
que es evitable para la decisión de ir a la playa, pues si no va, evita tener
que incurrir en ese costo. ¡Por algo es que los dentistas y médicos de Viña
del Mar o Punta del Este toman sus vacaciones en el invierno -temporada
baja- y los santiaguinos y bonaerenses las tornan durante el verano, época
de vacaciones generalizadas en esas ciudades! Sin embargo, si la decisión
de tomar vacaciones está ya tomada y quiere decidir si hacerlo en la playa o
ir a Orlando, los $3 000 pasan automáticamente a ser no pertinentes para
esa decisión: vaya a la playa o vaya a Orlando, de todos modos dejJrú de
percibir ingresos por $3 000 en ese mes, siendo que éstos fueron pertinentes
sólo para la decisión de tomar o no un mes de vacaciones... ese costo se
hizo inevitable para la decisión de ir a la playa o a Orlando.
Los casos mús interesantes de violación de este principio se encuentran fre-
cuentemente en las inversiones del sector público (y, a veces, también en el
sector privado) que se decide suspender "porque se trata de una obra que
la anterior administración nunca debió comenzar, ya que sus costos exce-
den a sus beneficios". Puede bien ser cierto que la obra tendrá un cos_to total
mayor que los ingresos totales que generará; pero esa no es la pregunta
pertinente de hacerse en este momento, pues los costos ya incurridos,
¡incurridos est,in!
El enfoque económico de este asunto consiste en preguntarse"¿qué costos
todavía quedan por incurrir? ¿Qué beneficios brinda la obra en su estc1do
actual? ¿Cuánto podría obtener en el mercado vendiendo la obra tal como
11. Lo pasado ...¡Pisado! 21
está? ¿Qué beneficios adicionales generará una vez terminada? ¿Cuánto
mayores son éstos que los costos adicionales de terminar la obra?"
En el enfoque económico -que es el correcto- no interesa calcular lo que ya
está gastado, pues ¡gastado está! En la jerga profesional, estos gastos (cos-
tos) irreversibles se denominan costos hundidos, y no son pertinentes para
tomar decisiones respecto de qué hacer desde ahora en adelante. Sólo son
pertinentes los costos que puedo evitar -costos evitables- al no tomar la
decisión, con los beneficios que dejo de percibir -beneficios evitables- por
no tornilf lc1 decisión, siendo que éstos son los únicos que se verán afectados
por tomarla.
Así, el economista recomendará seguir con la obra si los beneficios de com-
pletarla -es decir, la diferencia entre los beneficios de la obra terminada
menos los beneficios que brinda en su estado actual- superan los costos
para comp!etaria. Sin embargo, puede lamentarse de haberla iniciado, pues
en ese punto en el tiempo todos los costos y beneficios eran evitables.
Otra de his aplicaciones del principio "lo pasado ... pisado" se encuentra en
lil determinación del precio a cobrnr por un servicio; por ejemplo, el peaje
por el uso de un puente. También en este caso deben dejarse de léldo los
costos hundidos. Uni.l vez que el puente está construido, ¡construido está!,
por lo que su costo de construcción no debe gravitilr en lil determinación
del peélje. Aesas alturas, lo único que interesa es que el puente se aproveche
lo más posible, cualquiera haya sido su costo de construcción, siendo éste el
objetivo que debe ser perseguido por el peaje que se cobre.
Alguien podría quizás preguntarse ¿si el peaje así determinado no cubriera
el costo de construcción, no habría que aumentarlo? La respuesta es termi-
ni.lntementl' no, ya que hacerlo sólo provocaría un perjuicio sin que la socie-
dad en su conjunto -la economía nacionéll- reciba nada a cambio: se
perjudiCilrÍil a los usuarios del puente, sin que por ello se evitara incurrir en
ninguno de los costos que ya se incurrieron.
SimétriCilmente, también existe el concepto de "beneficios irreversibles". 1
Así como el razonamiento económico considerél irrelevantes los costos hun-
didos, también deja de lacio esta clase de beneficios al decidir futuros cur
sos de i.lCción. No porque una empresa ha gm1ado millones produciL•ndn
' 11 .,dj,•liv" "hu11did"" p<>1n ,, ín,Hk·, u,1cl,1111e11ll' lriste y pesimístJ, cplicilclo ill ,uSl,1111'll 1.,-,,,.lt<
22 Precios hay en todas partes
tarjetas perforables (¿las recuerda, aquellas que usaban los computadores
de los años 50-60?), va a seguir produciéndolas en el día de hoy, pues ello
sería un mal negocio. Las utilidades ya obtenidas ¡fueron ya obtenidas!, por
lo que son "hundidas" o históricas, y no pueden afectar mis decisiones res-
pecto de si continuar o no operando la fábrica: la seguiré operando sólo si
los beneficios esperados de hacerlo son mayores que los costos esperados
de hacerlo. Si don Fortunato ha ganado millones en el negocio de ser uno
de los más expeditos e infalible componedor del tipo de relojes que utiliza-
ban nuestros abuelos, tanto en sus bolsillos como en preciosos muebles para
decorar el hall de entrada en sus mansiones, no por ello va a seguir en ese
negocio si es que la demanda por los servicios que ofrecía ha desaparecido.
Lo que ganó en ellos, ¡ya lo ganó!, no pudiendo ello influir en su decisión de
continuar en esa actividad: sólo interesarán los costos y beneficios que se
producirán de ahora en adelante, pues lo pasado... ¡pisado!
111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito
Vamos a ilustrar la afirmación de este título utilizando como ejemplos las
siguientes creencias populares: (A) "La enseñanza universitaria gratuita
beneficia principalmente a los más pobres" y (B) "Los países más pobres
deben tener servicio militar obligatorio, por conscripción, porque no pue-
den pagar un servicio militar voluntario y profesional".
A. La enseñanza universitaria gratuita
"La enseñanza universitaria gratuita beneficia principalmente a los más
pobres, que son quienes no podrían afrontar el pago de la matrícula".¿Ver-
dadero o falso?
Esta afirmación es de dudosa veracidad, en el mejor de los casos. Debido a
la existencia de la alternativa de trabajar, la educación universitaria no es
nunca gratuita. Aunque no tenga que pagar matrícula, el estudiante está
irremediablemente incurriendo en el costo de abstenerse de trabajar uüen-
tras estudia. La existencia de al menos una alternativa hace que estudiar
-aún sin pagar matrícula- no sea, de hecho, gratuito. Por cierto, el costo
sería mayor si hubiera que pagar matrícula que si no hubiera que pagarla;
pero, aquí no estamos debatiendo si la educación universitaria es más o
menos cara, sino desenmascarando la demagogia de presentarla como una
actividad que puede ser gratuita.
111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 23
Es común observar que en las familias más pobres son principalmente los
hermanitos menores, si algunos, los que acceden a la universidad ya que,
normalmente, los mayores han sido previamente convocados por la familia
a contribuir con su trabajo al mantenimiento familiar: a "parar la olla". Así,
la pretendida gratuidad de la enseñanza universitaria puede terminar sien-
do "gratuita a expensas de los hijos mayores en la familia".
Por supuesto, quienes más aprovecharían la ausencia de matrícula son aque-
llos que "pueden"5 prescindir de trabajar durante los años que duran sus
estudios. Yéstos no son, precisamente, los más pobres. Así, la gratuidad de
la enseñanza universitaria debe mirarse como un descuento en el precio de
un producto al cual los más pobres tienen mayores dificultades de acceso.
1
Las comillas en esta palabra se deben a que, para los economistas, sólo tiene sentido usar la expresión
"alguien puede" o "no puede" cuando se trata de casos triviales (por ejemplo, yo no puedo llegar a Kuala
Lumpur antes de la hora de cenar; o él puede ganarse la lotería). En los casos más interesantes se dice que
las acciones se toman o 170 se toman porque al sujeto le conviene o no le conviene tomarlas. Así pues, no
diremos que las personas 170 usan zapatos con suela de oro porque "no pueden" o no comen caviar,
carne o ñoquis porque no pueden. En Economía se dice que no los usan (comen) porque existen alterna-
tivas para su dinero que son preferibles a los zapatos con suela de oro (a comer caviar, carne o ñoquis).
El economista tampoco acepta que se diga que alguien consume agua, tallarines y pan porque los "nece-
sita", sino que lo hace porque le conviene hacerlo: es preferible gastar en esas cosas antes que hacerlo
en las otras alternativas disponibles.
24 Precios hay en todas partes
¿Sería una respuesta satisfactoria a este problema cobrar matrículas más
bajas a los más pobres? ¿Es justificado que sea el gobierno quien avale los
préstamos educativos encaminados a resolver este asunto? ¿Tiene justifica-
ción económica cobrar iguales matrículas en diferentes carreras universita-
rias?
Estos asuntos han sido frecuentemente discutidos en diversos ámbitos. Una
muestra de los ingredientes que aporta el enfoque económico al debate son
las siguientes cinco columnas del profesor Ernesto R. Fontaine, publicadas
en el Diario "El Mercurio" de Santiago, Chile. En adelante, se identifican las
columnas periodísticas del Dr. Fontaine, enmarcándolas con una ligera tra-
ma o pantalla en tono de gris.
1. POBRES YLA UNIVERSIDAD
(18 de mayo de 1989)
Una de las mentiras (falacias) más difundidas es que las universidades
deben ser gratis para permitir el acceso de los pobres a la educación
superior. A mis lectores egresados de la universidadgratuita les pregun-
to: "¿Cuántos de ustedes -y de sus compañeros de primeraño-- vivieron
hacinados en viviendas con piso de tierra y sin servicios de luz, agua
potable yeliminación de aguas servidas?". Alos profesores del segundo
ciclo de la secundaria de esa época les pregunto: 11
¿Cuántos de esos
alumnos rindieron el bachíllerato ola prueba de aptitud académica?".
Apuesto que la respuesta sería 'poqufsirhos', pues los verdaderamente
pobres no terminaban siquiera /aprimaria en la escuela rural del pueblo
b del b:irria donde Wvivfarí". . . ' .
La universidadgratis fue un subsidio·a los no pobres, pa.gado por los
más pobres mediante menores asígnaciónes presupuestarias a los nive-
les básicos deeduc:a.ción sueldosindignospara los maestros Yfin dete-
rioro de la calidad de lá enseñanza impartida, disminuyéndose aún más
el acceso de ese grupo social a la universidad.
A partir del Gobierno del Presidente Freí (padre), y especialmente du-
rante el presente, se aumentó significativamente la cobertura de la edu-
cación escolar y preescolar, por lo que es hoy mayor el número de po-
bres que llega a la universidad. El Estado -usted, yo y todos .los chile-
nos- les presta ayudafinanciera para cancelar sus matrículas através de
un crédito fiscal (subsidiado). Aéste tiene acceso casi el ciento por cien-
to de los estudiantes quejustificadamente lo 'merecen', si bien no faltan
111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 25
los frescos que lo consiguen a pesar de que ni usted ni nadie estaría
dispuesto apagar impuestos para.financiarles dicha asistencia. Sin em-
bargo/ muchos -¡muchísimos!- estudiantes no tienen ni un solo peso
para el lJolsíllo ni para ayudar al mantenimiento o 1
parar la olla' en sus
casas, y sobreviven en condiciones lamentables de hacinamiento e.in-
suficiencia alimentaria..En ausencia de este mayor crédítolisca/¡ algv-
nos debenabandonar sus estudios para ayudar a su madreyhermanos
menores, perdiendo ellos (¡y el país!) la posibilidad de desarrollar sus
potencialidades mentales1 • fo cual constituye un crimen porelque algún
día se nos juzgará.
2. AVALES A LOS ESTUDIANTES
(15 de septiembre de 1988)
¡Cuántos arrepentidos hayde haberavalado aamigos -no tan amigos-y
a familiares que 'no pudieron(más tarde cumplir con sus compromisos!
Esta columna, sinembargo, es sobre los avales exigidos alos universita~
ríos porel créditoque loscontribuyentesyMoya64es otorganpara finan-
ciar sus estudios y llegaraserprofesionales. La.'raissond'etre1
de aludir
a los avales arrepentidos es destacar que ellos lo están generalmente
porque sus amigos y familiares se metieron en negocios <que resultaron
"Aunque usted no lo crea, estoy convencido de que Moya era un señor muy fornido, alto, moreno, bien
parecido y con bigotes, que trabajaba en la famosa e históric,1 piscina de Ocho Norte en Viña del Mar
-hoy un magnífico y elegante edificio-, donde, cuando chico, recibí clases y entrenamiento de natación
durante mis vacaciones de verano. Gracias a ello y a la eficiente dirección técnica del señor Karstegl, a
los 1:l años llegué tercero en la final de 400 metros del colegio The Grange, que ganó mi "senior" y
paradigma como nadador, el Pato González, y llegó segundo mi "prefect", Claudio Véliz. Ese año me
cambié de colegio y no llegué a ser nadie en el referido deporte.
El señor Moya iba ciuincenalmente a limpiar la piscina de nuestr;i casa. Mi padre, supongo que
parafraseando el famoso dicho "sepa Moya", solía utilizar el "paga Moya" cuando no mostrábamos
recato alguno para invitar a multitudes de amigos y amigas a la piscina, la cual, por no tener filtro, debía
ser escobillada por el pobre Moya, aun con más frecuencia y esíuerzo.
El "paga Moya" se utilizó desde entonces para situaciones tales como llamarnos la atención por no
ap,1gar las luces de nuestras piezas, por la duración de nuestras duchas y por el consumo de gasolina -y
ele neumáticos que dej.íbamos al picar y al tomar curvas de alta velocidad- cuando, ya mayores, nos
prestaban el auto. Siendo ya profesor universitario, en mis cl,1ses y en conferencias adopté este dicho
-según yo, inventddo por el viejo- y, según me dicen, popularizado en Chile por mi ex-alumno y después
Ministro de Economía, Pablo Baraona, en varias de sus conferencias de prensa al comienzo del Gobierno
Militar. ¡Será verdad ésta la historia y origen del "paga Moya", expresión que no he oído en otro país de
habla hispand?
En Estados Unidos existe el dicho "taxpayer's money" para irradiar la imagen de que el co,to dr,I
gobierno recae sobre el contribuyente. Considero ciue la imagen de "paga Mova" es rn,ís apropi,Hla,
26 Precios hay en todas partes
ser malos debido a hechos fortuitos o impredecibles, y no por falta de
esfuerzo o capacidad empresarial. Avalar a un universitario que desea
esforzarse y estudiar seriamente, sin embargo, debiera ser mucho más
seguro, pues el negocio de estudiar no es como 1
el delas picanas', sino
en verdad una muy buena inversión. Elúnico problema estaría ep ase-
gurarse de que el deudor cumpla con su compromiso de pagarsu deuda
y no sea un fresco que clavará asu avalo a Moya (es decir, todos los
contribuyentes) en última instancia. Quizás pueda idearse.a/gúnproce-
dimiento para que a [os egresados se Jes descuente 1por,planilla' las
cuotas para pagarsus deudas, si.logransolucionarselos problemas lega-
les que ello supondría.
Planteado lo anterior, qu,isiera compartirmfs.R,AJ~mjentos sobre la con-
troversia -y violencia~ que ha surgidqporque l~funíversidade~ exigen
una 1
cuota inicial' para ingresar aellas1para la ~uat no habría crédito
fiscal, y dos avales para .la asignafión del crédito.fü¡cat
La cuota. inicial es de aproximadamente 50 milpesostque es mucha
plata para quien es 'pobre'--como asítambién,pafa,qviennoloes tan.to-
ydebe pagarla al contado violento. Sinembargo,,r::10/0.es tanto para los
chiquillos-o para suspadres-que alos 14,años,creen ten.erlos talentos
requeridos para entrar aJa universidad, puesp~difan incurríren algún
sacrificio -menos cigarrillos, caramelos,Esta.dioNaciqnaJ, c;hk::les, pa-
rrandas y pololeo- para ahorrar los mil 200pesos fr/f3n.StJales que·les
permitiría acumular esa cantidad al cabo de tres años. Por/o demás,
siendo ya casi 'feos, hediondos ypeludos', podrían trabajar durante los
veranos en cosas como recoger frutal vender helados, ayudar en tiendas
en Navidad, lavar platos yotras labores .que haue/a juventudesforzada,
el costo pertinente puede recaer no sólo sobre quienes pagan impuestos. El concepto reconoce, primero,
que la plata no crece en los ,írboles, sino que por lo general cuesta mucho sacrificio ganársela; segundo,
que el mayor gasto del gobierno en algún sector no conduce necesariamente a aumentar los impuestos
formales requeridos por la ley: puede implicar ya sea un mayor "impuesto-inflación" -que, sabemos,
pagan en mayor proporción los más pobres- o bien puede suponer el disminuir correspondientemente el
gasto público en otros sectores para así no aumentar el gasto total del gobierno.
En este último caso los que "pagan el pato" son los Moyas desafortunados que dejan de percibir los
beneficios de ese menor gasto público en los sectores así postergados. Por ejemplo, el mayor gasto
público que podría implicar ayudar a mitigar los efectos de la sequía en el sector agrícola lo pagará
Moya; quien sea el Moya específico dependerá de quién deba pagar más impuestos -ya sea específicos o
mayor inflación- o de quienes deberán por ello recibir menos servicios o traspasos del sector público:
salud, en sus distintos niveles; educación primaria básica o universitaria; viviendas básicas; )UNAEB u
otros. Como norma -iY así es la vida!- los fondos provendrán de aquellos sectores menos vociferantes y
poderosos.
Es decir, Moya es generalmente el menos distinguido y afortunado de nuestros conciudadanos, el cual
deberá resignilrse a tener que pagar los platos rotos durante una fiesta a la cual ni siquiera fue invitado.
111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 27
en lugar de irse a 'mochilear' alnorte o sur del país/ fáciJm~nte alcan-
zando así la cantidad requerida para pétgar la cuota: 'El que la quiere
celeste, ¡que lecueste/1 Claro está quepreferiránu,sarhasta favic,JeQCia
si con ella creen poder conseguirque sea Moya,quien s,eponga~onfos
SO.t;11il ~esos. . . . . : , .s' , : . , · ·· ·
Respecta de.los fanaos quevayiiáacum~láa~ose:etr
con elcrédito fiscal quetodosfos chiletlqs;~ntreg~mt>Sa'
sugiemque sean administradospor:/a.s F~~r~fiqge:s.t:fé
pectiv,as, quienes asumiránl•t:r~sponsabilldai(~r,;
reJguará,<¾fÜJfipara lasgenefaciones,lutur,1s,.¡~,féf
cas?, i1?sal(a{espara asímantetJer:e/fQtido.:Y,'/3,. ··.
aJ&s.,:Póbr~t.d~ mañapat~st. .. · ·
la• vioff!ncia parapedirle aM~ya
fuerzDs a fa.t<¾rea de ayudar.alri{~.
¿Porqu~, mepregvnto, no dan·/ilsfed
segurdq avaf.exigidoporlatfni~etsfdac/¡~éqifitq . . ....·.. ·.·......•·..·.... ?
saldós impilgos.de los morosos con susbien~J¡ct,n:c~'taitt~ltdar.ia,5
adicfonales·desu5afiliaclos.l•Creqque1.de~~dq;a.'1:as',(ristesexpr¿r:idn~iá.5
del pasado,Jlfa.rvislumbran que la violenciaJ.lafitoma(f9ueo~J~gan a
la mayoría asuspender Ja:inversiór, que"est~n,~a;ciendt'$eP. el{{!~(ll;~do
negocio que es estudiarenla; universidad,~esa<7~frea.r:~~':~íít)Í:~~~f!,fll~~ ·
ficios que costos1 por lo que optan por~te camif!p · · ·
sus vérdadefas responsabilidades ydebetes hacia:s((s
pobres; ·
3. MATRICULAS OIFE!E~CIADAS''''' ; ..
(23 de ~gosto de 1989)
Errün programa de conversación en TVun.;,topersohel't11,¡d~fl.Jli}~áttfilg
político que dice apoyar la economía social de f11ercad,,'<1~1J1<:1ióJSU
apóyo a que las uni~ersidades -estatales; st.1p<fngCH•CObfe~/¿¡tanc~l~s
diferenciados en función de los ingresos famiiiaresde los•estui;Jíántés,. es
decir, que paguenmás/osmás ricos. Esta•nóción es no s ,aria;a··
los postulados de la economía socia/demercado, st'no tfí · J:nte
inconvenientepara todo e/sistema educacional;
¿Consídera usted razonable que a los 1ricós' se les-0bligue apagar im
costo más alto por plantaralmendros que alos pobres?Es claro;JJritn&
ramente, que el beneficio social de plantar almendros es.6a;ptai:loenso
totalidadporquien los planta, por lo que de ninguna maaer:a sejostif/Cé!
28 Precios hay en todas partes
establecer un subsidio a su plantación: quien planta almendros debe
pagar el costo total de hacerlo, pues durante su vida útil económica
-después de unos cinco o siete años en que el negocio sólo implica
gastos,-podrá más que resarcirse de él yobtener un excedente del nego-
cio. 'El que fa quiere celeste, que le cueste'.
