Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
La hija del mazorquero 5
1. La hija del mazorquero
1.
(NarradorCati): Roque Almanegra era el terror de Buenos Aires,
verdugo por excelencia,llamada Mazorca y consagrado en cuerpo y
alma. Cada semejanza con la humanidad había desaparecido de la
fisonomíade aquel hombre. Sin embargo,aquel horrible vocabulario
de crueldades y de impiedad,como una flor nacida en el cieno, había
una palabra de bendiciónque Roque pronunciaba siempre.
Roque (Martin): Clemencia.
Narrador(Cati): Sonaba como un sarcasmo en los labios del asesino,
una voz tan dulce y melodiosaque parecíavenir de los celestes coros.
Clemencia (mon): ¡Padre!
Yo vivo sola con mi padre, mi madre murió hace mucho tiempo,
víctima de una dolenciadesconocida.La vi extinguirse lentamente en
una larga agonía. Ni sus ruegos y lágrimas arrancan de su corazón el
fatal secreto que la lleva a la tumba.
Viví en un mundo de amor y piedad,otros días de crímenes y horror.
Mi dolor nunca se mezcló con la amargura y el dolor siempre fue
constante por mi padre.
Vi esas sangrientas listas en mí padre consignabael nombre de sus
víctimas. Vi el precio del crimen, voy a olvidar que soy joven.
Narrador(Cati): Oculto su esbelto talle y su cuerpo bajo una túnica
blanca, cubrió sus cabellos con un tupido velo.
Clemencia (mon): Voya socorrerloscon la educación que he recibido
de mi madre.
Narrador(Cati): Niña, llena de pensamientos,con el corazón
destrozado de dolor,alegraba a esas pobres personas.Como una
tierra madre acariciaba e instruía a los niños, velaba a los enfermos y
auxiliaba a los moribundos llena de unción y piedad.
Clemencia (mon): Oíavoces apasionadas que exclamaban:
2. (Voces): “que bella eres” “dichoso quienmerezcaesa mirada tan
dulce”
Clemencia (mon): Palabras de galantería y amor, como cantos
profanos entre tumbas de un cementerio,ocultando el rostro entre los
pliegues de su velo.
2.
Clemencia (mon): vi entrar a hombres a casa, se dirigían hacia la
habitación de mi padre. Estaban envueltos en unos largos ponchos.
Me puse a escuchar detrás de la puerta de la habitación de mi padre.
Narrador(Cati): Roque, de pie cerca de la mesa, tenía en la mano
algunos papeles y hablaban en voz alta.
Roque (Martin): Si amigos míos,¡guerra a muerte a los unitarios!
¡Guerra a muerte a esos malvados! Aún queda una inmensa obra del
cuchillo de la Mazorca.
Clemencia (mon): ¡Reina del cielo! Virgen compañera, si has llegado
a oír eso,no lo escuches,¡madre buena!
Roque (Martin): A las 9:00 de esta noche, en el obelisco,el hombre
dará 3 silbidos,ese hombre es Manuel Pueyrredón, amigo de Lavalle y
emigrado de Montevideo. ¡¡¡Muera Manuel Pueyrredón!!!.
Clemencia (Mon): 5 minutos para salvar la vida de ese hombre, ¡5
minutos para preservar a mi padre de un crimen más!
Fui cortando diagonalmente la plaza para así llegar más rápido al
obelisco.Al llegar, lo vi. Había mucha gente, lo que me impedíapoder
hablar con él. Se empezó a acercar a mí.
Manuel(Juli): ¡Emilia! ¡Emilia mía!
Clemencia(Mon): Elvelo que tenía puesto impedíaque el pudiera ver
mi cara.
Manuel(Juli): Emilia, me encantaría que nos fuésemosjuntos, lejos,
donde tu amor convertirá para mí es un lugar lindo y feliz. Esta idea
despedaza mi corazón, pero aquí estas tu para calmar sus dolores y
llenarlo de alegría. ¿Y nuestro hijo? ¡qué bello será!
3. Clemencia (mon): mire hacia el alrededor mío, y saque el velo que
cubría mi cara.
Manuel(Juli): ¡vos no sos Emilia!
Clemencia (mon): no, no soy Emilia, pero vos si sos Manuel
Pueyrredón. Cada segundo que pasa, es un paso hacia la muerte para
a vos. ¿Ves ese grupo de personas en aquella esquina?, son ellos,
son los puñales sangrientos de la Mazorca. Vete de aquí, por tu
esposa,por tu futuro hijo. Realiza ese sueño que tienes en mente.
2.
Clemencia (mon): al entrar a casa, me tire sobre los pies de la virgen.