Porotraparte, el costo de plantar almendros ¡es el costo de plantar al"
mendrost sea quien los plante Pedro, Juan o Diego. Cobrarles alos más
pobres menos que su costo real llevará aque posiblemente se dediquen
a ello aun personas sin las habilidades requeridas, frustrándolas, asig-
nando mal los recursos ybajando la calidad de nuestras plantaciones si,
porejemplo, al no fumigar como corresponde se contaminan las planta-
ciones adyacentes.
La verdadera igualdadde oportunidades no se logra subsidiando las plan-
taciones de los almendreros pobres y gravando las de los ricos, sino
mediante dos acciones: capacitación previa de los que tienen genuinas
habilidades para serlo, ydándoles créditos-¡no subsidiados!-aquienes
1
no pueden1
financiar el verdadero costo para el país de plantarlas,
ganándose el privilegio de adueñarse legítimamente.de los excedentes
que queden después de pagar su 1
deuda sacia/!, cuando éstos hayan
madurado gracias asu esfuerzo personal yasu buen cuidado.
Al igual que plantar almendros, estudiar enla universidad es una irwer-
sióny un negocio comocualquierotro:implica castos ybeneficios para
el que emprende ese camino. Salvo contadísimas excepciones,los be-
neficios sociales de la educación universitaria.son tadofi captados por
quien se educa, debido alo cual no sejustifica entr(;!garle subsidio algu-
no. Por otra parte, el c;ostopara el país de briQdar.educación aun 1
rico'
es exactamente igual que dárs<;la a ury pobre: el costo de producir un
ingeniero ¡es el costo de producir un ingeniero, llámese Pedro, Juan o
Diego! ¿Porquéentonces, cobrarles más aunos y men0s aotros, indu-
ciendo aestudiar aalgunos que quizás no lo harían stse les.cobrara lo
que e/país gasta en educarlos, pues sus expectativas de .éxitoson bajas?
Reducirartificialmente los aranceles conducirá ínevitablemente abajar
el nivelde exigencias en la universidadquelos establezca, disminuyen-
do la calidadpromedio de la educación impartida en ella..
¿Cómo financiar el menor arancel? Si se opta por cobrt;1rles a los 'ricos'
un arancel mayor que el costo de la educación, éstos se irán a. la.univer-
sidad privada, la que eventualmente 1
se comerá' alas otras en calidad.
Si se financia con un mayoraporte fiscal, ¿de dónde vendrán los fondos?
Si provienen de la enseñanza preescolar o media, se reducirá la 'igual-
111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 2')
dad de oportunidades' tanto para ingresar como para egresar de la uni-
versidad, pues el acceso y las posibilidades de éxito en ella se verán
disminuidos para los más pobres.
Otorgar becas sobre la base de méritos académicos no sólo contribuirá
abrindar mayor igualdad de oportunidades, sino también mayor exce-
lencia académica.
4. MATRICULAS PAREJAS
(14 de septiembre de 1989)
Hace dos semanas me referí ala inconveniencia e .irraé;ionalidad de
establecer aranceles universitarios diferenciados.sobre la base.dela'ca~
pacidadde pago' del estudiante, si bien aprimera vista la idea de hacer"'.
lo pareciera ser 'humanitaria' y consecuente con los postulados de una
economía social de mercado. Afirméque dicho sístemapodría, incluso,
perjudicar alos más pobres. Hoy me referiré ala irracionalidadde esta,.
blecer aranceles parejos para las distintas carreras impartidas en cada
universidad y entre universidades.
¿Le parecería razonable que un .Subaru de mil e.e. tenga el mismo.pre7
cio que uno con tracción en/as cuatro ruedas y de das mil c.c.l¿Oque
una tierra de secano cueste Jo misma que una de riega, s.i ésta es conti~
gua y de igual calidad que aquélla? ¿Oque un vino tinto con dos años.,
30 Precios hay en todas partes
de guarda, y de la misma calidad de cepas, cueste lo mismo que uno de
cinco? ¡Claro que no! Razones de costo de producción ('calidad') expli-
can la diferencia en el precio de los autos; razones de productividad
explican mayoritariamente la diferencia de precios entre las tierras rega-
das y las de secano, y el valor tiempo de/dinero; la <Jef()s yinos;
Si no hubiera tal diferencial de precios, nadie querría comprélrelSubaru
de mn frustrando aquien no pueda con~t:guirel de dos mUy haciénqo-
lesentirsecomo un ciudadano deseguodél c[ase. Lo.mismo.oc;urrirá con
la tierra ye/ vino: nadie querría ernprena,erobras de regadío si elprecio
de fas de secano fuese igualque erde lás regadas, y nadíetendrá.el
incentivopara guardar vino por:los ·tres fños adicionales~Pero también
es cierto que sin mecenas os1n la acr:ión,de/Estad~npt(!ndr:lamos par•·
ques nacionales con especies nativas, fl{plazas ·ni áreas:públicas de
recreación, pues es.difícil que el beneficio socíatgeneradoporéstos
que los justifiea- pueda ser captado privadamente por sus :dqeñps~ a
través de cobrarentradas lo suficientemente altas como para compensar
el costo económico de crearlos y mantenerlos como tales.
Los ejemplos de la vida cotidiana indicados tienen muchíJ que ver con
la educación universitaria..¿Noes acaso máscaro 1
producir'uni¡:¡genie-
ro químico que un comercial, yéste má~ caro que unprofesordefüolo-
gía, y éste, asu vez, más caro que uno de historia o un abogado? ¿Por
qué, entonces, cobrar el mismo arancel pof esaspr°:fesior;ies?¿No es
acaso más caro educar un ingeniero comercialen una institución muy
bien equipada, con profesores 'full time' y sofisticad@ y a(Juádante
equipamiento computacional, que con profesores 'lecheros' y mínimas
facilidades? ¿Por qué, entonces, han de. cobrar lo mismo todas las uni-
versidades?¿No pueden, acaso, dedicarse aofrecer 'cafidades' distintas
de profesionales? Si.los aranceles y el mercado -alumnado, universida-
des y el mercado laboral- no reflejan sus diferencias, habrá 1;ngaño y
frustraciones, asignaremos mal nuestros recursos yno se ofrecerá::tal
diversidad de opciones para los estudiantes.
¿Se ha preguntado por qué las universidades privadas noofrecen las
carreras 1
caras' de impartir, tales como medicina ygran partede lasinge-
nierías y agronomía? ¡Por competencia 'desleal' de .las universidades
subsidiadas porel Estado, es decir, subsidiadas portodos loschilenos.!.tl
costo de impartir una profesión-a un nivel de calidaddeterminado- ¡es
el costo de impartirla! Yquien desea 'adquirir' dicha profesión debe en
consecuencia pagartodo el costo queelpaís incurrepara darle esa opor-
tunidad de invertir en su propio capital humano.
111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 31
Pero, al igual que con las áreas verdes, hay'excepciones quecarifí[t11an
la regla, como lo son aquellas 'profesione#queel mercadohoincentiva
suficientemente ono recompensa los tres ~flos adicionales 'degp~rda{
que implican losgrados académicossuperl°:res:Ias wtes1 li¡fi(osr;>ffa,]as
humanidades )n general, y atgynQSl}f08,f3?QJ~t4~doctora~ef
.,Eljtltciogeneralizado de;gueeíistiíif~•'
,pUt!trtosxlYt9:ya?pu~sésteef ··
qü~ompitenéfJor l~s.fa
financiamieoto·tl.e1as uáiv<:!rsid.
.toria, Se crera·qu~>dic.ho fin~nd
• 1:zarqui!ta unNersidáiJ,fuese rtg~á(f~tr,
diantes serían reteptoresde 11n rega1q
cia<füspor}os.contribuyente,$YP()C .
,,;:,":
Así a''comfonzos de la década dt 19í'f!ti .·.·
-eran'nomás.de 100 mil":'reci~(lin.el5Zp ..·· ·•··· .···• •·. . pt~SJ.tPffH:!St<J,d.e.1
Ministerio de.Educación, miegtrát•qyeqyl'!!:íl~S ~s.taba. ." .
básicaysecundaria -más de tre$milf(Jnes.;.;rec:tb(an sól
to. ¿PorquétPorque, segúnp11stu/o;tuvíeroiyri~yor]ak. ·.· ...·...·. y
poderpol(tico para "vender lapomada1
Weqµé ~!~a(sesc.¡uJ~f'l.;Se·~~ne-
ficia•ton tenermásprofesionalesyde~uedebfa <11rse igualOP,Q{tt1.1Jlf/a.d
a fospobrespara educar$e•.en.ta,~fl{V • '~'1c!etcµsil' · tft:}r•~~
cedió ipresíones del importantegrµp .... ,mln .·. .. . .tf1!?1s:lp
por estudiant~s, profesores y administr. .. )}Pf:'.Y~dos " O:i(1~€p"él~~r~
daderamente increíble- incluso pof sin lbs .i/é traba}ádores J?por .
la opinión pública en genera/1 tuvieran o no hijos en la universidad
para.distraermayores recursos fiscales aeste sectormuy minoritario.de
cbileµos. . . . •• .
·Hoy.empieza.a.comprenderse que stblen es.e.lpaís quien..s(if¡benftfioiaJ.t
con tener profesionales1 casi todo.ese beneficio. es q1ptado,r;/if~C.~1.fr•
personalmente por quiense hace profesional.Síes ~Lguien,~.f:Jzll~ne~t1:i~:•.
en·lo personat. ¿por qué han de subsidiárseles st¡Js, e$tudio~{1
,¡Rett.i~t,«1
ilcaso; algún subsidio o crédito subsidjadq.q.uitJn deseiil (n,veJ:t~~.,e/il;¡;~l¾>z'J!,
estupendo negocio de plantar kiwis1 so pretexto de que es elpafs. ·
sebeneficia con ello? Obviamenteque no1 pues e/beneficiopafMt
i'/;)''~,~?tá;ff;)?;¡+;*)'
32 Precios hay en todas partes
es prácticamente captado en.su totalidad por quien los plantó. ¿Porqué
ha de ser distinta la situación para quien decide invertir su tiempo y
dinero en educarse yconvertirse en profesional?
Si.bien hay claras excepciones ala regla general de que quien se educa
capta él mismo "todo'1
el beneficio social de educarse7 -como sería el
caso, porejemplo, de fi/6spfos1 historiadores yotrosasociados alas cien-
cias yalas artes queayudan aconfigurarnuestra cultura ynacionalidad,
que símerecen un tratoespecial-;,•C[eq que)j Pf?ÍQ.ión pública está hoy
más.consciente de que.la '1
regla.1
'se ~plica a)~ generalidad delas carre-
ras universitarias yprogramas deperfeccionamíento: hoy?stámás cons-
ciente de.que son .los mismos estudiantes.•q~ienefse Iwnefician,con
estar en la universidad....Creo, asimismo, que elf)Q~rpolfticodelos
est1:1cfiantes universita"(Qs;y. la. sfmpat(a hac11:J. ~ll~s f!{tif~isminuyendo.
Creo; incluso, quelos mismos universitariosseharroado cuenta de que
la cosa rio es sólo asl sin,o que también espercibida as~Ror faopinión
públiaa; de sverte ·que hanPerdido la autorfdad•mor:al~r~ped{rle•a
Moya que destine mayores recurspsparaJinanciarregalosaestosprivi-
legi~cJos. ·.· . . . ..· ..... . . .. <. , .•... , ,, . • •
Por.otra parte,.¿cuán.tos.de los que llegan ala universidad:son :1pc;ibres1
1?
Silo son, ¿dt;ben ser 11
grat;stl. sus estudios?¿No es acas0:N1~tfllpropiado
otorgarles un préstamo -:cC0/1. fomlos nacionaJ(?s, sobre ,ÜJSL(;U~lr$'de-:
rmmdam9s,tma mínima rentabitidtld sociaJ..,quepodrá más tardesfácil~
.mentepagar:coneffrut9 del estupendonegqcior¡LJeha sidoe~uca;rse;en
la•U~iversfdaely llegar,a sef;profesfonalJ Creoquelaptef[1n4,(ps.rg(ui
posHeif!fterés .debiera c;,entrar~etm:tratar,deaumentarJai:Jfspo~iblJi(ja(l
')¡~t;{~~~,~~al:ar:éqit~ '!~iVJ!t~fta.elo:pacia {Q$/ÍÍ!~g~e:~",. a,:.e~urándq~~.tos
·. .. . .... .. . . .JleJi~,,~J',llrfl~8/l 9P'fftU1J<?lfl..e ~f#s ~, ~~1s.f
manee rec:úr:;ospar:agenemt1one$. fuwras. · ··
Recapitulando y resumiendo los argumentos de estas columnas: La caren-
cia, para los pobres, de garantías aceptables para los bancos y la imposibili-
dad de hipotecarse a sí mismo -más bien, de hipotecar sus ingresos futuros-,
impide la existencia de una efectiva igualdad de oportunidades para todos
los estudiantes, ya que no pueden pedir préstamos ni para pagar las matrí-
culas (colegiaturas) ni para obtener un ingreso comparable al que podrían
recibir en el mercado laboral si no fueran a la universidad para, de esta
Cuando considere l;i sección XI del Capítulo 3, sobre Pitágoras y los polizontes, encontrará una de tales
excepciones.
111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito :n
manera, ayudar a "parar la olla" en sus hogares. Aunque la matrícula fuese
cero -lo cual, según mostraremos más adelante, implica un "precio menti-
roso" y, por lo tanto, conducente a una asignación ineficiente de recursos-,
no habrá igualdad de oportunidades -y será también ineficiente para el
país- si una persona decide no ir a la universidad porque el mercado de
capitales no le permite obtener un crédito para solventar sus costos (en este
caso, un determinado nivel de ingresos mientras estudia). Es conducente a
una ineficiencia debido a que para él -¡y para el país!- sería un buen nego-
cio que ingresara a la universidad en lugar de hacerlo directamente al mer-
cado de trabajo, lo cual le está vedado debido a una imperfección del mercado
de capitales. Pero, la matrícula no debe ser gratis, sino que debe reflejar lo
que al país le cuesta producir cada nuevo profesional, so pena de que en ese
país existan más personas estudiando -o tratando de ingresar- en la uni-
versidad que lo que es óptimo: el estudiante no le estaría devolviendo al
país lo que éste gastó en educarlo. ¿No es entonces obvio que debe ser más
caro estudiar las ingenierías y medicina que las leyes y contadurías, las cua-
les no utilizan laboratorios y otros insumos "caros"?
Es así como en Chile -donde no hay (2000) universidades gratis y hay pre-
cios diferenciados para distintas carreras universitarias- existe el llamado
"crédito fiscal"; pero sólo para el pago de las matrículas. Este se otorga a
una tasa de interés subsidiada y debe ser pagado por el egresado, después
de dos años como período de gracia, en función de los ingresos que percibe.
Sin embargo, la tasa de créditos impagos se ha acercado al 40%, por lo que
éste se ha constituido en un subsidio a los "frescolines". Es por ello que se
propone que éste sea descontado automáticamente mes a mes "por plani-
lla" (por nómina)-al igual que las cotizaciones previsionales y los impues-
tos de retención sobre sueldos y salarios-, como se hace en Nueva Zelandia,
donde existen bajísimos niveles de incobrabilidad. Tenemos entendido que
la aplicación de esta modalidad requiere en algunos países una reforma a
sus Constituciones.
B. El servicio militar obligatorio
¿Quién demostró alguna vez que el sistema de conscripción obligatoria sea
más barato que el servicio militar profesional? Superficialmente se podría,
quizás, pensar que la remuneración a pagar con un sistema de contratación
voluntaria sería un costo que se podría evitar con la conscripción obligato-
ria: los contribuyentes no tendrían que pagar los impuestos necesarios para
remunerar a conscriptos voluntariamente contratados.
34 Precios hay en todas partes
Pero este razonamiento no es sólo superficial: también es erróneo. Que la
conscripción obligatoria evita incurrir en un costo es solamente una apa-
riencia contable. Parece que lo evita porque en la contabilidad de las Fuer-
zas Armadas no hay que anotar ninguna remuneración pagada a los
conscriptos.
Sin embargo, en un sentido verdadero el costo no desapareció; sigue ahí,
aunque no aparezca en los libros de contabilidad y no lo paguen los contri-
buyentes. El costo lo pagan los conscriptos que abandonan sus actividades
durante el período de reclutamiento, y consiste en la productividad (remu-
neración) perdida(s) en las actividades alternativas que éstos hubieran rea-
lizado si no hubieran sido reclutados.
La conscripción obligatoria, pues, tiene dos efectos: (i) hace desaparecer de
la contabilidad de las Fuerzas Armadas un costo que en realidad existe, y
hace recaer este costo exclusivamente sobre los conscriptos (y/ o sus
empleadores), en vez de sobre los contribuyentes en general. Como conse-
cuencia del primer efecto, a su vez, (ii) se genera un incentivo para intensi-
ficar el uso del elemento cuyo costo no se ve, en vez de otros más visibles,
como equipos mecánicos y otros instrumentos. Así, las actividades milita-
IV. El comportamiento personal a los ojos del economista 35
res tenderán a ser exageradamente intensivas en mano de obra, a pesar que
la mecanización de ciertos procesos pudiera haber sido más eficiente.
También se deteriora la eficiencia de la mano de obra en la economía en su
conjunto: como la conscripción no distingue entre mano de obra con distin-
tas calificaciones, el sector civil no puede retener a la que mejor se ajuste a
sus necesidades y ofrecer, en cambio, una compensación en efectivo, para
así llamar a la conscripción a una persona menos calificada. Así, se desman-
tela el mecanismo de precios, el que hubiera asignado automáticamente al
personal capacitado para desempeñar distintas tareas a aquella que desem-
peñe mejor. ¿Le parece eficiente, justo y equitativo, autorizar a quien es
llamado al servicio militar que envíe -¡contrate!- a alguien para que lo re-
emplace en esa "obligación"!? ¿Le parece "democrático" que alguien pue-
da pagar por no cumplir con este "deber cívico"? ¡Piénselo!
La conveniencia, o no, del servicio militar obligatorio implica discutir cuál
grupo de la sociedad paga el costo (los contribuyentes o los reclutados...
pero que alguien lo paga... ¡alguien lo paga!) Estos dos grupos diferirán en
muchos aspectos, notablemente en edad y posibilidades económicas, y son
éstas junto a otras consideraciones las que deben debatirse; no la gratuidad
del servicio. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito.
IV. El comportamiento personal a los ojos
del economista
"Me gusta el teatro lírico; pero no puedo afrontar su costo".
"No me compré la computadora porque me guste, sino porque la ne-
cesito para mi trabajo".
"Cualquier cosa que deba hacerse, merece hacerse bien", siendo ésta
una de las frases favoritas de la mamá del profesor Fontaine.
Cuando escucha la primera frase, el economista traduce: "El teatro lírico no
le gusta tanto como para sacrificar otros usos alternativos de sus recursos",
y cuando escucha la segunda entiende que a esta persona le gusta satisfacer
sus necesidades laborales con una computadora ... aunque más le gustaría
no tener necesidades laborales. Cuando escucha la tercera, la considera dis-
cutible o carente de sentido.
36 Precios hay en todas partes
El economista rechaza y no reconoce como propia una discusión "de todo o
nada", "esto o aquello", "si o no"; su mundo intelectual8
gira en torno a
entender por qué la gente come pan "y" mermelada, trabaja "y" descansa,
ahorra "y" consume. Para el economista hay muchísimas cosas que mere-
cen hacerse, pero que sólo merecerían "hacerse bien" hasta el punto en que
el costo de seguir haciéndolas "bien" supera el beneficio de hacerlas. Para
el economista erradicar completamente el crimen y eliminar totalmente la
contaminación no tendría sentido: el crimen se combate, y la contamina-
ción se reduce, hasta el punto en que combatirlo más, o reducirla más, ten-
ga un costo mayor que el del mismísimo crimen, o la contaminación, que se
quiere erradicar. En esto consiste, precisamente, la interpretación económi-
ca de hacer las cosas "bien". Aunque suene como una herejía a los oídos de
los no economistas, existe una cantidad óptima de crimen y de contamina-
ción, así como existe una cantidad óptima de mermelada sobre el pan, de
trabajo y de descanso, y de ahorro y consumo.
El sesgo profesional del economista lo lleva a interpretar la conducta huma-
na como un permanente sopesar de alternativas, cada una de las cuales le
significará personalmente incurrir en costos y percibir beneficios al mo-
mento de decidirse por una de ellas. Dichos costos y beneficios privados
(para ellos) pueden diferir de los costos y beneficios para el país, llamados
costos y beneficios sociales o nacionales, lo cual puede llevar a "que lo que
es bueno para Juan puede no ser bueno para el país", como así también a
"que la alternativa que es mala para Juan sea buena para el país,,.
Pero, calma señor lector, ya nos referiremos en los Capítulos 2, 3 y 4 a estas
situaciones que, como veremos, suelen no ser de excepción debido a las
políticas económicas adoptadas en muchos de nuestros países.
En las columnas siguientes, publicadas en "El Mercurio" de Santiago de
Chile, el profesor Fontaine interpreta las conductas solidarias, delictivas
...¡y hasta la composición del parque automotor!, como decisiones que to-
man las personas a través de sopesar alternativas en función de los costos y
beneficios privados que se derivan de ellas.
8
Por supuesto, su vida transcurre también en otros mundos, o, mejor dicho, en otras dimensiones del
mundo. En algunas de éstas, se contemplarán valores absolutos y será adecuado considerarlos como un
asunto "de todo o nada" (la mayoría de los economistas se enamoran, profesan alguna fe religiosa,
reconocen valores éticos absolutos e inclaudicables y no contemplan quitarse la vida como una alterna-
tiva viable). El economista considerará estos asuntos como lo hace el resto de las personas, a la luz de la
fe o de los sentimientos, reconociendo que su mundo intelectual puede no ser el ámbito más adecuado
para considerarlas.
IV. El comportamiento personal a los ojos del economista 37
38 Precios hay en todas partes
ríamente con su prójimo?¿Cómo;explicaría el Hogarde.Cristo, /a Teletón
yotras fundaciones religiosas ylaicas dedicadas aayudar alos m4s des-
pos~ídos?Sibien al¡;unos las explic:wían hadend911so del Bl;M, mipre-
ferencia es hacerlo con.el.QEM.~. · · •
Líisiecíentes}nui¡u:laqi9Qes.sirve)1
BENl$edelf¡e>r#bi~,Es]áscin,r'' ·..·.· ..· .. .. ... ·....·· y:Wef:
aá6;i<;o explfcar}í~ apar/ción de cieP:t~s<ieJJ1rsori,~s ~':lé?eJllsrebus-"
caopi{%fºrwiospesos, .respl11e[;l~s~r~~1~mifsé¡de;g()tfir~tr:an~g,1mierJto
eQ.ÍCilS,~b~rrfos más'pudieµlª5(v;e~~{qe~}aCO$ ~()[1.~tena(ffJféli$i;i5n•de
fJJáQQ.i1e,9krap:,¡fa¡arre · ·· · · · ··
·ciónf:ts.úbir.rtn1ijbles a
.rel;wsc . d~
tfil"~e/ ......
pldiJ} ·.• . ·. ·.· ..... . ... •. • .. e. . . .. . . > . ., i
pasada~i'.<;óin?l~schi~uifi&ssJ sítdarf'en•tugares tftt¡ité$fra~p~r:~:'~td:-'•.
dár:it~mpUJáf~'./os•'IÍl.ftciiq/Je··séa11~nfarilfl.af,:u~lit~i<Jh~{ídsyrécJb1~
una.b,aehapfQ[!IÍllapÓre11o. ·.·<.6!•1; ·..•... >,,.', ..........
; ' ,, ,, ' ,; ' ' ':, ," ,,::> ', ::;, ','',> ,,·"' ,",
Cobardes cfelincuentesanónimos rompieron elvid(if!1eliJSÍen;ddelan-
tero·de mi auto {:)~proceder a.ro/Jar,laradio siuJ1ee'ésidaif,i{e'abrirla
puettalpµetrhacedQhubiera ;icGionado la alarma que Je 1üce·instalar
hacean•a~o> ... ¡:>é . . .. :,;.,,<: ... : ..
Deddf•co1ocár: la ,aJarma debído a .que en mi aµto és fáci/ extraer la
radi~y aquea'dos col~gas~ qq~tie?ep¡se/mismotipo,dea11;tq; fos.h~b(an,
robado fas sµyas dos veces a1
Uf1o y tres veces .af:~tftJ,,·~1/Pº@facquéton
efla·vísmínuirfa la probabilídadde.qtie. me 1
ro/;)ata114a riift1,l~Repüse el
vidtioyla,radio; ehiceinst~far una a1arma·aúr1,másiofis(lcáela;c;todoa
un costóprivado (¡y sociaWdecasí1SOmil:pesps.,No:derrunctée/robo,
pues;·no~e.stando::asegurado, estime.queel costo '(Je ;/:Jacf;Irfeiefa.mayor•.
que supotenciafbeneficio. . .·
La .teoría económica:7'"'.¡y~!buen:sentido/~ post11(a,queJosJiombre5:to,;
man.sus.decisiones sobreda.base de lt>s,c.ost0s y beneficios wue e,stima,n
estarán asociados acada curso de acción. Asf, frente a.wJigualtiesgo de
sersorprendido.'in fraganti'robando la radio de una.uta/el(iefim:uente
preferirá robarla de aquellos autos que tengan lasmejores, ytambiénde
IV. El comportamiento personal a los ojos del economista 39
i.asccinclb~/¡J~;;~;ólít{óaíieri
acdoh~s·erirhir,~les?odobvias.
crirner11 má,sf(ítn.e;ñes f:¡o,DcfJÍi m
delinqviráflábc~slóg hacéa1
cial exfsta/habrároás crimln~li
de Jainvestigar::ión f.>Dlfcial pos·
n1.1nyií:lfáf!Ytª[f'vez,.mayqr;ser
míebtras,rn.enor sea el castigo/ .·•.
sea,n.lasprobabilidaéles de ser abs
aronist{il orun indulto, mayor..
puesto(/()ello disminuye eltos
Elaumentoobsernádo en la cd . ..·.•
origitiarse•enqye uno o.más de lost.·
y4elcostodelcrimen ¿Seestuvieron¡ ..·•·•··•··
rentemente seiíales para aumentaNeleostq;f
qu1r,, tanto a· través de. disminuir susproEJ.a
avmentar la posibilidad de que los. culpa
mente castigados?··
Eldise~o.deitoda política que preteru1~
rrorismo .debe. coasiderar los factores a
aplaudo fas acciones anunciadas por0 ~I ..
bertura.yla efectividad de la vigilanciii e
ellas debieran desalentar el crimen.iPeró,
40 Precios hay en todas partes
3. CAMIONETAS DOBLE CABINA
(18 de octubre de 1990)
Las teorías swgen como respuestas lógicas a algunas regularidades ob-
servadas. Para el economista que advierte cierta regularidaden actuacio-
nes oacontecimientos socioeconómicos, la 'lógica' tiene siempre su base
en el postulado de que la gente hace las cosas porque les conviene ha-
cerlas.
Recuerdo que hace unos 15 años me llamó la atención que en Coyhaique
hubiesen tantos galpones, muchos de los cuales estaban vacíos y eran
de una calidad 1
cuestionable1
• ¿Por qué ocurrió aquello? Por la sencilla
razón de que había existido un generoso subsidio estatal para ese tipo
de construcción en la Undécima Región, el cual podía incluso llegar a
ser mayor que su costo. Recuerdo que en la década de 1950 se importó
un montón de chasises de camionetas, que eran 1
armados1
en Chile por
empresas tales como Pelizzola Hnos.; más tarde, furgones a los cuales
(una vez internados) se les 1
abrían' las ventanas de atrás y se les coloca-
ban asientos para transformarlas en station wagons semimade in Chile.
¿Por qué? Porque estaban prohibidas o restringidas las importaciones de
1
station wagon1
1 de suerte que sólo las importaban algunas congregacio-
nes½ por supuesto, diplomáticos y funcionarios de 0/, fueran o no chi-
lenos (en ese entonces no existían Ias ONG).
Por los años 1960 proliferaron las camionetas 1
pickup1
1 algunas más
1
elegantitas' -como las Chevrolet El Camino y las Ford Ranchero-, todo
debido aque ellas pagaban menos impuestos que los automóviles. Tam-
bién hubo épocas en queabundaron los jeep1 pues los vehículos con trac-
ción en las cuatro ruedas se consideraron herramientas de trabajo ypaga-
ban menos impuestos que los autos.
En mis observaciones recientes me ha llamado la atención el gran nú-
mero de camionetas doble cabina, las que impunemente transitan los
días en que sus primos hermanos automóviles1 con igual último dígito
de sus patentes, deben permanecer en casa por la absurda restricción
vehicular (hoy no circula') impuesta en Santiago.
Hace sólo unos pocos días que tuve una respuesta 1/ógica' aesta regula-
ridad observada. Hay personas que {i) pueden descargar /VA por su com-
pra; (ii) pueden descargar /VA por su consumo de diese! o gasolina, y(iii)
pueden 11
conseguirse'1
una factura o una guía de despacho para justificar
quesu camioneta doble cabina está siendo utilizada para transportar carga,
adquiriendo asíel derecho atransitar todos los días del año en Santiago.
V. Los precios son los términos en que se presentan las alternativas 4 1
¿No conoce acaso usted algLÍn amigo que recientemente haya decidido
comprar uno efe esos veh(culos, invirtiendo algi1n dinero en resortes y
neumáticos para no dañar sus riñones o los de su esposa?
Convengo en que es difícil trazar una línea clara entre una doble cabina
que sed usada en el campo o en fcwnas propias de la construcción o
sencillamente para transportar carga, y aquellas cuyos dueños simple-
mente se aprovechan de un resquicio para andar en un 'auto' de cuatro
asientos y así burlar la restricción vehicular en Santiago. Lo más lógico
sería acabar con esta discriminación -al igual que con las otras que he
denunciado sobre el particular- mediante la venta de permisos de circu-
lación que den distintos derechos en cuanto atransitar por lugares y v(as
restringidos. As( quien "necesite" su doble cabina para transportar pro-
ductos o transportarse a sí mismo al trabajo o a sus niños al colegio,
podrcí entonces comprar un permiso que le dé transparentemente ese
derecho, que estada as( al alcance de todos ¡tenga o no una doble ca-
bina!
V. Los precios son los términos en que se presentan
las alternativas
Cuando cuak7uier pc•rson,1 mira el precio de un producto en el supermerca-
do, generalmente no le interes,1 el tamaí'ío de la etiqueta donde está escrito
el precio, ni el color de la tinta utilizada, ni su valor en dinero.
Lo de l,1 tint,1 y lil etiqueté, es obvio, pero ¿cómo es eso que no le interesa su
Villor en dinero? ¡Al fin y ill cabo, que una Cilmisa vi.1lg,1 50 o 5 000 no da lo
mismo! Est,1 serfo, rcspetuosi.lmente, 121 reacción supcrfici,11 y apresurada
que no se' espcril de un cconomist,1. Al no hi.lbersc estipulado el precio de
los dem,ís bimes ¿qué significado pueden tener los nümeros 50 o 5 000? ¡Si
50 fueri.ln pesos y 5 OOll fueran centavos, estilrÍilmos hablando del mismo
valor, ¿iunque los nümcros sc,rn distintos1
Decir que un,1 ec1misa vi.lle $50 tiene un contenido informativo sólo si i.lLh'-
más se s,1be que un ,iuto, por ejemplo, cuesta $500. Entonces sí que se pod r.i
decir "¡Qué Céll"il es e.,;t,1 ec1mísc11", o ,iltcrn,itivamente (pero no adicion,ll-
mente, y,1 qul' sní,1 una redundancia) "¡Qué barato es este auto1"
Lo que hilce interes,rntes il los precios, y por eso los hace objeto de IJ rnrn 1
sidad científica dl' la Economía, es que los precios son los términos l'n qul'
42 Precios hay en todas partes
se presentan las diferentes alternativas. Bien mirado, el número verdade-
ramente interesante (el único que dice algo con significado) en el párrafo
anterior no es 50 ni 500, sino 10. La situación sería exactamente la misma si
en vez de tratarse de 50 y 500, se tratara de 2 y 20, o de 30 y 300, o cualquier
par de números cuyo cociente sea 10; en todo caso el auto nos parecería
barato (o la camisa cara).
Este número indica, precisamente, los términos en que se presentan las dis-
tintas alternativas (o términos de intercambio, como se dice en la jerga pro-
fesional): elijo un auto y dejo de comprar 10 camisas (o "transformo" 10
camisas en un auto), o elijo 10 camisas y dejo de comprar un auto (o "trans-
formo" un auto en 10 camisas). Elegir uno o el otro; ésa es la cuestión. Yla
elección será, seguramente, distinta si en vez de 10 fuera 8 ó 40.
Hay que reconocer que sería un tanto incómodo tener que agregar la cláu-
sula "en términos de..." cada vez que se menciona un precio. En vez de
decir que el precio del ajo es 2, habría que aclarar que uno se refiere al pre-
cio del ajo en términos de uvas, pero que en términos de bananas sería 3, en
términos de peras 0,9, y en términos de ..., etc.
Para simplificar la manera de expresarse, se ha adoptado la convención que
al referirse al precio de algún bien (por ejemplo, ajos), se entiende que uno
se está refiriendo a un precio relativo; a un precio en términos de una ca-
nasta representativa de todos los bienes y servicios de la economía.
VI. El dilema del servicio doméstico
Dado que las familias son, en promedio, más ricas ahora que hace cien años
¿por qué tienen menos servicios domésticos, tales como mucamas, mayor-
domos, etc.?
Es indudablemente verdad que el ingreso de las familias ha aumenta-
do mucho en los últimos cien años (como así también el de las mucamas).
Esto, en general, significa que la demanda por estos servicios tiene que ha-
ber aumentado lo que, a su vez, significa que a cada precio se demandan
ahora más servicios domésticos que hace cien años. Es decir, cualquiera
haya sido el precio de estos servicios, ahora seguramente se demandan más
a ese mismo precio. ¡Pero ahora el precio del servicio doméstico no es el
mismo!
VII. Las mascotas y los hijos 43
¿Cómo sabemos que no es el mismo? ¿Es más alto o más bajo? Trate
de imaginarse el costo a fines del siglo XlX de proveerse de un horno de
microondas autolimpiante, programable y a control remoto; de un
lavarropas, un secarropas y varias aspiradoras eléctricas. Hubiera sido bas-
tante caro, ¿no? Tanto que no había fortuna capaz de comprarlos. Hoy, cual-
quiera de esos productos cuesta casi igual que sólo un mes de sueldo de
una mucama. ¿Qué conclusión saca acerca del cambio en el precio relativo
(el único que interesa) del servicio doméstico? ¿No le parece que ha aumen-
tado muchísimo?
Si así usted ahora lo cree y lo manifiesta en público, debe estar preparado
para escuchar a alguna asistente social exclamar, indignada, "¡Cómo puede
decir eso! Estas pobres muchachas siguen en la miseria y la indignidad...¿y
usted todavía quiere bajarles el sueldo?"
Sea paciente, estimado lector, y explíquele a esta persona que no hay nada
más lejos de sus intenciones que bajarle el sueldo a nadie; que a usted más
bien le preocupa que hayan caído tanto las oportunidades laborales en este
mercado (y en muchos otros, que también le quitan el sueño... ¡no vaya a
creer esta persona que sólo ella tiene sensibilidad social!). Concluya acla-
rándole que usted solamente trataba de explicar por qué hay menos servi-
cio doméstico ahora que en el siglo pasado, y que ello se debe a que ha
subido su precio relativo.
El hecho que hoy se observe menor cantidad de mucamas, cocineras y plan-
chadoras que hace un siglo significa, simplemente, que el efecto del aumen-
to en el precio relativo, causante de la reducción en la cantidad demandada,
fue más fuerte que el efecto del aumento secular en el ingreso de las fami-
lias que hizo aumentar, pero no tanto, la demanda por esos servicios.
VII. Las mascotas y los hijos
¿Por qué las familias en los países ricos tienen más muebles, cuadros y
mascotas que en los países pobres y, sin embargo, tienen menos hijos?
Indudablemente, distintas disciplinas aportarán distintos ingredientes a la
respuesta de esta pregunta (como sucederá, por cierto, en casi todas las
preguntas que se planteen en este libro); pero aquí solamente enunciare-
mos el ingrediente que puede aportar la Ciencia Económica o Economía.
44 Precios hay en todas partes
El lector seguramente ya habrá adivinado que la respuesta a este dilema
también tiene que ver con los precios relativos surgidos, por definición, de
las alternativas disponibles. A medida que los ingresos de las familias au-
mentan, los muebles y demás adornos cuestan fracciones cada vez menores
de tales ingresos. El costo de un gato de raza, de impecable comportamien-
to y salud garantizada, pasó de la mitad del sueldo quincenal de un ofici-
nista europeo a un cuarto de su sueldo. Yesto no sucedió por un abarata-
miento del gato (cuyo precio en términos de kilos de uvas o de zapatos
puede incluso haber subido) sino, principalmente, por el significativo au-
mento de las remuneraciones en los países ricos. Lo mismo se podría decir
de los muebles, las esculturas y las alfombras. Todos ellos se han hecho, en
términos de horas trabajadas, cada vez más baratos.
Disfrutar de la vida familiar y, en particular, de la interacción con los hijos
requiere atención personal y tiempo. Tiempo para escuchar, comprender y
dialogar. Tiempo para compartir experiencias, para educar y para infundir
juicios de valor y normas de conducta. Cuando las remuneraciones por hora
aumentan como lo hacen en los países ricos, estos preciosos usos del tiem-
po se hacen cada vez más caros, ¡no más baratos!
VIII. zES verdad que la vida humana "no tiene precio"? 4.';
VIII. ¿Es verdad que la vida humana 11
no tiene precio11
?
Es decir, ¿que su valor es infinito? Observemos qué nos revela el comporta-
miento de los propios interesados, los seres humanos. ¿Usted conoce a al-
guien que gaste todo su ingreso en prevenir accidentes, comprar vacunas,
hacer ejercicios y dietas? Posiblemente no conozcamos suficientes personas
como para poder generalizar y nuestra muestra sea de tamaño esta-
dísticamente insuficiente, pero ninguna de las personas que conocemos lo
hace.
¡Otra vez los precios relativos! Es posible que alimentándose exclusivamente
de lechuga, leche descremada y agua se pudieran agregar 5 años a la expec-
tativa de vida cuando se tienen 40 años de edad. Pero esto no es gratis: la
alternativa es más de 20 años sin Cabernet Sauvignon ni filet mignon. Y, en
general, la población de 40 años de edad juzga que ésa es una alternativa
demasiado cara.
¿Se modifica la observación si ahora miramos la población de 65 años de
edad, quienes pueden agregar con esa dieta sólo 3 años a su expectativa de
vida? Efectivamente, encontraremos más personas de esa edad haciendo
46 Precios hay en todas partes
esas dietas aunque "la rentabilidad" del sacrificio sean solamente 3 años
en vez de 5. ¡Ello es así, porque el costo también es menor, ya que la alter-
nativa es muchísimo menos de 20 años sin Cabernet Sauvignon ni filet mig-
non!
¿Usan todos en sus autos cinturones de seguridad en todo momento? ¿Usan
todos asientos para bebés cuando sus hijos de tal edad son sus pasajeros?
¿Compran todos autos con bolsas de aire y frenos ABS? ¿Se respetan siempre
los signos Pare, las luces rojas o los límites de velocidad? ¿Por qué alguien
acepta trabajos tan peligrosos como ser trapecista, boxeador, correr en Fór-
mula Uno o en motos, o trabajar en minas de carbón; es decir, por qué no es
infinita la diferencia entre las remuneraciones ahí recibidas y las que se ob-
tienen en otras ocupaciones más seguras? Si el valor de sus vidas y las de
sus hijos fuesen "infinito", quizás incluso no se subirían a un auto, a un bus
o a un avión, y ni siquiera saldrían de sus casas. La vida debe tener un valor
significativamente menor que infinito si hemos de justificar estas y otras ac-
ciones tomadas libremente por los seres humanos, ya que si las toman debe
ser porque el beneficio esperado de tomarlas debió haber sido mayor que el
costo esperado de perder la vida. El economista toma estas cosas ¡como son!,
respetando que las personas son capaces de ejercer libremente sus volunta-
des y que actúan como BEMS.
IX. Las manzanas del Río Negro
¿Por qué las mejores manzanas no se comen en Río Negro (donde se produ-
cen), sino en Buenos Aires?
Los provincianos argentinos seguramente contestarían que esto también se
debe al atropello constante de la arrogancia de los porteños, los cuales sólo
producen burocracia y "se consumen todo"; porque, si bien Dios está en
todas partes, ya sabemos que atiende en Buenos Aires... Por otra parte, los
porteños dirían que esto seguramente se debe a que "gente como nosotros
no podríamos comer cualquier porquería, ché".
Los consumidores de manzanas en Río Negro y en Buenos Aires, y en cual-
quier lugar, están dispuestos a pagar más por un producto de calidad su-
perior. Digamos el doble. Así pues, en Río Negro las manzanas de buena
calidad cuestan el doble que las otras: el precio relativo en Río Negro es
igual a dos.
X. Los fondos son fungibles en Solovia, en Bisnacalandia... 47
Ahora vamos a reconocer que el costo de transporte hasta Buenos Aires es
el mismo, ya sea para una manzana de buena calidad o para una de las
otras; digamos, diez centavos por manzana.
Cuando le sumamos estos diez centavos al precio de cada manzana (de las
buenas y de las otras también) y calculamos cuánto cuestan estas manzanas
puestas en Buenos Aires, veremos que el precio de las manzanas buenas es
menos del doble del precio de las otras9
• En Buenos Aires el precio relativo
de las manzanas buenas, respecto de las otras, es menor que en Río Negro y
"obviamente" se consumen más ahí que en su lugar de origen.