Desde ese día mi rostro se palideció más todavía, con una tristeza
profunda.
Narrador( cati): algunas veces con la mirada perdida en el vacío,
sonría dulcemente,pero luego, como asaltada por un amargo
recuerdo,murmurando en voz baja.
Clemencia (mon): Hija de la desgracia,heredera del castigo celeste,
victima explotaría, piensa es tu voto, acuérdate que tu reino no es de
este mundo.
Roque (Martín): Clemencia¿Porqué te triste y pensativa? ¿Quién es
el culpable de causare tanta tristeza?
Clemencia (mon): ¡nadie padre! ¡nadie!
Roque (Martin): ¡No! Hace rato que estas así, se nota en tu voz que
estas triste
Clemencia (mon): padre,¿acaso no te das cuenta? Cuando llego a
casa, te abrazo y pienso en el dolor de esos hijos, no podrán gozar de
la felicidad de ver a su papa. ¿No es eso un gran motivo para estar
triste? En medio de esas sangrientas escenas,¿no te has preguntado
que harías vos si vieras un piñal bajarse sobre tu hija y desgollarla?
Roque (Martín): Cállate Clemencia. ¿No sabes que los salvajes de los
unitarios no tienen corazón, que amamos y detestamos conigual
violencia?
4. Clemencia (mon): Padre,vos sabes que eso no es verdad. Escuchar
los gritos de sus madres, de esas esposas y el triste llanto de esos
pobres niños, ¿no te dicen que las fibras rotas por tu puñal en el fondo
de sus almas son tan sensibles como las nuestras?
Roque(Martín:)¡calla clemencia! Tienes una voz persuasiva que me
lo harías creer, ¿Qué pensaría el general Rosas de su servidor?
¡Cómo se burlarían de mi mis compañeros.Hoy no quiero escucharte,
hoy no que sobre todo Manuel Pueyrredón, ese bandido, a quien jure
matar, esta entre nosotros invisible. ¡qué locura!. Este corazón está
lleno de odio y ya no cabe en el piedad.Escucha sino esta historia:
“hace unos meses entre a oír una misa en la iglesia del Socorro…”
Clemencia (mon): ¡Padre! Entraste a la casa de Dios con las manos
manchadas…
Roque ( Martín): ¿de sangre? ¿Por qué no, si es sangre de unitarios,
esos enemigos de Dios? Como decía,
“apenas había comenzado la misa, un hombre arrodillado, me mira
con desprecio, con tan solo esa mirada, pude darme cuenta que era
un unitario.
Al salir de la iglesia, lo vi entrar a una casa pequeña. En la noche de
ese día, aquel hombre con dos niños en los brazos, al lado de su
mujer, me acerque hacia él y hundí mil veces mi puñal en su
corazón…”
¡Clemencia! ¡Hija mía! ¿Qué tienes?
Narrador (cati): clemencia al oír esa historia tan cruel fue a caer a los
pies de su protectora, elevando hacia ella las manos con angustia.
Clemencia (mon): Nunca es tarde para esa infinita misericordia, la
hora del arrepentimiento no ha llegado todavía. A favor de las sombras
de la noche, fui a buscar aquella casa que había nombrado mi padre.
Al llegar a la casa, había una mujer, pálida y enflaquecida, con un
bebe recién nacido entre sus brazo, un niño de 6 años y uno a penas
de 4 años.
5. La luz opaca de la vela ardía en el suelo, unido en el recuerdo de la
espantosa escena ocurrida, despedazo de dolor mi alma.
VOCES DE NIÑOS(cati): “¡mama! Tengo hambre. ¿Qué has hecho
con el pan que teníamos ayer?
Mama( buce): ya lo hemos comido y mama no tiene dinero para ir a
comprar otro, porque estoy enferma y no puedo salir a trabajar. ahora
durmamos como este angelito que cayó del cielo entre nosotros.
VOCES DE NIÑO(cati): ¡Claro! Él tiene el pecho de mama para comer
y yo tengo hambre.
Mama (buce): ¡Dios mío! Yo adoro tu voluntad, pero ten piedad.
¡señor!, tu alimentas las aves, los gusanos. Tu que oyes llorar a mis
hijos de hambre, ¿no enviaras a algunos de tus ángeles que habitan
en tu cielo?
Clemencia(mon): Acá!! Yo te voy a ayudar.
Narrador (cati): la madre contemplo con mucha admiración a aquella
joven tan bonita.
Mama(buce): ¡vos! ¿ quién eres, criatura angelical?
Clemencia(mon): soy un ser desventurado como ustedes, con dolor,
con sentimientos.¿ quedaron solos y desamparados? Yo voy a estar
cerca de ustedes y los voy a ayudar. ¿sus hijos necesitan un
protector? Pues, yo lo seré.