X. Los fondos son fungibles en Solovia,
en Bisnacalandia... y en todas partes
(o, ¡nadie sabe para quien trabaja!)
Cuando el padre le dice al hijo "Estos son $5 para que pagues tu almuerzo
en el colegio ... no puedes usarlos para comprar golosinas", él no espera
que su hijo ponga ese billete en su bolsillo derecho; que compre golosinas
con los $5 que tenía en su bolsillo izquierdo (y que hubiera destinado al
almuerzo si no tuviera los $5 que le dio su papá), y compre el almuerzo con
los billetes que le dio su papá. El niño podría perfectamente a la vuelta del
colegio decirle: "papá, he cumplido: no compré golosinas con los $5 que
me diste hoy". Si acaso este episodio de hecho sucediera, con un ejemplo
práctico el hijo le habría enseñado a su papá que los fondos son fungibles.
Que los fondos son fungibles significa que cualquier persona destinará cual-
quier aumento de sus ingresos a los propósitos menos prioritarios (en el
ejemplo anterior, las golosinas) y que, simétricamente, cualquier disminu-
ción lo llevará a dejar de emprender las cosas que considera menos impor-
tantes (si el niño perdiera el dinero que tenía en cualquiera de sus bolsillos,
resignaría las golosinas y no el almuerzo ... aunque el dinero perdido fuera
el del bolsillo derecho).
Para ilustrar esta afirmación, reproducimos aquí dos columnas del profe-
sor Ernesto Fontaine publicadas en el dinrio "El Mercurio" de Santiago de
Chile.
" Esto sucede siempre que se le suma una cantidad constante a dos números que son múltiplos el uno del rf,
otro. Verá que inmediatamente dejan de serlo. Pruebe con 1 y 2. Súmele O,1 a cada uno, ycompruebe
que 2, 1 es menos que el doble rle 1,1; o sea, el precio relativo de las manzanas buenas, respecto de las
otras, es menor en Buenos Aires que en Río Negro.
48 Precios hay en todas partes
1. FUNGIBIUDAO DE FONDOS: DOS CUENTOS
(26 de febrero de 1988)
Un colega1 director de Presupuestos de Solovia, recibió la visita urgente
del director de la Comisión Soloviana de Energía Atómica, quien le soli-
cit<ffdndospara la construcciónde una bomba atómica en vista de que
era inminente la guerra con el país vecino. Mi colega le dijo que no
habíafondos; pues todos habían sido ya asignados.·Indignado, el maris-
cal quiso.intimidadocolocando su pistola sobre el escritorio de mi sor-
prendido amigo: ''¡Necesito la bomba atómica para disuadir al enemi-
go!". Nuevamente se le respondió que no había fondos ni dólares para
ello, y que tenía claras instrucciones de{ Presidente de fa República de
equilibrar el presupuestoyatacar la inflación. Muy enojado se retiró el
mariscal, no sin antes ame.nazar con colgarlo a.é/y atodos sus colegas
'economicistas' si había guerra.
AJ d(a. siguiente, que enSolovia era festivo, estando en e/ hoyo 18 del
Club de Gol{¡ elmarisca/recibe la visita de mi amigo, quien le dice: "Los
fondqs para /a bomba están disponibles para su .uso mañana mismo".
Muy feliz, el mariscal lo convidó acompartircon .élelagradabley tradi-
cionalhoyo 19, diciéndole de un modom1..1yjovial: "Espero quenohayas
tomado en seriola broma de q1..1e les colgaríamos enel evento de una
guerra1pues noquerría queeso te hayallevado ahacera1go incorrecto".
Muy seguro de símismo; aunque sintiéndose,algo insultado, mi colega
respondió: ''No se preocupe mariscal.. lista mañana,recibí t..lfJ telex de
nuestro representante en el Banco Mundial, donde me informa que se
acaba deaprobarn1..1estro/;;réditoparala constmccióndeunhospitaly30
t.Qnsultorios en •e/; pafs1 gasto ·.que ya estaba 1
financiado pdr la Ley de;.
Presupuestos; portanto; se liberaron los fondos para la bomba":
EfDtro1
cuent01se:te(leteala experiencia de unágricultorde Blsnacafandía.
1
Una mañana1 tomando desaycmo con su señora enla casapatronal; effa
lemanifiesta'su·deseode,fra Európa1 pues hace.ya,variosaflosqueno Jo
hacen. El marido le responde: 11
Mijita, no podemos haeer/o aúm Nues-
tros ahorros y utilidades que obtuvimos el año pasaclo por los bu~nos
pteciói$ de lás bisnácas los tengo comprometídos en la orden que puse
para"Üna cosechador/1. Lós intereses están altos y creo que nó iroscon-
viene endeudarnos para algo tan frívolo como es ir aEuropa1
'. La señora,
muyenojada porel 'economicismo' de su esposo1 se encierra en elbaño.
A las pocas horas el hombre regresa del pueb/01 más temprano que lo
habitua/1 y cariñosamente dice asu esposa: 11
Mijita, aquítíene las reser-
X. Los fondos son fungibles en Solovia, en Bisnacalandia... 49
vas confirmadas para nuestro próximo viaje aEuropa, yen primerta cfa,.
se". Muy amorosa le dice: "Espero no haya pensado que mehabía.e:pp-
jado tanto. Ustedsabe cómo lo quieroy que siempre me hubiera com-
portado comounaeficiente" lealyamanteesposa, aunque Qofnehubie-
ra dado el gusto de ir a..París". Algo resentido porefhecho.de,que su
mujerhubíerapensado,qu~ élsólo reaccionó asu.amenaza;,A€'cpn(e5:ta:
"(;la.ro que,no. lo que.pasó fue que1 al comprar e/ díarjq;, ;vtqye<i!i
Ministro efe Agricultura anuncitJque había (;reado¡.malfnea(/.~cté(Jito
muysubsidiadapal'a las compras .de bíene~de capitalde/;s~torfcón
el/apagaré/a cosechadora y,iiperarélosfondos parn irafu¡qp;te,,in~lut
so;mijita, cambiarelautoí'. ··• .•. ... . . ..·•·...·. ·...... < .1;· .; , •
'Adivina1•·buefladivi1'1adqre~.équé proyectofue fina:ncíado,plcrrc~l0
:Ba~t.Jo...·
Mundial:el de saludQ/a,bOl1111Jai¿Quéf:ina~ci6el<Erédi~ de1riesar~ll0
agrícola:>/a.cosechádpr;:1'gJos capriclios de/a señora?.··.....~· i;,; ?i.:,.·•.·;
El .que /os fondos scm fung1bles.,es. '1.maverdadclelportedeµ;t1b1Jqtttf,
./p1;1es,no•hayduda;algµna:qt!Je:;aste<iJ,iJ.{$fiaar:á~ualqui6?fl~lim~nt~•~aí$u.s· •·
.·ingresos a losproyectosque Je sonmenot;pri~ritarios;•Yquerc;,1.1afotú(~r
dJsmiF1uciónJ{)Jleva#"iguaf~enteil1deJa:rt;/eempten'tiercosas;.q1;1fi!.lílc5ted...
consideramenos tmpórtántes, ;i ,,·.:.•iitz;
/,",;,' ,"" ''<,}<',, ' j ,,,,
,:,Si,>,.::,,,~:,,"',' , :i , ~,
2t•GAS1'0 SOCIAL?! .
• ' •.·• •! .• l., ....•. ; . ; ..·.· ·
..·....• ;·;
; . (31 cf': .I ;1990.) .•;·•
•. ...• . •. . ;>2i!:i é's~·t~l9'f:)i,,1:::;:·,.~/h':
.En.su dlsctJrs<fdelJ?eJ.e.;rna}fo/~FPtes1~(1nte.
la cr>n.venlen<Jia . . . .
.••..!oc,Jal;,p:/Qtie(ec
f~i:RJl(~lstenX ··
Jóni
'n<>:~.
·salud; de·lf
·dycirJa,P?br:&..,.... ••·•·i·•· . . ,.
1
.i:; .•,•.• ,; , ... • .x. ; . :i' ,'ú ... . .;; . •;;J,:w ,;z?t. ·; .
mentana1nvers10,nxeT1:e '~ap1tJ ·11up,ano;;quees:1ar,ase.ma:S'.S01Jf¡ia•! ~t,;?: ...
ef,d,esarrol,loec:Qn1rt1#; · ... l}Je/"Jf1i3Í$~5Y:'Pªra ...... ·
...dades.y;opgr:tuhicJades, ..irt~pok(est,.a{asfi,i1jipli)f~
.,estado·•.depobrez.~~.•,··:,~1••)·{,;,,• .A(i•y.....•·•·•••····.• · :: ,.....·•··1
Sin duda que no hay:c:hilenoalgano qaepued€1•oponf!rse
pensamiento.·Sin embl#'§Pt.como fos recursos.s
dades sofl:m(¡Jtiples} deberá(:I tomarse decisiones.qiffc
del tamaño delgasto púb#cototaJümpuestosj(};.oma:d.. .
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  • 2.
  • 3. NUFSTRA ECONOMÍA DE CADADÍA ECONOMÍA APLICADA AL ALCANCE DE TODOS
  • 4.
  • 5. NUESTRA ECONOMÍA DE CADA DÍA ECONOMÍA APLICADA AL ALCANCE DE TODOS Ernesto R. Fontaine Profesor de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago. Osvaldo H. Schenone Profesor de Economía de la Universidad de San Andrés, Buenos Aires, Argentina. A.Alfaomega
  • 6. [mesto R. Fontaine y Osvaldo H. Schenone fotografías de la cubierta: Erkka Ferreyra Gutiérrez ll11straciones: Idea, Ericka Ferreyra Gutiérrez l1'11/ización, Raúl Cedilla Calderón Diagramación: Juan Rico Vázquez Andrés Landeros Bojorges Producción: Guillermo González Dorantes © 2000 ALFAOMEGA GRUPO EDITOR, S. A. de C.V. Pitágoras 1139, Col. Del Valle, 03100 México, D.F. Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana Registro No. 2317 Internet: http://www.alfaomega.com.mx Email: ventas@alfaomega.com.mx ISBN 970-15-0556-5 Derechos reservados Esta obra es propiedad intelectual de su autor y los derechos de publicación en lengua española han sido legalmente transferidos al editor. Prohibida su repro- ducción parcial o total por cualquier medio sin permiso por escrito del propie- tario de los derechos del copyright. Impreso en México - Printed in Mexico
  • 8.
  • 9. PREFACIO Este libro está dirigido a tres grupos de lectores. Primero, los estudiantes de cualquier carrera, no necesariamente de Economía, que todavía no han teni- do ningún contacto con la economía y se encuentran con un primer curso que les parece árido, aburrido y desconectado de la vida cotidiana. Nuestro mensaje aquí es el siguiente: "Posiblemente el curso sea todo lo que ustedes creen; pero no desesperen, la Economía no es así. Muy por el contrario, es súperentretenida. Ella les ayudará a comprender y a explicarse muchas de las cosas que le ocurren a usted o que usted observa a diario". Aplicando el análisis económico van a encontrar respuestas a preguntas como, por ejem- plo: ¿Es verdad que la enseñanza universitaria gratuita beneficia principal- mente a los más pobres, que son quienes no podrían afrontar el pago de la matrícula? ¿Debe la colegiatura (matrícula) ser distinta para los más pobres y para las distintas carreras impartidas por la universidad? Si el gobierno fija un tope máximo a los alquileres ¿va a haber más o menos gente que se queda sin alquilar la vivienda que desean? ¿Deben eliminarse completamente el crimen, la congestión y la conta- minación ambiental? Dado que las familias son, en promedio, más ricas ahora que hace cien años, ¿por qué tienen menos servicios domésticos, tales como mucamas, mayordomos, etc.? ¿Por qué las mejores manzanas no se comen en Río Negro (donde se producen), sino en Buenos Aires? ¿Se debe comprar y vender el derecho a transformar un pez en pesca- do? Si el gobierno fija el precio del pan por kilo, ¿se venderá el pan m,s o menos cocido?
  • 10. 8 Prefacio Si el gobierno fija el precio del pan por unidad ¿se venderán panes más chicos o más grandes? Si el gobierno fija el salario mínimo, ¿la tasa de desempleo de los analfa- betos, los lisiados, los demasiado jóvenes o demasiado viejos, subirá o bajará? El segundo grupo son quienes no son economistas, ni estudian para serlo, pero se preguntan ¿Por qué los economistas dicen -y a veces hacen- lo que les oímos decir y vemos hacer? ¿Cómo razonan ... si es que lo hacen? Aquí nuestro mensaje será contarles todas las mentiras que no decimos y que quienes las dicen no saben que son mentiras (y, por lo tanto, tampoco son mentirosos). A este grupo le pueden interesar las preguntas anteriores, pero también podrán aplicar el análisis económico a interrogantes tales como, por ejem- plo: ¿Deben los peajes al uso de los puentes y caminos ser tales que se recau- de exactamente el costo de su construcción? ¿O, por lo menos, el costo de su construcción? ¿Por qué hay menos divorcios entre personas mayores que entre per- sonas jóvenes? ¿Es verdad que la vida humana no tiene precio, es decir, que su valor es infinito? ¿Por qué las familias en los países ricos tienen más muebles, cuadros y mascotas que en los países pobres y, sin embargo, tienen menos hijos? ¿Por qué las ballenas y los carpinchos corren peligro de extinción, mien- tras que las vacas y los pollos no? ¿A quién protegen los 'altos' aranceles aduaneros? Quien quiera que éstos sean, ¿de quién los protege? ¿Qué es el dumping y qué medidas deben tomarse para defenderse de él? Finalmente, el tercer grupo son nuestros colegas, para que nos digan si les parece que estamos transmitiendo a los dos grupos anteriores una visión correcta de lo que hacemos en la profesión. También, para que asignen
  • 11. Prefacio 9 parte -¡ojalá todo!- de su contenido en las listas de lecturas para los cursos que estén dictando. El primer capítulo introduce, sin ningún atenuante ni anestesia, el concepto central de todo el razonamiento económico: Nada es gratis, porque para todo existe al menos una alternativa. De ahí el título de este capítulo, "Pre- cios hay en todas partes". El segundo capítulo se pregunta cuáles son las funciones de estos seres omnipresentes, los precios. ¿Para qué sirven? ¿Qué papel desempeñan? Se destaca que desde elpunto de vista de la Economía, los precios son señales que cumplen un doble papel: informan a las personas y crean los incentivos para que éstas actúen con base en la información recibida. En el tercer capítulo contemplamos las circunstancias bajo las cuales los precios pueden defraudar a las personas que toman decisiones de producir y consumir porque éstos no cumplen satisfactoriamente las funciones estu- diadas en el capítulo anterior. No las cumplen porque emiten señales men- tirosas o porque crean incentivos erróneos, y los gobiernos no cumplen con su función de evitar estas situaciones: la autoridad económica comete "pe- cados de omisión" al no corregir las señales que emitiría un mercado libre y no regulado. Se discuten situaciones de "externalidades" -por contamina- ción, congestión y peligro de extinción-, los llamados "bienes públicos", y el monopolio y el monopsonio. En el cuarto capítulo denunciamos que, a veces, es la acción del gobierno la que hace que los precios no cumplan satisfactoriamente con sus funciones, porque comete "pecados de acción". Se discuten los impuestos y subsidios discriminatorios y parejos, la fijación de precios máximos y mínimos, los aranceles aduaneros y, por último, los costos, delitos y regalos asociados a los regímenes de promoción industrial. Después de haber dedicado medio libro a reflexionar acerca de los precios; sus funciones, virtudes y limitaciones, estamos en condiciones de dedicar un capítulo a considerar el objeto de estudio de la Economía como ciencia, rastreando todos los caminos por donde transitan los precios y descubrien- do, guiados por ellos, cuáles son los asuntos que estudia la Economía. El capítulo cinco establece el objeto de estudio de la economía a un elevado nivel de generalidad. Pero nuestros lectores pueden estar interesados en ver actuar al análisis económico en casos más específicos y concretos.
  • 12. 10 Prefacio Por eso, en los cuatro capítulos finales ilustramos la aplicación del enfoque económico a asuntos de interés cotidiano: El crecimiento económico en el capítulo seis; el comercio exterior y sus regulaciones en el capítulo siete; los economistas profesionales yel ejercicio de la política en el siguiente y, final- mente, el último capítulo está dedicado a la contribución del análisis econó- mico al estudio de la distribución personal del ingreso y de las encaminadas a modificarla.
  • 13. CONTENIDO PREFACIO 7 CAPÍTULO 1 PRECIOS HAY EN TODAS PARTES 17 l. Nada sería costoso si no hubieran alternativas disponibles 18 II. Lo Pasado ...¡Pisado! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 III. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito . . . . . . 22 A. La enseñanza universitaria gratuita . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 1. Pobres y In Universidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 2. Avales a los Estudiantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 3. Matrículas Diferenciadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 4. Matrículas Parejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 5. Herencias Culturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 B. Servicio militar obligatorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 IV. El comportamiento personal a los ojos del economista . . . . . 35 1. La Ciencia Económica y el Temporal . . . . . . . . . . . . . . . . 37 2. Crimen y Castigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 3. Camionetas Doble Cabina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 V. Los precios son los términos en que se presentan las alternativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 VI. El dilema del servicio doméstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 VIL Las mascotas y los hijos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 VIII. ¿Es verdad que la vida humana "no tiene precio"? . . . . . . . . 45 lX. Las manzanas del Río Negro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 X. Los fondos son fungibles en Solovia, en Bisnacalandia ... y en todas partes (o, ¡nadie sabe para quien trabaja!) . . . . 47 1. Fungibilidad de Fondos. Dos Cuentos . . . . . . . . . . . . . . . 48 2. ¿Gasto Social? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 XI. Un agravio a los maestros o una mentira a los contribuyentes: el impuesto a los autos para financiar el aumento de sueldos docentes y el aumento del IVA para financiar la extensión de la jornada escolar . . . . . . . . . . 51 XII. Beneficios intangibles de la inversión pública. . . . . . . . . . . . . 52
  • 14. 12 Contenido CAPÍTULO 2 LAS DOS FUNCIONES DE LOS PRECIOS 55 ¿Y la micro? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 I. ¿Por qué interesa estudiar los precios relativos? . . . . . . . . . . 57 II. Lo bueno, lo malo y lo feo: consumir, producir y que los precios mientan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 A. Producir es puro Costo. Consumir es puro Beneficio . . . 60 B. El Excedente Privado: (Beneficio-costo) . . . . . . . . . . . . . . 62 Los Alquimistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 C. Importar y exportar .......................... , . , . . 66 1. Fomento ala Producción y Exportación . . . . . . . . . . . . . . 67 2. Importar y Consumir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 D. ¿De quién es el excedente privado? . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Revolución Cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 E. El excedente social: ¿Es siempre verdad que "lo bueno para Juan es bueno para el país"? ................... . Mind your own business ............................ . F. "Necesidades básicas" ............................ . l. "Necesidades Básicas" y Educación ................ . 2. Nutrición, Vivienda y Educación .................. . G. Otros ejemplos de precios "mentirosos" ............. . Mercado, Libertad y Contaminación ................... . H. Factores de Producción y Valor Agregado ............ . I. Otros Excedentes ................................. . El excedente del consumidor .......................... . El Costo de no Tener Agua .............................. . Un enfoque económico al problema de las Malvinas ..... . El Mercado es Inexorable ............................... . AVECES EL GOBIERNO PERMITE QUE ALGUNOS PRECIOS NOS ENGAÑEN 97 El viaje en taxi y la vacuna antigripal ................... . A veces los precios relativos no se "ven" a primera vista: El Teorema de Coase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 Los costos de transacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 Ejemplos de externalidades por contaminación . . . . . . . . . . . 102 l. Los Tomates y el Aire Limpio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 2. La Basura, los Huiros y los Locos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 3. Los Pellets y Las Aceitunas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 4. Derechos de Propiedad y Contaminación . . . . . . . . . . . . . 107
  • 15. Contenido 13 5. El Mercado, la Libertad y la Contaminación . . . . . . . . . . 108 6. Otra vez la Contaminación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 7. Insistimos con la Contaminación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 V. Externalidades por imprevisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 1. Ciencia Económica eInundaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 2. ¿Vacas Flacas? ¡"C'est la Vie"! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 VI. Externalidades por congestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 1. Los Peajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 2. Los Peajes y la Congestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 3. Impuestos versus Peajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 4. Costo Social por 'Molestias' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 VII. La extinción: los pollos y las ballenas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 VIII. Derechos transables: el derecho a transformar un pez en pescado se debe comprar y vender . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 Nueva Ley de Pesca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 IX. Extinción del bosque nativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 l. Bosque Nativo, Mapuches y Desarrollo . . . . . . . . . . . . . . 131 2. El Bosque Nativo otra vez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 X. Los bienes públicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 ¿Quién construye y Paga el Camino? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 XL La investigación básica: Pitágoras y los polizontes . . . . . . . . 141 XII. Otros precios mentirosos: monopolios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 1. Yo fui Pirata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 2. Gobiernos y Monopolios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 3. Privatizaciones otra vez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 4. Sindicalismo y Solidaridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151 5. Negociación Colectiva por Área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 6. Recuerdos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 7. Libertad para Trabajar y Elegir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156 XIII. Monopsonios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158 l. Monopsonio, Médicos y Profesores . . . . . . . . . . . . . . . . . 159 2. Monopsonio y Privatización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 CAPÍTULO 4 YOTRAS VECES EL GOBIERNO HACE MENTIROSOS AALGUNOS PRECIOS 163 l. Una mentira muy especial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164 11. El que reacciona menos, pierde más con el impuesto y gana más con el subsidio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 III. Las consecuencias de la mentira inducida por Impuestos y Subsidios discriminatorios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
  • 16. 14 Contenido IV. Neutralidad es el concepto clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 1. Impuestos al Pisco y al Whisky . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 2. Los Autos y el Impuesto al Lujo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177 3. Perfeccionamiento del IVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179 4. Lo Parejo no es Duro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180 V. Si produzco zapatos quiero que graven las exportaciones de cuero crudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182 VI. ¡Y también quiero que graven las importaciones de zapatos! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183 VII. Otra variedad de mentira: La fijación de precios máximos . 185 1. Mi Visión . . .. .. .. . . . .. . . . .. .. .. .. . . . .. . . . . . . . . 192 2. UP: Profesor Emérito de Economía . . . . . . . . . . . . . . . . . 194 3. "Home Leave" en 1972 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195 4. El Monstruo Durmiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 5. Precios Mentirosos en El Salvador . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198 VIII. Y la fijación de precios mínimos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199 1. Huachi con el Salario Mínimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 2. Salario Mínimo y Pobreza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202 3. Estirando Mucho la Cuerda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204 4. Socialismo y Salario Mínimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 5. De la Banda al Sostén . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 IX. ¿Delito o desperdicio? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 CAPÍTULO 5 El OBJETO DE ESTUDIO DE LA ECONOMÍA 213 I. Frank Knight, Robinson Crusoe y Viernes . . . . . . . . . . . . . . . 213 A. ¿Qué producir? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214 B. ¿Cómo producir? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 C. ¿Para quién producir? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216 D. Racionamiento en el corto plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217 E. Proveer para el futuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219 II. Teorías y teoría económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220 III. ¿La suegra o la maximización de utilidad? . . . . . . . . . . . . . . . 225 IV. Economía positiva y normativa ............ , . . . . . . . . . . . 227 V. Otra vez ... la suegra y la lechuga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232 VI. La curva de transformación: Eficiencia y crecimiento . . . . . . 233 CAPÍTULO 6 CRECIMIENTO ECONOMICO 237 I. ¿Por qué hay crecimiento económico? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
  • 17. Contenido 15 Tifoidea, Pichicata y Ajuste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 1. Crecimiento eInversión Pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244 2. Economía es Riqueza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245 3. ¿Por qué Fracasaron? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247 4. Pehuenches y Celtas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248 II. A brindar con el jugo de la experiencia... ¡Salud! . . . . . . . . . . 249 ¿Qué es un Estado Subsidiario? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 III. La levadura y los hongos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 1. Más por Menos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256 2. Crecimiento y Libertad de Emprender . . . . . . . . . . . . . . . 258 3. Agro, Productividad y Crecimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . 259 CAPÍTULO 7 COMERCIO EXTERIOR, PROTECCIÓN EINTEGRACIÓN ECONÓMICA 263 l. La protección del Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263 II. La protección aduanera y Abraham Lincoln . . . . . . . . . . . . . . 264 1. ¿Y los Consumidores? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 2. La "Capacidad para Importar" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269 3. Inflación y Ropa Usada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270 4. Un Dólar es un Dólar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272 5. Autos Semi 'Made in Chile' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273 III. Una pregunta legítima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275 1. Razones de eficiencia económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275 ¡Cómo han Cambiado las Cosas! . . . . . . . . . . . . . . . . . 276 2. Razones no-económicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277 Decisiones Públicas y Aranceles . . . . . . . . . . . . . . . . . 279 IV. Un poco de humor importado de Francia . . . . . . . . . . . . . . . . 281 V. Mi secretaria, David Ricardo y yo: Las ventajas comparativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282 VI. Anti-antidumping . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285 1. El Dumping . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 2. Valores Mínimos de Aforo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290 VIL Carta abierta de 61 economistas a los legisladores chilenos, 1999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292 VIII. Uniones aduaneras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295 l. ¿Un mercado Común Mundial? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296 2. Complementación Económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298 3. Agricultura e Integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300 4. Cuatro Puntos¡ A lo menos! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
  • 18. 16 Contenido CAPÍTULO B EL ECONOMISTA Y LA POLÍTICA 303 l. Intelectuales en política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 304 II. George J. Stigler, Premio Nobel de Economía 1982 . . . . . . . . 306 III. San Jorge, Don Quijote y Arnold C. Harberger . . . . . . . . . . . . 306 IV. Los mecenas contemporáneos ¿qué es más caro, un ñoqui o un quiño? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308 1. Los Economistas Mancos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312 2. El Economista Profesional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313 3. Opinión Técnica y Democracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316 4. Opiniones Técnicas para Legislar y Opinar . . . . . . . . . . . 317 CAPITULO 9 LA PIEDRA DE LA DISCORDIA: LA DISTRIBUCIÓN PERSONAL DEL INGRESO Y LA POBREZA 321 l. Distribución funcional y personal del ingreso nacional 321 Recuerdos y Distribución del Ingreso . . . . . . . . . . . . . . . 323 1. Riquezas y Valores sociales ....................... . 2. Equidad, Desigualdad y Pobreza .................. . 3. Alza de Impuestos .............................. . II. ¿Distribución más igualitaria del ingreso o nivel absoluto del ingreso de los más pobres? ........................ . 1. Distribución del Ingreso ......................... . 2. ¿Dar oquitar? Otro cuento Inédito ................ . 3. ¿Dar oquitar? Otra visión y otro cuento ........... . 4. Reflexiones en Torno ala Pobreza ................... El círculo de la pobreza ........................ , . . 338 1. Combatiendo la Pobreza Extrema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340 2. Centro de Desarrollo Integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342 3. ¿Comparado con Qué? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343 4. A Derrotar la Pobreza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 345 5. Desigualdad y Crecimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 346 6. ¡A predicar con el rjemplo1 . • . . • . • • • • . . • . . • . . . . . . . • 348 Aprovechadores de la pobreza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349 1. El ocaso Robín Hood . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353 2. ¿Previsión o Robo? Otro Cuento Inédito . . . . . . . . . . . . . 355 Cómo hacerse pobre: políticas económicas y pobreza . . . . . . 356 1. Mercado, Estado y Pobreza ..................... , . . 357 2. ¡Típico! . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359 3. Crecimiento con Equidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 360
  • 19. CAPÍTULO Precios hay en todas partes Merecería haber sido un economista aquella persona que ante la pregunta "¿Cómo estiÍ su esposa?", replicó sin dudar ni un instante "¿Comparada con quién?" También se dice que era economista aquel que conversaba con sus amigos, sesentones como él, acerca de las aflicciones de la edad y cuan- do alguien más joven le preguntó, sin misericordia,"¿Y... qué tal es llegar a viejo?", contestó "¡Buenísimo ... considerando la alternativa!" La característica que mejor define al enfoque de la Economía, es la de consi- derar cualquier asunto desde el punto de vista de las alternativas disponi- bles. Si yo no estuviera escribiendo estas páginas ¿qué estaría haciendo?; si usted no las estuviera leyendo, ¿qué estaría haciendo? Hasta no haber iden- tificado la(s) alternativa(s), nunca podremos evaluc1r y juzgar ninguna acti- vidad en la que estuviéramos involucrados. Estar leyendo este libro es, seguramente, una buena decisión si usted es del sexo masculino y si su alternativa es prestar atención a los chillidos de me- dia docena de cu11adas y sus respectivas hijas (¡que son sus sobrinas, esti- mado lector1) comentando por milésima vez el conocido escándalo de "Fulanita, la hij,1 de..., casada con..., pero ya sabemos que..."; o, si fueSl' del sexo femenino, su alternativa fuese est11r en el salón de la televisión junto ,1 una manada de hombres tomando cerveza mientras cnment1n y gritc1n mirando un partido de basketball entre los Lakers y Boston. En L·,1111- bio, no serb imagim1ble que usted porfiara en leer este libro (o rn,1lq11ivr otro) mientras su hijo trata de comunicarle que ha tomado l,1 dL•L·isión d¡• ingresar ,11 seminario para hacerse sacerdote misionero en 1friL·.1.
  • 20. 18 Precios hay en todas partes La disponibilidad de alternativas es, precisamente, lo que establece la exis- tencia de costos. Nada sería costoso si no hubiera alternativas disponibles. Recíprocamente, si hay alternativas disponibles, nada es gratuito. Conside- remos por separado estas dos caras de la misma medalla. l. Nada sería costoso si no hubieran alternativas disponibles ¿Cuándo le hubiera resultado más caro a Maradona hacerse profesor de fútbol en un colegio, hoy (2000), o cuando salió campeón mundial en 1986? ¿Cuándo le hubiera resultado más barato al empresario Pérez continuar produciendo fiusos,1 antes o después que su maquinaria perdiera valor de reventa porque se descubrió que no era verdad que servía también para producir bisnacas?2 ' Fiusm son productos que se venden por unidad, por metro o por kilo; o quizás, por litro, cuyo tamafio, forma, olor ytextura dejamos librados a la imaginación del lector. Por cierto, pueden emitir sonidos o ser silenciosos, brillar en la oscuridad o no hacerlo y pertenecer al reino animal, vegetal o mineral; pueden ser de cualquier color y tener cualquier temperatura. 1 No nos desilusione, imaginando a las Bisnacas como una degeneración de las espinacas. Ponga un poco de creatividad e imagínelas como le plazca.
  • 21. 11. Lo pasado ...¡Pisado! 19 En ambos casos la desaparición de ciertas alternativas abarata las decisio- nes consideradas. Para el futbolista ya no es factible jugar como en 1986; por lo tanto, desapareció el costo más importante en la decisión de dedicar- se a la enseñanza. Igualmente, para el empresario Pérez desapareció la ten- tación diaria de vender su maquinaria a otros usuarios de la misma y dedicarse a vivir de sus rentas; por lo tanto, se le hizo menos costosa su decisión de seguir en el negocio de los fiusos. Un cínico del matrimonio podría sostener que esta es también la razón por la cual hay menos divorcios entre personas mayores que entre perso- nas jóvenes: el costo de seguir casados disminuye cuando, debido a la edad, las alternativas están menos disponibles para uno, o ambos, de los cón- yuges. 11. Lo pasado ...¡Pisado! Este adagio de la sabiduría popular es de estricta aplicación en la manera de pensar de los economistas. Por ejemplo, si usted lleva una hora esperan- do un ómnibus en una esquina, ¿seguiría esperando? Si su respuesta es "sí, porque no estoy dispuesto a 'tirar por la borda' sesenta minutos de espera", no estaría razonando bien; ello, debido a que no habría identificado correc- tamente los costos y beneficios legítimamente atribuibles a esa decisión de no seguir esperando el bus.3 Puesto que no pensó que si dejara de esperar y tomara un taxi o se fuera caminando, ¡no estaría 'tirando nada por la borda'! ...¿o acaso cree que la llegada del autobús haría volver atrás las manillas del reloj? El tiempo trans- currido, ¡transcurrido está!, por lo que ello no debe influir en su decisión de seguir o no esperando el bus. Yes ésta, justamente, la manera de pensar y la mayor de las responsabilidades de los economistas: identificar, medir y va- lorar correctamente los costos y beneficios pertinentes asociados a una ac- ción, a los efectos de que la decisión acerca de tomar o no dicha acción sea así "informada". El principio básico es que la decisión debe tomarse sobre la base de información que sea no sólo fidedigna, sino que sea la pertinente para ella. 1 Si su respuesta es "sí, porque ahora debe estar por llegar, dado que nunca se demora tanto", entonces puede ser que usted esté razonando como lo hace un economista; pero, sería un economista que toma la decisión a base de una predicción derivada sólo de la evidencia histórica (piense que "si usualmente no se demora tanto" bien podría llevarlo a concluir que no llegará, ¡pues ha cambiado el recorrido!)
  • 22. 20 Precios hay en todas partes Por ejemplo, para la decisión de arrendar o no una casa en la playa, no le interesará el costo del arriendo de su casa en la ciudad: vaya o no a la playa, de todos modos deberá pagar ese arriendo... se trata de un costo inevitable para la decisión de ir o no a la playa. Si el arriendo de la casa en la playa le costará $2 000 -o si usará su propia casa que podría arrendar en esos mis- mos $2 000 si no hace uso de ella- los $2 000 son obviamente un costo evita- ble y, por lo tanto, pertinente para su decisión de ir o no a la playa durante sus vacaciones. Si sus gastos mensuales en la ciudad hubieran sido $1 000 -comida, movilización y servicios básicos- y los que incurrirá en la playa serán $1 500, en su decisión de arrendar o no la casa en la playa sólo tomará en cuenta los $500 adicionales que le acarrea irse de vacaciones ,1 la playa, pues éste es evitable. Si es empleado y de todos modos percibirá su sueldo en ese mes, esté en la playa o en la ciudad, éste no influiréÍ sobre la decisión de arrendar o no la casa en la playa... se trata de un beneficio inevitable para la decisión de ir o no a la playa. Si es dentisb1 y si por ir a la play,1 dejará de percibir $3 000 en ese mes, los $3 000 se constituyen ipsofí1cto en un costo pertinente para la decisión de arrendar o no esa casa: es un costo que es evitable para la decisión de ir a la playa, pues si no va, evita tener que incurrir en ese costo. ¡Por algo es que los dentistas y médicos de Viña del Mar o Punta del Este toman sus vacaciones en el invierno -temporada baja- y los santiaguinos y bonaerenses las tornan durante el verano, época de vacaciones generalizadas en esas ciudades! Sin embargo, si la decisión de tomar vacaciones está ya tomada y quiere decidir si hacerlo en la playa o ir a Orlando, los $3 000 pasan automáticamente a ser no pertinentes para esa decisión: vaya a la playa o vaya a Orlando, de todos modos dejJrú de percibir ingresos por $3 000 en ese mes, siendo que éstos fueron pertinentes sólo para la decisión de tomar o no un mes de vacaciones... ese costo se hizo inevitable para la decisión de ir a la playa o a Orlando. Los casos mús interesantes de violación de este principio se encuentran fre- cuentemente en las inversiones del sector público (y, a veces, también en el sector privado) que se decide suspender "porque se trata de una obra que la anterior administración nunca debió comenzar, ya que sus costos exce- den a sus beneficios". Puede bien ser cierto que la obra tendrá un cos_to total mayor que los ingresos totales que generará; pero esa no es la pregunta pertinente de hacerse en este momento, pues los costos ya incurridos, ¡incurridos est,in! El enfoque económico de este asunto consiste en preguntarse"¿qué costos todavía quedan por incurrir? ¿Qué beneficios brinda la obra en su estc1do actual? ¿Cuánto podría obtener en el mercado vendiendo la obra tal como
  • 23. 11. Lo pasado ...¡Pisado! 21 está? ¿Qué beneficios adicionales generará una vez terminada? ¿Cuánto mayores son éstos que los costos adicionales de terminar la obra?" En el enfoque económico -que es el correcto- no interesa calcular lo que ya está gastado, pues ¡gastado está! En la jerga profesional, estos gastos (cos- tos) irreversibles se denominan costos hundidos, y no son pertinentes para tomar decisiones respecto de qué hacer desde ahora en adelante. Sólo son pertinentes los costos que puedo evitar -costos evitables- al no tomar la decisión, con los beneficios que dejo de percibir -beneficios evitables- por no tornilf lc1 decisión, siendo que éstos son los únicos que se verán afectados por tomarla. Así, el economista recomendará seguir con la obra si los beneficios de com- pletarla -es decir, la diferencia entre los beneficios de la obra terminada menos los beneficios que brinda en su estado actual- superan los costos para comp!etaria. Sin embargo, puede lamentarse de haberla iniciado, pues en ese punto en el tiempo todos los costos y beneficios eran evitables. Otra de his aplicaciones del principio "lo pasado ... pisado" se encuentra en lil determinación del precio a cobrnr por un servicio; por ejemplo, el peaje por el uso de un puente. También en este caso deben dejarse de léldo los costos hundidos. Uni.l vez que el puente está construido, ¡construido está!, por lo que su costo de construcción no debe gravitilr en lil determinación del peélje. Aesas alturas, lo único que interesa es que el puente se aproveche lo más posible, cualquiera haya sido su costo de construcción, siendo éste el objetivo que debe ser perseguido por el peaje que se cobre. Alguien podría quizás preguntarse ¿si el peaje así determinado no cubriera el costo de construcción, no habría que aumentarlo? La respuesta es termi- ni.lntementl' no, ya que hacerlo sólo provocaría un perjuicio sin que la socie- dad en su conjunto -la economía nacionéll- reciba nada a cambio: se perjudiCilrÍil a los usuarios del puente, sin que por ello se evitara incurrir en ninguno de los costos que ya se incurrieron. SimétriCilmente, también existe el concepto de "beneficios irreversibles". 1 Así como el razonamiento económico considerél irrelevantes los costos hun- didos, también deja de lacio esta clase de beneficios al decidir futuros cur sos de i.lCción. No porque una empresa ha gm1ado millones produciL•ndn ' 11 .,dj,•liv" "hu11did"" p<>1n ,, ín,Hk·, u,1cl,1111e11ll' lriste y pesimístJ, cplicilclo ill ,uSl,1111'll 1.,-,,,.lt<
  • 24. 22 Precios hay en todas partes tarjetas perforables (¿las recuerda, aquellas que usaban los computadores de los años 50-60?), va a seguir produciéndolas en el día de hoy, pues ello sería un mal negocio. Las utilidades ya obtenidas ¡fueron ya obtenidas!, por lo que son "hundidas" o históricas, y no pueden afectar mis decisiones res- pecto de si continuar o no operando la fábrica: la seguiré operando sólo si los beneficios esperados de hacerlo son mayores que los costos esperados de hacerlo. Si don Fortunato ha ganado millones en el negocio de ser uno de los más expeditos e infalible componedor del tipo de relojes que utiliza- ban nuestros abuelos, tanto en sus bolsillos como en preciosos muebles para decorar el hall de entrada en sus mansiones, no por ello va a seguir en ese negocio si es que la demanda por los servicios que ofrecía ha desaparecido. Lo que ganó en ellos, ¡ya lo ganó!, no pudiendo ello influir en su decisión de continuar en esa actividad: sólo interesarán los costos y beneficios que se producirán de ahora en adelante, pues lo pasado... ¡pisado! 111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito Vamos a ilustrar la afirmación de este título utilizando como ejemplos las siguientes creencias populares: (A) "La enseñanza universitaria gratuita beneficia principalmente a los más pobres" y (B) "Los países más pobres deben tener servicio militar obligatorio, por conscripción, porque no pue- den pagar un servicio militar voluntario y profesional". A. La enseñanza universitaria gratuita "La enseñanza universitaria gratuita beneficia principalmente a los más pobres, que son quienes no podrían afrontar el pago de la matrícula".¿Ver- dadero o falso? Esta afirmación es de dudosa veracidad, en el mejor de los casos. Debido a la existencia de la alternativa de trabajar, la educación universitaria no es nunca gratuita. Aunque no tenga que pagar matrícula, el estudiante está irremediablemente incurriendo en el costo de abstenerse de trabajar uüen- tras estudia. La existencia de al menos una alternativa hace que estudiar -aún sin pagar matrícula- no sea, de hecho, gratuito. Por cierto, el costo sería mayor si hubiera que pagar matrícula que si no hubiera que pagarla; pero, aquí no estamos debatiendo si la educación universitaria es más o menos cara, sino desenmascarando la demagogia de presentarla como una actividad que puede ser gratuita.
  • 25. 111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 23 Es común observar que en las familias más pobres son principalmente los hermanitos menores, si algunos, los que acceden a la universidad ya que, normalmente, los mayores han sido previamente convocados por la familia a contribuir con su trabajo al mantenimiento familiar: a "parar la olla". Así, la pretendida gratuidad de la enseñanza universitaria puede terminar sien- do "gratuita a expensas de los hijos mayores en la familia". Por supuesto, quienes más aprovecharían la ausencia de matrícula son aque- llos que "pueden"5 prescindir de trabajar durante los años que duran sus estudios. Yéstos no son, precisamente, los más pobres. Así, la gratuidad de la enseñanza universitaria debe mirarse como un descuento en el precio de un producto al cual los más pobres tienen mayores dificultades de acceso. 1 Las comillas en esta palabra se deben a que, para los economistas, sólo tiene sentido usar la expresión "alguien puede" o "no puede" cuando se trata de casos triviales (por ejemplo, yo no puedo llegar a Kuala Lumpur antes de la hora de cenar; o él puede ganarse la lotería). En los casos más interesantes se dice que las acciones se toman o 170 se toman porque al sujeto le conviene o no le conviene tomarlas. Así pues, no diremos que las personas 170 usan zapatos con suela de oro porque "no pueden" o no comen caviar, carne o ñoquis porque no pueden. En Economía se dice que no los usan (comen) porque existen alterna- tivas para su dinero que son preferibles a los zapatos con suela de oro (a comer caviar, carne o ñoquis). El economista tampoco acepta que se diga que alguien consume agua, tallarines y pan porque los "nece- sita", sino que lo hace porque le conviene hacerlo: es preferible gastar en esas cosas antes que hacerlo en las otras alternativas disponibles.