Mama(buce): vos sos un ángel caído del cielo, te quiero dar el honor
de que bautices a mi hijo.
Clemencia( mon): él se llamara Manuel.
Mama(buce): bien pronto lo serás todo para él. Mi esposo te llamo
desde la eternidad. El puñal de ese asesino no ha podido romper esa
unión de nuestras almas.
VOCES DE NIÑOS(cati): ¿Cuál de todos los ángeles del señor nos ha
venido a visitar?. Que hermoso es su cabello, sus pestañas.
Sus ojos, ¿no se parecen a los rayos de esa estrella que entra por
nuestra ventana?
6. Mama(buce): si hijos míos, es un ángel que tiene dios en la tierra,
para ayudar a las personas infelices.
VOCES DE NIÑOS(cati): ¡ha es un ángel de la tierra! Por eso esta
triste. Yo la vi llorando mientras tendía nuestra cama. ¿Cuál es el
nombre de este ángel?
Mama (buce): cualquiera sea su nombre, recemospor ella, para que el
señor la tenga siempre en la gloria.
Clemencia(mon): me alejaba con muy lentos pasos. Me iba aliviada
porque había podido ayudar a esa familia.
Narrador(cati): un hombre pronunciado muchas veces, despertó a
clemencia. Miro en torno suyo y se encontró entre un grupo de
hombres. Vestían largos ponchos. La hija del mazorquero los
reconoció, eran los compañeros de su padre.
Clemencia(mon): me ocultaba detrás de una columna y oía lo que
hablaban aquellos hombres.
Tras escuchar lo que esos hombres hablaban, estaba horrorizada y
espantada, caí sobre mis rodillas.
Narrador(cati): Clemencia no pudo seguir escuchando esas
barbaridades
Clemencia(mon): teniente Corbalán, ¿me conoces?
Teniente( ): la hija del comandante.
Narrador (cati): en esa oscuridad, clemencia veía a un hombre de pie,
veía una sombra negra.
Clemencia (mon): ¡desventurado! ¿Qué haces acá?
Manuel(Juli): Si. Soy aquel que los asesinos buscan, sus puñales
están clavados en mi cabeza, pero vine a salvar a mi amada o al
parecer con ella. Mira, he matado a un centinela y he armado con sus
despojos velo para tender a mis pies.
Clemencia(mon): ¡Manuel Pueyrredón! ¿te acordas de mí?
Manuel(Juli): ¡desventurada! El ángel que salvo mi vida
7. Clemencia(mon): ¿tienes confianza en mí? ¿me abandonaras el
cuidado de salvar a aquella que buscabas?
Manuel(juli): ¡ah! Por esas palabras, hermosa mujer, estoy a tus pies.
Pedí mi sangre, todo te lo daré.
Clemencia(mon): ¡no! Todo… menos alejarme un paso de aquí.
Júrame al menos permanecer inmóvil bajo tu disfraz y no atacar a
nadie cualquiera sea que pase por acá.
Manuel(juli): Dudo de poder cumplir esa promesa, pero por ti, lo que
sea.
Clemencia(mon): ¡gracias! ¡ muchas gracias! Se feliz Manuel
Pueyrredón, hasta pronto.
Narrador(cati): la joven se perdió entre la oscuridad.
Manuel(juli): ¡Emilia no! Esa es la puerta del calabozo.
Emilia(mon): ¡Silencio cariño! Un milagro me ha salvado de mi
calabozo.
Narrador(cati): cuando los fugitivos llegaban a la puerta, vieron
avanzar un caballo.
Fue hacia ella, extendió su mano sangrienta, gritando:
Roque(martin): muere en lugar del conspirador que amas, pero sabe
antes que ni tus huesos se juntaran con los suyos porque tu sepulcro
será el fondo del calabozo.
Clemencia(mon):¡diosmío! mimisión ya se cumplió. Hace señor, que
mi sangre lave esa otra sangre que calma a vos desde la tierra.
Roque(juli): al escuchar esa voz tan dulce, mi corazón se rompió.
Agarre a la víctima y la lleve a los rayos de la luz de la luna para poder
identificar a la víctima.
¡CLEMENCIA!
Clemencia(mon): ¡padre! ¡padre mío! Eleva tus miradas al cielo y
búscala allí.
8. Narrador(cati): el bandido cayó desplomado en la tierra, arrastrando
entre sus brazos el cadáver de su hija, pero la sangre de la virgen
hallo gracia delante de Dios y como un bautismo de redención, hizo
descender aquel hombre un rayo de luz divina, que lo regenero.