  • 26. 24 Precios hay en todas partes ¿Sería una respuesta satisfactoria a este problema cobrar matrículas más bajas a los más pobres? ¿Es justificado que sea el gobierno quien avale los préstamos educativos encaminados a resolver este asunto? ¿Tiene justifica- ción económica cobrar iguales matrículas en diferentes carreras universita- rias? Estos asuntos han sido frecuentemente discutidos en diversos ámbitos. Una muestra de los ingredientes que aporta el enfoque económico al debate son las siguientes cinco columnas del profesor Ernesto R. Fontaine, publicadas en el Diario "El Mercurio" de Santiago, Chile. En adelante, se identifican las columnas periodísticas del Dr. Fontaine, enmarcándolas con una ligera tra- ma o pantalla en tono de gris. 1. POBRES YLA UNIVERSIDAD (18 de mayo de 1989) Una de las mentiras (falacias) más difundidas es que las universidades deben ser gratis para permitir el acceso de los pobres a la educación superior. A mis lectores egresados de la universidadgratuita les pregun- to: "¿Cuántos de ustedes -y de sus compañeros de primeraño-- vivieron hacinados en viviendas con piso de tierra y sin servicios de luz, agua potable yeliminación de aguas servidas?". Alos profesores del segundo ciclo de la secundaria de esa época les pregunto: 11 ¿Cuántos de esos alumnos rindieron el bachíllerato ola prueba de aptitud académica?". Apuesto que la respuesta sería 'poqufsirhos', pues los verdaderamente pobres no terminaban siquiera /aprimaria en la escuela rural del pueblo b del b:irria donde Wvivfarí". . . ' . La universidadgratis fue un subsidio·a los no pobres, pa.gado por los más pobres mediante menores asígnaciónes presupuestarias a los nive- les básicos deeduc:a.ción sueldosindignospara los maestros Yfin dete- rioro de la calidad de lá enseñanza impartida, disminuyéndose aún más el acceso de ese grupo social a la universidad. A partir del Gobierno del Presidente Freí (padre), y especialmente du- rante el presente, se aumentó significativamente la cobertura de la edu- cación escolar y preescolar, por lo que es hoy mayor el número de po- bres que llega a la universidad. El Estado -usted, yo y todos .los chile- nos- les presta ayudafinanciera para cancelar sus matrículas através de un crédito fiscal (subsidiado). Aéste tiene acceso casi el ciento por cien- to de los estudiantes quejustificadamente lo 'merecen', si bien no faltan
  • 27. 111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 25 los frescos que lo consiguen a pesar de que ni usted ni nadie estaría dispuesto apagar impuestos para.financiarles dicha asistencia. Sin em- bargo/ muchos -¡muchísimos!- estudiantes no tienen ni un solo peso para el lJolsíllo ni para ayudar al mantenimiento o 1 parar la olla' en sus casas, y sobreviven en condiciones lamentables de hacinamiento e.in- suficiencia alimentaria..En ausencia de este mayor crédítolisca/¡ algv- nos debenabandonar sus estudios para ayudar a su madreyhermanos menores, perdiendo ellos (¡y el país!) la posibilidad de desarrollar sus potencialidades mentales1 • fo cual constituye un crimen porelque algún día se nos juzgará. 2. AVALES A LOS ESTUDIANTES (15 de septiembre de 1988) ¡Cuántos arrepentidos hayde haberavalado aamigos -no tan amigos-y a familiares que 'no pudieron(más tarde cumplir con sus compromisos! Esta columna, sinembargo, es sobre los avales exigidos alos universita~ ríos porel créditoque loscontribuyentesyMoya64es otorganpara finan- ciar sus estudios y llegaraserprofesionales. La.'raissond'etre1 de aludir a los avales arrepentidos es destacar que ellos lo están generalmente porque sus amigos y familiares se metieron en negocios <que resultaron "Aunque usted no lo crea, estoy convencido de que Moya era un señor muy fornido, alto, moreno, bien parecido y con bigotes, que trabajaba en la famosa e históric,1 piscina de Ocho Norte en Viña del Mar -hoy un magnífico y elegante edificio-, donde, cuando chico, recibí clases y entrenamiento de natación durante mis vacaciones de verano. Gracias a ello y a la eficiente dirección técnica del señor Karstegl, a los 1:l años llegué tercero en la final de 400 metros del colegio The Grange, que ganó mi "senior" y paradigma como nadador, el Pato González, y llegó segundo mi "prefect", Claudio Véliz. Ese año me cambié de colegio y no llegué a ser nadie en el referido deporte. El señor Moya iba ciuincenalmente a limpiar la piscina de nuestr;i casa. Mi padre, supongo que parafraseando el famoso dicho "sepa Moya", solía utilizar el "paga Moya" cuando no mostrábamos recato alguno para invitar a multitudes de amigos y amigas a la piscina, la cual, por no tener filtro, debía ser escobillada por el pobre Moya, aun con más frecuencia y esíuerzo. El "paga Moya" se utilizó desde entonces para situaciones tales como llamarnos la atención por no ap,1gar las luces de nuestras piezas, por la duración de nuestras duchas y por el consumo de gasolina -y ele neumáticos que dej.íbamos al picar y al tomar curvas de alta velocidad- cuando, ya mayores, nos prestaban el auto. Siendo ya profesor universitario, en mis cl,1ses y en conferencias adopté este dicho -según yo, inventddo por el viejo- y, según me dicen, popularizado en Chile por mi ex-alumno y después Ministro de Economía, Pablo Baraona, en varias de sus conferencias de prensa al comienzo del Gobierno Militar. ¡Será verdad ésta la historia y origen del "paga Moya", expresión que no he oído en otro país de habla hispand? En Estados Unidos existe el dicho "taxpayer's money" para irradiar la imagen de que el co,to dr,I gobierno recae sobre el contribuyente. Considero ciue la imagen de "paga Mova" es rn,ís apropi,Hla,
  • 28. 26 Precios hay en todas partes ser malos debido a hechos fortuitos o impredecibles, y no por falta de esfuerzo o capacidad empresarial. Avalar a un universitario que desea esforzarse y estudiar seriamente, sin embargo, debiera ser mucho más seguro, pues el negocio de estudiar no es como 1 el delas picanas', sino en verdad una muy buena inversión. Elúnico problema estaría ep ase- gurarse de que el deudor cumpla con su compromiso de pagarsu deuda y no sea un fresco que clavará asu avalo a Moya (es decir, todos los contribuyentes) en última instancia. Quizás pueda idearse.a/gúnproce- dimiento para que a [os egresados se Jes descuente 1por,planilla' las cuotas para pagarsus deudas, si.logransolucionarselos problemas lega- les que ello supondría. Planteado lo anterior, qu,isiera compartirmfs.R,AJ~mjentos sobre la con- troversia -y violencia~ que ha surgidqporque l~funíversidade~ exigen una 1 cuota inicial' para ingresar aellas1para la ~uat no habría crédito fiscal, y dos avales para .la asignafión del crédito.fü¡cat La cuota. inicial es de aproximadamente 50 milpesostque es mucha plata para quien es 'pobre'--como asítambién,pafa,qviennoloes tan.to- ydebe pagarla al contado violento. Sinembargo,,r::10/0.es tanto para los chiquillos-o para suspadres-que alos 14,años,creen ten.erlos talentos requeridos para entrar aJa universidad, puesp~difan incurríren algún sacrificio -menos cigarrillos, caramelos,Esta.dioNaciqnaJ, c;hk::les, pa- rrandas y pololeo- para ahorrar los mil 200pesos fr/f3n.StJales que·les permitiría acumular esa cantidad al cabo de tres años. Por/o demás, siendo ya casi 'feos, hediondos ypeludos', podrían trabajar durante los veranos en cosas como recoger frutal vender helados, ayudar en tiendas en Navidad, lavar platos yotras labores .que haue/a juventudesforzada, el costo pertinente puede recaer no sólo sobre quienes pagan impuestos. El concepto reconoce, primero, que la plata no crece en los ,írboles, sino que por lo general cuesta mucho sacrificio ganársela; segundo, que el mayor gasto del gobierno en algún sector no conduce necesariamente a aumentar los impuestos formales requeridos por la ley: puede implicar ya sea un mayor "impuesto-inflación" -que, sabemos, pagan en mayor proporción los más pobres- o bien puede suponer el disminuir correspondientemente el gasto público en otros sectores para así no aumentar el gasto total del gobierno. En este último caso los que "pagan el pato" son los Moyas desafortunados que dejan de percibir los beneficios de ese menor gasto público en los sectores así postergados. Por ejemplo, el mayor gasto público que podría implicar ayudar a mitigar los efectos de la sequía en el sector agrícola lo pagará Moya; quien sea el Moya específico dependerá de quién deba pagar más impuestos -ya sea específicos o mayor inflación- o de quienes deberán por ello recibir menos servicios o traspasos del sector público: salud, en sus distintos niveles; educación primaria básica o universitaria; viviendas básicas; )UNAEB u otros. Como norma -iY así es la vida!- los fondos provendrán de aquellos sectores menos vociferantes y poderosos. Es decir, Moya es generalmente el menos distinguido y afortunado de nuestros conciudadanos, el cual deberá resignilrse a tener que pagar los platos rotos durante una fiesta a la cual ni siquiera fue invitado.
  • 29. 111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 27 en lugar de irse a 'mochilear' alnorte o sur del país/ fáciJm~nte alcan- zando así la cantidad requerida para pétgar la cuota: 'El que la quiere celeste, ¡que lecueste/1 Claro está quepreferiránu,sarhasta favic,JeQCia si con ella creen poder conseguirque sea Moya,quien s,eponga~onfos SO.t;11il ~esos. . . . . : , .s' , : . , · ·· · Respecta de.los fanaos quevayiiáacum~láa~ose:etr con elcrédito fiscal quetodosfos chiletlqs;~ntreg~mt>Sa' sugiemque sean administradospor:/a.s F~~r~fiqge:s.t:fé pectiv,as, quienes asumiránl•t:r~sponsabilldai(~r,; reJguará,<¾fÜJfipara lasgenefaciones,lutur,1s,.¡~,féf cas?, i1?sal(a{espara asímantetJer:e/fQtido.:Y,'/3,. ··. aJ&s.,:Póbr~t.d~ mañapat~st. .. · · la• vioff!ncia parapedirle aM~ya fuerzDs a fa.t<¾rea de ayudar.alri{~. ¿Porqu~, mepregvnto, no dan·/ilsfed segurdq avaf.exigidoporlatfni~etsfdac/¡~éqifitq . . ....·.. ·.·......•·..·.... ? saldós impilgos.de los morosos con susbien~J¡ct,n:c~'taitt~ltdar.ia,5 adicfonales·desu5afiliaclos.l•Creqque1.de~~dq;a.'1:as',(ristesexpr¿r:idn~iá.5 del pasado,Jlfa.rvislumbran que la violenciaJ.lafitoma(f9ueo~J~gan a la mayoría asuspender Ja:inversiór, que"est~n,~a;ciendt'$eP. el{{!~(ll;~do negocio que es estudiarenla; universidad,~esa<7~frea.r:~~':~íít)Í:~~~f!,fll~~ · ficios que costos1 por lo que optan por~te camif!p · · · sus vérdadefas responsabilidades ydebetes hacia:s((s pobres; · 3. MATRICULAS OIFE!E~CIADAS''''' ; .. (23 de ~gosto de 1989) Errün programa de conversación en TVun.;,topersohel't11,¡d~fl.Jli}~áttfilg político que dice apoyar la economía social de f11ercad,,'<1~1J1<:1ióJSU apóyo a que las uni~ersidades -estatales; st.1p<fngCH•CObfe~/¿¡tanc~l~s diferenciados en función de los ingresos famiiiaresde los•estui;Jíántés,. es decir, que paguenmás/osmás ricos. Esta•nóción es no s ,aria;a·· los postulados de la economía socia/demercado, st'no tfí · J:nte inconvenientepara todo e/sistema educacional; ¿Consídera usted razonable que a los 1ricós' se les-0bligue apagar im costo más alto por plantaralmendros que alos pobres?Es claro;JJritn& ramente, que el beneficio social de plantar almendros es.6a;ptai:loenso totalidadporquien los planta, por lo que de ninguna maaer:a sejostif/Cé!
  • 30. 28 Precios hay en todas partes establecer un subsidio a su plantación: quien planta almendros debe pagar el costo total de hacerlo, pues durante su vida útil económica -después de unos cinco o siete años en que el negocio sólo implica gastos,-podrá más que resarcirse de él yobtener un excedente del nego- cio. 'El que fa quiere celeste, que le cueste'. Porotraparte, el costo de plantar almendros ¡es el costo de plantar al" mendrost sea quien los plante Pedro, Juan o Diego. Cobrarles alos más pobres menos que su costo real llevará aque posiblemente se dediquen a ello aun personas sin las habilidades requeridas, frustrándolas, asig- nando mal los recursos ybajando la calidad de nuestras plantaciones si, porejemplo, al no fumigar como corresponde se contaminan las planta- ciones adyacentes. La verdadera igualdadde oportunidades no se logra subsidiando las plan- taciones de los almendreros pobres y gravando las de los ricos, sino mediante dos acciones: capacitación previa de los que tienen genuinas habilidades para serlo, ydándoles créditos-¡no subsidiados!-aquienes 1 no pueden1 financiar el verdadero costo para el país de plantarlas, ganándose el privilegio de adueñarse legítimamente.de los excedentes que queden después de pagar su 1 deuda sacia/!, cuando éstos hayan madurado gracias asu esfuerzo personal yasu buen cuidado. Al igual que plantar almendros, estudiar enla universidad es una irwer- sióny un negocio comocualquierotro:implica castos ybeneficios para el que emprende ese camino. Salvo contadísimas excepciones,los be- neficios sociales de la educación universitaria.son tadofi captados por quien se educa, debido alo cual no sejustifica entr(;!garle subsidio algu- no. Por otra parte, el c;ostopara el país de briQdar.educación aun 1 rico' es exactamente igual que dárs<;la a ury pobre: el costo de producir un ingeniero ¡es el costo de producir un ingeniero, llámese Pedro, Juan o Diego! ¿Porquéentonces, cobrarles más aunos y men0s aotros, indu- ciendo aestudiar aalgunos que quizás no lo harían stse les.cobrara lo que e/país gasta en educarlos, pues sus expectativas de .éxitoson bajas? Reducirartificialmente los aranceles conducirá ínevitablemente abajar el nivelde exigencias en la universidadquelos establezca, disminuyen- do la calidadpromedio de la educación impartida en ella.. ¿Cómo financiar el menor arancel? Si se opta por cobrt;1rles a los 'ricos' un arancel mayor que el costo de la educación, éstos se irán a. la.univer- sidad privada, la que eventualmente 1 se comerá' alas otras en calidad. Si se financia con un mayoraporte fiscal, ¿de dónde vendrán los fondos? Si provienen de la enseñanza preescolar o media, se reducirá la 'igual-
  • 31. 111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 2') dad de oportunidades' tanto para ingresar como para egresar de la uni- versidad, pues el acceso y las posibilidades de éxito en ella se verán disminuidos para los más pobres. Otorgar becas sobre la base de méritos académicos no sólo contribuirá abrindar mayor igualdad de oportunidades, sino también mayor exce- lencia académica. 4. MATRICULAS PAREJAS (14 de septiembre de 1989) Hace dos semanas me referí ala inconveniencia e .irraé;ionalidad de establecer aranceles universitarios diferenciados.sobre la base.dela'ca~ pacidadde pago' del estudiante, si bien aprimera vista la idea de hacer"'. lo pareciera ser 'humanitaria' y consecuente con los postulados de una economía social de mercado. Afirméque dicho sístemapodría, incluso, perjudicar alos más pobres. Hoy me referiré ala irracionalidadde esta,. blecer aranceles parejos para las distintas carreras impartidas en cada universidad y entre universidades. ¿Le parecería razonable que un .Subaru de mil e.e. tenga el mismo.pre7 cio que uno con tracción en/as cuatro ruedas y de das mil c.c.l¿Oque una tierra de secano cueste Jo misma que una de riega, s.i ésta es conti~ gua y de igual calidad que aquélla? ¿Oque un vino tinto con dos años.,
  • 32. 30 Precios hay en todas partes de guarda, y de la misma calidad de cepas, cueste lo mismo que uno de cinco? ¡Claro que no! Razones de costo de producción ('calidad') expli- can la diferencia en el precio de los autos; razones de productividad explican mayoritariamente la diferencia de precios entre las tierras rega- das y las de secano, y el valor tiempo de/dinero; la <Jef()s yinos; Si no hubiera tal diferencial de precios, nadie querría comprélrelSubaru de mn frustrando aquien no pueda con~t:guirel de dos mUy haciénqo- lesentirsecomo un ciudadano deseguodél c[ase. Lo.mismo.oc;urrirá con la tierra ye/ vino: nadie querría ernprena,erobras de regadío si elprecio de fas de secano fuese igualque erde lás regadas, y nadíetendrá.el incentivopara guardar vino por:los ·tres fños adicionales~Pero también es cierto que sin mecenas os1n la acr:ión,de/Estad~npt(!ndr:lamos par•· ques nacionales con especies nativas, fl{plazas ·ni áreas:públicas de recreación, pues es.difícil que el beneficio socíatgeneradoporéstos que los justifiea- pueda ser captado privadamente por sus :dqeñps~ a través de cobrarentradas lo suficientemente altas como para compensar el costo económico de crearlos y mantenerlos como tales. Los ejemplos de la vida cotidiana indicados tienen muchíJ que ver con la educación universitaria..¿Noes acaso máscaro 1 producir'uni¡:¡genie- ro químico que un comercial, yéste má~ caro que unprofesordefüolo- gía, y éste, asu vez, más caro que uno de historia o un abogado? ¿Por qué, entonces, cobrar el mismo arancel pof esaspr°:fesior;ies?¿No es acaso más caro educar un ingeniero comercialen una institución muy bien equipada, con profesores 'full time' y sofisticad@ y a(Juádante equipamiento computacional, que con profesores 'lecheros' y mínimas facilidades? ¿Por qué, entonces, han de. cobrar lo mismo todas las uni- versidades?¿No pueden, acaso, dedicarse aofrecer 'cafidades' distintas de profesionales? Si.los aranceles y el mercado -alumnado, universida- des y el mercado laboral- no reflejan sus diferencias, habrá 1;ngaño y frustraciones, asignaremos mal nuestros recursos yno se ofrecerá::tal diversidad de opciones para los estudiantes. ¿Se ha preguntado por qué las universidades privadas noofrecen las carreras 1 caras' de impartir, tales como medicina ygran partede lasinge- nierías y agronomía? ¡Por competencia 'desleal' de .las universidades subsidiadas porel Estado, es decir, subsidiadas portodos loschilenos.!.tl costo de impartir una profesión-a un nivel de calidaddeterminado- ¡es el costo de impartirla! Yquien desea 'adquirir' dicha profesión debe en consecuencia pagartodo el costo queelpaís incurrepara darle esa opor- tunidad de invertir en su propio capital humano.
  • 33. 111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito 31 Pero, al igual que con las áreas verdes, hay'excepciones quecarifí[t11an la regla, como lo son aquellas 'profesione#queel mercadohoincentiva suficientemente ono recompensa los tres ~flos adicionales 'degp~rda{ que implican losgrados académicossuperl°:res:Ias wtes1 li¡fi(osr;>ffa,]as humanidades )n general, y atgynQSl}f08,f3?QJ~t4~doctora~ef .,Eljtltciogeneralizado de;gueeíistiíif~•' ,pUt!trtosxlYt9:ya?pu~sésteef ·· qü~ompitenéfJor l~s.fa financiamieoto·tl.e1as uáiv<:!rsid. .toria, Se crera·qu~>dic.ho fin~nd • 1:zarqui!ta unNersidáiJ,fuese rtg~á(f~tr, diantes serían reteptoresde 11n rega1q cia<füspor}os.contribuyente,$YP()C . ,,;:,": Así a''comfonzos de la década dt 19í'f!ti .·.· -eran'nomás.de 100 mil":'reci~(lin.el5Zp ..·· ·•··· .···• •·. . pt~SJ.tPffH:!St<J,d.e.1 Ministerio de.Educación, miegtrát•qyeqyl'!!:íl~S ~s.taba. ." . básicaysecundaria -más de tre$milf(Jnes.;.;rec:tb(an sól to. ¿PorquétPorque, segúnp11stu/o;tuvíeroiyri~yor]ak. ·.· ...·...·. y poderpol(tico para "vender lapomada1 Weqµé ~!~a(sesc.¡uJ~f'l.;Se·~~ne- ficia•ton tenermásprofesionalesyde~uedebfa <11rse igualOP,Q{tt1.1Jlf/a.d a fospobrespara educar$e•.en.ta,~fl{V • '~'1c!etcµsil' · tft:}r•~~ cedió ipresíones del importantegrµp .... ,mln .·. .. . .tf1!?1s:lp por estudiant~s, profesores y administr. .. )}Pf:'.Y~dos " O:i(1~€p"él~~r~ daderamente increíble- incluso pof sin lbs .i/é traba}ádores J?por . la opinión pública en genera/1 tuvieran o no hijos en la universidad para.distraermayores recursos fiscales aeste sectormuy minoritario.de cbileµos. . . . •• . ·Hoy.empieza.a.comprenderse que stblen es.e.lpaís quien..s(if¡benftfioiaJ.t con tener profesionales1 casi todo.ese beneficio. es q1ptado,r;/if~C.~1.fr• personalmente por quiense hace profesional.Síes ~Lguien,~.f:Jzll~ne~t1:i~:•. en·lo personat. ¿por qué han de subsidiárseles st¡Js, e$tudio~{1 ,¡Rett.i~t,«1 ilcaso; algún subsidio o crédito subsidjadq.q.uitJn deseiil (n,veJ:t~~.,e/il;¡;~l¾>z'J!, estupendo negocio de plantar kiwis1 so pretexto de que es elpafs. · sebeneficia con ello? Obviamenteque no1 pues e/beneficiopafMt i'/;)''~,~?tá;ff;)?;¡+;*)'
  • 34. 32 Precios hay en todas partes es prácticamente captado en.su totalidad por quien los plantó. ¿Porqué ha de ser distinta la situación para quien decide invertir su tiempo y dinero en educarse yconvertirse en profesional? Si.bien hay claras excepciones ala regla general de que quien se educa capta él mismo "todo'1 el beneficio social de educarse7 -como sería el caso, porejemplo, de fi/6spfos1 historiadores yotrosasociados alas cien- cias yalas artes queayudan aconfigurarnuestra cultura ynacionalidad, que símerecen un tratoespecial-;,•C[eq que)j Pf?ÍQ.ión pública está hoy más.consciente de que.la '1 regla.1 'se ~plica a)~ generalidad delas carre- ras universitarias yprogramas deperfeccionamíento: hoy?stámás cons- ciente de.que son .los mismos estudiantes.•q~ienefse Iwnefician,con estar en la universidad....Creo, asimismo, que elf)Q~rpolfticodelos est1:1cfiantes universita"(Qs;y. la. sfmpat(a hac11:J. ~ll~s f!{tif~isminuyendo. Creo; incluso, quelos mismos universitariosseharroado cuenta de que la cosa rio es sólo asl sin,o que también espercibida as~Ror faopinión públiaa; de sverte ·que hanPerdido la autorfdad•mor:al~r~ped{rle•a Moya que destine mayores recurspsparaJinanciarregalosaestosprivi- legi~cJos. ·.· . . . ..· ..... . . .. <. , .•... , ,, . • • Por.otra parte,.¿cuán.tos.de los que llegan ala universidad:son :1pc;ibres1 1? Silo son, ¿dt;ben ser 11 grat;stl. sus estudios?¿No es acas0:N1~tfllpropiado otorgarles un préstamo -:cC0/1. fomlos nacionaJ(?s, sobre ,ÜJSL(;U~lr$'de-: rmmdam9s,tma mínima rentabitidtld sociaJ..,quepodrá más tardesfácil~ .mentepagar:coneffrut9 del estupendonegqcior¡LJeha sidoe~uca;rse;en la•U~iversfdaely llegar,a sef;profesfonalJ Creoquelaptef[1n4,(ps.rg(ui posHeif!fterés .debiera c;,entrar~etm:tratar,deaumentarJai:Jfspo~iblJi(ja(l ')¡~t;{~~~,~~al:ar:éqit~ '!~iVJ!t~fta.elo:pacia {Q$/ÍÍ!~g~e:~",. a,:.e~urándq~~.tos ·. .. . .... .. . . .JleJi~,,~J',llrfl~8/l 9P'fftU1J<?lfl..e ~f#s ~, ~~1s.f manee rec:úr:;ospar:agenemt1one$. fuwras. · ·· Recapitulando y resumiendo los argumentos de estas columnas: La caren- cia, para los pobres, de garantías aceptables para los bancos y la imposibili- dad de hipotecarse a sí mismo -más bien, de hipotecar sus ingresos futuros-, impide la existencia de una efectiva igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, ya que no pueden pedir préstamos ni para pagar las matrí- culas (colegiaturas) ni para obtener un ingreso comparable al que podrían recibir en el mercado laboral si no fueran a la universidad para, de esta Cuando considere l;i sección XI del Capítulo 3, sobre Pitágoras y los polizontes, encontrará una de tales excepciones.
  • 35. 111. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito :n manera, ayudar a "parar la olla" en sus hogares. Aunque la matrícula fuese cero -lo cual, según mostraremos más adelante, implica un "precio menti- roso" y, por lo tanto, conducente a una asignación ineficiente de recursos-, no habrá igualdad de oportunidades -y será también ineficiente para el país- si una persona decide no ir a la universidad porque el mercado de capitales no le permite obtener un crédito para solventar sus costos (en este caso, un determinado nivel de ingresos mientras estudia). Es conducente a una ineficiencia debido a que para él -¡y para el país!- sería un buen nego- cio que ingresara a la universidad en lugar de hacerlo directamente al mer- cado de trabajo, lo cual le está vedado debido a una imperfección del mercado de capitales. Pero, la matrícula no debe ser gratis, sino que debe reflejar lo que al país le cuesta producir cada nuevo profesional, so pena de que en ese país existan más personas estudiando -o tratando de ingresar- en la uni- versidad que lo que es óptimo: el estudiante no le estaría devolviendo al país lo que éste gastó en educarlo. ¿No es entonces obvio que debe ser más caro estudiar las ingenierías y medicina que las leyes y contadurías, las cua- les no utilizan laboratorios y otros insumos "caros"? Es así como en Chile -donde no hay (2000) universidades gratis y hay pre- cios diferenciados para distintas carreras universitarias- existe el llamado "crédito fiscal"; pero sólo para el pago de las matrículas. Este se otorga a una tasa de interés subsidiada y debe ser pagado por el egresado, después de dos años como período de gracia, en función de los ingresos que percibe. Sin embargo, la tasa de créditos impagos se ha acercado al 40%, por lo que éste se ha constituido en un subsidio a los "frescolines". Es por ello que se propone que éste sea descontado automáticamente mes a mes "por plani- lla" (por nómina)-al igual que las cotizaciones previsionales y los impues- tos de retención sobre sueldos y salarios-, como se hace en Nueva Zelandia, donde existen bajísimos niveles de incobrabilidad. Tenemos entendido que la aplicación de esta modalidad requiere en algunos países una reforma a sus Constituciones. B. El servicio militar obligatorio ¿Quién demostró alguna vez que el sistema de conscripción obligatoria sea más barato que el servicio militar profesional? Superficialmente se podría, quizás, pensar que la remuneración a pagar con un sistema de contratación voluntaria sería un costo que se podría evitar con la conscripción obligato- ria: los contribuyentes no tendrían que pagar los impuestos necesarios para remunerar a conscriptos voluntariamente contratados.
  • 36. 34 Precios hay en todas partes Pero este razonamiento no es sólo superficial: también es erróneo. Que la conscripción obligatoria evita incurrir en un costo es solamente una apa- riencia contable. Parece que lo evita porque en la contabilidad de las Fuer- zas Armadas no hay que anotar ninguna remuneración pagada a los conscriptos. Sin embargo, en un sentido verdadero el costo no desapareció; sigue ahí, aunque no aparezca en los libros de contabilidad y no lo paguen los contri- buyentes. El costo lo pagan los conscriptos que abandonan sus actividades durante el período de reclutamiento, y consiste en la productividad (remu- neración) perdida(s) en las actividades alternativas que éstos hubieran rea- lizado si no hubieran sido reclutados. La conscripción obligatoria, pues, tiene dos efectos: (i) hace desaparecer de la contabilidad de las Fuerzas Armadas un costo que en realidad existe, y hace recaer este costo exclusivamente sobre los conscriptos (y/ o sus empleadores), en vez de sobre los contribuyentes en general. Como conse- cuencia del primer efecto, a su vez, (ii) se genera un incentivo para intensi- ficar el uso del elemento cuyo costo no se ve, en vez de otros más visibles, como equipos mecánicos y otros instrumentos. Así, las actividades milita-
  • 37. IV. El comportamiento personal a los ojos del economista 35 res tenderán a ser exageradamente intensivas en mano de obra, a pesar que la mecanización de ciertos procesos pudiera haber sido más eficiente. También se deteriora la eficiencia de la mano de obra en la economía en su conjunto: como la conscripción no distingue entre mano de obra con distin- tas calificaciones, el sector civil no puede retener a la que mejor se ajuste a sus necesidades y ofrecer, en cambio, una compensación en efectivo, para así llamar a la conscripción a una persona menos calificada. Así, se desman- tela el mecanismo de precios, el que hubiera asignado automáticamente al personal capacitado para desempeñar distintas tareas a aquella que desem- peñe mejor. ¿Le parece eficiente, justo y equitativo, autorizar a quien es llamado al servicio militar que envíe -¡contrate!- a alguien para que lo re- emplace en esa "obligación"!? ¿Le parece "democrático" que alguien pue- da pagar por no cumplir con este "deber cívico"? ¡Piénselo! La conveniencia, o no, del servicio militar obligatorio implica discutir cuál grupo de la sociedad paga el costo (los contribuyentes o los reclutados... pero que alguien lo paga... ¡alguien lo paga!) Estos dos grupos diferirán en muchos aspectos, notablemente en edad y posibilidades económicas, y son éstas junto a otras consideraciones las que deben debatirse; no la gratuidad del servicio. Existiendo alternativas disponibles, nada es gratuito. IV. El comportamiento personal a los ojos del economista "Me gusta el teatro lírico; pero no puedo afrontar su costo". "No me compré la computadora porque me guste, sino porque la ne- cesito para mi trabajo". "Cualquier cosa que deba hacerse, merece hacerse bien", siendo ésta una de las frases favoritas de la mamá del profesor Fontaine. Cuando escucha la primera frase, el economista traduce: "El teatro lírico no le gusta tanto como para sacrificar otros usos alternativos de sus recursos", y cuando escucha la segunda entiende que a esta persona le gusta satisfacer sus necesidades laborales con una computadora ... aunque más le gustaría no tener necesidades laborales. Cuando escucha la tercera, la considera dis- cutible o carente de sentido.
  • 38. 36 Precios hay en todas partes El economista rechaza y no reconoce como propia una discusión "de todo o nada", "esto o aquello", "si o no"; su mundo intelectual8 gira en torno a entender por qué la gente come pan "y" mermelada, trabaja "y" descansa, ahorra "y" consume. Para el economista hay muchísimas cosas que mere- cen hacerse, pero que sólo merecerían "hacerse bien" hasta el punto en que el costo de seguir haciéndolas "bien" supera el beneficio de hacerlas. Para el economista erradicar completamente el crimen y eliminar totalmente la contaminación no tendría sentido: el crimen se combate, y la contamina- ción se reduce, hasta el punto en que combatirlo más, o reducirla más, ten- ga un costo mayor que el del mismísimo crimen, o la contaminación, que se quiere erradicar. En esto consiste, precisamente, la interpretación económi- ca de hacer las cosas "bien". Aunque suene como una herejía a los oídos de los no economistas, existe una cantidad óptima de crimen y de contamina- ción, así como existe una cantidad óptima de mermelada sobre el pan, de trabajo y de descanso, y de ahorro y consumo. El sesgo profesional del economista lo lleva a interpretar la conducta huma- na como un permanente sopesar de alternativas, cada una de las cuales le significará personalmente incurrir en costos y percibir beneficios al mo- mento de decidirse por una de ellas. Dichos costos y beneficios privados (para ellos) pueden diferir de los costos y beneficios para el país, llamados costos y beneficios sociales o nacionales, lo cual puede llevar a "que lo que es bueno para Juan puede no ser bueno para el país", como así también a "que la alternativa que es mala para Juan sea buena para el país,,. Pero, calma señor lector, ya nos referiremos en los Capítulos 2, 3 y 4 a estas situaciones que, como veremos, suelen no ser de excepción debido a las políticas económicas adoptadas en muchos de nuestros países. En las columnas siguientes, publicadas en "El Mercurio" de Santiago de Chile, el profesor Fontaine interpreta las conductas solidarias, delictivas ...¡y hasta la composición del parque automotor!, como decisiones que to- man las personas a través de sopesar alternativas en función de los costos y beneficios privados que se derivan de ellas. 8 Por supuesto, su vida transcurre también en otros mundos, o, mejor dicho, en otras dimensiones del mundo. En algunas de éstas, se contemplarán valores absolutos y será adecuado considerarlos como un asunto "de todo o nada" (la mayoría de los economistas se enamoran, profesan alguna fe religiosa, reconocen valores éticos absolutos e inclaudicables y no contemplan quitarse la vida como una alterna- tiva viable). El economista considerará estos asuntos como lo hace el resto de las personas, a la luz de la fe o de los sentimientos, reconociendo que su mundo intelectual puede no ser el ámbito más adecuado para considerarlas.
  • 39. IV. El comportamiento personal a los ojos del economista 37
  • 40. 38 Precios hay en todas partes ríamente con su prójimo?¿Cómo;explicaría el Hogarde.Cristo, /a Teletón yotras fundaciones religiosas ylaicas dedicadas aayudar alos m4s des- pos~ídos?Sibien al¡;unos las explic:wían hadend911so del Bl;M, mipre- ferencia es hacerlo con.el.QEM.~. · · • Líisiecíentes}nui¡u:laqi9Qes.sirve)1 BENl$edelf¡e>r#bi~,Es]áscin,r'' ·..·.· ..· .. .. ... ·....·· y:Wef: aá6;i<;o explfcar}í~ apar/ción de cieP:t~s<ieJJ1rsori,~s ~':lé?eJllsrebus-" caopi{%fºrwiospesos, .respl11e[;l~s~r~~1~mifsé¡de;g()tfir~tr:an~g,1mierJto eQ.ÍCilS,~b~rrfos más'pudieµlª5(v;e~~{qe~}aCO$ ~()[1.~tena(ffJféli$i;i5n•de fJJáQQ.i1e,9krap:,¡fa¡arre · ·· · · · ·· ·ciónf:ts.úbir.rtn1ijbles a .rel;wsc . d~ tfil"~e/ ...... pldiJ} ·.• . ·. ·.· ..... . ... •. • .. e. . . .. . . > . ., i pasada~i'.<;óin?l~schi~uifi&ssJ sítdarf'en•tugares tftt¡ité$fra~p~r:~:'~td:-'•. dár:it~mpUJáf~'./os•'IÍl.ftciiq/Je··séa11~nfarilfl.af,:u~lit~i<Jh~{ídsyrécJb1~ una.b,aehapfQ[!IÍllapÓre11o. ·.·<.6!•1; ·..•... >,,.', .......... ; ' ,, ,, ' ,; ' ' ':, ," ,,::> ', ::;, ','',> ,,·"' ,", Cobardes cfelincuentesanónimos rompieron elvid(if!1eliJSÍen;ddelan- tero·de mi auto {:)~proceder a.ro/Jar,laradio siuJ1ee'ésidaif,i{e'abrirla puettalpµetrhacedQhubiera ;icGionado la alarma que Je 1üce·instalar hacean•a~o> ... ¡:>é . . .. :,;.,,<: ... : .. Deddf•co1ocár: la ,aJarma debído a .que en mi aµto és fáci/ extraer la radi~y aquea'dos col~gas~ qq~tie?ep¡se/mismotipo,dea11;tq; fos.h~b(an, robado fas sµyas dos veces a1 Uf1o y tres veces .af:~tftJ,,·~1/Pº@facquéton efla·vísmínuirfa la probabilídadde.qtie. me 1 ro/;)ata114a riift1,l~Repüse el vidtioyla,radio; ehiceinst~far una a1arma·aúr1,másiofis(lcáela;c;todoa un costóprivado (¡y sociaWdecasí1SOmil:pesps.,No:derrunctée/robo, pues;·no~e.stando::asegurado, estime.queel costo '(Je ;/:Jacf;Irfeiefa.mayor•. que supotenciafbeneficio. . .· La .teoría económica:7'"'.¡y~!buen:sentido/~ post11(a,queJosJiombre5:to,; man.sus.decisiones sobreda.base de lt>s,c.ost0s y beneficios wue e,stima,n estarán asociados acada curso de acción. Asf, frente a.wJigualtiesgo de sersorprendido.'in fraganti'robando la radio de una.uta/el(iefim:uente preferirá robarla de aquellos autos que tengan lasmejores, ytambiénde
  • 41. IV. El comportamiento personal a los ojos del economista 39 i.asccinclb~/¡J~;;~;ólít{óaíieri acdoh~s·erirhir,~les?odobvias. crirner11 má,sf(ítn.e;ñes f:¡o,DcfJÍi m delinqviráflábc~slóg hacéa1 cial exfsta/habrároás crimln~li de Jainvestigar::ión f.>Dlfcial pos· n1.1nyií:lfáf!Ytª[f'vez,.mayqr;ser míebtras,rn.enor sea el castigo/ .·•. sea,n.lasprobabilidaéles de ser abs aronist{il orun indulto, mayor.. puesto(/()ello disminuye eltos Elaumentoobsernádo en la cd . ..·.• origitiarse•enqye uno o.más de lost.· y4elcostodelcrimen ¿Seestuvieron¡ ..·•·•··•·· rentemente seiíales para aumentaNeleostq;f qu1r,, tanto a· través de. disminuir susproEJ.a avmentar la posibilidad de que los. culpa mente castigados?·· Eldise~o.deitoda política que preteru1~ rrorismo .debe. coasiderar los factores a aplaudo fas acciones anunciadas por0 ~I .. bertura.yla efectividad de la vigilanciii e ellas debieran desalentar el crimen.iPeró,
  • 42. 40 Precios hay en todas partes 3. CAMIONETAS DOBLE CABINA (18 de octubre de 1990) Las teorías swgen como respuestas lógicas a algunas regularidades ob- servadas. Para el economista que advierte cierta regularidaden actuacio- nes oacontecimientos socioeconómicos, la 'lógica' tiene siempre su base en el postulado de que la gente hace las cosas porque les conviene ha- cerlas. Recuerdo que hace unos 15 años me llamó la atención que en Coyhaique hubiesen tantos galpones, muchos de los cuales estaban vacíos y eran de una calidad 1 cuestionable1 • ¿Por qué ocurrió aquello? Por la sencilla razón de que había existido un generoso subsidio estatal para ese tipo de construcción en la Undécima Región, el cual podía incluso llegar a ser mayor que su costo. Recuerdo que en la década de 1950 se importó un montón de chasises de camionetas, que eran 1 armados1 en Chile por empresas tales como Pelizzola Hnos.; más tarde, furgones a los cuales (una vez internados) se les 1 abrían' las ventanas de atrás y se les coloca- ban asientos para transformarlas en station wagons semimade in Chile. ¿Por qué? Porque estaban prohibidas o restringidas las importaciones de 1 station wagon1 1 de suerte que sólo las importaban algunas congregacio- nes½ por supuesto, diplomáticos y funcionarios de 0/, fueran o no chi- lenos (en ese entonces no existían Ias ONG). Por los años 1960 proliferaron las camionetas 1 pickup1 1 algunas más 1 elegantitas' -como las Chevrolet El Camino y las Ford Ranchero-, todo debido aque ellas pagaban menos impuestos que los automóviles. Tam- bién hubo épocas en queabundaron los jeep1 pues los vehículos con trac- ción en las cuatro ruedas se consideraron herramientas de trabajo ypaga- ban menos impuestos que los autos. En mis observaciones recientes me ha llamado la atención el gran nú- mero de camionetas doble cabina, las que impunemente transitan los días en que sus primos hermanos automóviles1 con igual último dígito de sus patentes, deben permanecer en casa por la absurda restricción vehicular (hoy no circula') impuesta en Santiago. Hace sólo unos pocos días que tuve una respuesta 1/ógica' aesta regula- ridad observada. Hay personas que {i) pueden descargar /VA por su com- pra; (ii) pueden descargar /VA por su consumo de diese! o gasolina, y(iii) pueden 11 conseguirse'1 una factura o una guía de despacho para justificar quesu camioneta doble cabina está siendo utilizada para transportar carga, adquiriendo asíel derecho atransitar todos los días del año en Santiago.
  • 43. V. Los precios son los términos en que se presentan las alternativas 4 1 ¿No conoce acaso usted algLÍn amigo que recientemente haya decidido comprar uno efe esos veh(culos, invirtiendo algi1n dinero en resortes y neumáticos para no dañar sus riñones o los de su esposa? Convengo en que es difícil trazar una línea clara entre una doble cabina que sed usada en el campo o en fcwnas propias de la construcción o sencillamente para transportar carga, y aquellas cuyos dueños simple- mente se aprovechan de un resquicio para andar en un 'auto' de cuatro asientos y así burlar la restricción vehicular en Santiago. Lo más lógico sería acabar con esta discriminación -al igual que con las otras que he denunciado sobre el particular- mediante la venta de permisos de circu- lación que den distintos derechos en cuanto atransitar por lugares y v(as restringidos. As( quien "necesite" su doble cabina para transportar pro- ductos o transportarse a sí mismo al trabajo o a sus niños al colegio, podrcí entonces comprar un permiso que le dé transparentemente ese derecho, que estada as( al alcance de todos ¡tenga o no una doble ca- bina! V. Los precios son los términos en que se presentan las alternativas Cuando cuak7uier pc•rson,1 mira el precio de un producto en el supermerca- do, generalmente no le interes,1 el tamaí'ío de la etiqueta donde está escrito el precio, ni el color de la tinta utilizada, ni su valor en dinero. Lo de l,1 tint,1 y lil etiqueté, es obvio, pero ¿cómo es eso que no le interesa su Villor en dinero? ¡Al fin y ill cabo, que una Cilmisa vi.1lg,1 50 o 5 000 no da lo mismo! Est,1 serfo, rcspetuosi.lmente, 121 reacción supcrfici,11 y apresurada que no se' espcril de un cconomist,1. Al no hi.lbersc estipulado el precio de los dem,ís bimes ¿qué significado pueden tener los nümeros 50 o 5 000? ¡Si 50 fueri.ln pesos y 5 OOll fueran centavos, estilrÍilmos hablando del mismo valor, ¿iunque los nümcros sc,rn distintos1 Decir que un,1 ec1misa vi.lle $50 tiene un contenido informativo sólo si i.lLh'- más se s,1be que un ,iuto, por ejemplo, cuesta $500. Entonces sí que se pod r.i decir "¡Qué Céll"il es e.,;t,1 ec1mísc11", o ,iltcrn,itivamente (pero no adicion,ll- mente, y,1 qul' sní,1 una redundancia) "¡Qué barato es este auto1" Lo que hilce interes,rntes il los precios, y por eso los hace objeto de IJ rnrn 1 sidad científica dl' la Economía, es que los precios son los términos l'n qul'
  • 44. 42 Precios hay en todas partes se presentan las diferentes alternativas. Bien mirado, el número verdade- ramente interesante (el único que dice algo con significado) en el párrafo anterior no es 50 ni 500, sino 10. La situación sería exactamente la misma si en vez de tratarse de 50 y 500, se tratara de 2 y 20, o de 30 y 300, o cualquier par de números cuyo cociente sea 10; en todo caso el auto nos parecería barato (o la camisa cara). Este número indica, precisamente, los términos en que se presentan las dis- tintas alternativas (o términos de intercambio, como se dice en la jerga pro- fesional): elijo un auto y dejo de comprar 10 camisas (o "transformo" 10 camisas en un auto), o elijo 10 camisas y dejo de comprar un auto (o "trans- formo" un auto en 10 camisas). Elegir uno o el otro; ésa es la cuestión. Yla elección será, seguramente, distinta si en vez de 10 fuera 8 ó 40. Hay que reconocer que sería un tanto incómodo tener que agregar la cláu- sula "en términos de..." cada vez que se menciona un precio. En vez de decir que el precio del ajo es 2, habría que aclarar que uno se refiere al pre- cio del ajo en términos de uvas, pero que en términos de bananas sería 3, en términos de peras 0,9, y en términos de ..., etc. Para simplificar la manera de expresarse, se ha adoptado la convención que al referirse al precio de algún bien (por ejemplo, ajos), se entiende que uno se está refiriendo a un precio relativo; a un precio en términos de una ca- nasta representativa de todos los bienes y servicios de la economía. VI. El dilema del servicio doméstico Dado que las familias son, en promedio, más ricas ahora que hace cien años ¿por qué tienen menos servicios domésticos, tales como mucamas, mayor- domos, etc.? Es indudablemente verdad que el ingreso de las familias ha aumenta- do mucho en los últimos cien años (como así también el de las mucamas). Esto, en general, significa que la demanda por estos servicios tiene que ha- ber aumentado lo que, a su vez, significa que a cada precio se demandan ahora más servicios domésticos que hace cien años. Es decir, cualquiera haya sido el precio de estos servicios, ahora seguramente se demandan más a ese mismo precio. ¡Pero ahora el precio del servicio doméstico no es el mismo!
  • 45. VII. Las mascotas y los hijos 43 ¿Cómo sabemos que no es el mismo? ¿Es más alto o más bajo? Trate de imaginarse el costo a fines del siglo XlX de proveerse de un horno de microondas autolimpiante, programable y a control remoto; de un lavarropas, un secarropas y varias aspiradoras eléctricas. Hubiera sido bas- tante caro, ¿no? Tanto que no había fortuna capaz de comprarlos. Hoy, cual- quiera de esos productos cuesta casi igual que sólo un mes de sueldo de una mucama. ¿Qué conclusión saca acerca del cambio en el precio relativo (el único que interesa) del servicio doméstico? ¿No le parece que ha aumen- tado muchísimo? Si así usted ahora lo cree y lo manifiesta en público, debe estar preparado para escuchar a alguna asistente social exclamar, indignada, "¡Cómo puede decir eso! Estas pobres muchachas siguen en la miseria y la indignidad...¿y usted todavía quiere bajarles el sueldo?" Sea paciente, estimado lector, y explíquele a esta persona que no hay nada más lejos de sus intenciones que bajarle el sueldo a nadie; que a usted más bien le preocupa que hayan caído tanto las oportunidades laborales en este mercado (y en muchos otros, que también le quitan el sueño... ¡no vaya a creer esta persona que sólo ella tiene sensibilidad social!). Concluya acla- rándole que usted solamente trataba de explicar por qué hay menos servi- cio doméstico ahora que en el siglo pasado, y que ello se debe a que ha subido su precio relativo. El hecho que hoy se observe menor cantidad de mucamas, cocineras y plan- chadoras que hace un siglo significa, simplemente, que el efecto del aumen- to en el precio relativo, causante de la reducción en la cantidad demandada, fue más fuerte que el efecto del aumento secular en el ingreso de las fami- lias que hizo aumentar, pero no tanto, la demanda por esos servicios. VII. Las mascotas y los hijos ¿Por qué las familias en los países ricos tienen más muebles, cuadros y mascotas que en los países pobres y, sin embargo, tienen menos hijos? Indudablemente, distintas disciplinas aportarán distintos ingredientes a la respuesta de esta pregunta (como sucederá, por cierto, en casi todas las preguntas que se planteen en este libro); pero aquí solamente enunciare- mos el ingrediente que puede aportar la Ciencia Económica o Economía.
  • 46. 44 Precios hay en todas partes El lector seguramente ya habrá adivinado que la respuesta a este dilema también tiene que ver con los precios relativos surgidos, por definición, de las alternativas disponibles. A medida que los ingresos de las familias au- mentan, los muebles y demás adornos cuestan fracciones cada vez menores de tales ingresos. El costo de un gato de raza, de impecable comportamien- to y salud garantizada, pasó de la mitad del sueldo quincenal de un ofici- nista europeo a un cuarto de su sueldo. Yesto no sucedió por un abarata- miento del gato (cuyo precio en términos de kilos de uvas o de zapatos puede incluso haber subido) sino, principalmente, por el significativo au- mento de las remuneraciones en los países ricos. Lo mismo se podría decir de los muebles, las esculturas y las alfombras. Todos ellos se han hecho, en términos de horas trabajadas, cada vez más baratos. Disfrutar de la vida familiar y, en particular, de la interacción con los hijos requiere atención personal y tiempo. Tiempo para escuchar, comprender y dialogar. Tiempo para compartir experiencias, para educar y para infundir juicios de valor y normas de conducta. Cuando las remuneraciones por hora aumentan como lo hacen en los países ricos, estos preciosos usos del tiem- po se hacen cada vez más caros, ¡no más baratos!
  • 47. VIII. zES verdad que la vida humana "no tiene precio"? 4.'; VIII. ¿Es verdad que la vida humana 11 no tiene precio11 ? Es decir, ¿que su valor es infinito? Observemos qué nos revela el comporta- miento de los propios interesados, los seres humanos. ¿Usted conoce a al- guien que gaste todo su ingreso en prevenir accidentes, comprar vacunas, hacer ejercicios y dietas? Posiblemente no conozcamos suficientes personas como para poder generalizar y nuestra muestra sea de tamaño esta- dísticamente insuficiente, pero ninguna de las personas que conocemos lo hace. ¡Otra vez los precios relativos! Es posible que alimentándose exclusivamente de lechuga, leche descremada y agua se pudieran agregar 5 años a la expec- tativa de vida cuando se tienen 40 años de edad. Pero esto no es gratis: la alternativa es más de 20 años sin Cabernet Sauvignon ni filet mignon. Y, en general, la población de 40 años de edad juzga que ésa es una alternativa demasiado cara. ¿Se modifica la observación si ahora miramos la población de 65 años de edad, quienes pueden agregar con esa dieta sólo 3 años a su expectativa de vida? Efectivamente, encontraremos más personas de esa edad haciendo
  • 48. 46 Precios hay en todas partes esas dietas aunque "la rentabilidad" del sacrificio sean solamente 3 años en vez de 5. ¡Ello es así, porque el costo también es menor, ya que la alter- nativa es muchísimo menos de 20 años sin Cabernet Sauvignon ni filet mig- non! ¿Usan todos en sus autos cinturones de seguridad en todo momento? ¿Usan todos asientos para bebés cuando sus hijos de tal edad son sus pasajeros? ¿Compran todos autos con bolsas de aire y frenos ABS? ¿Se respetan siempre los signos Pare, las luces rojas o los límites de velocidad? ¿Por qué alguien acepta trabajos tan peligrosos como ser trapecista, boxeador, correr en Fór- mula Uno o en motos, o trabajar en minas de carbón; es decir, por qué no es infinita la diferencia entre las remuneraciones ahí recibidas y las que se ob- tienen en otras ocupaciones más seguras? Si el valor de sus vidas y las de sus hijos fuesen "infinito", quizás incluso no se subirían a un auto, a un bus o a un avión, y ni siquiera saldrían de sus casas. La vida debe tener un valor significativamente menor que infinito si hemos de justificar estas y otras ac- ciones tomadas libremente por los seres humanos, ya que si las toman debe ser porque el beneficio esperado de tomarlas debió haber sido mayor que el costo esperado de perder la vida. El economista toma estas cosas ¡como son!, respetando que las personas son capaces de ejercer libremente sus volunta- des y que actúan como BEMS. IX. Las manzanas del Río Negro ¿Por qué las mejores manzanas no se comen en Río Negro (donde se produ- cen), sino en Buenos Aires? Los provincianos argentinos seguramente contestarían que esto también se debe al atropello constante de la arrogancia de los porteños, los cuales sólo producen burocracia y "se consumen todo"; porque, si bien Dios está en todas partes, ya sabemos que atiende en Buenos Aires... Por otra parte, los porteños dirían que esto seguramente se debe a que "gente como nosotros no podríamos comer cualquier porquería, ché". Los consumidores de manzanas en Río Negro y en Buenos Aires, y en cual- quier lugar, están dispuestos a pagar más por un producto de calidad su- perior. Digamos el doble. Así pues, en Río Negro las manzanas de buena calidad cuestan el doble que las otras: el precio relativo en Río Negro es igual a dos.
  • 49. X. Los fondos son fungibles en Solovia, en Bisnacalandia... 47 Ahora vamos a reconocer que el costo de transporte hasta Buenos Aires es el mismo, ya sea para una manzana de buena calidad o para una de las otras; digamos, diez centavos por manzana. Cuando le sumamos estos diez centavos al precio de cada manzana (de las buenas y de las otras también) y calculamos cuánto cuestan estas manzanas puestas en Buenos Aires, veremos que el precio de las manzanas buenas es menos del doble del precio de las otras9 • En Buenos Aires el precio relativo de las manzanas buenas, respecto de las otras, es menor que en Río Negro y "obviamente" se consumen más ahí que en su lugar de origen. X. Los fondos son fungibles en Solovia, en Bisnacalandia... y en todas partes (o, ¡nadie sabe para quien trabaja!) Cuando el padre le dice al hijo "Estos son $5 para que pagues tu almuerzo en el colegio ... no puedes usarlos para comprar golosinas", él no espera que su hijo ponga ese billete en su bolsillo derecho; que compre golosinas con los $5 que tenía en su bolsillo izquierdo (y que hubiera destinado al almuerzo si no tuviera los $5 que le dio su papá), y compre el almuerzo con los billetes que le dio su papá. El niño podría perfectamente a la vuelta del colegio decirle: "papá, he cumplido: no compré golosinas con los $5 que me diste hoy". Si acaso este episodio de hecho sucediera, con un ejemplo práctico el hijo le habría enseñado a su papá que los fondos son fungibles. Que los fondos son fungibles significa que cualquier persona destinará cual- quier aumento de sus ingresos a los propósitos menos prioritarios (en el ejemplo anterior, las golosinas) y que, simétricamente, cualquier disminu- ción lo llevará a dejar de emprender las cosas que considera menos impor- tantes (si el niño perdiera el dinero que tenía en cualquiera de sus bolsillos, resignaría las golosinas y no el almuerzo ... aunque el dinero perdido fuera el del bolsillo derecho). Para ilustrar esta afirmación, reproducimos aquí dos columnas del profe- sor Ernesto Fontaine publicadas en el dinrio "El Mercurio" de Santiago de Chile. " Esto sucede siempre que se le suma una cantidad constante a dos números que son múltiplos el uno del rf, otro. Verá que inmediatamente dejan de serlo. Pruebe con 1 y 2. Súmele O,1 a cada uno, ycompruebe que 2, 1 es menos que el doble rle 1,1; o sea, el precio relativo de las manzanas buenas, respecto de las otras, es menor en Buenos Aires que en Río Negro.
  • 50. 48 Precios hay en todas partes 1. FUNGIBIUDAO DE FONDOS: DOS CUENTOS (26 de febrero de 1988) Un colega1 director de Presupuestos de Solovia, recibió la visita urgente del director de la Comisión Soloviana de Energía Atómica, quien le soli- cit<ffdndospara la construcciónde una bomba atómica en vista de que era inminente la guerra con el país vecino. Mi colega le dijo que no habíafondos; pues todos habían sido ya asignados.·Indignado, el maris- cal quiso.intimidadocolocando su pistola sobre el escritorio de mi sor- prendido amigo: ''¡Necesito la bomba atómica para disuadir al enemi- go!". Nuevamente se le respondió que no había fondos ni dólares para ello, y que tenía claras instrucciones de{ Presidente de fa República de equilibrar el presupuestoyatacar la inflación. Muy enojado se retiró el mariscal, no sin antes ame.nazar con colgarlo a.é/y atodos sus colegas 'economicistas' si había guerra. AJ d(a. siguiente, que enSolovia era festivo, estando en e/ hoyo 18 del Club de Gol{¡ elmarisca/recibe la visita de mi amigo, quien le dice: "Los fondqs para /a bomba están disponibles para su .uso mañana mismo". Muy feliz, el mariscal lo convidó acompartircon .élelagradabley tradi- cionalhoyo 19, diciéndole de un modom1..1yjovial: "Espero quenohayas tomado en seriola broma de q1..1e les colgaríamos enel evento de una guerra1pues noquerría queeso te hayallevado ahacera1go incorrecto". Muy seguro de símismo; aunque sintiéndose,algo insultado, mi colega respondió: ''No se preocupe mariscal.. lista mañana,recibí t..lfJ telex de nuestro representante en el Banco Mundial, donde me informa que se acaba deaprobarn1..1estro/;;réditoparala constmccióndeunhospitaly30 t.Qnsultorios en •e/; pafs1 gasto ·.que ya estaba 1 financiado pdr la Ley de;. Presupuestos; portanto; se liberaron los fondos para la bomba": EfDtro1 cuent01se:te(leteala experiencia de unágricultorde Blsnacafandía. 1 Una mañana1 tomando desaycmo con su señora enla casapatronal; effa lemanifiesta'su·deseode,fra Európa1 pues hace.ya,variosaflosqueno Jo hacen. El marido le responde: 11 Mijita, no podemos haeer/o aúm Nues- tros ahorros y utilidades que obtuvimos el año pasaclo por los bu~nos pteciói$ de lás bisnácas los tengo comprometídos en la orden que puse para"Üna cosechador/1. Lós intereses están altos y creo que nó iroscon- viene endeudarnos para algo tan frívolo como es ir aEuropa1 '. La señora, muyenojada porel 'economicismo' de su esposo1 se encierra en elbaño. A las pocas horas el hombre regresa del pueb/01 más temprano que lo habitua/1 y cariñosamente dice asu esposa: 11 Mijita, aquítíene las reser-
  • 51. X. Los fondos son fungibles en Solovia, en Bisnacalandia... 49 vas confirmadas para nuestro próximo viaje aEuropa, yen primerta cfa,. se". Muy amorosa le dice: "Espero no haya pensado que mehabía.e:pp- jado tanto. Ustedsabe cómo lo quieroy que siempre me hubiera com- portado comounaeficiente" lealyamanteesposa, aunque Qofnehubie- ra dado el gusto de ir a..París". Algo resentido porefhecho.de,que su mujerhubíerapensado,qu~ élsólo reaccionó asu.amenaza;,A€'cpn(e5:ta: "(;la.ro que,no. lo que.pasó fue que1 al comprar e/ díarjq;, ;vtqye<i!i Ministro efe Agricultura anuncitJque había (;reado¡.malfnea(/.~cté(Jito muysubsidiadapal'a las compras .de bíene~de capitalde/;s~torfcón el/apagaré/a cosechadora y,iiperarélosfondos parn irafu¡qp;te,,in~lut so;mijita, cambiarelautoí'. ··• .•. ... . . ..·•·...·. ·...... < .1;· .; , • 'Adivina1•·buefladivi1'1adqre~.équé proyectofue fina:ncíado,plcrrc~l0 :Ba~t.Jo...· Mundial:el de saludQ/a,bOl1111Jai¿Quéf:ina~ci6el<Erédi~ de1riesar~ll0 agrícola:>/a.cosechádpr;:1'gJos capriclios de/a señora?.··.....~· i;,; ?i.:,.·•.·; El .que /os fondos scm fung1bles.,es. '1.maverdadclelportedeµ;t1b1Jqtttf, ./p1;1es,no•hayduda;algµna:qt!Je:;aste<iJ,iJ.{$fiaar:á~ualqui6?fl~lim~nt~•~aí$u.s· •· .·ingresos a losproyectosque Je sonmenot;pri~ritarios;•Yquerc;,1.1afotú(~r dJsmiF1uciónJ{)Jleva#"iguaf~enteil1deJa:rt;/eempten'tiercosas;.q1;1fi!.lílc5ted... consideramenos tmpórtántes, ;i ,,·.:.•iitz; /,",;,' ,"" ''<,}<',, ' j ,,,, ,:,Si,>,.::,,,~:,,"',' , :i , ~, 2t•GAS1'0 SOCIAL?! . • ' •.·• •! .• l., ....•. ; . ; ..·.· · ..·....• ;·; ; . (31 cf': .I ;1990.) .•;·• •. ...• . •. . ;>2i!:i é's~·t~l9'f:)i,,1:::;:·,.~/h': .En.su dlsctJrs<fdelJ?eJ.e.;rna}fo/~FPtes1~(1nte. la cr>n.venlen<Jia . . . . .••..!oc,Jal;,p:/Qtie(ec f~i:RJl(~lstenX ·· Jóni 'n<>:~. ·salud; de·lf ·dycirJa,P?br:&..,.... ••·•·i·•· . . ,. 1 .i:; .•,•.• ,; , ... • .x. ; . :i' ,'ú ... . .;; . •;;J,:w ,;z?t. ·; . mentana1nvers10,nxeT1:e '~ap1tJ ·11up,ano;;quees:1ar,ase.ma:S'.S01Jf¡ia•! ~t,;?: ... ef,d,esarrol,loec:Qn1rt1#; · ... l}Je/"Jf1i3Í$~5Y:'Pªra ...... · ...dades.y;opgr:tuhicJades, ..irt~pok(est,.a{asfi,i1jipli)f~ .,estado·•.depobrez.~~.•,··:,~1••)·{,;,,• .A(i•y.....•·•·•••····.• · :: ,.....·•··1 Sin duda que no hay:c:hilenoalgano qaepued€1•oponf!rse pensamiento.·Sin embl#'§Pt.como fos recursos.s dades sofl:m(¡Jtiples} deberá(:I tomarse decisiones.qiffc del tamaño delgasto púb#cototaJümpuestosj(};.oma:d.. .